CARTA Nº5
Mayo de 1911
VALOR DE LOS SENTIMIENTOS RECTOS
Espero que usted habrá disfrutado con la lección del mes pasado. Tal vez le habrá producido
extrañeza, pero me he revelado en ella gráficamente, pues elevó mi devoción poderosamente el pensar cómo
la Vida Divina se derrama periódicamente en nosotros para que tengamos más abundante vida. Sin ese anual
influjo de la vida de Dios, toda vida, o por mejor decirlo, toda forma, dejaría de existir. Es por las
sensaciones de las emociones superiores que nos elevamos nosotros mismos con mayor facilidad. Es bueno
el estudio y desarrollo de nuestras mentes, pero en esta edad existe el gran peligro de caer engañados en la
red del intelecto. Pablo dio en el clavo cuando dijo: "El conocimiento engríe, pero el amor edifica". Todos
deseamos saber, es natural que así sea, pero a menos que nuestro conocimiento sirva para hacernos mejores
de lo que somos, mejores hombres y mejores mujeres, mejores servidores de nuestros semejantes, no nos
hará más superiores a la vista de Dios. Por lo tanto, es de enorme importancia el cultivo del sentimiento
recto y justo, y sinceramente espero que habrá usted sentido la lección de la Pascua, pues este es el único
medio de obtener el pleno beneficio de la misma.
Imagínese usted la gran oleada de energía divina proyectada desde el Sol invisible que es la
manifestación del Padre. Pruebe a sentir el respeto que experimentaría si pudiera verla, tal y como lo siente
el vidente ejercitado. Obsérvela en su imaginación al chocar con la Tierra durante la Sagrada Noche de
Navidad. Deje que el sentimiento opere en usted igual que al hundirse en la tierra, y que es la activa causa de
la germinación en todos los reinos. Cristo utilizó el símil o parábola de la gallina clueca al describir Sus
sentimientos hacia otros seres, y si usted prueba a sentir la germinación de todas las cosas de la naturaleza,
tal y como quedó dicho en la lección de la Pascua, se dará cuenta de un punto del asunto que tal vez le haya
pasado por alto.
Espero que utilizará usted esta lección durante largo tiempo como materia para la meditación, por ser
diferente a las otras lecciones intelectuales, las cuales pueden grabarse en la mente y echar luego en olvido.
Esta lección es de validez permanente, y cuanto mayor número de veces la estudie dejándola penetrar en el
corazón, mayor será su proximidad al corazón de las cosas, que es Dios el Padre superior y amante que
derrama Su vida por igual sobre la planta más diminuta y el mayor de los monarcas del bosque; el que cuida
de las bestias y pájaros, del ladrón proscrito y sin hogar, y del potentado real que habita su palacio, sin
distinción alguna.
Que Dios le conceda a usted Sus bendiciones en abundancia y le muestre abiertos Sus depósitos de
riquezas, que sobrepujan a todos los goces terrenales, y que sienta usted la ola de amor que él derrama de
nuevo, año tras año, como una realidad. De este modo, no se sentirá usted solitario, aunque se halle en la
soledad, y será mucho más rico, no importando la abundancia de amor terrenal de que goce, y tanto más
dispuesto a irradiar la más sublime de todas las emociones: El Amor Espiritual.
del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel
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