La Pineal o Epífisis (séptima rosa)
Junto a su calidad superior, hemos de añadir que
esta glándula tiene forma de cono (de piña) y es de
color rojizo, es ligeramente más grande que un
grano de trigo y pesa unos dos gramos. Está como
escondida y atada a la base del cerebro, la cual es
una cavidad que se encuentra arriba y por detrás de
la pituitaria.
Compuesta en parte por células nerviosas con
pigmento semejante al que se encuentra en las
células de la retina – formada ésta por una
expansión del nervio óptico – ello ha inducido a
formular la suposición de que en algún momento
habría ejercido tal vez la función de tercer ojo. Su
parte inferior se dirige hacia atrás, y su tamaño es
mayor en el niño que en el adulto, y en la mujer
mayor que en el hombre. Su función real es
absolutamente desconocida en los medios
científicos, si bien en ellos suele afirmarse que
gobierna de forma directa los órganos generadores y
el cerebro. Su evolución estructural comienza a los
siete años.
La pinealina, su secreción, produce un efecto
restrictivo sobre todas las demás glándulas
endógenas, funcionando como una especie de
vigilante especial sobre el resto de ellas.
Se ha descubierto que regula el color de la piel al
variar el grado de reacción de los rayos de luz, es
decir, sobre el pigmento, cuando en realidad se trata
de la luz interna reflejando la luz exterior. Esta
glándula produce el desarrollo normal de las células
de los órganos de reproducción, indicando, el hecho
de haber sobrecrecido en su uso original, la
sobreabundante provisión de sangre. Por tanto,
promueve una pubertad normal evitando el
prematuro desarrollo del sexo en los niños; y
mediante el desarrollo normal tanto del cerebro
como de los órganos de reproducción, favorece la
fuerza creadora; da vigor asimismo a los músculos,
varía y controla la el grado de reacción del cuerpo a
los rayos solares, y, obviamente, ejerce influencia
sobre la pigmentación de la piel.
Se trata de una glándula de naturaleza
esencialmente masculina. El pintor renacentista
Rafael constituyó un claro exponente del ideal tipo
pineal. Si figura era tan hermosa como la de un
ángel. Su disposición era suave, amable y gentil, sus
modales encantadores, disponiendo de
un carácter generoso además de noble. Por medio
de su obra "Transfiguración", es puesta de
manifiesto su sabiduría, donde queda revelada su
conexión con los Reinos Superiores. Pintó este
cuadro cuando ya se hallaba moribundo.
La pineal está regida por Neptuno, el planeta de la
divinidad. La espiritualidad proporcionada por
Neptuno elevará al hombre desde su estado humano
hasta el divino. Sabiduría en sus expresiones,
contacto con los Señores de la Individualidad
(Virtudes) espiritualidad, inspiración, clarividencia,
profecía, devoción, habilidad para conectar con
la música de las esferas, ideación y voluntad, etc.,
pueden considerarse como expresiones típicas de
Neptuno, pues él es el verdadero iniciador. Cuando
su nota-clave es despertada, sentida por el individuo
al alcanzar el Mundo del Espíritu Divino, su
indescriptible hermosura y poder provoca una
verdadera avalancha de sabiduría acerca de Dios y
su propósito, por lo que el individuo verá su divino
poder en acción y reconociéndose a sí mismo tal
cual es. Por ende, será capaz de contactar con
otros sistemas solares, saber acerca de otros dioses
del mismo modo que de los mundos y seres creados
por ellos. El Mundo del Espíritu Divino es el reino de
la voluntad pura, aquél en el que la energía de Dios
se expresa en cuanto que poder capaz de mantener
la creación en acción. La luz neptuniana es de un
azul transparente, motivo por el que cuando la
glándula pineal sale de su letargo, comienza a vibrar
con un deslumbrante color azul.
Dado que el despertar de las nota-claves de las
glándulas endógenas se encuentra estrechamente
vinculado con el hecho de la Iniciación, es por ello
que se convierten en uno de los valiosísimos auxilios
del espíritu en su correspondiente preparación a tal
fin. Y si el trabajo de mayor importancia tocante a
aquélla tiene lugar en el cuerpo vital, hemos de decir
que las glándulas endógenas tienen una intensa
relación con dicho cuerpo de vitalidad.
Frente al devenir del hombre, las glándulas
endógenas están llamadas a jugar un papel de
primera magnitud, puesto que su desarrollo
acelerará enormemente la evolución humana, de
manera que, cuanto más importantes sean sus
efectos físicos, más importantes serán también en
los aspectos mental y espiritual.
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del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel
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