LA PUERTA DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
Así, pues, el Zodíaco y los planetas son como un libro en el cual nosotros
podemos leer la historia de la Humanidad durante los estados pasados y también
nos da una clave para el futuro que está por delante de nosotros. En el Zodíaco
famoso del templo de Dendera, Cáncer no está representado como lo hacemos en
los días modernos. Allí es como un escarabajo. Este escarabajo fue el emblema
del alma para ellos y Cáncer ha sido siempre conocido en tiempos antiguos, así
como entre los místicos modernos, como la esfera del alma, la puerta de la Vida
en el Zodíaco, desde donde los espíritus que vienen a renacer entran en nuestra
condición sublunar. Está, por lo tanto, gobernado muy apropiadamente por la
Luna, la cual es el planeta de la fecundación, y es notable que veamos a
Capricornio, que es su opuesto, estar regido por Saturno, el planeta de la muerte
y del caos, el cual está místicamente dibujado como “el recolector con su
guadaña y su reloj de arena en la mano”.
Estos dos signos opuestos son, por lo tanto, los puntos sobre los que gira la
carrera del alma. Cáncer y Capricornio, respectivamente, marcan el ascenso más
elevado del Sol en el hemisferio del Norte y su inferior descenso en el hemisferio
del Sur. Observamos que durante el verano, cuando el Sol está en la esfera de
Cáncer y signos aliados, la fecundación y el crecimiento están a la orden del día.
Pero cuando el Sol está en el Sur, en Capricornio, tenemos el invierno, época en
que la naturaleza está muerta. Los frutos del verano se consumen entonces y se
asimilan por nosotros. Como la danza circular del Sol entre los doce signos
determina las estaciones del año cuando lo vemos “directo”, produciendo la
germinación de miríadas de semillas enterradas en la tierra, así como el
apareamiento de la fauna, que entonces hace al mundo mucho más alegre con las
vistas y sonidos de la vida en manifestación, y en la otra ocasión deja al mundo
mudo, confuso y abatido con la tristeza del invierno bajo el dominio de Saturno, así
también por el movimiento más lento y hacia atrás conocido como la precesión de
los equinoccios, es lo que hace que se produzca el gran cambio que se conoce
como Evolución. En efecto, esta medida de precesión del Sol marca el nacimiento
y la muerte de las razas, de las naciones y de sus religiones, pues el Zodíaco y
sus signos son la representación simbólica de nuestro pasado, presente y futuro
desarrollo.
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del libro "El Mensaje de la Estrellas", de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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