humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

*
del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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lunes, 24 de julio de 2017

H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta - Max Heindel




Max Heindel



H. P. BLAVATSKY Y LA



DOCTRINA SECRETA


Blavatsky and the Secret Doctrine

(1933)

BIBLIOTECA UPASIKA


Colección “Rosae Crucis” N° 15



ÍNDICE



La Doctrina Secreta por Max Heindel:







H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta
 Max Heindel 

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H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta - Max Heindel - Introducción por Manly P. Hall


Introducción por Manly P. Hall

Habría una gran pérdida para los estudiantes del misticismo y la metafísica si este pequeño ensayo acerca de H. P. Blavatsky y “La Doctrina Secreta” no hubiera tenido la oportunidad de ser impreso.

Max Heindel, el místico Cristiano, hace homenaje a Madame Blavatsky, la ocultista Oriental. Él mira sobre las pequeñas diferencias que dividen el Oeste y el Este y los reconcilia en la gran sabiduría que ha fluido desde Asia, fertilizando las llanuras del mundo del pensamiento. Grande es la mente que se regocija en la grandeza de otras mentes. El tributo de Max Heindel a la memoria y trabajo de Blavatsky y sus Maestros es un gesto de extrema belleza en un mundo egoísta a ese tipo de impulsos nobles.

Vivimos un código de crítica y condenación con muy poca apreciación de los trabajos de otros. Las sectas y creencias construyen paredes a su alrededor, y solo las almas heroicas en quienes las percepciones espirituales están verdaderamente despiertas pueden escalar sobre estas limitaciones imaginarias.

Rememora los libros que has leído y recuerda cuán sabio es que un escritor hable bien de un colega. Cada hombre, atrapado en sus propias opiniones, da escasa relevancia a las opiniones de los demás. Hay muchos maestros en este mundo que instruyen con palabras pero solo unos pocos instruyen con el ejemplo noble de la hazaña de la generosidad.

En el libro de texto de la metafísica Cristiana, “El Concepto Rosacruz del Cosmos”, Max Heindel se refiere a Madame Blavatsky como “una estudiante fiel de los Maestros Orientales” y en el mismo párrafo él habla de su gran libro “La Doctrina Secreta” como un “excepcional trabajo”. Con su profunda apreciación de los valores espirituales Max Heindel
fue eminentemente calificado para reconocer el mérito del trabajo fundamental de Madame
Blavatsky.

El misticismo Cristiano está aquí revelado como un sincero estudiante del ocultismo Oriental. Su resumen de La Doctrina Secreta en la segunda parte de este libro revela un entendimiento extraordinario de los principios sobresalientes del monumento de las tradiciones espirituales de Asia. En un resumen conciso y palabras simples el señor Heindel recapitula Cosmogénesis, la creación del mundo, y Antropogénesis, la creación del
hombre. Tanto los Rosacruces y Teosofistas, que son de hecho estudiantes sinceros de las
ciencias ocultas, se verán beneficiados al estudiar este resumen.

El manuscrito de este libro puede considerarse como el primer esfuerzo literario de Max Heindel. Es el comienzo de una literatura metafísica considerable dedicada a la aplicación de un idealismo místico en los problemas que ha diario vive y afligen a la raza humana. Ha sido escrito que “el primero será el último”. Este pequeño libro trae a impresión el único manuscrito no publicado de Max Heindel. El manuscrito original consistía de las notas de dos lecturas liberadas ante de la Sociedad Teosófica en Los Ángeles. En los años que siguieron a la preparación de estas lecturas, Max Heindel incrementó grandemente su conocimiento místico y fue reconocido como el primer Cristiano Místico de América. Sin embargo, su reverencia y respeto por Madame Blavatsky no fue alterado, y hasta el día de su muerte siempre se refirió a ella en términos de admiración suprema. Fue a través de las escrituras de Blavatsky que Max Heindel recibió en su vida sus primeros conocimientos de las ciencias ocultas. Reconoció que la primera ley del ocultismo es la gratitud, y su alma pura preservó hasta el final un hermoso espíritu de gratitud por la inspiración y la instrucción que obtuvo de La Doctrina Secreta.

Ambos, Madame Blavatsky y el señor Heindel, dedicaron sus vidas al servicio de la humanidad. Cada cual fue devoto a la diseminación del conocimiento espiritual. Ambos recibieron a cambio mayormente ingratitud, persecución y mal entendimiento. Ambos sufrieron de la hipocresía de los amigos y aprendieron cuán cruel el mundo puede ser para
aquellos que buscan educar y mejorar. Solo el líder de un movimiento espiritual puede saber cuán pesada es la responsabilidad de liderazgo. Madame Blavatsky había pasado ya al mundo espiritual antes que Max Heindel comenzara su ministerio. Ellos nunca se encontraron sobre el plano físico. Aunque negó conocerse personalmente con la gran ocultista Oriental, Max Heindel llegó a entender a Blavatsky a través de años de servicio a
los mismos elevados ideales. Él llegó a entenderla solo como un místico puede llegar a hacerlo, y su apreciación de su lealtad y su paciencia fueron profundizadas por las adversidades que él mismo padeció.

Ambos, H. P. Blavatsky y Max Heindel dedicaron su vida a un servicio hermoso a las necesidades espirituales de la raza. Ambos fueron alcanzados, tuvieron el momento de su transición en edad temprana, quebrantados por las responsabilidades y las persecuciones.

Ambos han dejado un legado a las generaciones por venir de una literatura metafísica que sobrevivirá las vicisitudes del tiempo.

El verdadero propósito del misticismo, es perpetuar, interpretar y aplicar el idealismo de la raza. Los hombres van tras la religión por necesidad de tener una guía, inspiración y consuelo en sus vidas. Queremos que la religión permanezca tras nosotros cuando tratamos de vivir honestamente nuestras vidas. Queremos saber que existe en algún lugar del mundo un cuerpo de gente unida que sostienen los valores espirituales en un mundo de manifestaciones materialistas desquebrajadas. Nosotros buscamos inspiración.

Queremos ideales. Queremos un propósito respetable para unirnos en acción. Nosotros deseamos establecer en este valle de lágrimas una estructura espiritual que se elevará sobre la monotonía. Queremos salir a la vida reconociendo nuestras instituciones como oasis en el desierto del materialismo.

La civilización está sufriendo un dolor convulsivo al encontrarse en un período de gran reconstrucción. Como nunca antes en los registros de la historia, el hombre está buscando soluciones a problemas inminentes y eminentes. Las similitudes entre la Iglesia y el Estado están quedando fuera de alcance para sostenerse de algo que es seguro, algo a qué adherirse cuando el mundo que ellos han conocido pase al olvido. En todas las partes del
mundo civilizado hay hombres y mujeres devotos a las interpretaciones místicas de la vida.

Estos hombres y mujeres están dedicados a un código de ética espiritual que tiene como fundamento dos grandes principios: La Paternidad de Dios, y la Hermandad del Hombre.

Estos estudiantes están en la mayoría de las partes organizados en varios grupos grandes y pequeños por la expresión del propósito del perfeccionamiento propio y el mejoramiento social. Estos grupos pueden ser clasificados en dos categorías: Primero, aquellos cuya inspiración es fundamentalmente Cristiana y aquellos esencialmente Orientales. Mientras
estos grupos son divididos, por énfasis, los propósitos fundamentales que buscan alcanzar
son idénticos. Todos los movimientos religiosos iluminados tienen como su principal meta y propósito la regeneración del hombre, de manera individual y colectiva.

Max Heindel fue pionero en el Misticismo Cristiano y Madame Blavatsky fue pionera en el Ocultismo Oriental. Ambos establecieron sistemas de pensamiento que se esparcieron rápidamente a través de las almas hambrientas de la humanidad. No solo salieron de organizaciones por iniciativa propia, pero las semillas que habían plantado en el corazón de los hombres habían germinado y dio fruto en muchas partes del mundo, donde otras organizaciones se habían establecido sobre líneas similares. Por lo tanto, hay una considerable cantidad de místicos y ocultistas en América y su número es incrementado cada día por diligentes hombres y mujeres cuyos corazones y mentes están exigiendo a gritos una explicación razonable para los cambios que están sucediendo en la sociedad.

Casi todos los estudiantes ocultistas de América conocen el trabajo que Madame Blavatsky y Max Heindel han completado. La vida de estos dos religiosos fundadores es un constante cambio a un mayor esfuerzo espiritual y más devoción altruista. Si admiramos a estos grandes líderes, desearemos promover su trabajo por la perpetuación inteligente a través de la palabra y la acción.

Durante el período de la Segunda Guerra Mundial la metafísica perdió una gran oportunidad de hacer una contribución permanente a la raza al permitirle que se desquebrajara a sí misma en disputas y controversias internas. Las organizaciones que debieron estar dedicadas al servicio altruista de la humanidad, desperdiciaron su energía en vanos argumentos sobre asuntos personales de poca importancia, si es que alguna importancia tenían.

Nuestra crisis presente es mucho mayor que la de la Segunda Guerra Mundial. La totalidad de la civilización actual está luchando contra el egoísmo y la corrupción. Una nueva y gran oportunidad está en nuestras manos para la aplicación de soluciones espirituales a los problemas materiales. Es la obligación moral de todo individuo espiritualmente iluminado, olvidar todas las diferencias, sacrificar todas las ambiciones personales, y comprometerse nuevamente a dedicar todos sus esfuerzos a los grandes ideales que vieron la luz gracias a varias sociedades y órdenes.

Durante el gran período del “boom”, inmediatamente precedido por la presente crisis económica, las sociedades místicas fueron infectadas por el bacilo de la abundancia, ambición personal y explotación. Las personalidades eclipsaron principios, y los individuos y las organizaciones se alejaron de esas simples verdades que son la esencia de la vida inteligente. Entonces vino el colapso. Los valores materiales cayeron cual plomada en una
insondable profundidad. Las ambiciones fueron arrastradas por los vientos y la raza fue confrontada con problemas que solo podían ser resueltos a través de la restitución de los
valores espirituales y un nuevo compromiso por parte del hombre y las organizaciones a los
principios de verdad e iluminación espiritual.

Supón que justo hoy H. P. Blavatsky, la leona de la Sociedad Teosófica, tuviera que regresar del Amenti de la sabiduría, y debiera demandar cuentas de los miembros de la sociedad que ella fundó. Quién podría permanecer en pie frente a ella y decirle: “Mi amada
Maestra, hemos hecho lo mejor que ha estado a nuestro alcance, hemos permanecido fieles a ti y a los Maestros de los que hablaste”. Cuántos podrían decir: “Hemos sido honestos, amables, justos e imparciales; hemos cortado con hacha la verdad que nos diste; hemos diseminado tu mensaje; hemos leído tus libros; la mayoría de nosotros permanece
absolutamente libres, como tú declaraste, de todas las alianzas y enredos desastrosos”.

