INSTRUCCIÓN XVII
EL MISTERIO DEL SANTO GRIAL
En esta Instrucción consideraremos uno de las antiguos Misterios que existieron en
muchas partes del mundo occidental en la Edad Media, y que han existido bajo diferentes
formas en diversos países desde que se despertó la conciencia humana.
Como ya lo indicamos, en Europa, hubo en el medioevo cierto número de estos Misterios;
en el norte de Rusia los Trottes enseñaron cierto aspecto del misterio del mundo. En
Irlanda florecieron los Druidas. Se dice que nuestros antecesores oraban bajo un roble, lo
que implica la dirección de los Druidas, porque Druida significa roble, y cuando se cuenta
que Bonifacio derribó el roble podemos deducir que Bonifacio puso fin a las instrucciones
de los Druidas.
En el norte de España existió el Misterio del Santo Grial.
Este Misterio estaba administrado por un grupo de santos caballeros, que vivían en el
castillo de Montsalvat, y su propósito era promulgar a la humanidad grandes verdades
espirituales mostradas de tal manera que pudiera entenderlas, presentando en imágenes
lo que no podía ser dado directamente al intelecto.
El hombre ha llegado al estado actual viniendo de otro en el que no tenía absolutamente
conciencia alguna de lo externo al cuerpo, y está dirigiéndose a otros estados superiores
y esos mitos y símbolos. son los medios de prepararlo para la percepción intelectual del
camino que ha recorrido; así que los que se pusieron en contacto con esos Misterios, a
quienes les fueron enseñados y los escucharon, son los que hoy se ven inclinados a
tomar interés en estas cosas, mientras que la mayoría de los hombres quienes, por
supuesto, no recibieron esas instrucciones, son los que no pueden sentir la sed interna de
vivir la vida espiritual; de suerte que si sentimos la influencia espiritual dentro de nosotros,
muestra que en algún tiempo y en alguno de esos Misterios se nos ha preparado para
recibir esas verdades intelectualmente, y los repetidos impactos producidos por los
primeros instructores son los que impulsan a la humanidad hacia estados superiores.
Porque la repetición no es obra vana; al contrario es de la mayor importancia el que una
verdad espiritual se repita una y otra vez.
Se ha dicho anteriormente que la humanidad, o la mayor parte de ella por lo menos, está
trabajando hoy sobre sus cuerpos de deseos, y tratando de subyugar esos deseos por
medio de la ley. Cuando el desarrollo oculto se inicia, cuando el hombre ha de convertirse
en un precursor, entonces es necesario trabajar sobre el cuerpo vital, y el cuerpo vital se
afecta especial y particularmente con la repetición.
El cuerpo vital es el principio más importante de la planta; es el que hace que la planta
crezca produciendo tallos y hojas en sucesión alternada, y así va haciéndose la planta
cada vez más grande; pero no hay variedad, la planta se repite continuamente, Tallos,
hojas, ramas, siempre lo mismo.
Así es como todo actúa sobre el cuerpo vital; de manera que cuando queremos obrar
sobre el mismo, debemos seguir ese método de repetición. Tenemos los cuatro éteres
presentes en nuestro cuerpo vital, cuidando los dos inferiores de las funciones físicas, lo
que indicarnos especialmente en la Instrucción XI, Visión y Percepción Espiritual, pues
allí vimos que los dos éteres superiores son los que es necesario exteriorizar para
funcionar en los mundos superiores; y esos impactos repetidos son los que hacen posible
la separación de los dos éteres superiores de los dos inferiores. Esta es la razón del por
qué las iglesias son todavía factores del desarrollo espiritual, pues aconsejan el devoto
que tiene que orar sin cesar, pero no debemos rogar egoístamente, sino
desinteresadamente, en armonía con el Bien Universal. Si nosotros oramos para que
llueva y el vecino para que no llueva tiene que producirse un conflicto, en caso de que las
oraciones tengan su efecto. Tampoco debemos imaginamos que con ellas compramos a
Dios, como parece ser la creencia de algunos que oran ruidosamente en las reuniones
religiosas. Se logra con determinada actitud espiritual que el místico conoce muy bien
cuando se recluye en su encierro.
