CAPÍTULO XXIX
LA LEY DE CORRESPONDENCIAS
pág. 270
Se dice en la Biblia que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, y
desde tan lejana antigüedad los videntes y sabios han notado una
correspondencia entre el macrocosmos, el gran mundo, y el microcosmos, el
mundo diminuto, u hombre. Esto está también expresado en el axioma hermético
que es la llave maestra de todos los misterios: “Como es arriba, así es abajo”.
Por lo tanto, podemos ver que las diversas partes del cuerpo humano están
correlacionadas con las diferente divisiones de la bóveda arqueada del cielo y las
estrellas que se mueven por él. Así como las fuerzas creadoras dentro del vientre
materno actúan sobre el óvulo y gradualmente construyen el feto, así también los
rayos planetarios del cuerpo macrocósmico de la madre natura están activos
sobre el hombre. Es su actividad lo que notamos en el proceso de la evolución,
por lo cual, lo que ahora es hombre, se ha evolucionado y elevado desde los
reinos inferiores a su estado actual de construcción maravillosa, y es por los
mismos rayos que gradualmente evolucionará a la divina estatura, en cuya época,
sin duda alguna, será como el Padre en los cielo; por consiguiente, debemos
indicar las correspondencias entre los signos y los planetas y las diferentes
divisiones del cuerpo humano en la forma que sigue.
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del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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