Cuántos podrían decir: “Aquí está tu Sociedad, tan limpia y pura como cuando tú nos la diste”. ¿Podrían los Teosofistas hacer esto o quedarían avergonzados e incapaces de mirar a los ojos, cargados de una gran tristeza, a la primera y más grande Teosofista?. ¿Podría Madame Blavatsky caminar por los corredores de Adyar y mirar a aquellos que la representan en el siglo veinte y decirles, “bien hecho, fieles servidores”?. Si ella no pudiera decir esto, ¿por qué no podría?. ¿Será acaso porque ellos han recordado el nombre de ella, pero han olvidado su trabajo?. ¿Será acaso por la debilidad de hombres y mujeres insignificantes que han olvidado el mayor de todos los bienes elevándose a sí mismos sobre los ideales que han derrumbado?. Los Teosofistas del mundo, comprométanse nuevamente a sí mismos, con el noble espíritu que estuvo entre ustedes, cuya labor es vuestro bienestar, cuyos ideales son vuestros propósitos, y su sacrificio altruista es la piedra angular de vuestra organización.

Supongamos, en el mismo espíritu, que Max Heindel regresara a los campos de sus labores terrenales, y en su simple gabardina caminara entre sus seguidores, preguntándoles:

“Hermanos y hermanas, ¿se han amado los unos a los otros?. Yo planté un jardín de rosas
de virtudes; ¿lo han atendido cuidadosamente?. Mi nombre está en sus labios, ¿pero está mi trabajo en sus corazones?. ¿Han sido sinceros los unos con los otros?. ¿Han realizado sus labores de manera impersonal y altruista?. ¿Han amado con tan grande amor a nuestro
Padre Celestial que han amado a todos los hombres también?”. ¿Cómo le contestarían Los Rosacruces?. Podrían decir, “Amado Hermano, nuestra constante inspiración, hemos cumplido nuestra promesa realizando tus trabajos con humildad y gentileza. No ha habido orgullo entre nosotros, ni egoísmo o trabajo personal, ni pequeñas ambiciones a un gran
costo. Aquí está la Fraternidad que nos diste en custodia. Podemos regresarla tan hermosa, tan limpia, tan unida en un propósito santo como tú intentaste que fuera. No hay cosas pequeñas como tomar en cuenta los títulos aquí; no estamos unidos en cosas insignificantes, sino en grandes cosas. En los quince años desde que tú pasaste a una vida
grandiosa hemos buscado de hacer tu trabajo. Somos como intentaste que fuéramos – hombres y mujeres en quienes no se encuentra la mala fe.

¿Podrían estas palabras ser ciertas?. Si no, ¿por qué no serían ciertas?. ¿Es el hombre demasiado débil para llevar a cabo un buen trabajo?. ¿Son sus pequeñeces muy grandes y sus grandezas muy pequeñas?.

Si tuviéramos que sentirnos avergonzados si nuestros líderes tuvieran que regresar a nosotros otra vez y supiéramos que les hemos fallado, nos comprometeríamos de nuevo a nosotros mismos con ellos. Permitamos que el espíritu de H. P. Blavatsky renazca en el corazón de cada Teosofista y el espíritu de Max Heindel viva otra vez en el corazón de cada
Rosacruz. Cuando este tiempo llegue, y llegará, los místicos y los ocultistas del mundo puedan unir sus manos a través del golfo de sus diferencias y, unificarse en propósito, ser
una armada de reconstrucción espiritual marchando como los profetas de antaño en la vanguardia del progreso.

Manly P. Hall, mayo 1933

H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta
Max Heindel

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H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta - Max Heindel - Pequeña Biografía de Max Heindel


Pequeña Biografía de Max Heindel

Max Heindel, conocido como el gran místico occidental del siglo veinte, nació en Julio 23 de 1865, de la familia real de Von Grasshoffs, quien estaba conectada con la Corte Germana durante la vida del Príncipe Bismark. El padre de Max Heindel fue Francois L. von Grasshoff. Emigró, cuando era un hombre joven, a Copenhagen, Dinamarca, donde se casó con una mujer danesa de la nobleza. Tres niños nacieron de su unión, dos niños y una niña. El mayor de sus hijos fue Carl Louis Von Grasshoff, quien posteriormente adoptó el pseudónimo de Max Heindel. El padre murió cuando el hijo mayor tenía seis años de edad, dejando a la madre con sus tres niños pequeños en circunstancias críticas.

El orgullo de la madre de familia y el nombre la forzaron, con su familia de tres niños, a vivir en pobreza para que el pequeño ingreso fuera suficiente. La auto negación fue llevada al extremo en orden que sus hijos y su hija pudieran tener tutores para que pudieran tener su lugar en la sociedad como los hijos e hijas de la nobleza.

Esta vida no fue del agrado del hijo mayor quien dejo el hogar a la edad de dieciséis años hiriendo el orgullo de su madre, entrando a trabajar en un astillero en Glasgow, Escocia, donde aprendió la profesión de la ingeniería. Fue elegido como Jefe de Ingenieros de un vapor comerciante siendo muy joven todavía. Este lo llevó hasta el Oriente, y sus viajes alrededor del mundo en su capacidad de ingeniero dieron a Max Heindel un gran conocimiento del mundo y su gente. Durante años él fue Jefe de Ingenieros en uno de los vapores más grandes de pasajeros de la línea Cunard, viajando entre América y Europa.

Entre los años 1895 y 1901, fue un ingeniero consultor en la cuidad de Nueva York.

Su primer matrimonio estuvo lleno de decepción y arrepentimiento, finalizando con la muerte de su esposa en 1905.

Max Heindel llegó a Los Angeles, California, en 1903, donde trabajó como ingeniero por un tiempo, pero la enfermedad lo atrapó. El hambre y la privación eran su compañía del diario, sin embargo nunca estuvo ocioso. Con un espíritu intrépido y una determinación para superarse a lo largo de las líneas mentales más avanzadas, él se interesó en el estudio de la metafísica y se unió a la Sociedad Teosófica de Los Ángeles, de la cual fue vicepresidente en 1904 y 1905. Su corazón estaba siempre anhelante por el conocimiento de los misterios profundos de la vida. Sus primeros años estuvieron llenos de arrepentimiento y despertó su mente a la búsqueda de la explicación de la vida y del ser y creó en él un deseo de entender el dolor, privaciones y sufrimientos de la humanidad. El pensamiento que estaba siempre en su mente era encontrar algunos medios con los cuales
ayudar a aligerar la carga de sus hermanos y hermanas en el mundo. Esta luz comenzó a mostrarse cuando encontró las enseñanzas que habían sido dadas por Madame Blavatsky de la Sociedad Teosófica. Mientras estuvo conectado con esta sociedad conoció a la mujer
quien fue años después su inspiración espiritual. Ella fue quien lo ayudó a encontrar trabajo. Augusta Foss quien estaba interesada en líneas similares de búsqueda y ella fue el
instrumento quien interesó a Max Heindel en la ciencia de la astrología. En esta ciencia él encontró un campo con muchas posibilidades como una ciencia verdadera del alma. Esta le
dio la llave con la que pudo quitar el candado de los misterios de la naturaleza interna del hombre. Al aprender a conocer y entender las debilidades del carácter entonces él podía guiarlos y ayudarles a encontrar su propio lugar en el mundo.

La privación y el trabajo en exceso le ocasionaron un problema severo en el corazón en 1905, y por meses él estuvo cerca de la muerte, pero al recuperarse él tenía una percepción más intensa de las necesidades de la humanidad. Él se dio cuenta que la humanidad no sufría tanto por la necesidad de comida física sino por el hambre espiritual que les guiaba a hacer cosas que traerían sufrimiento sobre ellos.

Él inició un tour de lectura que eventualmente lo guió hacia Alemania. En el otoño de 1907, había ido a Alemania con la esperanza de contactar a los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz, no teniendo el éxito que esperaba, según le pareció a él, y con gran decepción se preparaba para regresar a América; pero un día le apareció un visitante de quien luego aprendió era un Hermano Mayor de la Orden Rosacruz, (y quien se convirtió en su Maestro). Este Ser estaba vestido en su cuerpo vital, y le ofreció impartirle las enseñanzas por las cuales él había gastado tiempo y dinero tratando de encontrarlas en Alemania; pero estas enseñanzas podrían solo ser dadas ante él. Max Heindel, debería hace una promesa solemne de nunca divulgarlas, (debían permanecer en secreto). Habiendo pasado a través de un período infeliz de hambre del alma, él estaba más que deseoso de compartir sus conocimientos con otros, quienes como él mismo estaban buscando. Él se negó a aceptar cualquier cosa que no pudiera ser dada a conocer al mundo. El Maestro le dejó.

Después, el Maestro apareció en su cuarto otra vez y le dijo que él, Max Heindel, había pasado su prueba. Él Maestro le manifestó, que si él hubiera aceptado el ofrecimiento, es decir, mantener las enseñanzas en secreto, él, el Hermano Mayor, no habría regresado. Le dijo que el candidato que ellos habían elegido primero, que había permanecido bajo instrucción por muchos años, había fallado al presentar la prueba en 1905; también que Max Heindel había estado bajo observación de los Hermanos Mayores por un número de años como el candidato más conveniente, por si el primer candidato fallaba. Además le dijeron que las enseñanzas deberían ser dadas a conocer al público antes de que terminara la primera década del siglo, que sería a finales de diciembre de 1909.

En esta última entrevista con el Maestro, él recibió instrucción acerca de cómo ponerse en contacto con el Templo de la Rosa Cruz. En este Templo Max Heindel pasó un poco más de un mes en comunicación directa con y bajo las instrucciones personales de los Hermanos Mayores, quienes le impartían la mayor parte de las enseñanzas contenidas en “El Concepto Rosacruz del Cosmos”. El primer bosquejo de este libro, que había sido hecho mientras él estaba en el Templo, el Maestro le dijo que no era más que un esbozo.

Lo pesado de la atmósfera física de Alemania, era particularmente adaptada para la comunicación de los pensamientos místicos de la conciencia de los candidatos, pero a él le
habían dicho que las trescientas cincuenta páginas de su manuscrito que había hecho no le
satisfacerían cuando él estuviera en la eléctrica atmósfera de América y que entonces desearía rescribir el libro entero. En su gran entusiasmo él al comienzo lo dudó. Él creyó
que había recibido un mensaje maravilloso completo. Pero las predicciones de los Hermanos Mayores se hicieron realidad. Después que el Sr. Heindel había pasado unas
pocas semanas en la ciudad de Nueva York, lo que los Hermanos Mayores le habían dicho
se convirtió en realidad. El estilo en que el manuscrito había sido escrito no le convenció, y
se dio a la tarea de hacerlo de nuevo.

