INSTRUCCIÓN XX
"Forth from little motes in chaos (*)
We have come to what we are;
No hidden force can stay us,
We shall climb from star to star.
We will breack away the fetters
That have bound us heretofore
For the world today is better
Than it ever was before."
¡Adelante, hacia arriba, siempre! es el grito de batalla del Espíritu conquistador. Desde
que "sus ojos se abrieron" la raza humana se ha embuido conscientemente de ese divino
descontento que es nuestro medio de progreso en el sendero evolutivo. Esto es cierto por
lo menos en lo que respecta a la gran mayoría, pues hay algunos que se han rezagado y
se han empeñado en "dar coces contra el aguijón", pero eventualmente alcanzarán la
meta de la perfección y de la reunión con Dios. Un alma perdida es una concepción
imposible si consideramos que todos somos parte de Dios, en quien en realidad "vivimos,
nos movemos y tenemos nuestro ser". No podemos existir fuera de Dios,
(*) "De afuera, de pequeños átomos del caos
Hemos llegado a ser lo que somos;
Ninguna fuerza oculta puede detenemos,
Saltaremos de estrella en estrella.
Destruiremos las barreras
Que nos han confinado hasta ahora,
Puesto que el mundo hoy es mejor
Que haya sido nunca antes"
en un infierno, Y si una sola alma se perdiera ello significaría que se había perdido una
parte de Dios.
Pero entonces podrá preguntarse, ¿cuál será el significado de cierto número de pasajes
del Nuevo Testamento en el que se habla de la "eterna" salvación y condenación? Esos
pasajes se comprenden fácilmente cuando se iluminan convenientemente con un
diccionario, y con el conocimiento de las enseñanzas ocultas.
En primer lugar el significado depende de la definición de la palabra "everlasting"
(perdurable). Como todas las demás palabras de la versión inglesa de la Biblia están
traducidas del griego. La palabra original, es "aionian". Refiriéndose al diccionario griego
de Liddel y Scott se verá que esa palabra tiene muchos significados: "indefinido período
de tiempo", "una edad", "una vida", como por ejemplo cuando San Pablo la emplea en su
carta a Filemón, a quien le enviaba Onésimus, un esclavo convertido, diciendo: "porque
quizás se ha apartado de ti por algún tiempo, para que lo volvieses a tener para siempre"
(versículo 15). La palabra "favorecer" (para siempre) es una traducción del mismo
"everlasting" (sin fin, perdurable) en relación con el castigo o salvación, y como Onésimus
y Filemón eran ambos mortales la palabra "aionian" debe significar necesariamente algo
diferente de lo que generalmente se entiende por "everlasting" (perdurable). En el caso
citado no puede significar más que el período de una vida. Tan pronto como
comprendemos que esa palabra no significa eternidad, sino solamente una edad o
duración indefinida, un período de tiempo que tiene principio y fin, esos pasajes quedan
iluminados por una luz muy diferente, y en vez de eterna salvación o condenación por un
período indefinido. ¿Qué es lo que significa esto?
En las Instrucciones anteriores vimos como comenzó el hombre su evolución en la actual
condición densa de la Tierra en la Época Polar, donde ensayó por vez primera el construir
su cuerpo de materia química. La cualidad de este cuerpo es la inercia. En la Biblia se le
llama "Adm". La palabra hebrea Admah significa "tierra firme" y Josefo al decir "tierra roja"
sabía lo que decía, porque lo que entonces era cuerpo humano estaba formado de la
misma materia química que la tierra firme de hoy, pero en ese entonces no era ni tan
sólida ni tan fría como lo es la costra terrestre actual. La Tierra, estaba recién saliendo del
Caos entonces y era un globo rojizo que más tarde se convirtió en una nebulosa ardiente,
luminosa y brillante. Esa luminosidad se alcanzó en la Época Hiperbórea y el
hombre naciente comenzó la construcción de su cuerpo vital, poseyendo entonces el
poder de mover el cuerpo denso.
