humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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viernes, 11 de junio de 2010

¿CUÁL ES LA MEJOR HORA PARA NACER?


¿CUÁL ES LA MEJOR HORA PARA NACER?


A la luz de una investigación oculta de esta cuestión se nos aparece que el
nacimiento es un suceso que nosotros somos incapaces de controlar; por lo tanto,
cuando vemos que podemos controlarlo en un grado ligero estamos actuando
realmente como agentes del Destino para precipitarlo o retardarlo hasta que llegue
el momento propicio. Este punto de vista se halla justificado también por las
experiencias del autor en Astrología Horaria. La filosofía de la Astrología Horaria
es la de que en el momento en que uno está impelido a hacer una pregunta
acerca de una materia importante de nuestra vida los cielos contienen también la
contestación y un horóscopo elevado para aquel momento contendrá la solución
del problema. Pero debe tenerse en cuenta especialmente que el momento para
construir esta figura es cuando el interesado hace la pregunta al astrólogo, si ésta
es hecha en persona; cuando se hace por correo el astrólogo levanta la figura en
el momento en que él lee la pregunta en la carta.
En varias ocasiones nosotros hemos recibido cartas conteniendo preguntas,
las cuales ofrecían señales de haber sufrido alguna dilación por inundaciones o
fuegos, pero la figura hecha en el momento de la lectura daba la contestación,
indicando que las dilaciones eran una parte en el plan. No nos debe sorprender
que las grandes Inteligencias que son los ministros del Destino prevean y
concedan un margen para estas contingencias más allá de la concepción de la
mente humana. Cuando la Mente Infinita tiene igual cuidado sobre el designio de
la anatomía de una mosca, u ratón o un león no podemos dejar de concebir que
una atención similar hasta en los más mínimos detalles debe prevalecer en todos
los aspectos de la vida y cuando nosotros precipitamos o retardamos el
nacimiento estamos realmente ayudando a la naturaleza para tomar su curso
predeterminado como se ha dicho en el primer párrafo de este artículo.
Sin embargo, la gente pregunta a menudo al astrólogo sobre cuál es la
mejor hora para nacer y los astrólogos principiantes también desean saber
frecuentemente esto. No es que tengan una idea del control del nacimiento sino
que cuando están viendo un horóscopo o se les dice la hora del nacimiento de una
persona hacen un cálculo mental rápido respecto a si el horóscopo es bueno o
malo. Tal juicio se encontrará, por supuesto solamente en la posición del Sol por
signo y casa aproximada, de aquí que sea general en extremo. Puede decirse, sin
embargo, que, a posiciones planetarias iguales, es mejor nacer cuando la Luna
está en cuarto creciente desde la nueva a la llena, que cuando está en cuarto
menguante o viceversa, de llena a nueva, porque la Luna creciente siempre
aumenta la vitalidad y mejora nuestros negocios.
Es mejor nacer en abril o agosto cuando el Sol, el dador de vida, está en el
signo de su exaltación, Aries, o Leo, su casa, porque entonces entramos en el mar
de la vida en la cresta de la ola y somos arrojados a la batalla de la existencia con
una cantidad considerable de energías y vitalidad.
Es bueno también nacer en mayo o junio cuando el dador de vida, el Sol, se
halla enfocado a través del signo de exaltación o casa de la Luna, Tauro o
Capricornio, especialmente, como hemos dicho, cuando el luminar menor está en
creciente, porque estas condiciones facilitan una abundancia de vitalidad, lo cual
es una gran ventaja en la vida física.
Con respecto a la hora del día favorable para nacer, puede decirse que los
niños que nacen cerca de la salida del Sol o durante la mañana de 8 a 12 mientras
el Sol atraviesa la casa de los amigos de prestigio social, son los más
“afortunados” porque de este modo se verán favorecidos en cualquier respecto.
Los niños nacidos por la tarde son menos “afortunados” a medida que el Sol se
acerca al nadir, porque entonces la “fortuna” vuelve otra vez en favor de aquéllos
que nacerán en la primera hora de la mañana, cuando la estrella del día está
ascendiendo hacia el horizonte oriental. Tales personas tendrán que abrirse su
camino en el mundo, pero la oportunidad llamará a sus puertas abundantemente.
Podemos, por lo tanto, resumir nuestras conclusiones diciendo que lo mejor
es nacer cuando el Sol sale o en la mañana, con preferencia en abril o agosto,
cuando la Luna está en creciente.
Finalmente debemos tener en cuenta que no hay “suerte” en el sentido
comúnmente aceptado, porque lo que nosotros tenemos o nos falta en cualquier
sentido es debido a nuestra propia acción en el pasado; y en el futuro podemos
nosotros mediante nuestro esfuerzo conquistar aquello que nos falta.

***

del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel

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