humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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sábado, 29 de diciembre de 2012

CÓMO DOMINAR NUESTRAS ESTRELLAS



CARTA Nº 8


Agosto de 1911

CÓMO DOMINAR NUESTRAS ESTRELLAS

Espero que sacó buen provecho de la lección del mes pasado sobre "El Misterio de la Luz, del Color
y de la Consciencia", y que ahora se habrá hecho bien el cargo del significado de la sentencia bíblica: "En Él
vivimos, nos movemos, y tenemos nuestro ser", por cuanto en todas partes del universo en donde penetra la
luz, allá está Dios también. Aun en los sitios que "nosotros" llamamos obscuros, porque la constitución de
nuestros ojos nos priva la percepción de los objetos en ellos, otros órganos de visión de constitución
diferente, pueden ver, como es el caso con los gatos y las lechuzas.
Cristo dijo: "Dejad que brille vuestra Luz". A la visión espiritual, cada ser humano aparece como un
haz de luz, de variado colorido, según el temperamento, y de mayor o menor resplandor en proporción a la
pureza de carácter. La ciencia ha descubierto que toda la materia está en un estado de fluidez, que las
partículas de que está compuesto nuestro cuerpo, decaen continuamente y son eliminadas del sistema para
ser reemplazadas por otras que permanecen un corto espacio de tiempo hasta que también se descomponen.
Igualmente ocurre con nuestro humor o talante, nuestras emociones y deseos, que cambian a cada momento,
dejando su lugar las antiguas a las nuevas en interminable sucesión.
Por lo tanto, también tienen que estar compuestos de materia y sujetos a leyes iguales a las que rigen
las substancias físicas visibles.
Incluso podemos, y así lo hacemos constantemente, cambiar nuestras mentes; podemos cultivarla
hacia una u otra dirección, a nuestro libre albedrío, del mismo modo que podemos desarrollar los músculos
de los brazos o de las piernas, o podemos dejar que se atrofien los miembros. Por cuyo motivo también la
mente tiene que estar compuesta de una substancia maleable. Pero el ego, el pensador, nunca pierde la
identidad del "Yo". En los dos casos, lo mismo en la infancia que, en la vejez, este "Yo" permanece igual,
indiferente a los, cambios de pensamientos, sensaciones, emociones y deseos. Aunque, el cuerpo que
usamos como vestido, cambie a medida que pasan los años, "nosotros" somos eternamente los mismos.
La virtud o el poder de mutación de la materia y la disipación de la forma, es la base de todo
progreso espiritual, no obstante; pues si la materia fuese inmutable como el espíritu lo es, no existiría
posibilidad alguna de adelanto. Hasta que no cesemos en dejarnos arrastrar por la corriente de la vida, y no
gobernemos conscientemente el flujo y reflujo de la materia dentro y fuera de nuestro ser, seremos juguete
de las circunstancias. Por consiguiente, cuando un rayo de Marte se proyecta en cierto ángulo sobre los
átomos de nuestro cuerpo, sentimos toda la agresividad que lleva en sí. Por otra parte, un rayo de Saturno
nos produce depresión de ánimo, nos llena de tinieblas y de espantosos presentimientos. Pero a medida que
evolucionamos, y llegamos a la comprensión del "misterio, de la luz, del color y de la, conciencia", vamos
aprendiendo, gradualmente a gobernar nuestras, estrellas. Luego, por medio de la conformidad a las leyes,
de la naturaleza, nos convertimos en dueños de nuestro propio destino; y es de importancia vital el que, sean
cuales fueren los aspectos que rijan en cualquier época, afirmemos siempre nuestra individualidad y
digamos:

"No importa cuan estrecho sea el camino
Ni con cuantos castigos esté mi vida abrumada.
"Yo" soy el dueño de mi sino;
"Yo" soy el capitán de mi alma."

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel

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