XVIII. La gravedad
La ciencia materialista ha descubierto que a cada cuerpo en el universo
se le puede asignar un número, llamado masa de ese cuerpo, de tal manera
que la fuerza gravitatoria que ejerce cualquier cuerpo sobre otro es
proporcional al producto de las masas e inversamente proporcional al cuadrado
de la distancia entre los cuerpos. Esta relación se escribe en términos
algebraicos así:
G M1M2
F= ------------
R
donde "G" es una constante, "M "1 es la masa del primer cuerpo, "M "2 es la
masa del segundo cuerpo, "R" es la distancia entre los centros de los cuerpos y
"F" es la fuerza que ejercen uno sobre el otro. La ecuación anterior se
denomina Ley de la Gravitación Universal de Newton.
Cerca de la superficie de la Tierra la Ley de Gravitación de Newton
describe correctamente la atracción de la Tierra sobre los cuerpos (dicha
atracción produce la caída libre de los cuerpos, y hace que los cuerpos
arrojados horizontalmente sigan una trayectoria que se curva hacia la Tierra).
Cuando el hombre envía cohetes en órbitas alrededor de la Tierra sirviéndose
de esta Ley, puede predecir con exactitud qué fuerza debe suministrar el
combustible al cohete para situarlo en una órbita determinada. Cuando se
aplica la Ley de Gravitación de Newton a los movimientos planetarios, los
movimientos teóricos concuerdan con los observados realmente con un
margen de segundos de arco por siglo.
Einstein desarrolló una nueva teoría para describir la gravedad, llamada
Teoría General de la Relatividad, la cual proporciona predicciones incluso más
ajustadas a las observaciones que la Ley de Newton. Existen, sin embargo,
unas pequeñas diferencias no explicadas entre las predicciones teóricas y las
observaciones.
Los clarividentes son capaces de dar información adicional sobre el tema
de la gravedad. El clarividente Max Heindel nos dice (El Concepto Rosacruz
del Cosmos, p. 260 de la edición inglesa) que " Bien cuando los rezagados que
habitan una luna han recuperado su lugar y regresado al planeta madre, o bien
cuando el retroceso constante ha provocado la desintegración completa de sus
vehículos, la Luna abandonada también comienza a disolverse... A medida que
pasa el tiempo, el poder de atracción ejercido por el planeta madre disminuye,
su órbita se ensancha hasta alcanzar el límite de nuestro sistema solar.
Entonces es expulsada al espacio interestelar y se disuelve en el Caos."
Los científicos no han apreciado una disminución evidente en la fuerza
gravitatoria de un planeta sobre su luna pero esto podría deberse a no haber
estudiado con detalle ninguna luna en proceso de expulsión o a que el efecto
era demasiado pequeño o demasiado dilatado en un largo periodo de tiempo
como para apreciarlo.
En Salmos 75:3 Jehová dice "Aunque la tierra vacilase con todos sus
habitantes, yo afirmaría sus columnas". Max Heindel dice, además, (Preguntas
y Respuestas, Vol. 2, p. 320 de la edición inglesa) que "Hasta hace 2.000 años
Jehová había tomado a su cargo y guiado nuestra Tierra desde fuera... De
forma que la Tierra era mantenida en órbita por Su poder. Sin embargo, por el
cambio ocurrido en el Gólgota el Espíritu de Cristo entró en nuestra Tierra parar
ayudarnos... El Cristo guía ahora la Tierra en su órbita desde dentro y
continuará haciéndolo hasta que hayamos aprendido a vibrar con ese atributo,
el amor, mediante el cual seremos capaces de aplicar el poder a nuestro
planeta y así guiarlo en su órbita desde dentro."
Los científicos han medido pequeñas desviaciones de las Leyes de
Gravedad de Newton y Einstein. Es posible que la influencia firme de Cristo
haya sido la responsable de tales pequeñas desviaciones. Es igualmente
posible que la influencia de Cristo sea necesaria para que la Tierra
sencillamente obedezca las Leyes. Las Leyes fueron formuladas durante su
"reino" y no sabemos qué Leyes regirían si Cristo no guiara la Tierra y otros
planetas. Sin Cristo, las actitudes materialistas y otros pensamientos quizás
incrementasen la masa de la Tierra, lo cual podría frenarla en su órbita (para
conservar el momento angular), lo que a su vez podría hacerla situarse en una
órbita menor. Puede que la influencia crística mantenga la masa de la Tierra
constante y en esa forma evite que la Tierra se dirija hacia el Sol.
REFERENCIAS
- Heindel, Max. Questions and Answers, Vol 2. Oceanside, Cal: The
Rosicrucian Fellowship, 1922.
- Heindel, Max. The Rosicrucian Cosmoconception. Oceanside, Cal: The
Rosicrucian Fellowship, 1973
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Ciencia
y
Religión
Por
Elsa M.
Glover
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