humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

*
del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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martes, 15 de junio de 2010

LA NATURALEZA INTRÍNSECA DE LOS PLANETAS




CAPÍTULO VI

LA NATURALEZA INTRÍNSECA DE LOS PLANETAS
pág. 64

La naturaleza de la dinamita que la hace explotar bajo determinadas
circunstancias, no es ni buena ni mala y la cualidad de su aplicación está
determinada por la causa a que esta fuerza se aplica; Cuando sirve para favorecer
el bienestar de los pueblos se la llama buena, y mala cuando se usa de una
manera perversa o contraria a nuestro ser. Asimismo pasa con los planetas; éstos
no son ni buenos ni malos; cada uno de ellos tiene su naturaleza intrínseca y
actúa en consonancia con la naturaleza, salvo cuando está modificado por las
circunstancias bajo, las cuales ejercen sus poderes. Cuando nosotros conocemos
la naturaleza de un signo y la de los planetas podemos combinar las dos y obtener
una lectura exacta de los escritos estelares mediante nuestro propio juicio en lugar
de depender de los astrólogos.
Por ejemplo: El Sol es ardiente, lleno de fuego vital y ejerce una influencia
que estimula tanto el cuerpo como el espíritu. Cuando sus rayos caen sobre
nosotros con fuerza moderada nos hacen más fuertes y más amables, porque hay
una atmósfera de generosidad, amor dadivoso y bondad en el Sol. Por otra parte,
si el Sol en un nacimiento está en un signo débil, Cáncer, naturalmente el efecto
será el de modificar la débil constitución descrita en los párrafos anteriores
referentes a los signos; el calor del Sol dará un cutis más florido a las personas de
Cáncer; la salud general y fuerza recuperadora se aumentarán materialmente y no
hablemos de los cambios que se manifestarán en la manera de ser, que darán una
ambición mayor, esperanzas y una animación más grande a estos
temperamentos.
Supongamos, por otra parte, que el Sol está en Aries cuando tal signo está
saliendo en el nacimiento de una persona, entonces el fuego del Sol unido al
fuego del signo Aries, aumentará el denuedo y la intrepidez de la persona hasta tal
punto que puede llegar a hacerla temeraria, especialmente si Marte, el regente de
Aries, está también presente aumentando sus tendencias guerreras.
Éstos son los rasgos del carácter, pero el cuerpo físico sufrirá también por
su calor excesivo. La sangre circulará por las venas de una persona semejante
como si fuera el fuego líquido de un Niágara y las fiebres serán una experiencia
frecuente, puesto que la superabundancia de vitalidad quema los órganos físicos.
Si estuviera allí el frío, lento y pesado Saturno en lugar del Sol o Marte, podría
anular casi todas las características de Aries, tanto mentales como físicas. Si
nosotros consideramos a Aries simbolizado por una estufa en la cual hubiera un
fuego ardiendo, habría la misma diferencia si colocamos en aquel signo al ardiente
Marte o al frío Saturno, que habría si nosotros pusiéramos aceite o agua en la
estufa.
De igual modo todos los otros planetas producen diferentes resultados con
arreglo a sus naturalezas intrínsecas y a sus diversas combinaciones. En gracia a
la claridad y para dar una referencia fácil empecemos por determinar la palabra
que describe del mejor modo la característica más ardiente de cada planeta.