Regreso a América en la primavera de 1909 donde él enseguida comenzó a formular el mensaje Rosacruz que había recibido de parte de los Hermanos Mayores. Este fue dado al mundo en la forma de un libro titulado “El Concepto Rosacruz del Cosmos”, que es una obra maestra de la literatura mística. Contiene uno de los más comprensivos y completos escritos, redactado de manera sencilla, sobre la historia de la evolución de la tierra y el hombre que se hayan escrito en siglos. Un ministro de una de las iglesias en la parte noroeste de América hizo el comentario que él tenía dos libros en su mesa de la biblioteca
de donde sacaba sus pensamientos para sus sermones; uno era la Biblia y el otro era “El Concepto Rosacruz del Cosmos” de Max Heindel que le permitió ver a través de los misterios de la Biblia para él. Este libro está ahora traducido en ocho diferentes idiomas.

En noviembre de 1909, después de un tour de lectura exitoso, Max Heindel regresó a Los Angeles donde se reunió con mucho éxito en grupos de lectura y enseñanza.

En agosto de 1910, se unió en matrimonio con Augusta Foss, la mujer que había sido el instrumento de ayuda para él para encontrar la verdad. Con esta ayuda e inspiración el campo de su trabajo se incrementó grandemente de tal manera que pronto se hizo necesario que un cuartel general fuera establecido para el propósito de diseminar la Filosofía Rosacruz. Durante los primeros ocho meses estos dos pioneros vivieron en una pequeña casa de madera de una sola planta en Ocean Park, California, con muy poco dinero pero con el espíritu determinado de comenzar cursos por correspondencia de la filosofía Rosacruz. Después se cambiaron a radicar permanentemente a Oceanside, California.

En esos diez años que Max Heindel vivió, al comenzar este gran trabajo para los Hermanos de la Rosa Cruz, él dio tantos libros al mundo como es de ordinario en la vida de un autor de tiempo completo. Los siguientes libros, que este maravilloso hombre dejó como legado para el mundo son:

El Concepto Rosacruz del Cosmos.
Temas Rosacruces.
El velo del Destino.
Enseñanzas de un Iniciado.
Masonería y Catolicismo.
Cartas a los Estudiantes.
La Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas.
Recolecciones de un Místico.
Misterios de la Grandes Óperas.
Los Principios Rosacruces de la Educación Infantil.
Cómo conoceremos a Cristo a su regreso.
La Mística Interpretación de Navidad.
Astrología Científica Simplificada.
El Mensaje de las Estrellas.

Max Heindel sufrió constantemente a causa de heridas recibidas mientras era un muchacho. Un número de operaciones sin éxito, que habían removido algunas de las venas
y arterias de su pierna izquierda, interfirieron de manera importante con la circulación en su
cuerpo, desarrollando con el tiempo un problema vascular en su corazón. Sin embargo, él fue bendecido con una gran energía indomable, y nunca permitía que su condición física interfiriera con su trabajo por la humanidad. Él tenía un mensaje que dar al alma enferma del mundo y nada debería interferir. Muchas de sus lecciones, letras y libros fueron escritos
mientras estaba en cama, después de pasar noches de sufrimiento. Pero el mundo no lo sabía, por la fiel esposa que lo protegía y estaba siempre lista a asistirlo y animarlo. Estas
dos almas enfrentaron muchos días oscuros juntos, pero con felicidad en el amor que se tenían uno a otro, sabiendo que ellos eran los instrumentos por los cuales un gran mensaje
iba a ser dado al mundo.

En la primavera de 1910 después de un curso de lecturas y lecciones llevadas a cabo en la ciudad de Los Ángeles, Max Heindel cayó enfermo seriamente del corazón. En el hospital, y después de consultarlo varios doctores, quienes, bajo la impresión de que estaba inconsciente, discutían el caso al lado de su cama, escuchándolos decir que por su estado no podría vivir una noche más, ya que su caso no tenía esperanza. Después que los doctores se fueron, Max Heindel, con la asistencia de su Maestro, trabajaron en su cuerpo con el resultado que en tres horas después de que los doctores habían pronunciado su pronóstico él le pidió a un amigo, a quien llamó, que lo llevara a tomar aire en una silla de ruedas; y en una semana después de su experiencia Max Heindel estaba dictando su segundo libro, “La Filosofía Rosacruz en preguntas y respuestas” a un estenógrafo.

Después que este libro fue terminado, Max Heindel comenzó de nuevo un tour de lectura en los estados de Washington y Oregon, pero fue incapaz de soportar la tensión de la reunión del público, así que regresó al sur de California y nuevamente cayó enfermo como resultado de exceso de trabajo. Una vez que se recuperó tuvo muchos deseos de escribir su tercer libro, “Los Misterios Rosacruces”. Es extraño de decir que Max Heindel realizó su mejor trabajo inmediatamente después de cada vez que caía enfermo de gravedad, era entonces cuando parecía estar más cerca de su Maestro y en relación armoniosa con los mundos espirituales.

Con muy poco dinero y un cuerpo en sufrimiento, Max Heindel y su compañera valiente y leal comenzaron su trabajo pionero en Oceanside, California, de donde las Enseñanzas Rosacruces fueron distribuidas y esparcidas sobre el mundo entero. Los diversos libros fueron traducidos e impresos en idiomas extranjeros; lecciones fueron enviadas por correspondencia y formaron grupos en muchas ciudades grandes. Como una cadena sin fin, las Enseñanzas se esparcieron, pero el trabajo en el plano físico de este gran mensajero estaba por terminar. Su compañera había sido bien entrenada para llevar el trabajo en el plano físico porque un trabajo mayor le esperaba en los planos altos. Él estaba
bien enterado que sus días eran pocos, y él preparó su trabajo para que cuando su llamado
viniera la señora Heindel pudiera continuar sin él. Los últimos días de su vida estuvieron llenos de paz, incluso de felicidad, estando la señora Heindel con él en su oficina. Después
del desayuno en enero 6 de 1919, ella fue llamada a su oficina para terminar algo de trabajo dirigiendo a las secretarias. Alrededor de las 4 pm, Max Heindel, quien había hecho un borrador de una carta para la encargada de la oficina local de correos, trajo la carta a la
oficina de la señora Heindel para su aprobación, porque él nunca hacía cambios o comenzaba un nuevo proyecto a menos que lo consultara con su pareja en quien confiaba.
Mientras la señora Heindel estaba leyendo su carta, Max Heindel, quien había estado de pie a su lado, cayó lentamente a la carpeta; no cayó pesadamente como es usual, como si unas manos amorosas lo hubieran estado sosteniendo y lo hubieran depositado abajo gentilmente. Sus últimas palabras mientras miró hacia arriba a la cara de la señora Heindel
fueron, “Estoy bien querida”, y pasó a la inconciencia. Con estas amorosas palabras es sus
labios pasó al Gran más allá, donde él a través de su devoción a Dios y a la humanidad había preparado un gran trabajo con el grupo de “Ayudadores Invisibles”, a través de los
cuales el trabajo de curación es llevado a cabo. ¿Ha finalizado el trabajo de Max Heindel?.

No verdaderamente, el trabajo especial en que la Orden Rosacruz está interesada, es que los Ayudadores Invisibles, a través de los cuales se hace un gran trabajo de curación, sea realizado. A Max Heindel le aseguró su Maestro que él era el instrumento a través del cual un gran movimiento sería inaugurado, un movimiento que tendría una misión especial:

hacer de la religión cristiana un factor de vida en la tierra.

El esfuerzo de estos dos grandes mensajeros Madame Blavatsky y Max Heindel, fueron muy similares. Ambos espíritus fueron encerrados en cuerpos con sufrimientos, y ambos estaban en necesidad de ayuda financiera la cual fue negada a ambos, ambos fueron despreciados y olvidados por sus amigos hasta que la muerte los tomó, entonces el mundo
comenzó a darse cuenta de su grandeza.

Max Heindel fue un gran admirador de Madame Blavatsky, él vio en ella sus propias luchas futuras, él después de haber sido contactado por los Hermanos de la Rosa Cruz, con el espíritu en llamas con el deseo de dar al mundo el gran conocimiento que le había sido revelado, sabiendo que sus años estaban contados y que su cuerpo físico no podría soportar el esfuerzo de la vida del pionero. Como Madame Blavatsky, el tenía constante dolor y tenía necesidad de grande ayuda, tanto física como financiera. El esfuerzo y el infortunio que estas dos almas sufrieron eran responsables en gran manera de acortar sus días en el cuerpo físico. Pero el gran trabajo que ellos habían realizado, fue una bendición para la humanidad.

“Grandes verdades son porciones del alma del hombre;
Grandes almas son porciones de la eternidad”.

Lowell.


H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta
Max Heindel 

*

H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta Max Heindel - Capítulo 1


La Doctrina Secreta 
por Max Heindel:

Capítulo 1

La doctrina secreta es una de los libros más sobresalientes en el mundo. Me doy cuenta cuán superiores a mis débiles poderes es la tarea de llevar a cabo una adecuada idea de las enseñanzas contenidas en sus cubiertas. Contiene una historia, sin embargo, una historia peculiarmente interesante para el estudiante quien de su tienda busca desgranar la
sabiduría en la cual, como el apóstol dijo, es como alimento adecuado solo para el fuerte.

Cómo llegó esto a ser escrito, y bajo qué circunstancias fue escrito, es el tema de este libro.

Debo esforzarme por utilizar un lenguaje simple y comprensible tanto como sea posible, realizando un esquema del plan sobre el cual el trabajo fue construido y las enseñanzas que revela. La naturaleza de la tarea es tal que estoy forzado a citar libremente la literatura
Teosófica, especialmente “Hojas de un antiguo diario” del Coronel Olcott, “Reminiscencias” de la Condesa Wachmeister, “La Doctrina Secreta” en sí misma, y otros trabajos.

Primeramente es necesario para nosotros hacer notar que Madame Blavatsky, o como a ella le gustaba ser llamada, H.P.B., fue, como ella misma lo expresaba a menudo, solo la compiladora del trabajo. Detrás de ella estaban los verdaderos Maestros, los Guardianes de la Sabiduría Secreta de las eras, quienes le enseñaron todo el gran cúmulo de conocimiento oculto que ella transmitió en sus escritos. Ella tenía una habilidad tripartita que eminentemente la calificó para el trabajo. Primero, ella era capaz de asimilar el conocimiento trascendental que venía a ella. Segundo, ella era un mensajero que se merecía el respeto. Tercero, ella tenía una aptitud maravillosa para traducir pensamientos metafísicos del Este abstractos en una forma inteligible para las mentes del Oeste, y para verificar y comparar la Sabiduría del Este con la ciencia del Oeste. Ella también merecía el gran crédito por su alto coraje moral para presentar al mundo pensamientos y teorías completos en diferencia con la ciencia materialista. Muchas de estas enseñanzas han sido
verificadas por la ciencia desde entonces.

