LA LUNA EN LAS DOCE CASAS
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La Luna en la primera casa. Cuando la Luna está saliendo en la primera
casa al nacimiento y especialmente en un signo común o cardinal, da a la persona
que nace entonces una naturaleza muy agitada, es decir, está tratando siempre de
cambiar de empleo, ambiente y ocupación; está animada por un deseo insaciable
de viajar por el mundo. Cuando la Luna sale en un signo fijo, entonces proporciona
un poco más de estabilidad al nativo, pero aún entonces las nacidos en tales
aspectos probablemente pasarán por lo menos una parte de su vida en una
existencia errática. Las personas con la Luna en la casa primera son
generalmente muy sensitivas, especialmente si la Luna está en alguno de los
signos psíquicos, Cáncer o Piscis. Tienen una imaginación muy viva y son muy
intuitivos. Esta posición de la Luna ejerce una poderosa influencia sobre la salud,
especialmente en el horóscopo de una mujer, y los aspectos que la Luna recibe
determinan la fortaleza de la constitución. También es un signo de éxito en
ocupaciones en que ponen a prueba la persona en contacto con el público.
La Luna en la segunda casa significa condiciones financieras fluctuantes,
a menos que está bien fortificada por buenos aspectos con Júpiter, el planeta de la
opulencia, o Venus, el planeta de la atracción. Los buenos aspectos con el Sol
hacen a todos estos asuntos más sentados en este sentido.
La Luna en la casa tercera hace a la mente extremadamente fértil de
imaginación, muy atraída hacia las ocupaciones mentales, especialmente aquéllas
que no requieran continuidad, sino que están sujetas a cambios constantes, como
las de los editores o reporteros de periódicos, en las que se requiere estar alerta
para cazar noticias y correr de un lado para otro con el propósito de comprobarlas.
Estas personas son atraídas por la luz efímera de la publicidad y si la Luna está
robustecida por buenos aspectos con Mercurio pueden alcanzar una posición
sobresaliente.
La Luna en la casa cuarta, bien aspectada, indica condiciones del hogar
afortunadas, especialmente hacia el término de la vida, pero si la Luna está
afligida puede asegurarse lo contrario. Estas posiciones dan también tendencia
hacia las experiencias psíquicas, especialmente si la Luna está en su signo propio,
Cáncer, o en Piscis, otro signo acuático. También indica muchos cambios de
residencia, los cuales serán afortunados, o lo contrario con arreglo a los otros
aspectos de la Luna.
La Luna en la casa quinta, en signo cardinal o común, indica una persona
de afecciones muy cambiantes, amiga de los placeres y del juego. Es indicación
de un matrimonio muy fructífero especialmente cuando está en Escorpio. Aun en
un signo estéril como Leo, la Luna dará hijos cuando está colocada en la casa
quinta. Sin embargo, esta cuestión debe ser juzgada siempre teniendo en cuenta
ambos horóscopos de los padres, porque si uno fuese completamente estéril, la
Luna en la casa quinta, en Leo o en Virgo en el otro horóscopo, no tendría
suficiente poder para mejorar la situación.
La Luna en la casa sexta es una posición muy pobre, especialmente en el
horóscopo de una mujer, y cualquier persona con la Luna en esta posición hará
mejor en conservar una posición subordinada que con dirigir los negocios por sí
misma. Si una persona con tal posición tuviese empleados o sirvientes le sería
muy difícil el conservarlos y todos sus dependientes cambiarían constantemente.
La Luna, en la casa séptima, si está bien aspectada, es un signo muy
afortunado para tener éxito en el matrimonio, en asociaciones comerciales y en
todo lo que se relacione con el público, porque hace a la persona muy popular. Si
estuviese afligida seriamente indicaría un compañero de matrimonio de naturaleza
cambiable, muy inconstante y voluble; también indicaría pérdidas como
consecuencia de litigios, por los socios y por el público en general, lo cual pondría
a estas personas en condiciones desfavorables.
La Luna en la casa octava da ganancias como consecuencia del
matrimonio y de legados si está bien aspectada y también aumenta el número de
los hijos, aunque hay alguna probabilidad de que alguno de ellos muera. Pero si la
Luna está afligida la fortuna financiera tomará el peor de los aspectos después del
matrimonio y si vienen legados traerán pérdidas como consecuencia de ellos.
La Luna en la casa novena está bien aspectada, da una mente clara, de
naturaleza seria y religiosa o filosófica, con arreglo a la naturaleza del aspecto. La
persona viajará muy lejos tanto por placer como por provecho para sí misma y al
mismo tiempo se hará muy popular con el público. Esta posición da también
tendencia hacia los sueños y visiones, especialmente si la Luna está aspectada
por Neptuno. Si la Luna está afligida la persona será muy impulsiva y tomará
determinaciones que le serán perjudiciales. Si se determina a viajar está expuesta
a encontrar muchos disgustos como consecuencia de ello. También quizá lleve a
cabo algún cambio en religión que se considerará muy perjudicial y quedará sujeta
a ser muy censurada por tal razón.
La Luna en la casa décima es un signo de buena fortuna, popularidad y
prosperidad si está bien aspectado. Lleva a la persona a sobresalir ante el público
y asegura favores, especialmente de mujeres, así como la acumulación de
propiedades, Hace a la mente profunda y diplomática, curiosa e inquisitiva.
Cuando la Luna está afligida la persona está propensa a incurrir en hostilidad por
parte del público y a sufrir reveses de fortuna. Algunas veces se ve envuelta en
escándalos públicos y sujeta a censuras.
La Luna en la casa undécima, si está bien aspectada, da muchos amigos,
especialmente entre mujeres, pero si la Luna está afligida, aquéllos que vienen
hacia la persona a guisa de amigos harán esto con la esperanza de que puedan
beneficiarse de ella.
La Luna en la casa duodécima, si está bien aspectada, da mucho éxito en
trabajos semejantes a aquéllos que están realizando en reclusión tales como
prisiones, cárceles, hospitales e instituciones de caridad. También hay alguna
propensión a verse envueltos en asuntos de amor clandestinos, pero si la Luna
está bien aspectada la persona será capaz de conservar esto en secreto. Si la
Luna está afligida hay el peligro de tener enemistades secretas y verse perseguido
y sufrir disgustos.
***
del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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