En la Época Lemúrica desarrolló el cuerpo de deseos, y el deseo dio el incentivo para la
acción. En la Época Atlante se incorporó la mente para actuar como yugo de los
impulsos. La astucia era su cualidad inherente, pero en la actual Época Aria, el Ego se
manifiesta por medio de la mente, desarrollando la facultad de la razón que está
sobrepasando a la astucia.
De esta forma se ha ido desarrollando hasta cierto punto un vehículo poseedor de
determinada facultad o cualidad en cada una de las sucesivas edades, así como en la
escuela pasa el niño de grado a grado, año tras año, desarrollando la facultad de escribir,
leer, etc., hasta cierto punto en cada etapa.
Pero hay algunos que se atrasan en las clases cada año, hay algunos que no aprenden lo
suficiente como para pasar al grado superior. Por consiguiente se les condena a
quedarse en la misma clase otro año más para que adquieran los conocimientos
necesarios para entrar en la clase superior y seguir avanzando.
Los que se han esforzado diligentemente en dominar las lecciones se salvan de esa
necesidad y "entran" en una nueva clase. No lo han realizado ya todo para siempre, pues
en la nueva clase hay lecciones que es menester aprender, y salvo que cada uno siga
obrando bien, paciente y constantemente, probablemente será reprobado cuando llegue
el nuevo examen.
Y lo mismo que sucede en la escuela para niños, sucede en la escuela de la vida; el
esfuerzo constante es el precio del ascenso al grado siguiente, y en cada uno de ellos
quedan siempre algunos rezagados. Nosotros, los occidentales, somos los precursores,
generalmente hablando, y las otras razas, amarilla, morena y negra, son los rezagados
de ineficiencia, pero sin embargo todos están avanzando y en algún tiempo llegarán a
nuestro estado actual de realización y nosotros habremos ido más allá, si continuamos
siendo diligentes.
Para comprender convenientemente este asunto es necesario distinguir claramente entre
los cuerpos de las razas y los Espíritus que en ellos habitan. Los precursores disponen
siempre de cuerpos raciales blandos, flexibles, sensitivos, que tienen la calidad de llegar
a cierta altura evolutiva. Bajo el dominio de lo Espíritus precursores la raza o la nación
evoluciona lo más que puede, y cuando ha llegado al cenit de la realización los
precursores la abandonan a la siguiente clase de rezagados y entonces comienza la raza
a declinar conforme va siendo aprovechada por clases de Espíritus de creciente
incapacidad, hasta que por último degenera tanto que ya no quedan Espíritus
pertenecientes a nuestra humanidad suficientemente atrasados como para poder
progresar en tales cuerpos. Entonces las mujeres se hacen estériles, pues no se
depositan en ellas más átomos-simientes fertilizantes y la raza muere.
Tal es el plan divino de desarrollo, pero aquí como en todas partes el hombre tiene
prerrogativa divina de producir el desorden en la Naturaleza durante algún tiempo,
adhiriéndose a una raza de manera que resiste a los esfuerzos de los Grandes Guías
para ayudarlo a progresar, como veremos que ha sucedido con cierta clase de Espíritus.
Considerando el hecho de que la tarea de las razas Arias es la de desarrollar la razón, y
que nosotros, los del mundo Occidental, somos los más avanzados, no es nada
sorprendente que lo analicemos todo, la religión inclusive. La religión, como todo lo
demás, es un estado de crecimiento y progreso, y como la obra actual del mundo
occidental está siguiendo principalmente líneas materiales, sus enseñanzas religiosas no
están todavía tan claramente enunciadas como en algunas de las religiones orientales. El
resultado de esto es que algunos investigadores se burlan de las enseñanzas cristianas,
mientras que otros se han visto obligados a dejarlas y a adoptar los sistemas orientales.