H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta
Max Heindel

*

H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta - Max Heindel - Capítulo 2



Capítulo 2  

La raza humana siempre ha perseguido, torturado y matado a aquellos quienes en pensamiento han sido más avanzados a su época. Witness Copernicus, de quien solo una muerte natural lo salvó de un destino similar al que medio siglo después tomó a Bruno.

Galileo tuvo tormentos persistentes toda su vida, y finalmente cuando estaba viejo y fatigado en su cuerpo y espíritu por el abuso del clérigo, fue forzado a retractarse sobre sus
rodillas de todas sus enseñanzas que fueron diferentes con los puntos de vista comúnmente aceptados en su tiempo. El mismo destino fue compartido por muchos más. Sin embargo, la semilla que estos hombres sembraron no solo fue indestructible, sino que creció y creció hasta que un día el mundo despertó para encontrar que una vez más lo que se denunciaba como una herejía había venido a ser la opinión comúnmente expresada. Entonces vino el epílogo del drama, cuando un Thorwaldsen inmortalizado en marfil, el mismo Nicolás Copernicus quien, una vez fue perseguido, fue orgullosamente aclamado como su hijo por Rusia, o cuando en el medio de los aplausos de sus compatriotas fue levantada la estatua de Giordano Bruno en el mismo lugar donde los monjes fanáticos habían danzado alrededor de su pira funeral y quemaron al genio en el nombre de Dios.

Hubo un tiempo en la historia del Oeste, que los hombres fueron afligidos por el interés de la religión Cristiana. Cuando la Cristiandad se hizo fuerte, intentaron suprimir la ciencia, que era entonces inexperta. Sin embargo, la ciencia se fortaleció cada vez más, gradualmente forzando a la Iglesia en su presente actitud llena de excusas. Entonces el mundo lentamente se deprimió en un estado de ateísmo. Nada que no pudiera ser pesado o medido era aceptado. Cualquiera que tuviera el coraje de declarar la existencia de algo suprafísico era de una vez por todas catalogado como un impostor. La ciencia y la religión competían entre sí en sus esfuerzos por colmar en lenguaje abusivo e infame a tales individuos.

Con estos antecedentes en mente, podemos apreciar mejor el gran coraje moral de H. P. B., y ver por qué ese coraje constituyó una de sus calificaciones como una de las mensajeras de los Maestros.

En la misma actitud materialista del mundo de esos días se encuentra también la razón de hacer uso del fenómeno. Muchas personas reflexivas han lamentado sinceramente que esta parte del tema haya sido tomada por la Sociedad, pero H. P. B. siempre mantuvo que en los primeros días de su trabajo estos procedimientos fueron absolutamente necesarios. Esta opinión fue cambiada en los últimos años cuando el Maestro mismo le dijo que el fenómeno ha sido un impedimento más que una ayuda a “La Doctrina Secreta” en Europa y habría sido mejor si solo la filosofía se hubiera dado.

En 1884, era común el pensamiento entre los líderes de la Sociedad Teosófica, que el tiempo había llegado para una revisión y una amplificación del primer libro de Madame Blavatsky “Isis Develada”, y que ella iba a rescribirlo, con T. Subba Row como su coeditor.

Durante todo el año ellos recolectaron material. Entonces el Coronel Olcott y el Sr. Cooper-Oakley formularon un plan, anunciando que el trabajo sería publicado en veinte partes de aproximadamente setenta y siete páginas cada uno. Pero el 8 de enero de 1885, el Maestro de H. P. B. le comunicó el esquema de “La Doctrina Secreta”, y como resultado, los planes originales fueron abandonados.

Sin embargo, pronto el problema de corazón que sufría Madame Blavatsky se convirtió muy serió que su doctor, el Dr. Mary Scharlich, insistió sobre su salida de India si quería salvar su vida. Actuando acerca de este consejo, H. P. B. dejó Adyar, el lugar que ella más amaba en la tierra, en la primavera de 1885. Entonces la encontramos instalada en un pequeño hotel económico en la pendiente septentrional de Vesubio. El cuarto está casi desamueblado, el piso es de piedra. A través de las grietas en las ventanas y el piso se colaba el viento frío que agravaba el reumatismo de la pobre “vieja dama” mientras se encontraba sentada escribiendo en su destartalada mesa vieja lejos de sus amigos, sola en
un país extranjero con un lenguaje extraño, enferma, y desgastada bajo la injusticia hecha a ella por esos a quienes había ofrecido su amistad. Así, en circunstancias tan adversas, se
realizaba el primer trabajo sobre “La Doctrina Secreta”.

En el otoño de 1885, ella fue al fabuloso pueblo antiguo alemán de Wurzburg. Para que asociaciones este nombre rememora los pensamientos de Martín Lutero, el decidido y valiente reformador quien juró contra los sacerdotes romanos aunque los tejados de la ciudad estuvieran cubiertos con demonios.

Él no fue más fuerte y valiente que esta nueva reformadora, quien con persistencia tenaz, despecho de enfermedad y críticas adversas, se fatigó en su escritorio de día en día cuando ella debería haber estado mejor y más confortable.

 H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta
Max Heindel 

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domingo, 23 de julio de 2017

H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta - Max Heindel - Capítulo 3

Capítulo 3

Algún tiempo después que Madame Blavatsky llegó a Wurzburg ella estaba acompañada por la Condesa Wachmeister, quien lealmente y amorosamente le ayudaba en su gran trabajo. El número de visitantes ocasionó que H. P. B. escribiera en una carta a un amigo que la ciudad se había convertido en una Medina filosófica. Continuando, ella escribió: “Estoy solo en la mitad de la parte uno, pero debo enviarte en un mes las primeras seis secciones. Tomo de ISIS solo partes, dejando fuera todo en la forma de la disertación, ataques sobre Cristianidad y Ciencia, todo lo que no es útil, y todo aquello que ha perdido su interés. Solo mitos, símbolos y dogmas, explicados desde el punto de vista esotérico.

Esto es de hecho nuevo completamente. Los ciclos son explicados desde el punto oculto.”

Su penetración en los problemas de filosofía, orígenes raciales, bases fundamentales de las religiones, y claves de los antiguos símbolos eran fenomenales; sin embargo esto no era el resultado del estudio, nunca fue una estudiante más excéntrica y sin descanso. Ella no tenía facultad literaria estudiada. Ella escribió bajo inspiración; los pensamientos llegaban a su mente a través de su cerebro como meteoros. Escenas a menudo se dibujaban en su visión mental y morían cuando solo había captado la mitad. Debido a su excesivo uso de paréntesis, muchas sentencias eran extraordinariamente largas. Como Shakespeare y otros genios, ella tomaría material donde ella lo encontrara, y lo trabajaría dentro del mosaico acerca del cual ella ponía la estampa de su propia individualidad, y alrededor del cual ella tejió la dorada telaraña de sus propios poderes elevados.

En una de sus cartas ella anunció que el enorme volumen de la unidad introductoria, el primer capítulo sobre el Período Arcáico y Cosmogonía, estaba listo. “Pero ahora”, ella continua, “¿cómo enviarlos a Adyar?. ¡Imagina si se pierden!. ¡No recuerdo una palabra, una palabra acerca de estos y como se escribiría de nuevo!. Bueno, los he leído dos veces y he comenzado a hacerlo por tercera ocasión. Él no ha encontrado una parte para ser corregida en el inglés, y dice que es increíble cómo la gigantesca erudición y el trabajo bien
hecho de esto, muestra el esoterismo de la Biblia y sus incesantes paralelos con los Veda y
Brahamanas. Este es un poco más maravilloso que ISIS, que corregiste y Wilder sugirió.

Ahora, estoy absolutamente sola con mi silla y tintero y sin libros de referencia. En cerca de
cuatro horas escribí una sección completa y la introducción de una unidad completa (cerca de 40 páginas) sin libros alrededor mío. Simplemente escuchando, poniendo atención”.

¿Podemos darnos cuenta de lo que esto significa?. Ella era solo una escritora a la que se le transmitía a través de la clarividencia, como el Coronel Olcott y otros lo han constatado día a día. En vista de esto, está la respuesta a los traductores quienes la han acusado de plagio. Yo estoy satisfecho de que nunca en una instancia ha sido ella culpable de haberse apropiado de manera conciente de los escritos de otro. Sin embargo, ella pudo haberlo hecho de manera espiritual, o haberlos recibido de segunda mano de ese gran almacén de productos mentales y pensamientos humanos, la Akash, donde, como gotas están mezclados en el océano, engendros de pensamientos personales están perdidos en la Mente infinita, guardados para aquellas inteligencias más avanzadas quienes pueden contar los granos de la arena o las gotas en el océano y entresacan los átomos en sus vórtices.

Cerca de diciembre de 1886, el coronel Olcott recibió el primer volumen de “La Doctrina Secreta” para su revisión por T. Subba Row y por él mismo, pero el Sr. Row se negó a hacer más que leerlo, argumentando que si él tocaba ese libro tendría que rescribirlo, porque estaba lleno de errores. Esta actitud era puro resentimiento, pero tenía su efecto, para cuando su observación fue reportada a H. P. B., ella estaba sumamente afligida. Ella
se dio a la tarea de revisar el manuscrito cuidadosamente, corrigiendo muchos errores debido a los desaliñados métodos literarios, y con la ayuda de amigos, especialmente Bertram y Archibald Keightley, lograron tener el libro listo para su primera publicación.

Ella estaba siempre deseosa de eliminar sus errores, y estuvo siempre lista para corregirlos. Los errores ocurrieron especialmente debido a que los escritos no le fueron dictados físicamente por su Maestro. Frecuentemente ella era capaz de destruir despiadadamente páginas imperfectas. A menudo, con una palabra del Maestro, ella podía
consignar a las flamas montones de manuscritos laboriosamente preparados y copiados, ante la aflicción intensa de sus amigos. La condesa Wachmeister relató que un día cuando
ella entró al cuarto donde Madame Blavatsky escribía encontró manuscritos desechados esparcidos por el suelo. A su pregunta acerca de esto, H. P. B. contestó, “¡Sí, yo he tratado
veinte veces de escribir esta página correctamente y cada vez el Maestro dice que está mal!

Creo que me volveré loca escribiéndolo tan a menudo. Mejor déjame sola, no pararé hasta que lo haya hecho bien, incluso si me toma toda la noche”. La condesa le llevó una taza de
café para refrescarla, dejándola a su pesar, con su agotadora tarea.