La oración es análoga al abrir de un interruptor eléctrico; con eso no se origina corriente
alguna, sino que simplemente se establece un conductor a través del cual pueda fluir la
corriente. De análoga manera, la oración crea o establece un conductor o canal mediante
el cual la luz y la vida divinas pueden fluir dentro de nosotros iluminándonos
espiritualmente.
Si el interruptor fuera de madera o cristal sería inútil, o mejor dicho, sería un obstáculo
para la corriente eléctrica, la que no podría pasar, pues tal cosa es contraria a su
naturaleza. Para que sea útil el interruptor tiene que ser de metal conductor, pues
entonces estará en armonía con las leyes de la manifestación eléctrica.
Si nuestros oraciones son egoístas, mundanas y sin consideración para nuestro prójimo
son como un interruptor de madera, no sirven para el objeto requerido, porque son
contrarias al propósito de Dios. Para que tenga valor la oración debe estar en armonía
con la naturaleza de Dios, que es Amor.
Las siguientes líneas aparecieron en "London Light" hace algunos años. y han sido
atesoradas por el autor como una oración ideal:
Not more of light I ask, O God, (*)
But eyes to see what is.
Not sweeter songs, but ears to hear
The present melodies.
Not more of strength, but how to use
The power that I possess.
Not more of love, but skill tu turn
A frown to a caress.
Not more of joy, but how to feel
Its kindling presence near,
To give to others all I have
Of courage and of cheer.
No other gifts, dear God, I ask,
But only sense to see
How best those precious gifts to use
Thou hast bestowed on me.
Give me all fears to dominate,
All holy joys to know,
To be the friend I wish to be,
To speak the truth I know,
To love the pure, to seek the good,
To lift with all my might
All souls to dwell in harmony,
In freedom's perfect light.
(*) No pido más luz, oh Dios, sino ojos para ver lo que existe.
Esta clase de oración ennoblece, eleva al hombre, y cuanto más se cultiven y mantengan
esas sublimes aspiraciones, tanto más se libertan los dos éteres superiores del cuerpo
vital, y por eso las iglesias dicen: orad, orad. Y están en lo cierto y dentro de las
enseñanzas ocultas, pues de esa manera se obra sobre el cuerpo vital mediante la
repetición constante de esas altas aspiraciones; y antes de que podamos seguir el
sendero oculto es necesario que haya la debida laxitud o desconexión entre los éteres
superiores e inferiores, para que podamos funcionar fuera, dejando el cuerpo denso al
cuidado de los dos éteres inferiores. Las perturbaciones de los médiums y de los que
desarrollan ciertos aspectos de clarividencia involuntaria dimanan de los ejercicios
respiratorios. Cuando esas personas salen de su cuerpo lo hacen involuntariamente,
llevándose tres éteres consigo, y por lo tanto no hay algo que cuide del cuerpo en el
interín. Siguiendo ese camino se declina mental y moralmente, y a veces resulta la locura.
Hay sólo un medio seguro de desarrollar nuestras facultades latentes. No importa lo qué
alguien pueda decir en contrario; la experiencia probará que los poderes espirituales
dependen de la purificación y de las aspiraciones desinteresadas; y esto era lo que se
enseñaba en los Misterios Antiguos. Con objeto de comprender el Misterio del Santo
Grial, nos será
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No canciones más dulces, sino oídos para oir
Las presentes melodías.
No más fuerza, sino saber cómo utilizar
el poder que ya poseo.
No más amor, sino habilidad para convertir
el ceño en sonrisa.
No más alegría, sino cómo sentir
tu iluminada presencia cerca,
para compartir con otros todo lo que tengo
de valor y de dicha.
No más dádivas, amado Dios,
sino sólo sentidos para ver
cómo emplear mejor los preciosos
dones recibidos de Vos.
Haced que domine todos los temores
y conozca todas las santas alegrías,
para ser el amigo que deseo ser
y expresar la verdad que conozco,
para que ame la pureza y busque el bien,
para elevar con mi pleno poder
a todas las almas para que vivan en armonía
a la luz de una perfecta libertad.
