El Período de Saturno
Los globos del período de Saturno estaban formados por substancia mucho más fina y sutil que nuestra Tierra, como se evidenciará estudiando los diagramas 7 y 8, que el estudiante debiera tener muy a mano, como referencia mientras estudia el asunto. El Globo más denso de ese período estaba situado en la misma porción del Mundo del Pensamiento, ocupada por los globos más sutiles del período actual, la Región del Pensamiento Concreto. Estos globos no tenían consistencia, tal como generalmente podemos sentir. El "Calor" es lo que más se aproxima a la verdadera idea de lo que era el antiguo Período de Saturno. Era muy obscuro; y si una persona hubiera podido penetrar en el espacio ocupado por él no hubiera visto nada. En torno suyo, suyo todo hubiera sido obscuridad, pero hubiera podido sentir su calor.
Para el materialista será, por supuesto, locura el llamar a cosa semejante un "Globo" y afirmar que era el campo de evolución de la vida y de la forma. Sin embargo, cuando estudiamos la teoría nebular, comprendemos fácilmente que la nebulosa debió haber sido obscura antes de iluminarse y que debió estar caliente antes de poder ser ígnea. Ese calor debió haberse producido por el movimiento, y el movimiento es vida.
Los espíritus virginales, que debían desarrollar conciencia y forma, fueron colocados en ese globo, o mejor dicho, todo el globo estaba compuesto por espíritus virginales, así como la frambuesa está compuesta de un gran número de pequeñas frambuesas. Fueron incorporadas al Globo en la misma forma que la vida que anima al mineral está incorporada en la Tierra. Por lo tanto, se dice, entre los ocultistas científicos, que en el Período de Saturno el hombre atravesó el estado mineral.
Fuera de ese "Globo de Calor" -en su atmósfera, por decirlo así estaban las grandes Jerarquías Creadoras, que ayudaban a los espíritus virginales; pero por el momento nos referiremos a los principales únicamente, a aquellas que realizaron el trabajo más importante en el Período de Saturno.
En terminología rosacruz, esas jerarquías son denominadas los "Señores de la Llama", debido a la brillante luminosidad de sus cuerpos y a sus grandes poderes espirituales. En la Biblia se las llama "Tronos", y ayudaron al hombre por su libre voluntad. Estaban tan avanzadas que esta manifestación evolutiva no podía proporcionarles nuevas experiencias, y por lo tanto, ninguna sabiduría más; y lo mismo podríamos decir de dos Jerarquías de orden más elevado aún, que se nombrarán más tarde. Las restantes jerarquías creadoras, con objeto de completar su propia evolución, se vieron impelidas a trabajar en y con el hombre.
Estos Señores de la Llama estaban fuera del obscuro globo de Saturno, y sus cuerpos emitían una luz fortísima, y proyectaban, por así decirlo, sus imágenes sobre la superficie de ese antiguo globo, que era tan poco impresionable que reflejaba múltiplemente, como un eco, todo cuanto se ponía en contacto con él, reflejando las imágenes multiplicadas. Esto es lo que en el mito griego se quiere significar cuando se habla de que Saturno devoraba a sus propios hijos.
Sin embargo, por repetidos esfuerzos durante la primera evolución, los Señores de la Llama consiguieron implantar en la vida evolucionante el germen que ha desarrollado nuestro cuerpo físico. Este germen se desarrolló un tanto durante el resto de las seis primeras revoluciones, obteniendo la capacidad de desarrollar los órganos de los sentidos, especialmente el del oído. Por lo tanto, el oído es el órgano más desarrollado que poseemos. Es el instrumento que conduce con la mayor exactitud todas las impresiones que recibe del exterior hasta la conciencia. Está menos sujeto a las ilusiones del Mundo Físico que cualquier otro sentido.
La conciencia de la vida evolucionante de ese período era semejante a la del mineral actual -un estado de inconsciencia análoga a la de los médiums en trance profundo-, si bien durante las primeras seis revoluciones la vida evolucionante trabajó el germen del cuerpo denso bajo la dirección y con ayuda de las diversas jerarquías creadoras. A la mitad de la séptima revolución los Señores de la Llama, que habían permanecido inactivos desde el momento en que proporcionaron el germen del cuerpo denso en la primera revolución, se hicieron activos nuevamente, esta vez con objeto de despertar el principio espiritual más elevado, y produjeron la actividad inicial del espíritu divino en el hombre.
Así que el hombre debe su vehículo más elevado y el más inferior -el espíritu divino y el cuerpo denso- a la evolución del Período de Saturno. Estos Señores de la Llama ayudaron a esa manifestación voluntariamente, sin que nada los obligara, en manera alguna, a hacerlo.
La obra de las varias jerarquías creadoras no comienza en el globo A al principio de un Período o de una Revolución, sino que empieza a la mitad de una revolución, creciendo en fuerza y alcanzando su mayor eficacia en la mitad de la Noche Cósmica, la que tiene lugar lo mismo entre las revoluciones que entre los períodos. Entonces empieza a declinar gradualmente, y la oleada de vida va desapareciendo hasta la mitad de la próxima revolución.
Así que la obra de los Señores de la Llama con objeto de despertar la conciencia germinal, fue más activa y eficiente durante el período de reposo entre los períodos de Saturno y Solar.
Repetimos nuevamente que una Noche Cósmica no debe ser considerada como un período de inactividad. No es una existencia inerte, según ya vimos al estudiar la vida de un individuo desde su muerte hasta el próximo nacimiento. Y así sucede igualmente después de la gran muerte de todos los globos de un Período. Es una cesación de manifestación activa, con objeto de que pueda desarrollarse una actividad subjetiva proporcionalmente más aguda.
Quizá la mejor idea de la naturaleza de esta actividad nos la puede proporcionar la observación de lo que ocurre cuando una fruta madura cae bajo tierra. La fermentación y la desintegración es lo que se presenta primero; pero de todo ese caos brota la nueva planta, surgiendo hacia el aire y a la luz del Sol. Y así, también, cuando termina un período, todo se resuelve en un caos conglomerado, a primera vista imposible de ordenarlo. Pero a su debido tiempo, sin embargo, se forman los globos de un nuevo período y se convierte en Mundos habitables por el hombre. Después la vida evolucionante se transfiere a los cinco globos obscuros que atraviesa durante la Noche Cósmica, para comenzar las actividades de un nuevo día creador, pero en medio de un ambiente distinto, preparado y exteriorizado durante el transcurso y por medio de las actividades desplegadas en la Noche Cósmica. Así como las fuerzas producidas por la fermentación de la fruta estimulan la semilla y fertilizan la tierra en la que crece, así también los Señores de la Llama estimulan el germen del espíritu divino, especialmente durante la Noche Cósmica entre los períodos de Saturno y Solar, continuando en su actividad hasta la mitad de la primera revolución del Período Solar.
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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel
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