humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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martes, 27 de mayo de 2014

De los vampiros



De los vampiros

Después de ver tantos filmes referentes a Drácula, y
de rememorar aquel momento en que Peter Cusing
(pongamos por ejemplo) cogiendo una afilada estaca
y un buen martillo procedía a atravesar el corazón
truculento e infecto del hombre-vampiro ¿cómo no
haber respirado el cinéfilo tal vez con satisfacción o
con descanso?
Sin embargo, la enorme complejidad a que está
sujeto el mundo en sus infinitas articulaciones y
desarrollos, nos trae también aquí, en calidad de
algo que debe ser sabido por la generalidad, con el
aserto de que, entre una numerosísima serie de
entidades malignas, efectivamente existen los
vampiros. Qué sean y en qué consistan sus
actividades o cómo sobrevivan, es de lo que en un
exiguo tratado vamos a ocuparnos seguidamente.
Hay que partir de que un vampiro en los términos
aquí tratados - es una entidad humana ya fallecida
que después de la muerte consigue "vivir" en la tierra
a base de alimentarse con el cuerpo vital tanto de
personas muertas como vivas, y la sangre es una de
las más altas expresiones de aquél.
Un vampiro es desde luego siempre una entidad de
naturaleza perversa que casi con absoluta seguridad
ha ido arrastrando en sucesivas vidas "cuerpos de
pecado" acumulativos o bien engrandecidos, de tal
suerte que, cuando en el mundo físico se
materializa, puede vérsele con las más estrafalarias
u horrendas formas que uno pueda imaginarse, así
humanas como de animales. Recuérdese, o
anotemos en todo caso, que las formas que
presentan las entidades por medio de los "cuerpos
de pecado" las expresan de ordinario a través de
desmesuras, o bien de naturaleza estrambótica:
enormes y desproporcionados manos o brazos,
cabezas abultadas y descuadradas, dedos como
garras, rostros monstruosos, etc. De cualquier modo,
debemos remarcar como nota muy importante que el
vampiro tiene poder para revivificar la sangre
coagulada que encuentra en los cadáveres,
pudiendo entrar en uno de ellos nada más haber
muerto.
Por tanto, lo que permanentemente hace el vampiro
es aspirar la vitalidad de cuantas personas son
accesibles para a continuación inyectarla en la
sangre de su cadáver-casa, a fin de mantener
constantemente abundante y fresco su sustento, es
decir, lo renueva de forma continua. Esta es su
forma de poder continuar en este mundo. Tan esa
así que, en algún caso, se halló que el vampiro se
había comido el cuerpo por dentro, dejando intactos
tanto los huesos como la piel. O sea, había
conformado su casa-cadáver cual un auténtico
cascarón.
Los vampiros – seres humanos fallecidos, no se
olvide semejante detalle – tienen la virtualidad de no
incorporarse al Mundo del Deseo – es decir, al
Purgatorio – durante siglos. Seguramente muchos
de los lectores hayan oído historias de personas
que, tras haberse sentado en determinando lugar o
asiento, de repente se han sentido exhaustas por
completo, faltas de vitalidad… (Recordemos que
existen personas vivas que de forma inconsciente y
natural vampirizan a cuantas las rodean) Aquellas
personas altamente negativas, tanto en
pensamientos como en sentimientos, suelen ser
presas preferidas de los vampiros reales.
Antes de dar por terminado este brevísimo relato
acerca de los vampiros, sí queremos relativizar
algunos de los acomodos que seguramente, sin otro
remedio, hubieron de ser efectuados en las películas
de cine en torno al presente tema. Así, por ejemplo,
cuando veíamos al elegante vampiro Drácula saltar
por las ventanas y volar, la relación que tiene este
pasaje con la realidad es que, en la realidad, el
vampiro no dispone de cuerpo físico y por tanto
visible. Ni mucho menos configuraría un cuerpo
esbelto y delicado con maravillosos smókings, trajes
y capas, puesto que sus atuendos de conformación
naturales encajan con la abyección más disoluta y
las formas más animalescas y demacradas posibles.
En cuanto a la escena final, o prácticamente final,
cual era aquélla ya citada del martillo y la estaca a
clavar en el corazón del abominable, tras haber
perseguido crucifijo en mano al usurpador de
sangres hasta la catacumba de uno de los castillos
de Transilvania, referirles que mantiene cierta
similitud con lo que acaece en la realidad, puesto
que la manera de expulsar a la entidad de su casacadáver,
consiste en rajar con un cuchillo el
cascarón de piel y huesos en que en definitiva se
oculta y vive el vampiro. Una vez que la sangre se
derrama y cae a tierra, el vampiro muere
definitivamente para este mundo, puede decirse que
es el momento en que realmente muere, dado que
no tiene otra alternativa que la de ascender al
Mundo del Deseo (Purgatorio) para purgar cruda y
debidamente el mal ocasionado.
Si señalamos de forma principal que las variadísimas
prácticas tanto de vudú como de makumba son
generadoras en si mismas de múltiples cuerpos de
pecado, de elementales en toda su gama, y lugares
propicios para cometer las más terroríficas fechorías
a petición de los vampiros (cual sería aspirar la
sangre de la víctima a través de la sección de una
venilla a la altura del cuello, seccionada por el
oficiante) seguramente no estaríamos descubriendo
nada nuevo si estos escritos generales no fueran
dirigidos a personas que aspiran a elevarse física,
moral y espiritualmente.

*
del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel

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