Una hora después Madame Blavatsky la llamó y le dijo que la tarea había sido finalizada. La labor había sido prodigiosa y el resultado pequeño, como era a menudo cuando ella se fastidiaba. Esta es la respuesta aparente que ella le dio a la pregunta de la condesa acerca de cómo ella podía cometer errores al transcribir lo que se le mostraba. Ella replicó, “Bueno, verás, es como esto. Yo hago lo que solo puedo describir como una especie de vacío en el aire delante de mí, y fijo mi vista y mi voluntad atentamente en ello, y pronto escena tras escena pasa delante de mí, como la secuencia de una película; o, si necesito una referencia, como información de algún libro, fijo mi mente intensamente, y la contraparte astral del libro aparece y tomo de él lo que necesito. Mientras menos distracción tenga en mi mente, más fácilmente puedo hacer esto, pero después de la carta
molesta que tuve esta mañana no podía concentrarme apropiadamente, y cada vez que intentaba, lo que escribía nuevamente estaba mal. Sin embargo, ya está todo bien, dijo el
Maestro”.

H. P. B. a menudo preguntaba a sus amigos en varias partes del mundo para verificar citas de libros que pudieran ser encontrados en bibliotecas donde sus amigos residían. Así, ella necesitó una verificación de una cita de un libro del cual solo una copia existía y esta estaba en la biblioteca del Vaticano. En otra ocasión, le solicitó a un amigo en Londres que verificara un pasaje de un documento, del cual solo había una copia y se encontraba en el Museo Británico. Es necesario hacer notar, que ella solo requería una VERIFICACIÓN. Ella ya tenía el material.

Madame Blavatsky declaraba que ella era solo la boca de los Maestros, escribiendo, hablando y actuando, dirigida por ellos. Esta declaración ha sido ridiculizada y ella misma
catalogada de arrogante e impostora. Sin embargo, hay ciertos hechos incontrovertibles para ser tomados en consideración por aquellos que desean formarse una opinión justa y
libre de prejuicios. Cuando ella escribió “La Doctrina Secreta” tenía a su alrededor un 
puñado de libros ordinarios, de cuyas fuentes hubiera podido obtener casi nada de ayuda.

No podemos en esta manera restar importancia al extraordinario y prodigioso conocimiento 
manifestado en “La Doctrina Secreta”. La mayor parte del tiempo en que el trabajo fue escrito, ella estaba a cientos de millas de cualquier biblioteca. Hubiera sido capaz financieramente hablando de viajar de biblioteca en biblioteca siendo incapaz físicamente de buscar las citas de las cuales es acusada por plagio. Nunca dijo que ella descubrió el conocimiento que le dio al mundo. Sus argumentos fueron que este vino del remoto pasado, que está en cada escritura y en cada filosofía.

El propósito de “La Doctrina Secreta” es citar de cada escritura de cada religión, de las escrituras de cada gente, en orden para mostrar la identidad de las enseñanzas y probar la antigüedad del material. Lo que es nuevo en el libro no descansa en la NATURALEZA de sus ideas o hechos, ya que estos pueden ser encontrados dispersos entre los trabajos de varios Orientalistas y en los numerosos libros sagrados que han existido desde mucho tiempo atrás. Lo que es nuevo es la selección por H. P. B. de todas las fuentes de hechos
que juntos forman un concepto singular muy poderoso del concepto de la evolución del universo y el hombre, la síntesis coherente de la cosmogonía completa. Ella califica como la más grande Maestra del tiempo porque ella tuvo conocimiento real y no aprendido de libros. Ella tuvo eso que le permitió ensamblar de muchos libros en muchos lugares las verdades que puestas juntas, hicieron un gran todo. Ella mantuvo una guía tangible que fue
capaz de seguir con precisión inequívoca a través del laberinto, y mostrar que cada individuo material sostuvo en sí mismo la posibilidad de convertirse en un edificio individual.

Su trabajo es el más extraordinario porque ella lo hizo sin ser una escolar, sin haber tenido la educación que la hubiera preparado hasta cierto punto para colocar juntas las piezas de este conocimiento; porque ella hizo lo que ninguno de los Orientalistas han hecho con todo su conocimiento, lo que ninguno de ellos juntos han hecho con todo el conocimiento de las lenguas del Este y su estudio de la literatura del Este. Ninguno de ellos fuera de tal mezcla de material fue capaz de sintetizar tal trabajo importante. Ninguno de ellos fuera de ese caos fue capaz de construir un cosmos, pero esta mujer Rusa con poca educación lo hizo. Ella no fue una estudiada y no pretendió ser una, en alguna parte obtuvo un conocimiento que le permitió hacer lo que nadie más, estudiado o socialista, ha hecho.

En algún lugar ella recibió lo que le hizo posible transformar el caos en orden y producir un
trabajo que nos transmite un entendimiento del universo y el hombre. Lo que ella dijo no fue de ella. Ella frecuentemente hablaba de su propio conocimiento acumulado, y se refería a AQUELLOS quienes le enseñaban. Esto nos trae a otra parte de los ataques hechos a Madame Blavatsky, o mejor dicho a sus Maestros, de quienes su existencia es considerada
un mito. El aprendizaje y la habilidad que ella misma niega no fueron desafiados por sus enemigos. Ellos decían algunas veces, que su conocimiento es pobremente asimilado, que
su material está mal arreglado, que sus escritos son confusos, implicando, una contradicción en sí misma. Sin embargo, es admitido sin problemas, que ella poseía un fundamento extraordinario del conocimiento variado concerniente a asuntos ocultos y de filosofías oscuras. Si ella fue un fraude, ¿por qué fue tan tonta como para inventar Maestros
imaginarios?. ¿Por qué debió hacerlos padres de sus conocimientos, y convertirse así en objeto de abuso y burlas, mientras debió haber ganado estima, por no decir nada del dinero, simplemente dándose el crédito a sí misma?. ¿Puede algo ser más absurdo que imaginar a una mujer rusa de familia noble, casada con un oficial de alto rango, que salga al mundo en una caza salvaje inútil detrás de sus Maestros imaginarios, y una vez que ha adquirido una inmensa cantidad de conocimiento oculto a un gran costo y con gran sufrimiento, arrojar de sí el crédito que se merecía, y dárselo a personas que no existen, encarando burlas, abuso y calumnias, en vez de utilizarlo con el sentido común; de ser pobre y despreciada cuando ella debió haber tenido prosperidad y honores?. Mirando desde cualquier punto razonable, la única conclusión defendible es que H. P. B. dijo la verdad cuando afirmó que su conocimiento fue recibido a través de los Maestros de la Sabiduría.

Un hecho curioso en conexión con imágenes de libros como fueron vistos en la luz astral, es que el texto algunas veces aparecía invertido como si estuviera sostenido frente a un espejo. Con un poco de práctica se volvió fácil de leer las palabras, mientras que el contexto y el sentido común previenen errores, pero leer figuras correctamente es más difícil. Algunas veces Madame Blavatsky olvidó re-invertirlas, ocasionando dificultades y molestias para ella misma y los demás. Por ejemplo, si ella escribió a un amigo pidiéndole verificar un texto de la página 341 de cierto libro, la respuesta podía ser que el pasaje no podía ser encontrado ahí, o que no había tantas páginas en el libro. Volviendo a revisar sus
apuntes, se encontraba de manera segura, que H.P.B había olvidado re-invertir los números.

Es decir, retomando el ejemplo, la página debió ser 143 en vez de 341. Después de un tiempo, sus corresponsales descubrieron esto, y fácilmente corregían los errores ellos mismos.

Otra circunstancia significativa en conexión con el escrito de “La Doctrina Secreta”, fue que siempre que Madame Blavatsky quería información definida de cierto tema, era seguro que la encontraría de alguna manera, ya sea por medio de la carta de un amigo, en un periódico o una revista, o en la lectura casual de libros. Esto sucedía con tanta frecuencia y tan bien definido que no sería posible explicarlo como simple coincidencia. Siempre que era posible, ella utilizaba significados comunes, para así no agotar sus poderes. En los primeros días de la Sociedad, ella no fue prudente en esto, sintiendo después los efectos.

Un día, vino una tentación por medio de la oferta de un gran salario por todo un año, si escribía para los periódicos rusos. Ella podría escribir de cualquier tema que eligiera, incluyendo el ocultismo. Era la promesa de comodidad y facilidad para el resto de sus días.

Dos horas al día habrían sido suficientes para satisfacer ampliamente todas las demandas en su tiempo. Pero ella dijo, “Para escribir un trabajo como “La Doctrina Secreta” debo tener todos mis pensamientos en esa dirección, para mantenerme en contacto con la corriente. Ya es lo suficientemente difícil, obstaculizada como estoy con esta enfermedad y este cuerpo viejo, y sería imposible cambiar la corriente de atrás hacia delante de “La Doctrina Secreta” a la escritura del periódico. Ya no tengo mucha energía remanente en mí. Mucha de ella fue gastada in realizar fenómenos”. Cuando se le preguntó por qué hacía estas cosas cuando ella debía haber sabido que estaba desperdiciando su fuerza y hubiera sido mucho mejor si los fenómenos no se hubieran conectado con su trabajo, ella contesto, “Porque la gente continuamente estuvo insistiéndome. Siempre era, “Oh, materialice esto”, o “Déjeme escuchar esos sonidos astrales” y así por el estilo, y no me gustaba desilusionar a la gente, así que accedía a sus solicitudes. Ahora tengo que sufrirlo, y por otra parte, en el tiempo que la Sociedad inició era necesario atraer la atención de la gente, y los fenómenos hicieron esto mas efectivo que cualquier otra cosa que se hubiera hecho”.

Una vez concedidos, los fenómenos eran necesarios en ese tiempo, ya que una vez presentados, era difícil liberarse de ellos una vez que habían servido a su propósito. Todos
venían con la impaciencia de tener su curiosidad satisfecha, y si eran decepcionados, se iban encolerizados e indignados, listos a denunciar los fenómenos como un fraude.

Entonces, en su ansiedad por el bienestar de la Sociedad, la pobre H. P. B. continuó su trabajo, a expensas de saber que estaba malgastando su vitalidad, dando casi de manera literal su sangre vital por el bienestar de la organización.

Después que la Sociedad fue bastante bien establecida, llegó la oportunidad de tener facilidades y comodidades para el resto de sus días. ¿Podemos imaginar qué significaba eso? Imaginemos a Madame Blavatsky en su pequeño apartamento con nada más que una
recamara, que compartía con la Condesa Wachmeister. En ese oscuro y viejo pueblo alemán, ella era virtualmente una exiliada entre gente extraña. Aquí ella permanecía frente
a su escritorio por doce a catorce horas al día, y a menudo era en las más improvisadas circunstancias. Entonces llegó la oferta del periódico. Ella podría escribir acerca de cualquier cosa que quisiera, y recibir un salario que la colocaría fuera de los límites del deseo, todo por dos horas al día de su tiempo. Aparentemente, solo habría requerido un pequeño sacrificio de su tiempo, pero H. P. B. sabía más. Sabía que no podría escribir para
los periódicos y escribir “La Doctrina Secreta” también. Sin temor alguno, ella escribió la carta declinando la oferta, y añadió otro sacrificio a la larga lista de los que había hecho en el altar de la Sociedad y la humanidad.

