humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

*
del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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jueves, 24 de junio de 2010

SATURNO, EL PLANETA DEL DOLOR - CAPÍTULO XII



CAPÍTULO XII
SATURNO, EL PLANETA DEL DOLOR
pág. 131

Nota-clave: Obstrucción

Un método fructífero de adquirir el conocimiento es mediante la
comparación de los semejantes y los contrastes de los opuestos: de este modo la
luz y el reflejo lateral se manifiesta, cosa que de otro modo escaparía a nuestra
atención.
Aplicando este método al Sol y Saturno recordemos que la nota clave del
Sol es la “vida” y en el equinoccio primaveral cuando el Sol está en Aries, que es
el signo de su exaltación, nosotros podemos ver el poderoso efecto de la oleada
de fluido vital que entonces cae sobre la Tierra. La naturaleza está vibrando de
vida, la cual corre a través de las formas de todos los reinos y las dota con una
abundancia de vitalidad tal que están impulsadas a procrearse con objeto de
compensar lo que se pierde y desaparece. La vida se manifiesta por el
movimiento, pero la nota clave de Saturno es obstrucción, por lo tanto éste es el
planeta de la decrepitud y de la decadencia y consecuentemente cuando el Sol
está en Libra, el signo de la exaltación de Saturno, durante el equinoccio del
otoño, la naturaleza está cansada y dispuesta para sufrir su sueño invernal.
La forma humana está también dotada de energías por la vida solar
contenida en nuestros alimentos, la cual penetra en nuestro sistema por medio de
la cabeza y de la garganta, gobernada por los signos de exaltación de los
“constructores”, el Sol y la Luna, y es eliminada por la actividad del hígado y
riñones, regidos por Saturno y su signo de exaltación, Libra.
En la juventud, cuando las fuerzas solares surgen en nuestra constitución,
la asimilación y la excreción se equilibran, pero a medida que el tiempo marcha,
“Chronos”, o Saturno, acumula las obstrucciones en los órganos de excreción y la
eliminación se ve restringida gradualmente; las avenidas de la vida se estancan y
la decrepitud y la decadencia hacen variar los platillos de la balanza de la vida,
Libra, hacia el reino de la muerte.
De igual modo en los demás departamentos de la vida; donde el Sol hace a
sus nativos los favoritos sociales imbuyéndoles con optimismo y con una sonrisa
tan brillante como el Sol, Saturno forma los reclusos y amarga la existencia con
pesimismos y reveses, y donde el Sol favorece nuestros negocios mundanales y
donde hace que las cosas se muevan suave y fácilmente. Saturno provoca las
contradicciones de la más inexplicable naturaleza y todo el mundo parece que se
conjura para frustrar sus planes.
En el reino de Dios todas las cosas están equilibradas para producir el
mayor bien final para todos y así la influencia de Saturno es de obstrucción y es
tan lento y persistente como Marte es impulsivo y rápido en sus cambios. Aquél no
se aventura sino que mira antes de saltar y su razón calculadora y fría no pierde
ninguna conjetura ni deja de pensar todas las faltas que puedan tener sus
proyectos.
En el horóscopo de un alma joven, Marte es dominante y el hombre crece
en torno a líneas físicas muy semejantes a como lo hacen los animales bajo la ley
de la sobrevivencia de los más fuertes, pero gradualmente los efectos deprimentes
de Saturno se manifiestan y las cuadraturas y oposiciones brindan a la persona el
dolor y el sufrimiento. Saturno está colocado sobre Marte en el horóscopo para
refrenarlo y controlarlo y hasta parece como si todos sus esfuerzos fueran fútiles
debido a las obstrucciones de Saturno.
Elías no podía oír la voz de su guía en el fuego, en la tormenta ni en el
terremoto, pero cuando el tumulto hubo desaparecido continuaba oyendo la
“callada vocecita” para alentarle; y de igual modo pasa con nosotros, mientras que
cedemos al impulso de un Marte sin freno nuestra vida es demasiado turbulenta
para admitir la comunión con el Yo Superior, pero cuando los dolores de Saturno
han corregido el espíritu de Marte sin freno, cuando la noche se nos antoja la más
obscura, como en la cueva de Elías, entonces también nosotros podremos oír
aquella voz que nos hablará de paz después de la tormenta.
Las maniobras de Saturno no son placenteras, alguna vez nos irritamos
ante ellas, nos incomodamos, encolerizándonos a veces mientras que este
planeta nos oprime con adversidades, pero gradualmente nosotros nos vamos
madurando y nos vamos adaptando, y cuando las obstrucciones desaparecen
podemos tener o usar aquello que Saturno demoró, porque así como nosotros
desarrollamos los músculos físicos mediante el dominio de los obstáculos físicos,
así también cultivamos la fuerza de alma por la resistencia espiritual impulsada por