Desde el punto de vista ocultista eso es una retrogresión. Los grandes Ángeles del
Destino, que tienen a su cargo nuestra evolución actual, dan a cada nación la religión
apropiada para su grado de desarrollo, y podemos estar bien seguros de esas Grandes
Inteligencias no cometen errores. Ellos nos han dado la Biblia que contiene a la vez las
religiones Judía y Cristiana. Una sola no hubiera sido suficiente, pero ambas son
absolutamente necesarias para nuestra evolución como lo veremos cuando
consideremos la materia completamente. Cuando hayamos hecho esto también
encontraremos que de todos los sistemas religiosos del mundo, éste es, positivamente, el
único apropiado para las necesidades del Mundo Occidental, el único que puede
hacernos "sabios para salvarnos" y permitirnos "entrar en" el "nuevo Cielo y en la nueva
Tierra": la edad y la raza venidera.
Según quedó dicho, nosotros desarrollamos un cuerpo denso, uno vital y uno de deseos
durante las Épocas Polar, Hiperbórea. y Lemúrica, pero el Espíritu no había aún entrado
en sus vehículos, sino que flotaba fuera como flotaba los Espíritus-Grupo de los animales,
porque entonces no había aún el eslabón conector, la mente, con el que pudieran unirse
esos vehículos.
En la última etapa de la Época Lemúrica había una pequeña parte de la humanidad
naciente que estaba suficientemente avanzada como para recibir la mente germinal y
entonces el Espíritu comenzó a entrar lentamente en sus vehículos. Debido a esta
circunstancia esos seres eran muy diferentes del resto; eran la primera raza, un pueblo
elegido, seleccionado del resto debido a su preparación especial para recibir el gérmen
de la mente que tenía que desarrollarse durante la venidera Época Atlante.
Sin embargo, no hay procedimientos súbitos en la Naturaleza y el Espíritu no entró en sus
vehículos en un día. Se necesitaron edades, y no se realizó completamente hasta
mediados de la Época Atlante. En el interín la mente había ido creciendo, y por las
razones dadas más claramente en las Instrucciones XIII y XIV, se unió con el cuerpo de
deseos, aunque debía regir, convirtiéndose en. una especie de alma- animal por la
astucia, y empleando preferentemente el cerebro a los músculos para realizar sus fines.
En la Época Polar la Tierra era una masa obscura, ardiente, "sin forma (definida) y vacía".
En la Época Hiperbórea "Dios dijo: Hágase la luz" y la masa oscura convirtiose en una
nebulosa ígnea y luminosa. En la Época Lemúrica el contacto de la nebulosidad ardiente
con el frío del espacio exterior produjo la humedad, y el agua densa al ponerse en
contacto con el foco ígneo central, salía al exterior como vapor, enfriándose nuevamente
y volviendo al foco central. Y así "Dios dividió las aguas de las aguas", el agua densa del
vapor.
De esa manera comenzaron a formarse incrustaciones que constituyeron en la última
parte de la Lemuria islas sobre las que vivió el hombre en esa atmósfera de neblina
ardiente.
En la primera parte de la Época Atlante la Tierra se llenó completamente de costras y de
esa tierra húmeda "surgió la neblina que humedeció toda la faz de la Tierra". Esa neblina
fue haciéndose menos y menos densa y su extensión sobre la superficie de la Tierra
disminuyó gradualmente hasta que por último cesó de envolver a los seres humanos,
quienes entonces comenzaron a ver la clara atmósfera en torno, suyo y más o menos en
el mismo tiempo el Espíritu había entrado completamente en sus vehículos.
Nuevamente había algunos que habiéndose desarrollado más que otros fueron, por
consiguiente, un "pueblo elegido" para convertirse en los progenitores de un pueblo que
se "multiplicaría como las arenas del mar " en una " tierra prometida". Ya para entonces la
neblina se había condensado en agua que gradualmente inundó el valle de la Atlántida,
situado entre la actual Europa y América, así que se hizo necesario para el "pueblo de
Dios" el en lugar y fueron guiados fuera de la inundada Atlántida, según se relata en al
historia de Noé, que fue el primero que vio el arco iris (porque ese fenómeno era
imposible en la nebulosa atmósfera de la Atlántida) y de Moisés que guió al "pueblo
elegido" a través de las aguas del Mar Rojo, donde Faraón (o los malvados reyes
atlantes) perecieron.