De Wurzburg, Madame Blavatsky fue a Elberfield, donde estuvo con Madame Gebhard. Aquí parece que solo hizo un pequeño trabajo, si hizo alguno, en “La Doctrina Secreta”, debido al hecho de que se cayó y se torció su tobillo. Sus amigos, amablemente la atendieron, pero se recuperó muy lentamente. Su hermana y su sobrina fueron enviadas para cuidarla, y con ellas se fue a Ostend, desde donde escribió a la Condesa Wachmeister:

“Sí, trataré de continuar una vez más con “La Doctrina Secreta”, pero es difícil. Estoy muy débil. Siento que soy desagradecida, ya que la gratitud siempre ha sido mostrada en la simbología antigua como residiendo en los talones de la gente, y habiendo perdido mis piernas, ¿cómo puedo esperar tener algo de ella?”. Después escribió: “Mis pobres piernas han dividido la sociedad con mi cuerpo. Ahora estoy como inválida como cualquier elemento puede ser, y no conozco una sola alma en Ostend; no hay una persona rusa solitaria solo yo, quién preferiría ser una turca y regresar a la India, pero no puedo, porque no tengo las dos piernas o reputación, de acuerdo a los cargos infames de The Society for Psychical Research”.

Pronto, después de eso, la Condesa Wachemeister otra vez acompañó a H. P. B.

Ellas tenían visitantes de Inglaterra, Alemania y Francia ya que Ostend era fácilmente accesible desde dichos países. Madame Blavatsky escribió constantemente, que pensaba 
que su salud era escasa y frecuentemente se preocupaba, como se evidencia en el siguiente extracto de una de sus cartas en la que dice: “Porque las mentiras, hipocresía y el
Jesuitismo reinan supremos en este mundo, y yo no estoy y no puedo estar, por lo que parezco condenada. Porque estoy cansada de la vida y la lucha con la Piedra de Sisyphus y el eterno trabajo de los Danaides, y no tengo permitido salir de esta miseria y descansar
porque soy una de tantos sobre la tierra, estoy condenada”.

Este estado mental fue probablemente ocasionado, principalmente por su salud tan extremadamente débil que pronto se convirtió en una crisis, cuando ella estaba afectada
fuertemente con un problema del riñón. El doctor belga dijo que ella no podría vivir mucho tiempo más, y en su desesperación la Condesa telegrafió al doctor Ashton Ellis, uno de los
miembros de las Sociedad Teosófica en Londres, quien inmediatamente vino a Ostend. Él 
no sostuvo una esperanza mayor que la del doctor belga. Ambos estaban de acuerdo que
ellos nunca habían conocido a una persona que tuviera tan dañado el riñón y viviera tanto.

Parecía como si “La Doctrina Secreta” no fuera a ser terminada, por lo menos no por H. P. B. Ansiosos y dolorosos estaban los corazones de aquellos que la rodeaban. La pena de la Condesa Wachmeister llegó a ser tan grande que se debilitó en gran manera. Ella se recuperó y continuó estando casi de manera constante al lado de la cama de la mujer enferma.

Despertando cierta mañana después de una corta siesta, estaba sorprendida de ver a Madame Blavatsky sentada en la cama, mirándola tranquilamente.

“¡Condesa, venga aquí!.

La Condesa obedeció, preguntando: “¿Qué sucede H. P. B.?. Se mira diferente”.

Ella replicó, “Sí. El Maestro ha estado aquí. Él me dio a elegir, morir y ser libre si pudiera o vivir y terminar “La Doctrina Secreta”. Él me dijo cuán grande serían mis sufrimientos, y que terrible tiempo tendría ante mí en Inglaterra (porque yo voy a ir allá) pero cuando pensé en aquellos a quienes yo estaría permitiendo enseñarles unas pocas cosas y de la Sociedad Teosófica, para quien he dado la sangre de mi corazón, acepté el sacrificio.”

Ella entonces pidió algo de desayunar para sorpresa y alegría de sus amigos, se levantó y fue al comedor, donde luego recibió a un abogado y al Cónsul Americano, quienes habían llegado para supervisar que se cumpliera su voluntad. Uno puede imaginar el cambio de expresión en sus caras cuando, en vez de estar ante la presencia de una mujer moribunda, encontraron a Madame Blavatsky sentada en su sillón con una apariencia de lo más saludable. Así una vez más el espectro de la muerte había sido alejado, y H. P. B. había tomado otra oportunidad en la vida.

El siguiente visitante fue el Dr. Keightley y el Sr. Bertram Keightley de Londres, quienes insistían urgentemente con invitaciones a Madame Blavatsky a venir a Londres.

Con esto, ella finalmente dio su consentimiento. La Condesa dejó Ostend para irse a Suiza, y poco después H. P. B. viajó a Londres, donde junto con los Keightley ocupó una pequeña
cabaña llamada Maycot. Aquí el manuscrito de “La Doctrina Secreta” fue terminado. Este formaba una pila de tres pies de alto (.95 mts) cuando fue dado a los Keightley para su corrección de sintaxis, puntuación y deletreo. Los Keightley encontraron que este no había
sido escrito de una manera consecutiva, y trazaron un plan para reacomodarlo el cual fue
aprobado por Madame Blavatsky. El manuscrito entero fue entonces escrito a máquina.

Justo antes de que este trabajo se terminara, H. P. B. y sus amigos se mudaron al 17 Lansdowne Road, Nothing Hill, Londres, donde ellos se reunieron con la Condesa Wachmeister y otros, y se estableció el primer cuartel general.

Este estaba primero arreglado para publicar “La Doctrina Secreta” por el Sr. George Redway, quien estaba publicando “Lucifer”, la revista que había sido fundada poco antes por H. P. B., y que desde entonces había sido llamada “La Revista Teosófica”, pero como su propuesta no fue financieramente satisfactoria, un amigo de Madame Blavatsky ofreció en dar el dinero, abriéndose una oficina en Duke Street, Londres, siendo el principal objetivo el permitir a la Sociedad Teosófica el obtener beneficios de sus escritos.

De la historia posterior del escrito de “La Doctrina Secreta” hay muy poco que decir, aparte de que fueron necesarios muchos meses de trabajo duro antes de que finalmente estuviera listo para la imprenta. H. P. B. leyó y corrigió dos juegos de prueba de segundas, un juego de páginas de prueba y finalmente una revisión de hojas de corrección, alterando y añadiendo hasta el final, con resultado de que solo el pago a los impresores por correcciones fue de $ 1,500 dólares.

Tal es la historia de “La Doctrina Secreta”, una historia en que, como el libro en sí mismo, es ridiculizada por la mayoría de la gente, no obstante su autentificación por parte de muchas personas con vidas libres de culpa y de razonamiento saludable. Como en el caso de Copérnico y otros, algún día el mundo despertará y encontrará que esta mujer tan sabia estaba en lo correcto. ¿Será un monumento levantado para ella? ¿Quién lo sabe?. Si esto ocurrirá o no, el hecho permanece que en “La Doctrina Secreta” en sí misma y en el afecto con el cual el autor es estimado por cada estudiante que ha sido ayudado por ella es un monumento más duradero que el mármol o el bronce. Aunque los Maestros fueron los autores actuales del trabajo, no debemos olvidar que fue el celo y la dedicación de H. P. B. que tan excelentemente calificó como un instrumento para su uso; y sin ese celo y dedicación, hoy no poseeríamos tan grande y moderno trabajo de ocultismo, “La Doctrina Secreta”.´

 H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta
Max Heindel 

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H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta - Max Heindel - Capítulo 4 -

Capítulo 4

Hemos trazado la historia de “La Doctrina Secreta”, desde el tiempo cuando el Maestro de H. P. B. le dio el plan, hasta que este fue impreso y dado al mundo. Ahora estudiaremos el plan sobre el cual fue construido, y trataremos de dar una hojeada a las enseñanzas contenidas en sus volúmenes.

Cuando contemplamos el rango de subtemas tratados en el interior de este trabajo, un rango limitado solo por el universo, se hace aparente cuan fragmentado debió estar el bosquejo. El contenido de “La Doctrina Secreta” no puede ser enseñado en una sola lectura, ni siquiera en un ciento de lecturas, aunque el curso de la lectura fuera dado por el
exponente más conocedor. El trabajo es una mina rica en gemas invaluables de conocimiento oculto. Perseverancia e intuición son el pico y la pala que utilizados diligentemente nos permiten poseer estas gemas de gran precio. Una verdad descubierta por nosotros mismos permanece con nosotros después de haber perdido una docena de otras verdades que nos hayan sido explicadas por otros. Por lo tanto, si podemos ser inducidos a profundizar en “La Doctrina Secreta” por nosotros mismos, nos beneficiaremos más que si alguien nos explicara cada enseñanza contenida entre sus cubiertas.

Una lectura precipitada ocasionará disturbios en la mente, como antes de nosotros los demonios y devas, Dhyan Chohans y Kumaras, yogas y ciclos, satires y faquires, adeptos y alquimistas, manus y mónadas, en una continua sucesión de imágenes sucesorias.

Para ser de valor, “La Doctrina Secreta” debe ser estudiada. Así como Teseo, quien entró al laberinto de Creta para pelear con el Minotauro, fue guiado fuera del laberinto por el hilo de Ariadna, el estudiante debe fijar su mente en un tema, y adentrarse audazmente en el laberinto para pelear con el Minotauro de la ignorancia. Si persiste y se aferra firmemente al hilo dorado de la intuición, tendrá la seguridad de extraer la gema invaluable del conocimiento del tema en cuestión, y por su trabajo lo habrá hecho parte de sí mismo, una posesión que nunca perderá. En esta manera, él pasará días en la búsqueda de un punto pequeño, pero cuando entienda ese punto, sabrá que el tiempo fue bien invertido. Cuando finalmente, él haya extraído tanta información como le haya sido posible de “La Doctrina Secreta”, almacenará en su mente una concepción de la verdad.

No puedo describir la gran alegría que sentí cuando visualicé una verdad, y cómo medité en ella y admirado pude ver cómo concordaba en todas las filosofías en general.