Necesario , retroceder hasta el tiempo cuando la Tierra surgió por vez primera del caos;
entonces la Tierra era obscura y el hombre estaba sumergido en ella. La vida estaba
actuando en él para levantarlo. Adán era de tierra, como lo son los minerales actuales.
Entonces vino la segunda época, la Hiperbórea, en la que el hombre tenía un cuerpo
denso y otro vital; entonces se encontraba ,en el estado vegetal. Su alimento era vegetal
y se dice que Caín era agricultor. Después vino la Época Lemúrica, y el hombre obtuvo el
cuerpo de deseos. Entonces tenía, tres vehículos, como los animales.
Cuando llegó a ese estado el hombre tenía que tomar alimento de tal naturaleza que
nutriera sus tres cuerpos. Y esto lo obtuvo de animales vivientes, y por eso Abel era
pastor.
Más tarde vino la cuarta época, la Atlante, en la que el hombre desarrolló la mente. El
pensamiento destruye siempre tejidos y produce el disgregamiento, y por lo tanto el
hombre comenzó a comer cadáveres de animales. De ahí que se diga que Nimrod era un
cazador poderoso.
Finalmente el hombre llegó al estado en que debía olvidar su naturaleza espiritual, en el
que tenía que pensar que esta vida ,era su única vida, y por lo tanto necesitó algo que lo
ayudara a olvidar. Ese estado lo inició Noé y los pocos que con él se salvaron, que fueron
los precursores de la actual Época Aria, siendo los que cultivaron la vid e hicieron el vino
que ayudó al hombre a olvidar. El hombre tenía que olvidar temporalmente la parte
espiritual de su naturaleza. con objeto de desarrollar completamente el aspecto material,
así que Cristo transformó el agua en vino, lo que simbólicamente se representa como su
primer milagro.
En las religiones primitivas solo se empleaba el agua en los servicios de los templos. El
Dios del vino, Baco, apareció en Grecia antes que Cristo, para preparar el camino al
impulso material necesario para que el hombre olvidara. Así se fue haciendo el hombre
cada vez más material. La religión cristiana es la única que sancionó el uso del vino. Por
consiguiente, el hombre se fue encerrando cada vez más en su vehículo físico. Ahora es
necesario darle un impulso para libertarlo, y podemos muy bien ver evidencias de ese
impulso en muchas direcciones en el momento actual. Por ejemplo vemos ese gran
movimiento de temperancia que se extiende por este país, por esta América, que ha sido
llamada con mucha propiedad el horno de fusión.
El vino se está cambiando por el agua. Hemos ya realizado la conquista del mundo
material según se evidencia en los maravillosos progresos realizados aquí, en el
Occidente. Ahora debemos volver al uso del agua, para que podamos recuperar un nivel
de visión espiritual superior al que hemos perdido. Este es el fin que persigue el Misterio
del Santo Grial: purificar al hombre para que pueda recuperar su visión espiritual. Y así
como hoy damos a nuestros niños libros con grabados, así también esos mitos se nos
dieron antiguamente para que pudieran ir trabajando y obrando sobre nuestros
sentimientos, preparándonos a la comprensión.
Dos características distinguían a estos caballeros del Grial: la pureza y la inofensividad, y
esas dos cualidades, pureza e inofensividad, van juntas.
Vimos en las últimas Instrucciones que cuando una entidad (sea un Espíritu Grupo o un
individuo) se ve obligada a salir violentamente de su cuerpo, al matarla, siempre deja algo
tras sí. Si tomamos una manzana madura y la partimos, las semillas caen por sí solas. Ya
no están adheridas a la carne de la fruta.
Si por otra parte tomamos una fruta verde, un poco de pulpa se quedará adherida a la
simiente. Y se verá que tiene una tendencia a adherirse que no tiene la simiente del fruto
maduro. Consideremos este cuerpo; es duro; es la parte cristalizada, mientras que el
Espíritu es la parte sutil. Si sacamos esa parte sutil violentamente, de un golpe, ¿qué
ocurre? Que el cuerpo físico retiene una parte de esa alma, sea de un ser humano o de
un animal, y esa parte es siempre la parte inferior. Cuando Cristo salió del cuerpo en esa
forma violenta, al morir en la cruz, algo quedóse adherido al cuerpo de Jesús, y esa parte
fue la parte inferior de los principios superiores de Jesús, porque hasta éste, el hombre
más perfecto, tenía algo imperfecto, y era necesario que ese algo se quedara atrás, para
que sólo se extrajera la parte absolutamente pura.