Saturno. La enseñanza que nos ofrece puede ser resumida en una palabra: “Una
persistencia paciente en el bien obrar”.
Muchos de nosotros, cuando consideramos a Saturno en un horóscopo,
estamos inclinados a mirarlo como una cosa diabólica debido a las aflicciones que
trae, pero esto es solamente un bien en formación. Cuando nosotros recordemos
que el destino indicado por nuestro horóscopo ha sido generado por nosotros
mismos en existencias pasadas, entonces comprenderemos que Saturno
solamente marca el punto débil en nuestro horóscopo, aquello en lo que somos
vulnerables y propensos al mal obrar. Cuando los puntos débiles se manifiestan
por medio de las tentaciones y nosotros cedemos a ellas, el castigo seguirá
automáticamente como una consecuencia natural y lógica, porque cada acto
equivocado lleva en sí mismos la semilla del castigo que trae y graba en nuestra
conciencia las equivocaciones que cometemos.
Debemos mantener claramente ante nuestros ojos mentales que aunque
los planetas nos inclinan hacia una cierta línea de acción, nosotros, como egos en
evolución, debernos tener discernimiento para elegir entre el bien y el mal y
quedarnos solamente con aquello que es bueno.
Si nosotros fracasamos en este respecto y cedemos a las tentaciones, la
transgresión nos dará una justa recompensa con arreglo a las leyes de la
naturaleza y éstas son las cosas significadas por Saturno. Nosotros no somos
castigados debido a vernos sumidos en la tentación, sino que somos
castigadas debido a ceder a la tentación. Supongamos, por ejemplo, que
Saturno está en Cáncer; con ello se nos indica claramente que nosotros, en el
pasado, nos hemos dado a un desordenado deseo de la alimentación, que en
consecuencia nuestros órganos digestivos se han deteriorado y si nosotros no
aprendemos a ser frugales y a usar un buen discernimiento en la elección de
nuestros alimentos seremos castigados con desórdenes en la digestión. Entonces
nos veremos tentados a satisfacer nuestros apetitos con golosinas y acaso
tengamos cierta aversión hacia los alimentos simples, los cuales son los mejores
para nosotros. Las tentaciones, sin embargo, no nos causarán ninguna molestia
en el estómago, a menos que nosotros cedamos a nuestras aberraciones y
satisfagamos nuestros apetitos. En tal caso, los alimentos y no una deidad
vengadora, nos castigarán automáticamente hasta que aprendamos a contener
nuestros apetitos. De igual modo en los otros departamentos de la vida, si Saturno
está en el Ascendente o en la casa tercera o novena y con aspectos adversos
hacia Mercurio o la Luna, ocasionará que nosotros estemos siempre pensando en
nuestros propios disgustos y llenará nuestras vidas de tristeza y melancolía. Ésta
es la obstrucción que entonces nos advierte que debemos ser más sociables y no
volver nuestra cara al otro lado donde brilla el Sol de la vida.
Dios lleva el timón del Universo. Sus ministros están trabajando
continuamente con nosotros para nuestro bien, no hay, en realidad, razón para la
tristeza, y si nosotros no podemos verlo hoy en este sentido, Saturno apretará
mañana su cepo y nos oprimirá más y más fuerte hasta que con el coraje de la
desesperación rompamos sus ataduras y saltemos hacia la alegría y a la felicidad
de la vida.
Si no fuera por esta influencia de contención y subyugadora de Saturno,
nosotros con toda seguridad correríamos locamente y extinguiríamos muy
rápidamente la lámpara de nuestra vida.
Saturno está bien simbolizado como el Padre-Tiempo con su reloj de arena
y su guadaña, y no nos permite abandonar la escuela de la vida hasta que nuestra
carrera se haya terminado y nosotros tomado parte de ella. Además, Saturno da a
la humanidad muchas de sus mejores y más nobles cualidades. Cuando deja caer
su mano refrenadora sobre la veleidosa Luna o Mercurio, el veloz “mensajero de
los dioses”, profundiza la mente y hace al nativo más serio y más capaz de
concentrarse sobre los problemas de la vida. Da a la mente muchos medios para
hacer frente a las dificultades de la existencia. El tacto y diplomacia, el método y
sistema, la paciencia y perseverancia, el honor y costumbres honestas, la industria
y la habilidad mecánica, la justicia y la serenidad mental, vienen de Saturno
cuando está bien aspectado, y es solamente cuando nosotros transgredimos los
principios que él tiene la obligación de conservar, cuando por la influencia
generada por sus aspectos adversos nos castiga hasta que ha hecho que
vayamos a nostramos en oración ante nuestro Padre en los Cielos para pedirle el
perdón de nuestros pecados y para que nos dé la fortaleza necesaria para
dominar nuestra baja naturaleza.

***

del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel

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