Debe recordarse que el trabajo que estamos considerando no es en ninguna manera el todo de la filosofía esotérica que poseen los Maestros de la Sabiduría, sino un pequeño fragmento de sus doctrinas fundamentales. Las enseñanzas de “La Doctrina Secreta”, aunque están fragmentadas e incompletas, no pertenece a las religión Hindú, Zoroastrismo,
Caldea o Egipcia; tampoco al Budismo, Islamismo, Judaísmo o Cristianismo exclusivamente. El libro contiene la esencia de todos ellos. Originados de la misma fuente,
han sido fragmentados en estos volúmenes, en sus elementos originales, fuera de los cuales cada misterio y dogma se ha desarrollado y materializado. El objetivo del trabajo es mostrar que la Naturaleza no es una concurrencia fortuita de átomos, para asignar al hombre su lugar correcto en el esquema del Universo, para rescatar de la degradación las verdades arcáicas, que son las bases de toda religión, para descubrir hasta cierto grado la unidad fundamental que ellos soltaron, y finalmente para mostrar que el lado oculto de la Naturaleza nunca ha sido alcanzado por la ciencia de la civilización moderna.

Cuando un arquitecto comienza a construir un moderno rascacielo, primero prepara un cimiento sólido, sobre el cual levanta las enormes vigas de acero para formar el esqueleto del edificio. Este esqueleto es entonces cubierto con paredes y pisos de concreto y otros materiales. Un sistema de tubos de vapor, como arterias, lleva calor a cada cuarto.

Su sistema nervioso es una intrincada red de cableado eléctrico y telefónico, mientras que en el sótano palpita una máquina de vapor, haciendo que funcione un generador eléctrico.

El resultado es un conjunto orgánico pulsante con vida.

Un tanto similar es el proceso seguido por los Maestros de la Sabiduría, quienes construyen la gigantesca estructura de conocimiento oculto que estamos considerando. Un
escritor Mohammedan dice: “En la asamblea del día de la resurrección, los pecados de Kabak serán perdonados por el motivo de la Lujuria de las Iglesias Cristianas”. El profesor
Max Muller contestó: “Los pecados del Islam son tan faltos de valor como el polvo del Cristianismo. En el día de la resurrección ambos, los islámicos y los cristianos, verán la vanidad de sus doctrinas religiosas. Los hombres pelean por su religión en la tierra. En el
cielo descubrirán que solo hay una religión verdadera”. En otras palabras, “No hay religión  más elevada que la Verdad”. Sobre esta fundación de la verdad fue levantada, por los Maestros de la Sabiduría de las Edades, el esqueleto de la estructura del “Libro de Dzyan”,
un manuscrito Senzar de gran antigüedad, en donde está recolectado todo lo que fue bueno y malo en todas las religiones del mundo, cubierto por el conocimiento oculto, adornado con antiguos símbolos y mitos. Estos fueron los más hermosos para ser privados de las escalas del materialismo que por edades los han cubierto. El resultado es un apilamiento de filosofía trascendente contenida en “La Doctrina Secreta”. Se puede preguntar: ¿Dónde están las arterias de tubería de vapor, el sistema nervioso de cableado eléctrico, la máquina de vapor y el generador eléctrico para vitalizar la construcción?. Los estudiantes deben suplirlo consigo mismos haciéndolo parte de sí mismos, tomándolo para su propia vida. En proporción, como ellos hagan esto será la vida que tengan para sí mismo, su medida y sus límites que son su dedicación a sus ideales.

“La Doctrina Secreta” establece tres postulados fundamentales: El primero es la existencia de un Principio omnipresente, eterno, infinito e inmutable acerca del cual toda especulación es imposible, ya que trasciende el poder de la concepción humana y sólo puede ser comparado por una expresión humana o similitud.

Está fuera del alcance del pensamiento y de toda expresión humana. Este ser Ser es simbolizado en “La Doctrina Secreta” bajo dos aspectos: en un lado es el Espacio Abstracto
Absoluto, representación de subjetividad baja, la única cosa que ninguna mente humana puede excluir de cualquier concepto o concebir por sí mismo.

El segundo es un Motivo Abstracto Absoluto, representando conciencia incondicional. Este aspecto, es también nombrado como el Gran Aliento, la Realidad Única. El Absoluto es el campo de la conciencia absoluta, o la esencia que está fuera de toda relación con la existencia condicionada, y de la cual la conciencia de la existencia es un símbolo condicional; pero una vez que pasamos en pensamiento de esta absoluta negación (para nosotros), la dualidad ocurre inesperadamente en el contraste del Espíritu (o la Conciencia) y Materia.

El Espíritu y la Materia tienen que ser vistos no como realidades independientes, sino como símbolos o aspectos del Absoluto, que constituyen la base del ser condicionado, ya sea subjetivo u objetivo. Considerando esta triada metafísica como la raíz de donde procede toda manifestación, el Gran Aliento asume el carácter de la ideación precósmica.

Es la fuente de fuerza y de toda conciencia individual, y suple la Inteligencia, guía en el vasto esquema evolutivo. Por otro lado, la sustancia raíz precósmica es el aspecto del Absoluto que es la base de todos los planes objetivos de la naturaleza.

El universo manifestado es impregnado por la dualidad, la esencia más básica de su existencia como Manifestación. Así como los polos opuestos de subjetividad y objetividad,
espíritu y materia, son solo los aspectos de la Única Unidad en que ellos están sintetizados,
de tal manera que en el universo manifestado hay una unión del espíritu a la materia, subjetivo a objetivo. Este algo, como algo desconocido para la especulación del Oeste, es
llamado por los ocultista del Este “fohat”. Es el puente por el cual las ideas existentes en el
pensamiento divino son impresas en la sustancia cósmica.

Así que, del espíritu o de ideación cósmica viene nuestra conciencia; de la sustancia cósmica vienen todos los vehículos en que esta conciencia es individualizada; esta sustancia en sus variadas manifestaciones es la liga misteriosa entre la mente y la materia, el principio que vivifica cada átomo.

El segundo postulado fundamental de “La Doctrina Secreta” es la existencia de la eternidad en todo como un plano ilimitado, siendo periódicamente el espacio de los innumerables universos que incesantemente se manifiestan y desaparecen. Este postulado es la universalidad absoluta de la ley de la periodicidad, del flujo y el reflujo que la ciencia física ha observado y registrado en todos los departamentos de la naturaleza. Una alternación como la del día y la noche, caminar y dormir, vida y muerte, es de hecho tan común, tan perfectamente universal y sin excepción, que es fácil de ver en ello una de las leyes fundamentales del universo.

El tercero y último de los postulados fundamentales de “La Doctrina Secreta” es la identidad fundamental de todas las almas con el Alma Universal, el último ser en sí mismo un aspecto de la Raíz Desconocida; y el peregrinaje obligatorio de toda alma en cada ciclo de la encarnación. Estas almas o chispas son los Hijos que habitan eternamente, desde el principio de la era creativa en el regazo del Padre. Ellos existen para ser perfectos a través
de los sufrimientos. Cada alma es de verdad igual al Padre en lo que concierne a su divinidad, pero inferiores al Padre en sus condiciones de humano, y cada uno entra en la
materia para rendir todas las cosas a sí mismo. El alma tiene que ser sembrada en debilidad para que sea levantada en poder, para escapar de las limitaciones, de un Logos estático, conteniendo todos los poderes divinos, omnisciente y omnipresente de su propio plano, pero inconciente de los demás planos. Su gloria es velada en materia que enceguece el alma, para que a través de la experiencia, el alma pueda llegar a ser omnisciente y omnipresente en TODOS LOS PLANOS, respondiendo a todas las vibraciones divinas en lugar de solo a las vibraciones de los planos más altos.

La doctrina giratoria de la sabiduría oculta, no admite dones especiales o privilegiados en el hombre, a excepción de aquellos ganados solo por su alma a través de largas series de reencarnaciones y metempsicosis.

Tales son las concepciones básicas en que “La Doctrina Secreta” se fundamenta. No sería apropiado hacer una defensa o probar su inherente cordura, tampoco puedo detenerme para mostrar como se contienen, demasiado a menudo bajo modo engañoso, en todos los sistemas de pensamiento o de filosofía digna de renombre.

Una vez que el estudiante ha logrado una clara comprensión de ellas y percibe la luz que emanan sobre cada problema en la vida, encuentra que no necesita una justificación.

La historia de la evolución cósmica como fue trazada en las Stanzas de Dzyan puede mirarse como la fórmula algebraica abstracta de la evolución. Por lo tanto, el estudiante no debe esperar encontrar un conteo de todas las etapas y transformaciones que han ocurrido entre el inicio de la evolución universal y nuestra etapa actual. Dar un conteo tal sería tan imposible como incomprensible para el hombre, quien no puede alcanzar a comprender siquiera la naturaleza del plano próximo a su existencia. Por eso los Stanzas dan una fórmula abstracta que puede ser aplicada a toda la evolución, a aquella de nuestra pequeña tierra, a la de la cadena de planetas de la cual forma parte nuestra tierra, a la del universo solar al cual pertenece la cadena, y así sucesivamente en la escala ascendente hasta que la mente se enrede exhausta en su esfuerzo por comprender.

Los siete Stanzas del primer volumen representan los siete términos de la fórmula abstracta a la que se refieren, y describen las siete grandes etapas del proceso evolutivo mencionados en la filosofía Hindú como las siete creaciones, y en la Biblia como los días de la creación.

Describe la condición del Absoluto Único durante el interludio entre las manifestaciones cósmicas y el primer alboroto de volver a generar actividad. Una consideración momentánea hará notar cuán difícil es describir tal etapa. Ya que es un estado de “Absolutividad per se”, no puede poseer los atributos específicos que sirven para describir objetos en términos positivos. Por lo tanto, el estado puede ser sugerido solo por negativos envolviendo la mayoría de todos los atributos negativos que los hombres sienten en vez de concebir como los límites remotos alcanzables por sus poderes de concepción.

Somos informados por Stanza que: “El Padre eterno envuelto en sus vestimentas siempre invisibles había descansado otra vez por siete eternidades. El tiempo no existía, ya que él permanece inactivo en el infinito íntimo de duración. La mente Universal no existía, ya que no había Ah-Hi para contenerla. Los siete caminos para la dicha no existían. Las grandes causas de la miseria no existían, ya que no había nadie para producir y quedar entrampado
por ellas. Solo la oscuridad llenaba el infinito, para el padre, madre e hijo era una vez más uno, y el hijo no había despertado todavía para el nuevo ciclo, y su peregrinaje sobre eso.

Los siete señores sublimes y las siete verdades habían cesado de ser, y el Universo, el hijo
de la Necesidad, estaba inmerso en Paranishpanna (El Absoluto), para tener descanso por
aquello que es pero no es. La nada era. Las causas de la existencia habían sido desechadas; el visible que era, y el invisible que es, descansó en un eterno no-ser, el único ser. Sola la forma única de existencia estiró el infinito, sin causa, duerme sin sueños; y la vida pulsó inconsciente en el espacio universal, a través de Toda-presencia que es sensible por el ojo abierto del Dangma (el ojo espiritual interno del adivino, o El Tercer Ojo).