Al matar súbitamente a un animal la parte inferior del alma se adhiere al cuerpo, y el
Espíritu-Grupo pierde las pasiones adheridas a la carne que comemos. Sin embargo, ese
Espiritu-Grupo está pensando continuamente "tengo que conseguir otro vehículo". Esta
idea queda impresa en todas las células de los animales asesinados al por mayor, y de
ahí que cada partícula ingerida nos produzca una sed ardiente de sexualidad,
obligándonos a satisfacer ese pedido.
Fue Nimrod, el atlante, quien primero mató para comer y quien inició el mal social. Y así
vemos que aunque perjudiquemos a los animales al matarlos, nos perjudicamos nosotros
mismos mucho más, pues tendremos siempre ese mal social como consecuencia, y
cuando hablamos del mal social no queremos significar ese que comunmente se llama
así (esas profanaciones de la iglesia y del estado) sino que significamos cualquier
intercambio de esa índole salvo cuando se realiza como sacrificio para suministrar un
cuerpo a un Ego que quiera renacer. Cualquier otro empleo de la función creadora, sea
en grado mayor o menor, es un mal social.
Cuando nos damos cuenta de la relación que existe entre ese mal social y el
carnivorismo, el matar a otros seres, podemos comprender también por qué los
caballeros del Santo Grial eran puros e inofensivos, y hasta que ese tiempo llegue, el
momento en el que Parsifal rompe su arco, cuando ya no tomará más vidas, cuando diga:
"yo no ingeriré más en mi cuerpo esas partículas que piden existencia separada y que
necesitan crear continuamente, sino que viviré una vida pura e inofensiva", únicamente
cuando el hombre llega a ese estado de su vida puede sentir compasión. Mientras
matemos no podremos sentir verdadera compasión.
Nosotros que vivimos bajo condiciones tan complejas, en las que los mataderos se
encuentran situados en un lugar adecuado no vemos nunca, por supuesto, la matanza de
animales, pero sin embargo somos tan responsables de sus angustias y su temor como si
hubiéramos ayudado a matarlos. ¿Podríamos nosotros ir a ese lugar sangriento, hundir el
cuchillo y contemplar los ojos agonizantes y luego ponernos a saborear la sangre de las
víctimas? No podríamos. Hemos evolucionado demasiado para ello. Esto es debido a que
podemos obtener la carne sin necesidad de ver las agonías en los mataderos, pero no
obstante estamos perjudicando gravemente a otros semejantes, pues nosotros no
necesitamos estar allí días y días y meses y años matando, matando y matando.
Nosotros escapamos a ese horror pero concentramos en el matarife la brutalidad, y tanto
que las leyes lo declaran "desalmado" en ciertos respectos y no permiten que se siente
en un jurado que tenga que dictaminar sobre la pena capital porque se ha brutilalizado
tanto que ha perdido el respeto a la vida. Dejemos de ocasionar destrucciones
semejantes. Tratemos de edificar, de construir y dejemos vivir a todos los seres. Tienen
tanto derecho a vivir como nosotros. Ella Wheeler Wilcox describe esa idea en las
siguientes hermosas palabras:
I am the voice of the voiceless; (*)
Through me the dumb shall speak
Till a deaf world's ear
Shall be made to hear
The wrongs of the wordless weak.
The same force formed the sparrow
That fashioned man, the king.
The God of the Whole
Gave a spark of soul
To furred and feathered thing.
And I am my brother's keeper;
And I will fight his fight,
And speak the word
For beast and bird
Till the world shall set things right.