El pueblo elegido eran los semitas originales, la quinta raza Atlante. No hubo raza alguna
anterior a la mencionada en la última parte de la Época Lemúrica. En la Época Atlante
hubo siete, siete más habrán ames de finalizar nuestra Época Aria y habrá una en el
principio de la Sexta Época, que los Rosacruces llaman la "Nueva Galilea", o sean
dieciséis razas en total.
Durante los Períodos, Revoluciones y otras Épocas se dispone de tanto tiempo que los
Grandes Guías se las arreglan de manera que casi no se pierda ninguno de los Espíritus
a su cargo, pero durante los períodos en los que nacen y mueren las dieciséis razas, las
condiciones son, tan densas y el tiempo de su elevación y caída es comparativamente tan
corto que hay gran peligro de que los Espíritus se cristalicen en los cuerpos de su raza y
no puedan progresar. Por lo tanto hay que luchar con más diligencia por la salvación.
ahora, porque las posibilidades de condenación son mayores durante el pasaje de los
Espíritus a través de las dieciséis razas que en cualquier otro tiempo. Por consiguiente
los ocultistas llaman a, esas razas los dieciséis senderos de destrucción, cosa que
preocupa seriamente a los Grandes Guías de la humanidad.
La raza pertenece al cuerpo, y cuando una raza nueva debe nacer, un Gran Guía elige a
los más apropiados y regula su matrimonio y relaciones sexuales con objeto de producir
la clase de cuerpos requeridos para la próxima raza. Cuando ese "pueblo elegido" se
casa contrariamente a sus indicaciones frustra su objeto. En las primeras épocas cuando
el hombre no poseía la mente era muy fácil guiarlo, pero, cuando los semitas originales
fueron "elegidos" ya habíanse desarrollado suficientemente como para resistir una
restricción de su libertad, y además esa restricción no podía ser demasiado fuerte pues
era necesario que tuvieran cierta suma de libre albedrío para que no fueran autómatas.
Por consiguiente era muy difícil guiar a ese pueblo terco y muchos de "los hijos de Dios
se casaron con las hijas de los hombres" frustrando así los designios de su Guía. Fue
necesario, pues, segregarlos, así como a sus hijos, de los que habían quedado fieles, y
así se "perdieron". Los "rebeldes" creen que los fieles fueron los "perdidos" sin
comprender que son ellos los que se perdieron pues no pertenecieron más al pueblo
elegido.
Los fieles fueron recluidos en el Asia Central y allí se convirtieron en los progenitores de
las razas que surgieron de allí y que están habitando ahora la "tierra prometida", no la
insignificante Palestina, sino toda la Tierra tal como ahora está constituida. Los rebeldes
son los judíos.
En la futura Sexta Época ya no habrá razas, nuevamente vendrá la Fraternidad Universal,
y por lo tanto deberá continuarse un nuevo "pueblo elegido" como precursor de la nueva
dispensación, pero el hombre ha progresado ahora tanto que ya no puede ejercerse
sobre él ninguna influencia externa, y por consiguiente cada uno debe elegir lo que sienta
íntimamente, y como el hombre es ahora un ser dotado de razón, intelectual, ¿qué mejor
cosa que mostrarle el horrible ejemplo de cómo la primera raza precursora. el pueblo
elegido, frustró los designios de sus Guías convirtiéndose en "las perdidas ovejas de
Israel?"
