XII
EL TABERNÁCULO EN EL DESIERTO
Fue el templo antiguo de misterios de los talantes y
fue dado al pueblo elegido. Cuando el hombre hubo
llegado al fondo de la materialidad, cuando hubo
luchado entre ella y frente a ella y al fin le era dada
la mente - especialísimo instrumento que junto a la
voluntad debía convertirlo en ser libre, al usar del
libre albedrío que a partir de ese momento le era
entregado - en ese mismo momento el hombre tomó
sobre sus hombros el diseño de su propio destino y,
por tanto, una enormes responsabilidad, pues, justo,
a partir de semejante instante evolutivo, las
Jerarquías Creadoras lo pusieron frente a frente a su
actos y a sus correspondientes consecuencias.
De cualquier modo, y a pesar de la escasa
conciencia que poseía, nunca, jamás abandonó el
hombre la sensación que ha llevado siempre en lo
más profundo de su corazón, la de aquella
pertenencia suya por naturaleza al "Hogar del
Padre", y el Padre, amantísimo y en su cuidado,
nunca ha permitido también que su noche fuera de
absoluta oscuridad, antes bien, le ha ido
proporcionando diversos medios de comunicación o
contacto a través de los tiempos, medios que le
fueran proporcionando la certeza de que podía
encauzar, cual hijo pródigo en este valle de lágrimas,
su regreso a aquel hogar. Por tanto, aquella voz sin
palabras, aquel pedido místico con que le implora el
corazón, de forma sucesiva y paulatina ha sido
atendido de acuerdo con cada época y grado de
desenvolvimiento alcanzado por las tribus, los
pueblos, las naciones, las familias e incluso por los
individuos de forma particular. Así, el hombre ha
dispuesto de templos, de profetas, mitos y símbolos
diversos …, instrumentos que han ido incidiendo a
un tiempo en nuestros corazones e intelectos de tal
modo que, sin esta panorámica acerca del pasado y
nuestro comportamiento en primer plano, de ningún
modo podríamos aventurar siquiera una vislumbre
de lo que podría acontecernos de cara al futuro.
En este orden de cosas de naturaleza evolutiva es
por lo que resulta de enorme interés que
conozcamos qué fue y en qué consistió el
Tabernáculo en el Desierto o Templo de los
Misterios Talantes, el que enlaza con el Templo de
Salomón y a su vez, éste, con el advenimiento de
Cristo y, por tanto, y ya prácticamente, con lo dado
por los Guías para los tiempos actuales.
Así, pues, este templo a que nos estamos refiriendo
fue dado por Jehová e incluía grandes verdades
cósmicas, las cuales hablaban al ser interno del
hombre. A través de él, cada uno podía hallar a su
Señor una vez se hubiera calificado mediante el
servicio y la correspondiente subyugación de la
personalidad al Yo Superior.
Se encontraba orientado dicho templo de Este a
Oeste, de tal modo que con la puerta abierta, y a su
salida, el sol penetrase dentro, señalándonos que el
avance espiritual, al igual que la marcha del sol,
también avanza en semejante dirección. Dado el
gran cuidado puesto para su construcción y en los
detalles complementarios, resulta obvio que dicho
templo ocultaba en sí mismo grandes verdades
cósmicas para el hombre que estuviese presto a la
Iniciación. Por tanto, y en aras a la mejor
comprensión de su estructura, pasamos
seguidamente a dar una explicación, siquiera
sucinta, de cada una de las partes de que el mismo
constaba.
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del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel
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