Hemos llegado, pues, a un punto tal que podemos comenzar a ver la aplicación que
tienen estas cosas a lo que ya hemos visto , en Parsifal y en el Santo Grial. Vemos que la
compasión comienza cuando abandonamos nuestros apetitos inferiores. Nos purificamos
en pensamiento, deseo y cuerpo, y así podemos seguir ascendiendo. En ese mito, tal
como lo presenta Wagner, tenemos una de las más admirables interpretaciones del
hecho de que cierta clase entre nosotros puede seguir adelante y convertirse en
auxiliares de la humanidad. Parsifal es el hombre que se ha purificado a sí mismo y se ha
hecho inofensivo. Esto lo observó y sintió Wagner espiritualmente una mañana de un
Viernes Santo en Zurich, donde vio en torno suyo a las fuerzas vitales en plena
operación. Innumerables simientes estaban brotando alrededor en ese maravilloso flujo
de vida, y Wagner se preguntó que relación podía haber entre la muerte del Salvador
sobre la cruz y ese brotar de
(*) Yo soy la voz de los que no hablan y por mí hablarán los que son mudos.
Y mi voz resonará en los oídos del mundo hasta el cansancio, hasta que escuche y sepa los errores que se
cometen con los débiles que carecen de palabra.
El mismo poder formó al gorrión y al hombre.- el rey de la creación.
El Dios del Todo dio una chispa anímica a todos los seres de pelo o pluma.
Yo soy el guardián de mi hermano y lucharé por él sus batallas y haré la defensa del animal y del ave, hasta
que el mundo haga las cosas como se debe.
todo en la Naturaleza. Y entonces se encontró con el corazón mismo del Misterio del
Santo Grial.
Recordaremos que el hombre es una planta invertida. Platón expresó ese hecho oculto
cuando dijo que el Alma del Mundo está crucificada. El madero horizontal de la cruz
representa las líneas de influencia del Espíritu-Grupo animal, que circulan por la tierra,
manifestándose en la médula espinal horizontal de los animales que están entre los
vegetales y el reino humano. Las plantas están representadas por el madero inferior de la
cruz y el hombre por el superior. Sabemos que los Espíritus-Grupo de las plantas están
en el centro de la Tierra y que irradian constantemente líneas de fuerza que pasan a
través de los árboles y plantas. El hombre, por otro lado, recibe su influencia espiritual del
Sal, por la cabeza, y en ese sentido es una planta invertida. Sabemos también que la
planta toma su alimento por las raíces y el hombre por la cabeza. La planta es pura y sin
pasiones; y eleva sus órganos creadores castamente hacia el Sol, plenos de belleza, las
flores; el hombre dirige sus órganos generadores, Henos de pasiones, hacia la Tierra.
El hombre exhala el venenoso dióxido de carbono, mientras que la planta emite el
vivificante oxígeno, de modo que el hombre es lo opuesto a la planta. Ahora bien, en el
Misterio del Santo Grial se impulsaba al hombre a ver, o más bien, a sentir esas
verdades. Y se le decía:
"Mira en como tuyo; ve en todas partes de la Naturaleza esas innumerables plantas
creciendo y todas esas semillas brotando".
"Esa fuerza creadora que ves en ellas no es nada más que lo que está en fi, en todo ser
humano; pero en las plantas se expresa de manera opuesta. Entra la planta y el dios está
el abismo de la pasión".
"Los animales están también llenos de pasión; tiene la sangre roja pasional; pero en la
planta vemos la castidad y esa castidad hay que recuperarla".
"Hay ciertos estados de desarrollo que váis a atravesar; debéis trasformados en seres
puros sin pasión de nuevo. Por consiguiente, este emblema --el Cáliz-Grial- que aquí véis
es como lo que sostiene la semilla en la planta. Ese es el emblema de pureza que debéis
mantener ante vuestra mirada siempre para que aspiréis a ese elevado ideal: la pureza
que compenetra a la planta"
Esta concepción está también encerrada en el cáliz que se usa en las iglesias, que
alegoriza el ideal por el que debemos luchar, y en alemán, el cáliz de la comunión tiene el
mismo nombre que la vaina de la flor (Kelch). En otros idiomas su nombre tiene también
un significado análogo. (1)
Así que el sagrado cáliz de la comunión no es una copa de vino, sino una copa que
debemos considerar como receptáculo de la misma esencia de la vida en su prístina
pureza; una esencia espiritual estimulante. No el paralizante espíritu que produjo Noé, no
el espíritu fermentado de la putrefacción, sino el flúido vivificante que es la sangre de la
planta. Ahí tenemos una descripción de uno de los emblemas que los discípulos de los
Misterios tienen como ideales para realizarlos. El otro era la sagrada lanza, símbolo del
rayo del Sol que viene y abre la flor. El rayo de Sol es la representación del poder
espiritual que lo produce todo en el universo; un poder potentísimo, pero también
sumamente peligroso cuando se emplea sin discernimiento o se abusa de él como lo
vemos fuertemente acentuado, en la leyenda de Parsifal, en la que Parsifal, Amfortas y
Klingsor representan tres clases: Amfortas, que usó el poder espiritual sin discernimiento;
Klingsor que lo empleaba con fines egoístas y Parsifal que lo usaba solamente como
debía ser usado. El poder es el mismo, pero produce efectos diferentes según se emplee.