Seguramente, el ejemplo es mejor que el precepto, y como que ese pueblo conservó los
recuerdos de su elección y de cómo los trató su Guía, ¿qué mejor podía hacerse que dar
a la raza precursora esos recuerdos, cuando vaya a formar el núcleo de la nueva? No
importa nada que esos rebeldes se sigan creyendo todavía un "pueblo elegido" o que sus
anales hayan sido mutilados; la lección no es por eso menos válida, su ejemplo es
espantoso, y es muy necesario para nosotros, porque dice San Pablo "Si la palabra
hablada por los ángeles era inflexible y toda transgresión y desobediencia recibía su justo
equivalente, ¿cómo nos escaparíamos si descuidáramos la tan grande salvación de quien
primero nos habló el Señor?" la religión Cristiana tal como se expone popularmente basta
para las necesidades de la gran mayoría del mundo Occidental que está ocupada todavía
con el lado material de la evolución y para aquéllos que deseen encontrarse entre el
núcleo de precursores de la raza futura sólo es necesario que busquen, y, encontrarán el
Cristianismo esotérico, que será la religión universal de la Sexta Epoca, y sobrepasará a
las religiones de raza, Hinduísmo, Budismo, Judaísmo, etc., así como la Fraternidad
Universal sobrepasará a las razas y a las naciones.
Para comprender debidamente el horrendo ejemplo de los judíos débese notar que,
desde el mismo principio quedaron tan imbuídos con la idea de que eran un pueblo
elegido, que despreciaron a todos los demás pueblos como gentiles. Así que en vez de
progresar a través de esas razas esa clase de Espíritus se encarnó una y otra vez en los
cuerpos raciales judíos y se ha cristalizado tanto en ellos que no pueden progresar con el
resto de la humana raza, si los siguen conservando. Sé perdieron por casarse fuera de la
raza, y es probable que en ese tiempo tuvieran una ligera realización de su error, pues
desde entonces se han seguido casando persistentemente dentro de su propia tribu. Los
Grandes Guías de la evolución han tratado de ayudarlos desterrándoles repetida- mente
a otras naciones, pero en vano, han rehusado siempre amalgamarse, y una y otra vez
han vuelto a su árida tierra, felices con poder aislarse de los demás. Por lo tanto, como
último recurso, cuando el Gran Instructor Cristo Jesús llegó Para enseñar esa Fraternidad
Universal que debería suceder a las tribus y naciones, vino a aquéllos que más lo
necesitaban, el cristalizado pueblo judío. Otros pueblos pueden estar atrasados en la
escala de la evolución, pero ninguno estuvo o está "perdido" en el mismo horrendo
sentido que los judíos. Todos los demás espíritus están progresando de raza en raza.
Ellos solos renacen continuamente como judíos, y con el tiempo se quedarán detrás de
los demás, y hasta tendrán que volver al Caos cuando se hayan quedado demasiado
rezagados, y tendrán que proseguir su avance en una evolución futura, cuando ésta haya
llegado al estado de desarrollo necesario para ¿darles la oportunidad de seguir adelante,
como será probablemente el caso de los Espíritus Luciferes. Para salvarlos de ese
destino Jesús nació entre ellos. Un extraño no podía ciertamente ayudarlos, pues lo
habrían despreciado, y por eso nació en ese pueblo, como Booker T Washington que ha
nacido entre los negros para ayudarlos, porque siendo uno de los suyos desde el punto
de vista del color puede hacerlo muchísimo mejor que un blanco y por una razón análoga
se creyó que los judíos aceptarían las enseñanzas de Cristo Jesús si llegaban a
considerarlas como provenientes de uno que aparentemente era judío. Por eso se dice
que nació entre ellos, pero éstos "eligieron a Barrabás" y crucificaron a Cristo Jesús.