En lo que acabamos de decir, la naturaleza esencial de los planetas está
determinada y cuando están bien aspectados por otros planetas, esta
característica natural está aumentada en cuando concierne a los planetas
benéficos; pero cuando están aspectados adversamente, la naturaleza de Venus,
la cual es de amor y ritmo, se convierte en locura licenciosa y lujuria. Las
tendencias filosóficas, el respeto a la ley, las mismas aspiraciones sublimes de
Júpiter se convierten en un desenfreno de desconsideración del prójimo y en
propósitos bajos. La espiritualidad majestuosa del Sol se expresará como la de los
espíritus animales y en salud física. Acerca de los planetas de baja naturaleza, los
buenos aspectos de Marte vuelven estos deseos hacia objetos constructivos con
actividades bien regidas, mientras que los aspectos adversos son los
responsables de la expresión destructora de la naturaleza de los deseos. Saturno,
cuando está bien aspectado, da una habilidad mecánica y ejecutiva capaz de
dirigir y controlar la naturaleza pasional. Indica al hombre persistente y
perseverante capaz de hacer frente y conquistar los obstáculos materiales, al
organizador y al promotor y también al investigador científico que sigue líneas
materiales. En cuanto a Júpiter, bien aspectado, denota al filósofo de una elevada
mentalidad, al legislador de leyes buenas, al sincero y ardiente sacerdote y en
resumen a todos aquéllos que tienen aspiraciones elevadas y sublimes; y así
Saturno, cuando está aspectado adversamente, denota la mente perversa, al
sectario apegado a los credos, al bajo materialismo, al enemigo de la sociedad,
tanto de la Iglesia como del Estado; y así como Júpiter da una mente elevada,
benévola y suave, así Saturno, aspectado adversamente, da una mente sarcástica
y de tendencias estrechas.
Es admirable contemplar el modo cómo las fuerzas planetarias se equilibran
tan perfectamente las unas con las otras que el equilibrio universal está mantenido
a despecho de las discordancias de los 1.700 millones de habitantes de la Tierra
solamente, para no hablar de las otras esferas. Cada momento de nuestra vida,
nuestra acción individual y colectiva interfiere el equilibrio terrestre y si este
equilibrio no fuera instantáneamente restaurado, la Tierra se saldría de su órbita,
volando a la tangente para ser destruida. No son las perturbaciones físicas las
más potentes para perturbar o restaurar el equilibrio, siendo una falacia el
confundir la solidez y la rigidez con la fortaleza como ya explicamos
completamente en nuestra conferencia número 19 de la “Interpretación
Rosacruz del Cristianismo”, titulada “La Fuerza Futura”. Un tren no tiene
fuerza en sí mismo, pero se hace sólido debido a que está actuando por un gas
invisible llamado vapor. Tampoco hay fuerza en un martillo rígido, pero cuando
está movido por una columna de líquido flexible como el agua, empujado por un
cajín elástico de aire comprimido, la fuerza almacenada en el aire mueve el
martinete hidráulico poderoso y perfora irresistiblemente cuanto se pone ante él.
Del mismo modo, los rayos estelares sutiles e invisibles son los factores que
mantienen nuestro poderoso planeta en su sendero y las perturbaciones
generadas por la humanidad, naturalmente de una fuerza más sutil que interfiere
con el equilibrio de la Tierra.
Cada planeta tiene su opuesto y, por lo tanto, cada vez que nosotros
irradiamos la cualidad de un planeta, nosotros emitimos una comente de fuerza
correspondiente y por la acción y reacción de estas fuerzas en y sobre nosotros y
a nuestro alrededor aprendemos las lecciones de la vida. Si nosotros vibramos
con el rayo amoroso de Venus instantáneamente viene Marte para tentarnos y
tratar de cambiar el amor en lujuria, pero depende de nosotros mismos el que
permanezcamos seguros en nuestra virtud o cedamos al vicio. Si tenemos
nosotros los ideales de Júpiter, entonces deseamos elevar las posiciones del
Estado o de la Iglesia e instantáneamente las fuerzas saturninas nos invitan a
conseguir nuestro propio engrandecimiento y apelarán a la pasión por la fuerza.
Está en nosotros el permanecer fieles a nuestros ideales y cosechar los laureles
que duran eternamente o ceder a una promesa de ganancia actual de un oro inútil
que debemos pagar en moneda de dolor y tristeza cuando Saturno vuelva y se
convierta en nuestro castigo. Cada horóscopo muestra las tendencias hasta en la
vida más humilde y la. oportunidad también llama detenidamente a todas las
puertas. ¡Que podamos estar nosotros preparados para hacerle frente como
astrólogos espirituales!

***

del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel

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