Indicaciones sutiles de vista espiritual
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Es un hecho científico bien conocido que la sensación depende de la
habilidad de sentir e interpretar la vibración del éter y del aire con arreglo al
sentido correspondiente. Los videntes antiguos tomaron al báculo de Mercurio
como el símbolo de sus efectos, y entre otros secretos espirituales incorporados
en las formas ondulantes de las serpientes enroscadas está también éste: el de
que Mercurio es el originador de todo movimiento vibratorio. De aquí que sea un
factor primordial en el producto de la sensación y en el proceso mental que eleva
la conciencia como resultado de ello. Por lo tanto, un Mercurio elevado y bien
aspectado agudiza nuestros sentidos y hace que la mente sea más ingeniosa y
penetrante, y, por el contrario, un Mercurio afligido produce bien un embotamiento
de los sentidos o hace a la persona hipersensitiva. En cualquiera de los casos se
produce un estado anormal del cerebro y de la mente que ocasiona sufrimientos
con arreglo a la casa, al signo y a la aflicción; aun un buen aspecto de alguno de
los planetas que se ha dado en llamar malos, aunque brinde y traiga las virtudes
de aquel planeta, lleva consigo también una parte del lado obscuro y. adverso,
debido a que aun los mejores de nosotros tienen algo en sus naturalezas internas
que vibra en armonía con aquella fase de aquel planeta.
Pero además de su modo indirecto de adquirir conocimientos por medio de
las vibraciones del éter y del aire, inaugurado por Mercurio y llevado a cabo por un
lento proceso cerebro-mental donde el espíritu y la materia se funden, hay un
camino directo hacia el conocimiento simbolizado por el mismo báculo
alrededor del cual se enroscan las serpientes. Éste es el rayo de Neptuno, la
octava de Mercurio, el cual nos pone en contacto con los mundos espirituales.
Pero obsérvese bien esto: el báculo y las serpientes no están separados; el báculo
atraviesa el enroscamiento o las espirales de las serpientes, y esto nos dice que
en nuestro estado actual el conocimiento espiritual depende de la mente cerebral
para su expresión concreta, y por medio del cerebro y de la mente se colorea el
último con arreglo a los aspectos de Neptuno.
La experiencia ha demostrado que el rayo estelar aflictivo de algunas partes
del Zodíaco mencionadas anteriormente, interfiere y se mezcla con las vibraciones
etéricas sentidas por la retina del ojo, y esto perjudica a la vista física. Si en la
misma figura Neptuno está enfocado a través de uno de estos lugares conocidos,
el “punto ciego”, el cual es ciego debido a su falta de sensibilidad a las vibraciones
etéreas mercurianas, queda sensibilizado por el rayo espiritual de Neptuno, y de
este modo puede ocurrir que una persona muy corta de vista físicamente, o aun
ciega, puede ver los mundos espirituales que están ocultos de aquellas personas
cuya vista está enfocada por las vibraciones mercurianas. El aspecto de Neptuno
determina el grado y la naturaleza de la vista espiritual desarrollada como se
ilustra en algunos de estos horóscopos. Estas figuras fueron seleccionadas para
demostrar otros puntos; pero se nos ha ocurrido que la fase acabada de
mencionar es digna de tenerse en cuenta.
No obstante lo dicho, no estará de más el advertir a los estudiantes que no
formen conclusiones absurdas por lo que acabamos de decir, pues sería erróneo
suponer que todos aquellos afligidos con afecciones a los ojos por las estrellas
Antares, Ascelli o las Pléyades, están dotados en cambio de vista espiritual.
La mujer del horóscopo número 5 está muy deteriorada físicamente; pero
Neptuno está fuera de órbita, y como consecuencia, ella no deriva ni alcanza la
visión que su rayo induce. La visión espiritual puede no llegar a desarrollarse en
muchos de aquéllos que tienen el aspecto bien definido; pero en tales casos está
en proceso de desenvolvimiento y se podrá provocar fácilmente con ejercicios
propios. Si este aspecto fuera una cuadratura u oposición sería prudente, sin
embargo, el oponerse a todo intento de buscar iluminación, porque en tales
aspectos acecha un gran peligro de verse controlado por espíritus indicados
ampliamente en el horóscopo número 2, en el que la oposición de Neptuno con
Antares es responsable de la horrorosa visión del Guardián del Umbral. En aquel
caso tenemos que la vista física no está, deteriorada; pero en el horóscopo
número 3 se señala un defecto de visión física por la aflicción de la nebulosa
Ascelli y debilidades e inconvenientes semejantes vienen también por Antares en
el número 4. En uno, el trígono de Neptuno produce la visión voluntaria de los
planos suprafísicos, pero en el otro su foco está en cuadratura, y de aquí que la
vista espiritual obtenida sea intermitente y fuera de control del individuo.
