CAPÍTULO IX
VENUS, EL PLANETA DEL AMOR
pág. 95
En el capítulo decimotercero de la primera epístola de San Pablo a los
corintios, encontramos una alabanza del “amor”. La palabra empleada por la
versión autorizada es “caridad”, pero debiera ser interpretada como amor y dice:
“El amor sufre largo tiempo y es bondadoso; el amor no se vanagloria ni se
encumbra; cree todas las cosas y sufre todas las cosas... y si hubiera profecías no
se manifestarán, y si hubiera conocimiento se desvanecerá”. San Pablo termina
diciendo que con el tiempo la fe y la esperanza dejarán de ser debido a que
nosotros conoceremos todas las cosas en las cuales tenemos puesta ahora
nuestra fe y todas nuestras esperanzas se realizarán; pero el amor, sostiene San
Pablo, permanecerá para siempre.
La nota clave de Venus es “amor”, “armonía” y “ritmo”, y si nosotros
deseamos conocer su naturaleza podemos leer con provecho aquel capítulo
substituyendo “Venus” por “amor” y diciendo: “Venus no se jacta ni se encumbra,
no busca su conveniencia, no se goza en la iniquidad sino en la verdad, aguanta
todas las cosas, cree en todas las cosas y todas las soporta”. Todas estas
sentencias son verdaderamente ciertas cuando se aplican a Venus, porque este
planeta es el lazo que une a todos los miembros do la familia humana en cualquier
clase de relaciones en que se manifieste. Es el rayo del amor de Venus que hiere
profundamente el corazón de la madre donde nace el fuerte cariño con el cual
nutre a sus hijos durante toda su infancia desvalida. Venus lanza la llamada del
amor que atrae al mozo y a la doncella, da y toma, suavizando todas las
dificultades en las relaciones conyugales. Venus siempre está quemando incienso
sobre el altar de sus afecciones y en su jardín amoroso crecen todas las flores que
perfuman aún a las almas más sórdidas con su aroma celestial y las elevan
mientras dura su infidencia a la categoría de los dioses.
Pero cuando Venus está afligido, todas esas sublimes cualidades se
empañan y toman un aspecto oculto y feo en consonancia con la naturaleza de la
aflicción. Las cuadraturas y oposiciones transforman el amor en lujuria que hace
que la persona se abandone a la satisfacciones sensuales; la percepción de la
belleza que se expresa en el arte se convierte en negligencia y desorden; la
tendencia hacia la abnegación, el darse uno mismo a los otros, se traduce en
egoísmo y procura hacer de los otros sus servidores rehusando cumplir con
deberes que no sean de su agrado, pues la pereza es una de las características
más marcadas de Venus afligido.
Como es de carácter femenino, Venus nunca solícita nada de los demás,
sino que ejerce una energía magnética, la cual atrae a los otros hacia él. Por lo
tanto, este planeta representa en el horóscopo de un hombre aquellas personas
del sexo opuesto con las cuales el nativo se pone en relación; pero en el
horóscopo de una mujer, Venus describe la atracción propia para los del sexo
opuesto, y Marte, el planeta masculino, muestra aquéllos que serán atraídos por
sus encantos.
Venus está esencialmente dignificado en Tauro y Libra, y exaltado en
Piscis, y, por lo tanto, su influencia será ejercida más poderosamente cuando se
halla colocado en estos signos. Venus se encuentra débil, “afligido”, cuando está
colocado en cualquiera de los signos marcianos, Aries o Escorpio, donde aquel
planeta tiene su caída, o cuando está en el signo mercurial de Virgo. La casa más
favorable para el planeta Venus es la séptima, donde su influencia hará al
matrimonio sereno y bendito.
***
del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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