El arca de la Alianza
Sólo y exclusivamente el Gran Sacerdote podía
penetrar en el Sanctasanctórum, y lo hacía una sola
vez al año, el día del Yom Kippur o Día de la
Propiciación, y, ello, tras una concienzuda
dedicación y con exquisita reverencia, dado que en
esta sala se hallaba saturada de la solemnidad de
otro mundo, a la vez que se percibía en ella la
grandeza de una presencia no terrena. Aquí, pues,
era el excelentísimo lugar donde se percibía y veía
la imponente manifestación de Dios, la excepcional
morada de la Gloria del Shekinah, motivo que
impelía al temor del Gran Sacerdote ante el mero
pensamiento de ponerse en "Su" presencia.
En la parte más extrema, más occidental de este
cuarto se hallaba, mejor, descansaba, el Arca de la
Alianza. Se trataba de un receptáculo cóncavo, el
cual, además del Pote de oro y la Vara de Aarón,
contenía las Tablas de la Ley, las entregadas a
Moisés por Dios. Es bien sabido que mientras esta
Arca permaneció en el Tabernáculo en el Desierto,
llevaba puestas siempre dos balancines o estacas
introducidas por cuatro anillas, a fin de que, en
cualquier momento pudiera ser cogida y
transportada. Sin embargo, una vez depositada en el
Templo de Salomón, tales estacas fueron quitadas
definitivamente. A su significado esotérico nos
referiremos en lo que sigue.
Por encima del Arca, dos Querubines se erguían
inclinados, morando entre ellos la Gloria increada de
Dios. “Allí – Él dijo a Moisés – Yo estaré contigo y
me comunicaré contigo por encima de la Silla de
Misericordia, entre medias de los dos Querubines
que están sobre el Arca del Testimonio". Vista por
encima de la Silla de Misericordia, la Gloria del
Señor tenía la apariencia de una nube. El Señor dijo
después a Moisés: "Di a tu hermano Aarón que no
entre a cada instante en el Santo de los Santos, esto
es, por dentro del velo que hay delante de la Silla de
Misericordia, la cual está sobre el Arca, para que no
muera, pues Yo apareceré en forma de nube sobre
la Silla de Misericordia". A esta manifestación de la
grandiosa y divina presencia fue llamada entre los
judíos la Gloria del Shekinah. La voz de Dios parecía
salir de aquella nube con profunda solemnidad al ser
consultado acerca del bienestar, el interés o
necesidad de Su pueblo.
Calificado que ha sido el aspirante para entrar en
este Cuarto Occidental, que oculta el segundo velo,
su ojo físico no percibe absolutamente nada, por lo
cual es preciso que tenga internamente luz, dentro
de él. Pero ¿cómo ha debido conseguirlo?
… una vez llegó a la entrada oriental del Templo
"pobre, desnudo y ciego" ante el Altar de Bronce o
de los Sacrificios; se le dijo que por medio del
remordimiento por sus errores podría avanzar;
posteriormente, ante la luz brillante procedente del
Candelabro de Siete Brazos se le dio la luz del
conocimiento y la razón para que pudiera seguir su
marcha, si bien entonces se le exigió que, mediante
el servicio voluntario a favor de los demás, debía
formar dentro de sí el "Dorado vestido de Bodas", luz
crística que expide el denominando "Cuerpo del
Alma", por lo que hasta que no desarrollase este
instrumento de iluminación espiritual, no podría
penetrar en los recintos del Sanctasanctórum. Sin
embargo, cuando ha conseguido penetrar en él, su
particular luz interior vibra en armonía con la luz de
la Gloria del Shekinah que se encuentra entre
ambos Querubines, comprendiendo entonces la
fraternidad y amistad con el propio Fuego del Padre,
representando los Querubines y este Fuego a las
divinas Jerarquías que, durante su peregrinación por
el desierto, guiaron a la humanidad, del mismo modo
que el Arca allí depositada representa al hombre en
su máximo estado de desarrollo; en consecuencia,
dentro de ella deben hallarse el Pote de Oro, la Vara
florecida de Aarón y las Tablas de la Ley.
Por tanto, al acercarse el aspirante al sendero a la
entrada del templo, la ley se encontraba fuera de él,
y ella debería enseñarle a dirigirse a Cristo. Era el
momento del "ojo por ojo…", y toda transgresión
implicaba de inmediato un castigo justo y equitativo,
y todo se hallaba regulado por la ley, lo que debía y
no debía hacer.
En cambio, una vez que mediante el sacrificio
personal ha conseguido introducir en su interior las
Tablas de la Ley y llevarlas dentro (el Espíritu
Consolador) entonces, y sólo entonces, es que se
habrá liberado y emancipado de todas las
coacciones e interferencias externas respecto a sus
acciones, pues se habrá convertido en una ley en sí
mismo. Quien siente la necesidad de guardar la ley y
lo hace así por interna convicción, ya no requerirá en
adelante que nadie desde el exterior de indicaciones
acerca del sentido en que deberá obrar.
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del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel
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