EDAD ACUARIA
ACUARIO — LEO
Se ha dicho a menudo, y por cierto con razón, que el muchacho es el padre
del hombre y sobre el mismo principio nosotros podemos decir que el Hijo del
Hombre es el Superhombre.
Por lo tanto, cuando el Sol por precesión entre en el signo celestial de
Acuario, el Aguador, vendrá una nueva fase de la religión del Cordero
exotéricamente y el ideal que debemos perseguir está indicado en el signo
opuesto, Leo.
La Luna, que es la moradora del regente autocrático de la raza y el dador
de la ley, Jehová, está exaltada en Tauro, el signo del Toro, y todas las religiones
de raza, aun la fase mesiánica de la religión Aria del Cordero, pidieron una víctima
propiciatoria para cada transgresión de la ley. Pero el Sol está exaltado en Aries y
cuando el gran espíritu solar, Cristo, vino como un Gran Sacerdote de la Religión
Aria, abrogó el sacrificio de otros al ofrecerse Él a Sí mismo como un sacrificio
perpetuo por el pecado.
Observando el ideal maternal de Virgo durante la Edad de Piscis y
siguiendo el ejemplo de Cristo como un servicio de sacrificios, la inmaculada
concepción se convierte en una experiencia real para cada uno de nosotros y
Cristo, el Hijo del Hombre (Acuario) nace internamente. De este modo,
gradualmente la fase tercera de la religión Aria se manifestará y un nuevo ideal se
hallará en el León de Judá (Leo). Valor y convicción, fortaleza de carácter y
virtudes semejantes harán del hombre realmente el Rey de la Creación, digno de
la confianza y del afecto de los órdenes inferiores de la vida, así como del amor de
las Jerarquías divinas que están sobre Él.
De este modo, el mensaje místico de la evolución del hombre está marcado
en caracteres de fuego sobre el campo celestial, donde el que quiera puede leerlo.
Y cuando nosotros estudiemos el propósito revelado de Dios, aprenderemos en
cambio a conformarnos inteligentemente con tales designios y de este modo
apresurando el día de la emancipación de nuestro opresor ambiente actual para
ser perfectamente libres como espíritus, elevándonos por encima de la ley del
pecado y de la muerte, por medio de Cristo, el Señor del Amor y de la Vida.
A nosotros toca descifrar este mensaje y resolver oí misterio del Universo.
***
del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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