CARTA Nº 9
Septiembre de 1911
GUARDIANES INVISIBLES DE LA HUMANIDAD
En la lección sobre el bautismo vería usted cómo retrocedimos hacia los días más primitivos de la
evolución en nuestro planeta, con el fin de saber la significación de aquel sacramento. Habrá notado usted
también en la lección del mes pasado cómo el Sacramento de la Comunión tiene sus raíces en los comienzos
de la era. De este modo podemos convenir en que a menos que seamos capaces para investigar el pasado de
la historia de la raza humana, no podremos obtener una clara concepción de cuanto esté relacionado con el
género humano.
Goethe hablaba de "das ewing Werdente" que quiere decir: --Siempre formándose -. En la variación está el
principal resorte del progreso, y si miramos al hombre tal como es ahora, sin reparar en lo que ha sido,
nuestras deducciones sobre su futuro tienen necesariamente que ser muy limitadas. La lección anterior aclara
la ley de Analogía, mostrando la manera en que el hombre fue criado por los Guardianes Divinos, en forma
análoga a la que los, padres crían una criatura preparándola para la lucha por la vida; y podemos tener la
seguridad de que, aunque estos guardianes se han retirado de la dirección "visible", continúan estando
todavía con nosotros y vigilan a sus antiguos protegidos exactamente igual como los que somos padres -
continuamos interesados por el bienestar de nuestros hijos después de haber dejado nuestros lares y hogar,
para empezar la lucha por la vida por sus propios medios.
Una vez que se nos han abierto los ojos espirituales y hemos aprendido a distinguir las varias clases
de seres de las regiones superiores, la guardia citada es de los hechos más seguros para el observador, pues
aunque nadie puede
interponerse entre la libre voluntad y el pensamiento del género humano, por ser contrario al plan divino
coaccionar al hombre a que haga aquello que no quiere, no hay nada que prohiba las sugestiones en asuntos
que se ve que está propenso a elegir. Y es debido a la sabiduría y al amor de estos Grandes Seres, por lo que
el progreso por la senda humanitaria es la consigna del día.
Durante las edades pasadas, nosotros, los que habitamos en el mundo Occidental, hemos sentido de
manera particular el pesar y el dolor provocado por la guerra y la discordia. La lucha por la existencia va
constantemente agudizándose más y más, estando dictada por la "inhumanidad del hombre para el hombre".
Pero existe también otro factor desarrollado por los Seres del Amor y de la Compasión, a saber, los
movimientos altruistas, que van multiplicándose en gran número con maravillosa rapidez, ganando en
eficiencia en el transcurso de los años. Es de notar el hecho de que tanto la beneficencia como el hacer
limosna, que degradan a los que las reciben, vayan siendo cada vez más substituidas por la "ayuda para
ayudarse a sí mismo", que ensalza a quien auxiliamos y también al que auxilia. Este beneficio implica
pensamiento y abnegación, lo cual está estimulado por los Guardianes Invisibles, entre "los más fuertes" que
ahora son "los guardianes de sus hermanos más débiles".
Es motivo de considerables plácemes el que miembros numerosos de nuestra Fraternidad pertenezcan
en calidad de trabajadores a instituciones regidas por las normas antedichas, y yo, sinceramente, espero ver
el día en que la inmensa mayoría esté dispuesta a empezar el trabajo de esta naturaleza, cada cual en sus
cercanías o medio ambiente. Pero hay que empezar en el propio hogar, sed cariñosos con quienes estéis en
inmediato contacto, y una vez se haya visto en vosotros fidelidad en algunas obras, no dejarán de presentarse
mejores oportunidades.
del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel
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