humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

*
del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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domingo, 25 de mayo de 2014

La Palabra Creadora


La Palabra Creadora

De todos los instrumentos que el espíritu posee, la
mente es el más importante, el especial en la obra
de la creación, pues si la laringe espiritualizada y
perfecta en el futuro hablará la Palabra Creadora, la
mente perfeccionada decidirá tocante a la forma
particular y volumen de vibraciones, por lo que sin
duda será factor determinante. La Imaginación,
fuerza preeminentemente femenina, será la facultad
espiritualizada que dirigirá la creación.
La imaginación, por tanto, es algo imprescindible,
fundamental. Ella es quien proyecta nuestras casas,
nuestros vestidos, nuestros aviones y nuestro entero
futuro. Cualquier perfeccionamiento, tanto en lo
físico como en lo espiritual, ha de ser imaginado
previamente en cuanta posibilidad para que pueda
llegar a convertirse en una cosa real. Si el lector
tiene la amabilidad de examinar el diagrama 3, entre
las funciones de los diferentes vehículos humanos y
las partes de un estereoscopio, la mente
corresponde a la lente. Ella equivale al foco
mediante el cual las ideas producidas por la
imaginación del espíritu se proyectan sobre el
universo material. Primeramente son sólo
pensamientos-forma (imaginaciones), pero cuando
el deseo de realizar las posibilidades imaginadas ha
puesto al hombre en acción en el Mundo Físico,
entonces se convierten en lo que denominamos
"realidades concretas".
De todas formas, actualmente la mente no se
encuentra lo bastante desarrollada aún de manera
que pueda permitir dar una imagen cierta y clara de
lo que el espíritu imagina., es decir, no está
debidamente enfocada, pues proporciona cuadros
confusos y borrosos. De ahí las necesidades de la
experimentación, pues demostrando los defectos de
la primera concepción, conducirá a nuevas
imaginaciones e ideas, y ello hasta que la imagen
producida por el espíritu en sustancia mental haya
cuajado debidamente en sustancia física.
En definitiva, sólo somos capaces de formar en la
mente imágenes que tengan relación con la Forma
porque la mente humana no se desarrolló hasta el
Período Terrestre y, por tanto, se halla ahora en su
estadio primero de forma o "mineral", por lo que en
nuestras operaciones nos encontramos limitados a
las formas, a los minerales. Por ello, si bien
podemos imaginar maneras o medios de trabajar las
formas minerales de los tres reinos inferiores,
apenas si podemos hacer algo o nada en los
cuerpos vivientes. Podemos ciertamente injertar un
árbol con una rama viviente, o llevar una parte
viviente de un animal al hombre, pero en realidad no
es con "la vida" con lo que estamos trabajando sino
con la forma únicamente. Esto debe quedar bien
grabado, indeleblemente. Crear la vida está más allá
del poder del hombre, y así será hasta que su mente
no se desarrolle y se convierta en
una estructura ciertamente viviente.
En el Período de Júpiter, hasta cierto punto, la
mente se vivificará, y el hombre podrá imaginar en
ese entonces formas que vivirán y crecerán como
las plantas.
En el Período de Venus, una vez que su mente haya
adquirido "sentimiento", podrá crear cosas vivientes
y sensibles, además de poseer capacidad para
crecer.
Y cuando obtenga la perfección, al final del Período
de Vulcano, la mente podrá "imaginar" la creación de
criaturas que vivirán y crecerán, sentirán y pensarán.
En concordancia con lo anterior, nuestra humanidad
actual tendrá a su cargo la oleada de vida que
comenzó su evolución en el Período Terrestre, la
que justamente anima ahora a los minerales. En
este momento estamos trabajando con ellos por
medio de la imaginación y dándoles forma, haciendo
con ellos barcos, puentes, ferrocarriles, casas,
ordenadores y aviones, además de vehículos
espaciales y otros sueños imaginarios.
Ya, en el Período de Júpiter, guiaremos la evolución
del reino vegetal, porque lo que, encontrándose
ahora en estado mineral, para entonces tendrá una
existencia análoga a la de las plantas: Lo haremos
de igual modo a como lo hacen en el presente con
las plantas los Ángeles. Nuestra mente se habrá
desarrollado de tal manera que no sólo tendremos
capacidad para imaginar formas, sino que seremos
capaces de animarlas dándoles vitalidad.
En el Período de Venus, los minerales de hoy
habrán avanzado un paso más, por lo que
deberemos dirigir a los animales de ese tiempo, tal a
como lo hacen hoy los Arcángeles con los animales
presentes, dándoles vitalidad y formas sensibles.
Y ya, en el Período de Vulcano, nuestro privilegio
consistirá en proporcionarles una mente germinal,
como los Señores de la Mente lo hicieron con
nosotros en la Época Atlante. Los minerales de hoy
serán la humanidad de dicho período, y nosotros
habremos pasado a través de estados análogos a
los recorridos por los Ángeles y los Arcángeles y
avanzado un poco más, pues alcanzaremos un
punto evolutivo superior al de los presentes Señores
de la Mente, pues nunca tiene lugar
una reproducción exacta en parte alguna, y sí en
cambio un perfeccionamiento progresivo debido a
los trazos hacia arriba y hacia adelante de la espiral.
El Espíritu Divino absorberá al Espíritu Humano al
finalizar el Período de Júpiter, al Espíritu de Vida a la
conclusión del Período de Venus, y a la Mente
perfeccionada – encerrando todo lo adquirido a lo
largo de los siete períodos, a la finalización del
Período de Vulcano.
Posteriormente surgirá un largo intervalo de
actividad subjetiva, durante el cual los espíritus
virginales absorberán todos los frutos del Período
Septenario de Manifestación habido. Pasado este
intervalo se sumergirán en Dios – de quien vinieron
– para re-emerger al alborear otro Gran Día, como
otros de sus Gloriosos Colaboradores, pues durante
la pasada evolución sus posibilidades latentes
habrán sido transmutadas en poderes dinámicos, y
habrán adquirido no sólo Poder de Alma sino Mente
Creadora como fruto de su peregrinaje a través de
la materia. Por tanto, habrán avanzado desde la
impotencia a la omnipotencia y de la nesciencia a la
omnisciencia.

*
del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel

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