Hemos hablado de Mercurio como originador de todas las vibraciones de
los sentidos: oído, olfato, vista, etc., y de Neptuno como que es su octava. Para
adelantarnos a las preguntas a que esto pudiera dar lugar, podemos decir que en
el mundo espiritual la separatividad cesa, las sensaciones se confunden y
mezclan, de modo que el sonido y la vista, la voz y la visión, son una sola y simple
cosa. El rayo de Neptuno lleva ambas sensaciones; pero videntes sin desarrollo
que están sufriendo de la facultad involuntaria de la clarividencia, “ven” u “oyen”,
como place a las entidades que alcanzan el control sobre ellos por medio de este
rayo.
El horóscopo número 3 nos señala la influencia adversa de la mancha
nebulosa que está en los 6 grados de Leo, conocida con el nombre de Ascelli, en
la vista. Este grado peligroso estaba saliendo del nacimiento con la Luna en
conjunción cerrada y el Sol también dentro de órbita. Saturno en los 24 grados de
Libra, está justamente dentro de la órbita de una cuadratura con el Sol o en los 0
grados de Leo, y como resultado de todas estas aflicciones la persona se ve
compelida a usar lentes bifocales. Sin embargo, hay una ventaja que compensa
algo: Neptuno en elevación y trígono con Ascelli (con el Sol, la Luna y Ascendente
en órbita) ha dotado a nuestro sujeto con vista espiritual sobre la cual tiene control
perfecto, como el lector puede ver fácilmente por el examen de Mercurio, el
planeta mejor fortificado en este horóscopo.
Saturno en aspecto de sextil desde el signo de su exaltación, da estabilidad,
persistencia y concentración; Júpiter, en trígono desde la casa que él rige,
expande y ensancha la mente, dándole una inclinación religiosa y benévola, y
Venus, por su sextil, aumenta la disposición de bondad innata y el gusto por la
belleza.
Así, pues, es evidente que en este horóscopo la relación de Mercurio y su
octava, Neptuno, con la expresión física y espiritual de la mente, queda bien
marcada. Neptuno está del modo más altamente elevado y Mercurio aspectado
muy fuertemente. Este planeta no está afligido de ningún modo; por lo tanto, no
existe el temor de que se produzcan alucinaciones, sino que fija y asienta sus
experiencias en la escala de la lógica. Compárese este horóscopo con el de aquel
desgraciado dominado horrorosamente por el Guardián del Umbral (horóscopo
número 2), donde Neptuno está en la casa duodécima en conjunción con Marte y
en el que Mercurio está afligido por la oposición, de Saturno, todo ello desde
signos cardinales, en la seguridad de que el contraste y cotejo de estas dos
figuras dará una buena lección.
En el horóscopo número 5 vemos la Luna en la casa sexta situada a cosa
de 3 grados de Antares y Saturno está en la casa duodécima, dentro de 4 grados
de un aspecto de oposición con la mencionada Antares y también con una
separación aproximada de 7 grados para formar una oposición exacta con la Luna;
y de este modo su influencia natal quedó reducida al mínimo. Si la oposición
hubiese sido exacta o algo más cercana, se hubiera producido inevitablemente la
ceguera de nacimiento. Pero afortunadamente era un aspecto débil y la visión no
quedó afectada seriamente hasta que el Sol, por progresión, entró en la casa
duodécima, pasó la oposición con la Luna, y entonces formó la oposición con
Antares y alcanzó la conjunción con Saturno.
Estos puntos de contacto en el horóscopo marcaron las crisis, dando la
enfermedad de los ojos. Como Saturno es el planeta afligente, los nervios y
músculos se cristalizan hasta que la vista de uno de los ojos desapareció
totalmente y el otro ojo quedó casi ciego. En el mes de noviembre del año 1912 la
Luna hubo alcanzado por progresión el aspecto de una cuadratura con el lugar
que al nacimiento ocupaba el Sol. Esto representó la crisis final que avivó los
aspectos mencionados anteriormente. Neptuno no forma aspecto con los puntos
del Zodíaco mencionados; de aquí que la vida espiritual esté profundamente
dormida.
El horóscopo número 4 es el más afligido de todos ellos: la Cola del Dragón
y el Sol en Antares están en conjunción. Esto por sí solo es suficientemente
severo y su estado es agravado aún más por una cuadratura cercana de Neptuno
y Marte con el Sol y la afección de los ojos está aumentada por la conjunción de
Saturno con las Pléyades, que ocurre en la casa duodécima. De modo que este
horóscopo nos indica que la persona que nos ocupa tenía ojos débiles; y, en
efecto, esta mujer puede leer muy dificultosamente aun cuando el libro esté
separado unas cuantas pulgadas de sus ojos y usando lentes de aumento; pero la
cuadratura de Neptuno con Antares ha abierto sus sentidos espirituales de cierto
modo y, como consecuencia de ello, esta persona oye voces del espíritu y en
otros momentos, tiene visiones. Estas manifestaciones, como están fuera de su
control, no son satisfactorias, como es consiguiente, pero demuestran el efecto de
Neptuno aspectando a estos puntos del Zodíaco.
***
del libro "El Mensaje de las Estrellas" de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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