Ese fue el último recurso, los Grandes Guías vieron que de allí en adelante era inútil
tratar de salvarlos en un cuerpo. Por con- siguiente los judíos fueron diseminados por
toda la faz de la Tierra, siendo un pueblo que no tiene país. A pesar de todo es tal la
tenacidad con que esos Espíritus se adhieren a su propia raza, que a pesar de todas las
persecuciones son tan judíos como siempre, y siguen despreciando a sus vecinos los
gentiles, y son a su vez odiados y despreciados. Además, están fuertemente imbuidos
con la facultad atlante de la astucia, y esto es lo que los mantiene más rezagados que
todo lo demás. No quieren ahora amalgamarse como tampoco lo quisieron antes, por lo
menos en lo que respecta a los judíos de Europa y Asia, pero en América se observa un
decaimiento visible de la ortodoxia, principalmente en la generación más joven de los
judíos. Cada vez se van casando más con personas de otras nacionalidades atraídas al
"crisol de fusión" América donde van juntándose todas las naciones para formar una
nueva raza que poseerá todas las buenas cualidades de los diferentes cuerpos raciales.
A su debido tiempo, conforme vayan llegando en mayor número, esos judíos harán su
parte aportando su cuota de mitos mezclados al mundo, proporcionando así a los
Espíritus desencarnados de esa raza, cuerpo que tendrán cada vez menos
características judías, y a su tiempo esos espíritus se "salvarán" casándose con las razas
superiores así como se "perdieron" temporalmente casándose con naciones inferiores.
Así como los lemures desarrollaron el deseo por medio del cuerpo de deseos, los atlantes
desarrollaron la astucia mediante la mente. Nosotros estamos desarrollando la razón por
la actividad del Ego que es el triple Espiritu actuando solamente sobre su velo más
externo, el Espíritu Humano, y en la Sexta Época el Espíritu de Vida implantará y
madurará las facultades de la intuición y del amor. Los que aspiran a ser los precursores
de la raza futura deben luchar para cultivar esas facultades en sí mismos.
Como en los casos anteriores, la creación de una raza significa generación y actualmente
esto se efectúa más bien por la pasión que por el amor Los matrimonios se llevan a cabo
por conveniencias sociales o de otra naturaleza. Por lo tanto hay muchos que desean
vivir la vida superior y rehuyen el matrimonio y la paternidad, lo que es un gran error,
porque de todos los hombres, los que poseen conocimientos superiores son los más
preparados para cumplir con él deber de crear hijos, ya que pueden dominar mejor las
pasiones y realizar el acto generador por amor, como un sacrificio hecho sobre el altar de
la humanidad.
En la raza futura la fraternidad y el amor se extenderán también hacia nuestros hermanos
más jóvenes: los animales. En vez de hacer con ellos lo qué hacemos actualmente,
cazar, matar y atormentarles, cuidaremos de ellos y nos captaremos su confianza. Y de
esta manera todas las profecías gloriosas se cumplirán. El hombre transformará sus
espadas en arados y sus lanzas en podaderas, cada uno se sentará, bajo su higuera y
comerá de su fruto, y entonces habrá paz en la Tierra y buena voluntad entre los
hombres.
En esa gloriosa edad nuestro privilegio será el ayudar. La edad estará pronta cuando
nosotros lo estemos. No hay ninguna fuerza exterior que la produzca, no hay que esperar
ningún Guía externo hasta que un número suficiente comience a vivir la fraternidad. Es en
vano tratar de pedir la segunda venida del Cristo, salvo haciéndonos capaces de recibirlo,
porque en verdad se ha dicho de su venida que "el día y la hora no la conoce ningún
hombre". Puede el plazo ser largo o corto, no hay tiempo fijo. Mientras vivamos una vida
de egoísmo, de pasión y de vicios, retardaremos su venida, y viceversa, la apresuramos
viviendo una vida de amor que aligere el fardo y enjugue las lágrimas de los demás.
únicamente cuando el Cristo se haya formado dentro podrá percibírsele fuera, porque
Aunque Cristo renazca mil veces en Belén,
Si en ti mismo no nace tu alma sigue extraviada;
Ni importa que en el Gólgota contemples levantada
La Cruz, si no es un Gólgota tu corazón también.
***
del libro "Cristianismo Rosacruz", de Max Heindel
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