El fuego es el mayor aliado del hombre cuando se le domina y se emplea con buenos
propósitos, pero empleado con malos fines o ignorantemente se hace muy peligroso.
Parsifal representa al místico cuyos sentimientos se han despertado. No está preparado
para el poder espiritual hasta que ha sido probado y tentado, porque todo aquél cuyos
sentimientos son muy intensos puede caer fácilmente en errores Contra lo
manifiestamente malo está en seguridad, por su misma inocencia, pues Parsifal no
percibió nada sensual en las insinuaciones de las doncellas-flores. Era tan ingenuo y puro
que eso no lo afectaba absolutamente, pero la inocencia no es en manera alguna
sinónima de virtud. La inocencia es una pureza negativa, tal como la que se encuentra en
los niños, y es muy, pero muy diferente de la virtud que ha pasado inflexible a través del
fuego de las tentaciones, la que, conservando el sendero de la rectitud, guía mediante un
sentimiento innato de justicia; la inocencia no ha sido probada y es inferior a la virtud del
pecador que se ha arrepentido y reforzado y que se mantiene virilmente en el sendero de
la paz y la
(1) En español se dice el "cáliz" de la flor, también. (N. del T.)
dicha, porque ha conocido los sufrimientos sobre el sendero del error.
Amfortas es tentado, cae y sufre. Parsifal siente su sufrimiento y puede simpatizar con su
dolor, porque habiendo roto su arco se ha hecho inofensivo. El hombre que puede matar
no puede sentir la compasión. El inofensivo es tierno de corazón y ve el beneficio que su
semejante obtiene del dolor. Generalmente Parsifal está alegré y gozoso porque ha
dejado a Herzleide -la Tristeza- tras sí. Vedlo en el jardín en medio de las doncellasflores,
luciendo en su faz una dicha inocente. Entonces viene la tentación de Kundry y ello
le produce un dolor, algo a que no están habituado Parsifal y por el poder de la
asociación se pone ante su visión interna la otra oportunidad en la que sintió dolor , la
escena del castillo del Grial, en donde el herido rey celebra el rito sacro. Ve y comprende,
porque la simpatía que inofensivamente engendró se lo permite. Por ella también pudo
haber caído en las sutiles tentaciones de Kundry.
Klingsor es la antítesis de Parsifal. No es tonto; tiene conocimiento, y mediante él
sostiene su poder completamente aparte del sentimiento. Se ha mutilado; ha matado el
sentimiento en vez de dominarlo. Cuando seguimos el sendero místico los sentimientos
se despiertan poderosos, y salvo que nos hayamos hecho inofensivos y cesado de
alimentarnos con substancias embebidas en sentimientos inferiores, es muy fácil que
caigamos, según lo demuestra el bien conocido hecho de que la gente ultradevocional es
violentamente sexual y han ocasionado los grandes escándalos de las iglesias; se los ha
denunciado como hipócritas, cuando en realidad eran sinceros, pero eran también
incapaces de dominar las intensas oleadas de sentimiento que los impulsaban, debido a
su alimentación Impura.
Klingsor tenía una mente que no le permitía correr semejantes peligros, así que mutiló
sus órganos sexuales imposibilitándose para gratificar sus deseos y pierde su poder,
como lo perdió Amfortas cuando cayó ante los encantos de Kundry.
En el Anillo de los Nibelungos oímos hablar también del principio ya anunciado. El que
desea el poder debe sobreponerse al amor. Alberico, el Nibelungo, lo hace así para
poseer el Rheingold (el oro del Rin) y se convierte en una maldición para los dioses y
para el hombre.
