humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

*
del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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miércoles, 14 de julio de 2010

POLARIDADES PLANETARIAS




POLARIDADES PLANETARIAS
pág. 265

Cuando estudiamos magnetismo estamos tratando con una fuerza invisible,
y ordinariamente nosotros podemos decir, en el mejor de los casos, el modo en el
que se manifiesta en el mundo físico, es decir, lo mismo que en cualquier otro
caso que estudiamos una fuerza. El Mundo Físico es el mundo de los efectos; las
causas están ocultas a nuestra vida aunque están más cerca de nosotros que
nuestros pies y manos. La fuerza está alrededor de nosotros invisible y vista
solamente por los efectos que produce.

Si tomamos una vasija de agua, por ejemplo, y hacemos que se hiele,
veremos una miríada de cristales de hielo formándose en figuras geométricas
bellísimas. Esto nos muestra las líneas sobre las cuales se congela el agua y
estas líneas son líneas de fuerza que estaban allí antes de que se congelase el
agua, pero fueron invisibles hasta que se produjeron las debidas condiciones para
que pudieran manifestarse.

Del mismo modo hay líneas de fuerza que corren entre los dos polos de un
magneto; estas líneas ni son vistas ni sentidas hasta que ponemos limaduras de
hierro cerca del lugar en que se encuentran, y entonces vemos que tales
limaduras se unen al magneto en un orden determinado. Mediante la disposición
de las condiciones debidas, nosotros podemos hacer que cualquiera de las
fuerzas de la naturaleza se manifieste en efectos —que mueva nuestros tranvías,
que transporte mensajes con la velocidad del relámpago a miles de kilómetros de
distancia, etc., etc.—; pero la fuerza en sí misma es siempre invisible. Nosotros
sabemos que el magnetismo marcha siempre en ángulos rectos a una corriente
eléctrica con la cual se manifiesta; sabemos, además, la diferencia entre las
manifestaciones de la corriente eléctrica y la magnética, tan dependiente la una de
la otra; pero nosotros no las hemos visto nunca, a pesar de que actualmente son
los auxiliares más valiosos que tenemos..

El magnetismo puede ser dividido en magnetismo “animal” y “mineral”,
aunque en realidad son sólo uno, pero el segundo tiene muy poca influencia sobre
el tejido animal, mientras que el primero es generalmente impotente para actuar
con los minerales.

El magnetismo mineral está derivado directamente de la piedra imán que se
usa para magnetizar el hierro, y este proceso da al metal tratado por él la
propiedad de atraerlo. Esta clase de magneto es muy poco usado, no obstante,
porque su magnetismo, al irse agotando, se hace muy débil cu proporción a su
volumen y principalmente debido a que la fuerza magnética no puede ser
controlada en tal magneto permanente, por decirlo así.

El “electro magneto” es también un magneto “mineral”. Se compone
simplemente de un pedazo de hierro arrollado con muchas vueltas de cable
eléctrico y la potencia del magneto varía con el número de vueltas del cable y la
potencia de la corriente eléctrica que pasa por él.

La electricidad está también alrededor de nosotros en un estado diluido,
inútil para su uso con propósitos industriales hasta que sea comprimida y se la
fuerce a pasar por cables eléctricos con ayuda de electromagnetos poderosos.
Nosotros debemos tener magnetismo en primer lugar antes de que lo podamos
convertir en electricidad. Antes de que un generador eléctrico nuevo comience a
formar sus “campos”, que no son otra cosa sino electromagnetos, debe ser
magnetizado. Si esto no se hiciera podría girar y revolver hasta el día del juicio
final a cualquier velocidad que fuese y nunca se podría encender una sola lámpara
o mover un gramo de peso; todo depende del magnetismo que se le infunde
primeramente; después que este magnetismo ha empezado a funcionar dejará
un poco en él cuando se cierre el generador, y esta porción que en él queda, que
se llama “residuo magnético”, servirá de núcleo de fuerza para formar la corriente
cada vez que se ponga en marcha el generador. Todos los cuerpos de las plantas,
de los animales y del hombre son solamente minerales transformados. Todos ellos
han venido del reino mineral en primer lugar, y los análisis de los cuerpos de las
plantas, de los animales y del hombre nos demuestran este hecho despojado de
toda duda; aun más: nosotros sabemos que las plantas reciben su sustento del
suelo mineral, y tanto el animal como el hombre están comiendo minerales
siempre que consumen plantas como alimento; aun cuando el hombre se alimente
de carnes, está, sin duda alguna, alimentándose de compuestos minerales, y, por
lo tanto, recibe con su alimento tanto las substancias minerales como las fuerzas
magnéticas que contienen.

Esta fuerza la podemos ver manifestada en “hemoglobina”, o sea, la
materia colorante roja de la sangre, la cual atrae al oxígeno, dador de vida, cuando
se pone en contacto con él en los millones de diminutos capilares de los pulmones
y arrastrándolo consigo al pasar por los capilares sobre todo en nuestro sistema
que conecta las arterias con las venas. ¿Por qué es esto así?

Para comprenderlo debemos familiarizarnos un poco más con el modo
como el magnetismo se manifiesta en los usos industriales.

Hay siempre, dos campos o un múltiplo de dos campos en un generador o
motor; cada campo alterno o magneto forma el “polo norte” y los contrarios el “polo
sur”; si nosotros deseamos tener dos o más generadores “en paralelo” y forzar su
electricidad en el mismo cable, el primer requisito que debemos solventar es el de
que la corriente magnética en los campos de los magnetos corra en la misma
dirección.

