Explicación: El Hombre representa la forma que un futuro tendrá, doblado hacia atrás y con la consciencia en el centro. La rueda que sostiene es la figura de un horóscopo detallando la afinidad química con las casas, las enfermedades características, la cualidad de los signos y los planetas que los rigen. El círculo externo es la eclíptica, es decir, la órbita del Sol y las doce constelaciones del Zodiaco.
-PRIMERA PARTE-
ASTROLOGÍA NATAL
CAPÍTULO I
LA EVOLUCIÓN INDICADA EN EL ZODIACO
Es una cosa cierta e indiscutible para los místicos el que la carrera evolutiva
de la humanidad está unida indisolublemente a las jerarquías divinas que rigen los
planetas y los signos del Zodíaco y que el pasaje del Sol y de los planetas a través
de los doce signos del Zodíaco marca el progreso del hombre en el tiempo y en el
espacio. Por lo tanto, no es de extrañar que en el curso de sus investigaciones
respecto al desenvolvimiento espiritual de la humanidad los autores hayan visto
también mucho de lo que se relaciona con el Zodíaco, el cual es la frontera o límite
de nuestra esfera evolucionaría en la actualidad. Todo esto se ha percibido en la
Memoria de la Naturaleza que arroja mucha luz sobre los pasajes obscuros de la
Biblia y las señales que se han hecho de vez en cuando y en puntos diferentes,
pero el medio de coleccionar y distinguir estos escritos disociados y unirlos en un
todo completo ha constituido un gran problema durante mucho tiempo. Aun hoy
los autores saben y sienten que lo que están escribiendo en este libro es
solamente un débil intento de dar a conocer a los estudiantes ese gran conjunto
de hechos que han venido a su conocimiento como consecuencia de sus
investigaciones de la Memoria de la Naturaleza. Sienten, sin embargo, que esto
les habrá de dar una nueva y más profunda significación de los símbolos antiguos
y que por medio de su participación de lo que ellos han encontrado, les pondrá en
línea y en disposición de recibir más luz.
Acerca de la futura evolución de los planetas el Concepto Rosacruz del
Cosmos nos dice en la página 141 1 que “Cuando los seres de un planeta han
evolucionado en grado suficiente, el planeta se convierta en un Sol, el centro fijo
de un sistema solar. Cuando los seres en cuestión han desarrollado un grado
mayor aún y consecuentemente han alcanzado su máximum de brillantez, este Sol
se expande en un Zodíaco y se convierte, por así decirlo, en la matriz de un nuevo
sistema solar. De este modo las grandes huestes de seres divinos que hasta aquel
entonces estuvieron confinados en aquel Sol, ganan libertad de acción sobre un
gran número de estrellas, y esto será el sistema que se desarrollará dentro de su
esfera de influencia. Los planetas o portadores de hombres dentro del Zodíaco
están constantemente influidos por tales fuerzas, pero en diferentes sentidos, con
arreglo al estado que hayan alcanzado en la evolución. Nuestro Sol no se pudo
convertir en un sol hasta que hubo expelido asimismo todos los seres que no
estaban lo suficientemente desarrollados para resistir el elevado grado de
vibración y la gran luminosidad de los seres que estaban capacitados para aquella
evolución. Todos los seres que ahora están sobre todos los demás planetas de su
sistema solar habrían sido consumidos de haber permanecido en el Sol. Este
visible Sol, sin embargo, aunque es un lugar de evolución de seres vastamente
desarrollados sobre el hombre, no es de ningún modo el Padre de los otros
planetas como la ciencia supone. Por el contrario, es una emanación del Sol
central, el cual es el manantial invisible de todo lo que es en nuestro sistema
solar. Nuestro visible Sol es sólo el espejo en el cual se reflejan los rayos de
energía del Sol espiritual y el Sol real es tan invisible como lo es el hombre real”.
Con esta enseñanza se nos evidenciará que las grandes jerarquías
espirituales que están guiando nuestra evolución han tenido su entrenamiento
para este camino en esquemas anteriores de manifestación, así que lo que ellos
están haciendo ahora, nosotros lo haremos algún día para los otros.
Hoy ya los más adelantados de nuestra raza están recorriendo el sendero
de la iniciación y han avanzado, por lo tanto, a estados mucho más elevados de la
condición general de nuestra humanidad presente. Se dice que aquéllos que han
pasado por la Escuela de los Misterios Menores de Mercurio y se han graduado en
la Escuela de los Misterios Mayores, están preparando ahora la evolución humana
para el Período de Júpiter. Han penetrado en el planeta Júpiter valiéndose de una
de las lunas, la cual les ha servido como de escalón. Otros hay que,
desgraciadamente, han seguido senderos diametralmente opuestos.
Leemos en el Concepto Rosacruz del Cosmos que también los habitantes
de la Tierra fueron a un mismo tiempo expelidos del Sol, debido a su incapacidad
de mantenerse en un estado adecuado para resistir las vibraciones de aquellos
seres, perjudicándose ellos mismos y perjudicando a los demás. Así también se
hizo necesario en la Época de Lemuria expeler un número de atrasados desde la
Tierra misma. Así fue como la Luna fue arrojada en el espacio para girar como un
satélite circular de nuestro planeta. Aquellos desgraciados están degenerando
gradualmente y llegará un día en el que todos tendrán que ir al planeta Saturno
que representa la puerta para el Caos. De aquí serán expelidos en el espacio
interplanetario para aguardar una época en la que, en un nuevo sistema,
encontrarán una condición favorable para su evolución ulterior.
***
del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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