Cuando la cabeza, y el intelecto dirigen independientemente de los sentimientos, como
sucede en el ocultista intelectual el sendero negro es el que está ante el hombre, pero en
la colaboración de¡ corazón con la cabeza está el equilibrio, la única seguridad. Amfortas
no habría caído si hubiera sido inofensivo, pero usó mal el poder espiritual simbolizado
por la lanza. Iba a usarlo sin el debido discernimiento contra Klingsor, y por consiguiente
reaccionó sobre él y lo hirió. El mago negro y el blanco emplean la misma fuerza -un
poder espiritual- y es tan imposible emplear una fuerza espiritual para herir a un hombre
espiritual como ahogar a un pez en agua. Por lo tanto, cuando Klingsor dirige su poder
espiritual -la lanza- contra Parsifal, aquella flota inofensiva sobre él y Parsifal la dirige
contra el castillo y no contra Klingsor.
El bueno no puede emplear lo bueno para destruir directamente lo malo, sino tan sólo
indirectamente mostrando el mayor poder del Bien.
Así como la flor absorbe la fuerza vital, el poder espiritual del rayo de Sol de una manera
pura y casta, así como desarrolla su inofensiva belleza, así también debemos desarrollar
en pureza e inofensividad los espirituales poderes que están latentes en el hombre.
Tampoco debemos matar o separarnos de la expresión de los sentimientos, como hacen
algunos que pronuncian voto de castidad y entran en monasterios o cosa semejante
donde están alejados de toda tentación, o por lo menos ésta no puede convertirse en
acto. El deseo puede ser tan fuerte en un monje como en un caballero, pero el monje ha
hecho imposible su gratificación por su voto, mientras que el caballero puede escoger
libremente entre el bien y el mal. Si virilmente se sobrepone a la tentación, como lo hizo
Parsifal, evoca en su ser ese amor superior que está tan lejos de la pasión sensual como
el cielo del infierno. Nosotros, como cristianos, nos parecernos al rey Amfortas: hemos
perdido nuestros poderes espirituales temporalmente debido a nuestros abusos e
impurezas; pero de las cenizas de ese estado vendrá el Nuevo Cristianismo, simbolizado
por Parsifal, que curará los sufrimientos del antíguo y tornará su lugar. Esa condición
personal, de la que el Santo Grial es un símbolo, es el estado en el que lo pasajero y
evanescente da lugar a lo perdurable y permanente. Nutrimos nuestros cuerpos con
alimentos carnívoros, los que nos abandonan muy pronto. Los vegetales mismos son
poco estables. Nuestros cuerpos cambian por completo en pocos años. El vegetal, por
otra parte, tiene un cuerpo que dura edades, aún después que la vida lo ha abandonado,
pues vernos que los edificios de madera duran por lo menos una centuria o más. ¿Cuál
es el secreto?
El árbol es casi carbón puro. ¿De donde saca el carbono? Del óxido de carbono exhalado
por el hombre y por los animales. En otras palabras, estamos siempre exhalando lo que si
conserváramos nos proporcionaría un cuerpo estable. ¿En qué se convierte esa madera?
Al cabo de algunos milenios se transforma en carbono negro. La substancia más dura y
permanente de la Tierra es el carbono blanco: el diamante.
Si pudiéramos encontrar una manera de retener ese carbono nos convertiríamos en lo
que el hindú llama Alma Diamantina: el cuerpo inmortal perfecto. Estaríamos fabricando
lo que los Rosacruces llaman la piedra filosofal que es el elixir de vida, la panacea para
todas las desgracias del mundo. Entonces comprenderemos el significado del mar de
cristal en la Nueva Jerusalén e interpretaremos el sentido del "mar fundido" que fue la
última obra de Hiran Abiff, el Gran Arquitecto del Templo de Salomón, el que construyó
sin manos. Porque todo esto expresa la misma verdad que el Santo Grial, la que sólo
alcanzan los puros de corazón, que han vencido al mundo y se han convertido en
auxiliares de la humanidad.
***
del libro "Cristianismo Rosacruz", de Max Heindel
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