Si esto no se hiciera no funcionarían juntos; ellos generarían corrientes que
marcharían en direcciones opuestas produciéndose un cortocircuito. Esto
sucedería debido a que los polos que deben atraerse se repelerían y viceversa; el
remedio oportuno, pues, es cambiar los extremos del cable que magnetizan los
campos y entonces la corriente magnética en un generador se hará igual a la
corriente del otro y ambos correrán suave y armónicamente.

Las mismas condiciones prevalecen en la curación magnética; una
determinada nota vibratoria y polaridad magnética se introdujo dentro de cada uno
de nosotros cuando surgieron las fuerzas estelares en nuestros cuerpos y nos
dieron el bautismo planetario en el momento en que hicimos nuestra primera
inspiración completa. Estas son modificadas durante el peregrinaje de nuestra
vida; pero en lo principal aquel impulso inicial permanece sin perturbación, y, por
lo tanto, un horóscopo del momento del nacimiento contiene la fuerza vital más
poderosa de la vida para determinar nuestras simpatías y antipatías, así como
todos los demás asuntos. Efectivamente, sus indicaciones son más confiables que
nuestros gustos y antipatías conscientes.

Algunas veces tropezamos con algunas personas, y con el tiempo las amamos,
aunque sentimos que tales personas tienen una influencia enemiga sobre
nosotros, la cual no nos explicamos y, por lo tanto, nos esforzamos en dominarla;
pero la comparación de su horóscopo nos revelará la razón y, si somos prudentes,
nosotros atenderemos su advertencia, o de lo contrario, tan seguramente como las
estrellas se mueven en sus órbitas alrededor del Sol, tendremos que lamentar
nuestra falta de atención a su advertencia.

Pero hay también muchos casos en los que no sentimos la antipatía entre
nosotros mismos y otra persona, aunque el horóscopo la revele, y si vemos los
signos al comparar los dos horóscopos nos sentiremos inclinados a hacer caso a
nuestros sentimientos, antes bien que el escrito estelar de los horóscopos. Esto
también con el tiempo nos ocasionará algún disgusto, porque la polaridad
planetaria es seguro que se manifestará en su día, a menos que ambos espíritus
estén suficientemente evolucionados para regir sus estrellas en gran medida.
Tales personas son contadas y mucho más avanzadas para nuestro estado actual
de evolución. Por lo tanto, obraremos prudentemente si usamos nuestros
conocimientos del escrito estelar y comparamos por lo menos nuestros
horóscopos con los de aquéllos que se unen más íntimamente a nuestras vidas.
Nosotros nos ahorraremos y les ahorraremos a ellos muchos dolores y tristezas.
Nosotros aconsejaríamos nuestro curso especialmente a un médico en lo que
respecta a sus pacientes y con referencia al compañero de matrimonio que
desean elegir.

Cuando una persona está enferma la resistencia está en su flujo inferior, y
debido a esto, entonces, es menos potente para repeler las influencias externas.
Por esta razón las vibraciones del médico tienen un efecto prácticamente
restringido, y aun cuando pueda estar dotado por los motivos más nobles y
altruistas, deseando infundir su propia vida para beneficiar y devolver la salud al
paciente, si las estrellas de ambos estuvieran en posición adversa cuando
nacieron, su magnetismo y nota vibratoria están destinados a surtir un efecto
perjudicial sobre el paciente. Así, pues, es de necesidad primordial que todo
médico tenga un gran dominio de la astrología y de la ley de compatibilidades,
tanto si pertenece a aquéllos que curan por el magnetismo y ponen sus manos
sobre el enfermo, o bien a la escuela oficial de medicina, porque el último también
infunde sus vibraciones en el aura del paciente y cura o perjudica con arreglo a la
concordancia de sus polaridades planetarias con las del mismo.

Cuanto se ha dicho con respecto a los “sanadores”, se aplica con una
fuerza diez veces mayor al enfermo, toda vez que éste está al lado del paciente
durante todo el tiempo y el contacto de ambos es, por lo tanto, mucho más íntimo.
Para el médico, enfermero y paciente, la compatibilidad está determinada
por el signo saliente, Saturno y la casa sexta. Si sus signos salientes son de
naturaleza simpática, es decir, que todos tengan en el Ascendente signos de
fuego, de tierra, de aire o de agua, entonces son armoniosos; pero si el paciente
tiene saliendo un signo de agua y el enfermero o el médico lo tienen de fuego o de
otro cualquiera, el efecto que se producirá será perjudicial.

Es también necesario ver que Saturno en el horóscopo del enfermero o
médico no esté colocado en ninguno de los grados del Zodíaco que estén dentro
de la casa sexta del enfermo.

Con respecto al matrimonio, las polaridades planetarias se estudian
principalmente mediante la consideración de la femenina Luna y Venus en el
horóscopo de un hombre porque ambos indican sus atracciones hacia el sexo
opuesto, y en el horóscopo de una mujer el masculino Sol y Marte tienen un
significado semejante. Si estos planetas están configurados armoniosamente y los
signos de las cúspides de la casa séptima de los cónyuges en perspectiva
concuerdan, prevalecerá la armonía, especialmente si el Sol, Venus o Júpiter de
uno de ellos está colocado en la casa séptima del otro. Pero si los planetas
mencionados se afligen uno al otro la casa séptima de los consortes está fuera de
armonía o si Saturno, Marte, Urano o Neptuno de uno de ellos está en un grado
incluido en la casa séptima del otro, es un pronóstico de que las polaridades
planetarias no armonizan y que el dolor y las tribulaciones están reservados para
ellos si permiten que sus emociones efímeras les lleven a una unión de infelicidad
y desgracia, porque es fácil el cambiar los cables de los campos en dos
generadores eléctricos para que sus polaridades coincidan; pero es
extremadamente difícil el cambiar las polaridades planetarias de una persona para
hacer que armonicen o coincidan con las recibidas por otro en su bautismo
planetario.

***

del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel

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