CARTA Nº 23
Octubre de 1912
ARCOS DESCENDENTES Y ASCENDENTES
DE LA EVOLUCIÓN
Revisando la lección del mes precedente vemos que los puntos más importantes son la gran
antigüedad y el origen cósmico de los dos grandes movimientos conocidos con los nombres de
Masonería y Catolicismo -movimientos creados o instituídos, respectivamente, por los Hijos del
Fuego y los Hijos del Agua-.
Es cierto, como consta en el "Concepto Rosacruz del Cosmos” que la iniciación de seres
humanos no empezó hasta mediados del Período de la Tierra, cuando el fuego de Lemuria luchaba
con las aguas de la Atlántida, pero es verdad, también, que la educación de la humanidad depende
de la instrucción que hayan tenido sus instructores en la evolución anterior. La actitud asumida por
los dos grupos de ángeles ha dado por resultado los movimientos antagónicos anteriormente
citados. Los Ángeles caídos y el hombre caído, están íntimamente unidos en el trabajo del mundo y
bajo los gobernantes temporales del mismo. De Lucifer. el Espíritu de Marte, procede la ígnea
sangre roja que es vehículo de toda energía material, ambición y progreso; pero es también el
vehículo de la pasión que lo mancha o corrompe, habiendo causado que fluya hasta que la tierra se
ha hecho roja. De Jehová proviene la Ley restrictiva y el castigo por el pecado.
Admitamos que el siguiente diagrama reproduzca las épocas a través de las cuales
desciende y asciende el espíritu, como también los mundos y sus globos correspondientes y
entonces la conexión relativa de los diversos factores, se hará fácilmente comprensible.
1º Época 7º Época
2º Época 6º Época
3º Época 5º Época
Cuerpos divididos Espíritus divididos
en sexos-varón y en sectas-políticos
hembra. y sacerdotes.
4º Época
(Punto de giro o vuelta)
En Lemuria, la tierra de la Tercera Época, la humanidad fue dividida en sexos: varón y
hembra.
En aquella época había seres espirituales que estaban sumidos en la materialidad y los
precursores escuchaban ávidamente el "evangelio del cuerpo" que presentían confusamente, pero lo
aprendieron con el tiempo y el mundo espiritual se esfumó a su vista. Entonces fue cuando los
espíritus de Lucifer fueron los maestros de la mujer (Eva), y Jehová enseñó al hombre (Adán. La
mujer se, hallaba en aquella época más adelantada que el hombre en asuntos materiales, porque
entonces nos encontrábamos en el arco descendente del sendero de la evolución.
Cuando el punto de vuelta se pasó a mediados de la época Atlante, la mujer gradualmente
se sintió inclinada hacia la espiritualidad. Ella empezó a escuchar la voz de Jehová y a llenar las
iglesias en su esfuerzo por satisfacer sus aspiraciones espirituales; mientras que el hombre ahora
derrocha su energía marciana en cosas materiales que en su origen fueron apoyadas por el
“inductor de la Luz", Lucifer.
Al igual que la luz blanca cambia su color según el Ángulo de refracción, asimismo el
punto de vista del espíritu, cambia con el sexo de su vestidura; pero como quiera que el espíritu
alterna entre las incorporaciones masculinas y femeninas, podemos nosotros mismos nivelar las
balanzas y tomar el sendero que más nos llame, o combinar lo mejor de los dos. Nuestras próximas
lecciones señalaran el sendero, pero podemos decir ahora que Aquel que dijo: "Yo soy la Luz
verdadera", está al final de la senda. Lucifer y Jehová, por un igual, no son sino escalones del
camino hacia la Verdad y la Vida.
del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel
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