humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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miércoles, 15 de febrero de 2012

EL PERIODO SOLAR



EL PERIODO SOLAR


Las condiciones del Período Solar difieren radicalmente de las del Período de Saturno. En vez de los "Globos de Calor" del último, los globos del Período Solar eran esferas luminosas de gran brillo y de consistencia análoga a la de los gases. Estas grandes esferas gaseosas contenían todo lo que se había desarrollado en el Período de Saturno, y análogamente a éste, las Jerarquías creadoras estaban en su atmósfera.

En vez de la cualidad reflectora del Período de Saturno, esos globos tenían la cualidad de absorber y obrar sobre cualquier luminosidad o sonido que se proyectara sobre sus superficies. Eran por así decirlo, cosas "sensibles". La Tierra no se parece a esto, y el materialista se reiría de semejante idea, si bien el ocultista sabe que la Tierra siente todo lo que está sobre o en ella. Esos globos sutiles eran mucho más sensitivos que la Tierra, porque no estaban limitados por la materia tan dura y densa como la de nuestra habitación actual.


La vida era diferente, por supuesto, porque no podían existir allí formas tales como las que conocemos. Pero la vida puede expresarse en formas gaseosas ígneas, así como -y aún mejor que- en formas compuestas por materia química sólida y dura, como las formas densas de los minerales, vegetales, animales y hombres. 


Cuando la vida evolucionante apareció en el globo A en la primera, o Revolución de Saturno del Período Solar, estaba todavía a cargo de los Señores de la Llama, quienes a mediados de la última revolución del Período de Saturno habían despertado en el hombre el germen del espíritu divino. 


Ya habían dado anteriormente el germen del cuerpo denso, y en la primera mitad de la Revolución de Saturno del Período Solar, tuvieron que hacer algunas mejoras en él. 


En el Período Solar se comenzó la formación del cuerpo vital, con todas las cualidades consiguientes de asimilación, crecimiento, propagación, glándulas, etcétera. 


Los Señores de la Llama incorporaron al germen del cuerpo denso únicamente la capacidad de desarrollar los órganos de los sentidos. En el intervalo que estamos considerando se hizo necesario cambiar el germen de tal manera, que permitiera su interpenetración por un cuerpo vital y la capacidad de evolucionar glándulas y el canal alimentario. Eso se efectuó por la acción conjunta de los Señores de la Llama, que proporcionaron el germen original, y los Señores de la Sabiduría, que se hicieron cargo de la evolución material en el Período Solar. 


Los Señores de la Sabiduría, que no estaban tan desarrollados como los Señores de la Llama, trabajaron para completar su propia evolución; por lo tanto recibieron ayuda de un orden de exaltadísimos Seres, quienes análogamente a los Señores de la Llama, lo hicieron voluntaria y libremente. En lenguaje esotérico, se les llama "Querubines". Estos exaltados seres no comenzaron su actividad hasta que fue necesario despertar el germen del segundo principio espiritual del hombre naciente, porque los Señores de la Sabiduría eran capaces de ejecutar el trabajo relacionado con el cuerpo vital que se agregó a la constitución del hombre en el Período Solar, pero no podían despertar el segundo principio espiritual. 


Cuando los Señores de la Llama y los Señores de la Sabiduría hubieron reconstruido conjuntamente el cuerpo denso en germen, en la Revolución de Saturno del Período Solar, los Señores de la Sabiduría, en la segunda revolución, iniciaron el trabajo correspondiente en realidad al Período Solar, irradiando de sus propios cuerpos el germen del cuerpo vital, haciéndolo así capaz de interpenetrar al cuerpo denso y dándole el germen y la capacidad para ulterior crecimiento y propagación, excitando los centros de los sentidos del cuerpo denso y obligándolo a moverse. En una palabra, aquéllos proporcionaron, en germen, al cuerpo vital, todas las facultades que se están ahora desarrollando para convertirlo en un instrumento flexible para uso del espíritu. 


Esta obra ocupó la segunda, tercera, cuarta y quinta revoluciones del Período Solar. En la sexta revolución entraron en acción los Querubines y despertaron el germen del segundo aspecto del triple espíritu humano: El espíritu de vida. En la séptima y última revolución, el recién despertado germen del espíritu de vida fue ligado al espíritu divino germinal y éste siguió siendo manipulado más ampliamente. Recordemos que en el Período de Saturno nuestra conciencia era semejante a la del trance. Por medio de las actividades desplegadas en el Período Solar, esa conciencia fue gradualmente modificada, hasta convertirse análogamente a la conciencia del sueño sin ensueños. 


La evolución en el Período Solar agregó a la constitución del hombre en embrión el próximo superior y el próximo inferior de sus vehículos actuales. Como resultado del Período de Saturno el hombre poseía un cuerpo denso y un espíritu divino en germen. Al final del Período Solar, poseía en germen el cuerpo denso, el cuerpo vital, el espíritu divino y el espíritu de vida, es decir, un doble espíritu y un doble cuerpo. 


Debemos hacer notar también que, como la primera revolución, o de Saturno, de cualquier período, está relacionada con el trabajo del cuerpo denso (porque comenzó en una primera revolución), así también, la segunda, o Revolución solar, de cualquier período está relacionada con el mejoramiento del cuerpo vital, que comenzó en una segunda revolución. De parecida manera, la sexta revolución de cualquier período está dedicada a trabajar el espíritu de vida, y cualquier séptima revolución está relacionada particularmente con los asuntos concernientes al espíritu divino. 


En el Período de Saturno, el hombre en embrión atravesó una existencia de un estado mineral. Esto es, tuvo un cuerpo denso solamente en el sentido en que lo tiene el mineral. Su conciencia era también parecida a la que tienen los minerales actuales.

De la misma manera, y por razones análogas, puede decirse que, en el Período Solar, el hombre atravesó la existencia vegetal. Tenía un cuerpo denso y un cuerpo vital, como lo tienen las plantas, y su conciencia, como la de éstas, era la del sueño sin ensueños. El estudiante comprenderá plenamente esta analogía estudiando el diagrama 4, que está en el capítulo titulado "Los Cuatro Reinos", en el que se muestran esquemáticamente los vehículos de conciencia que poseen los minerales, las plantas, los animales y el hombre, con la conciencia particular que resulta de su posesión en cada caso.

Cuando terminó el Período Solar hubo otra Noche Cósmica de asimilación junto con la actividad subjetiva necesaria para la iniciación del Período Lunar. Aquélla fue de igual duración que el período de manifestación objetiva que la había precedido.

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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