PERIODO DE REPOSO ENTRE REVOLUCIONES
Anteriormente hemos hablado únicamente de las Noches Cósmicas, que tienen lugar entre los Períodos. Sabemos que hubo un intervalo de reposo y asimilación entre los Períodos de Saturno y Solar; otra Noche Cósmica entre los Períodos Solar y Lunar, etc. Pero además de éstas hay también intervalos de reposo entre revoluciones.
Podemos comparar los períodos con las diferentes encarnaciones del hombre; la Noche Cósmica que tiene lugar entre ellos a los intervalos entre la muerte y el nuevo nacimiento; y el intervalo de reposo entre Revoluciones, al período de reposo del sueño de cada noche, es decir, entre dos días.
Cuando la Noche Cósmica llega, todas las cosas manifestadas se resuelven en una masa homogénea; el Cosmos se convierte nuevamente en Caos.
Este retorno periódico de la materia a la substancia primordial es lo que habilita al espíritu para evolucionar. Si el proceso de cristalización de la manifestación activa continuara indefinidamente, ofrecería un obstáculo insuperable al progreso del espíritu. Cada vez que la materia se ha cristalizado hasta el punto en que se hace demasiado pesada y dura para que el espíritu pueda obrar en ella, éste se retira para recuperar su energía, ya exhausta, así como un taladro que haya estado agujereando metales muy duros llega a pararse, y entonces se guarda durante algún tiempo para que se recupere.
Libre ya de la energía cristalizante del espíritu evolucionante, las fuerzas químicas de la materia convierten el Cosmos en Caos, restaurando a la materia a su estado primitivo, de manera que nuevamente puedan comenzar la obra los espíritus virginales regenerados, cuando llegue la aurora de un nuevo Día de Manifestaciones. Las experiencias obtenidas en los primeros Períodos y Revoluciones capacitan al espíritu para reconstruir hasta el punto últimamente alcanzado, con relativa rapidez, y, además, facilita el progreso ulterior haciendo las alteraciones que sus experiencias acumuladas le dictan.
Así que al final de la Revolución Lunar del Período Terrestre todos los globos y toda la vida volvieron al Caos, remergiendo de allí al comenzar la Cuarta Revolución.
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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel
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