Describe una etapa que para la Mente Oriental es muy parecido con el primero que para explicar la diferencia se requeriría un tratado en si mismo. Una comprensión de lo que contiene puede ser obtenido solo a través de la intuición y las facultades elevadas del estudiante. De hecho, debe de recordarse que todas las Stanzas apelan más a las facultades internas que al cerebro físico: “¿Donde estaban los Constructores, los Hijos luminosos de Mavantaric Dawn * * * Los creadores de la forma a partir de la no forma, la raíz del mundo? * * * ¿Dónde estaba el silencio?. ¿Dónde las orejas para sentirlo?. No, no había ni silencio ni sonido; nada conserva el aliento eterno sin pausa, que no se conoce a sí mismo.

La hora no había llegado todavía; el rayo no había relampagueado todavía en el Origen; la Matripadma (Madre – Lotus) no se había expandido. * * * El universo permanecía todavía
en secreto en el Divino pensamiento y el regazo Divino.”

Describe el nuevo despertar del universo a la actividad después del descanso. Se aprecia la urgencia de los seres unicelulares desde su estado de absorción en lo interno del Uno. Así comienza la etapa primera y la más elevada en la formación de los mundos. El término “seres unicelulares” se puede aplicar al más vasto sistema solar y al átomo más pequeño. La Stanza dice: “La última vibración de la séptima eternidad produce vibraciones a través del infinito. La madre se levanta, expandiéndose desde lo interno hacia lo externo, como un botón de Lotus. La vibración se mueve de manera longitudinal, tocando con su rápido vuelo el universo todo y el origen que permanece en la oscuridad. La oscuridad que respira sobre las aguas dormidas de la vida. La oscuridad difunde luz, y la luz suelta un pequeño y solitario rayo dentro de la madre – envolvente. El rayo dispara a través del huevo virgen, el rayo ocasiona que el huevo virgen vibre, y suelte el germen no – eterno, condensándose en el mundo-huevo. * * * Padre – Madre teje una telaraña cuyo límite superior es asegurado para el espíritu, la luz de una oscuridad, y el límite inferior a su oscuro final, la materia; y esta telaraña es el universo prolongado de las dos sustancias hechas en una. * * * Este se expande cuando el aliento de fuego es sobre él; se contrae cuando el aliento de la madre lo toca. Entonces los hijos desasocian y dispersan, para regresar al regazo de su madre en el final del gran día, y volver a ser uno con ella. * * *.”

Muestra las diferencias del germen del universo dentro de la septenaria jerarquía del Poder Divino conciente que es la manifestación activa de la única energía suprema. Existen los constructores, los formadores, y finalmente los creadores de todo el universo manifestado en el único sentido en que el nombre Creador es inteligible. Ellos informan y lo guían. Ellos son seres inteligentes quienes ajustan y controlan la evolución, concretando en sí mismos esas manifestaciones de la única Ley que conocemos como la Ley de la Naturaleza. Esta etapa de evolución es llamada en la mitología la Creación de los Dioses, pero esta no es una creación de dioses en el sentido en que generalmente se entiende en el Oeste, sino un nuevo despertar a la actividad de los Seres quienes han obtenido sus inteligencias trascendentales en universos formados.

“El Siete Primordial, los Primeros Siete Alientos del Dragón de la Sabiduría, producen en su momento desde sus Santos Alientos en Espiral el Torbellino de Fuego.”

La stanza describe el proceso de formación del mundo; primero, difundir la materia cósmica, entonces el torbellino de fuego, la primera etapa en la formación de una nebulosa.

Esta nebulosa se condensa, y después de pasar por varias condensaciones, y varias transformaciones forma un universo solar, una cadena planetaria, o un solo planeta, como el caso puede ser.

Indica las etapas subsecuentes en la formación de tal mundo, y trae su evolución al cuarto periodo, correspondiendo al periodo en que estamos ahora viviendo.

“* * * Él los construye en la resemblanza de antiguos ciclos, colocándolos en los Centros Imperecederos. ¿Cómo Fohat los construye?. Él colecciona las partículas de fuego.

Él hace bolas de fuego, dispersándolas a través de ellos, y rodeándolos, insertando la vida,
entonces poniéndolos en movimiento; algunos en una manera, otros en otra manera. Ellos están fríos, él hace que se calienten. Ellos están secos, él hace que se humedezcan. Ellos están calientes, él sopla y los enfría. Así actúa Fohat de un amanecer al siguiente, durante
Siete Eternidades. * * * Hacer sus cálculos, Lanoo, si tú aprendieras la edad correcta del ciclo más pequeño. Su cuarto rayo es nuestra madre. Alcanza el cuarto fruto de la cuarta
ruta de conocimiento que lleva al Nirvana, y comprenderás, porque verás.”

“Observa cuidadosamente el comienzo de la vida sin forma con el poder de la percepción. * * * El único rayo multiplica los rayos pequeños. La vida precede a la forma, y la vida sobrevive al último átomo de la forma. A través de los incontables rayos procede el rayo de vida, el Único, como un filamento a través de muchas joyas. * * * La partícula de fuego se sostiene de la flama por el filamento más fino de Fohat. Viaja a través de los Siete Mundos de Maya. Para en el primero, y es un metal y una piedra; pasa al segundo y observa una planta; la planta gira a través de siete cambios y se convierte en un animal sagrado. De la combinación de los atributos de estos, Manu, el pensador es formado.

La séptima stanza continúa la historia, trazando el descenso de la vida hasta la apariencia humana, terminando así la descripción de la evolución cósmica como está en el primer volumen.

Para un resumen gráfico de las enseñanzas de “La Doctrina Secreta” en la cosmogonía de los sistemas de palabras a los que nosotros pertenecemos, sería difícil mejorar ese dado en un antiguo comentario del Libro de Dzyan. “Ocho casas fueron construidas por la Madre (Espacio). Ocho casas para sus Ocho Hijos Divinos (planetas); cuatro grandes y cuatro pequeñas. Ocho soles brillantes, de acuerdo a sus edades y méritos.

Bal-i-lu (Marrtanda) (el octavo sol, el sol de nuestro sistema solar) no estuvo satisfecho, ya que su casa era la más grande. Él comenzó (a trabajar) como los enormes elefantes lo hacen. Él respiró (inhaló) hacia su estómago los aires vitales de sus hermanos. Él buscó de
devorarlos. Los cuatro más grandes huyeron; lejos, a los márgenes de sus reinados (el sistema planetario). Ellos no fueron robados (afectados) ni burlados. Haga su mejor intento,
Señor, no puede alcanzarnos, dijeron. Pero el más pequeño lloró. Ellos complacieron a la 
Madre. Ella exilió a Bal-i-lu al centro del Reino, desde donde el no se podría mover.

(Desde entonces) él (solo) mira y amenaza.

Él continúa en su intento por agarrarlos, girando lentamente alrededor de sí mismo, ellos giran rápidamente alejándose de él, y él siguiéndolos desde la distancia en la dirección en que sus hermanos se mueven en la ruta que delimita sus casas. (El sol rota sobre su propio eje siempre en la misma dirección en que los planetas se mueven en sus respectivas órbitas. La astronomía nos lo enseña).”

Si hay en algún lugar un diagrama y una exposición más gráfica, me gustaría conocerla. La astronomía moderna también explica este fenómeno, aunque en algunos puntos difiere. La doctrina oculta niega la hipótesis (nacimiento de la teoría nebular) que los siete grandiosos planetas se formaron gradualmente de la masa central del sol, por lo menos de nuestro sol visible. La primera condensación de materia cósmica tomó lugar alrededor de un núcleo central, su padre sol, pero de acuerdo con las enseñanzas ocultas, el sol solo se separó a sí mismo antes que los otros, conforme la masa rotante se contraía, y es su hermano mayor y no su padre.

Cada uno de estos siete planetas en su momento es también asociado con otros seis planetas. Tal grupo es llamado una cadena planetaria. Cada una de estas cadenas planetarias forma un campo de evolución para un cierto número de vidas unicelulares o almas. Hay muchas subdivisiones, pero no tenemos que estar interesados en ellas aquí.

La evolución de estas almas progresó a través de una serie de manifestaciones en una o más de estas cadenas, y al igual que esta tierra es el cuarto planeta y el más material de los siete globos que es el campo de su sistema especial de evolución, hacen esta completa cadena de mundos que ocupa el mismo lugar en el esquema más grande al cual pertenecemos; dicho sea de paso, el pulso vital que está ahora ciclando este periodo presente de evolución tuvo su inicio mucho antes que este. Ha habido tres periodos de evolución antes que este, y habrá tres más después que este haya pasado, antes de que la
manifestación objetiva una vez más regrese al regazo del Infinito para un periodo de descanso.

Nuestra pequeña tierra y sus habitantes humanos reciben cierta consideración en el segundo volumen de “La Doctrina Secreta”. Para entenderlo no es tan simple como uno podría suponer cuando mira las pinturas representando la historia de la creación en algunas de las antiguas catedrales de Europa, donde dios aparece como un constructor de juguetes de Nuremburg, sosteniendo los planetas en el firmamento, o sentado con la pierna cruzada en una mesa con un gran par de tijeras delate, haciendo abrigos de piel para Adán y Eva.

Entendemos también que la constitución geológica de la tierra no puede ser contada por la teoría de la creación de los seis días o cualquier otra teoría de la creación, porque si dios creó el mundo de tal manera, también debemos suponer que él hizo girar las capas, guardó los fósiles entre ellas, vacío con pala los valles supuestos que han sido hechos por los glaciares, y ocasionó las marcas de erosión por agua, todo para Su propia gloria y para la mistificación del hombre.

“La Doctrina Secreta” enseña que el fuego-niebla que eventualmente condensa en lo que ahora es nuestra tierra, originalmente cubría un área tan grande que envolvía a la luna.

Después fue calentada a tal grado que su consistencia se suavizó como la tierra húmeda; su agua y su aire fueron convertidos en vapor, y cuando el fuego-niebla se contrajo, la atmósfera y el agua siguieron al nuevo centro. Cuando la tierra se enfrío lo suficiente, el fuego-místico que la envolvía se condenso en nuestra agua y nuestro aire actuales, hasta el tiempo cuando la ola de vida llegó a la tierra desde Marte en el curso del presente periodo, la tierra se había enfriado tanto que el agua había llegado a ser tibia. En este tiempo, el primero de los cuatro grandes continentes, que existieron antes que la tierra asumiera su presente topografía, apareció en la región ahora conocida como el Ártico.

H. P. Blavatsky y la Doctrina Secreta
Max Heindel 

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