EL PERIODO TERRESTRE
El Período Terrestre está descrito a continuación. Pero antes de hacer su descripción, debemos, sin embargo, tratar de las recapitulaciones. Los versículos citados, así como las descripciones hechas, también corresponden a los períodos recapitulatorios. Así que lo que dice del Período de Saturno describe también la condición del Sistema cuando emerge de cualquiera de los períodos de reposo. Las descripciones de los Períodos de Saturno, Solar y Lunar, corresponderían, por lo tanto, a las tres primeras revoluciones de nuestro presente Período Terrestre y lo siguiente correspondería a las condiciones de la Tierra en nuestra actual revolución.
En el versículo noveno leemos: "Y Elohim dijo: Sepárense las aguas de la tierra seca... y Elohim llamó a la tierra seca Tierra". Esto se refiere a la primera solidificación firme. El calor y la humedad habían engendrado el cuerpo sólido de nuestro globo actual.
La Epoca Polar: El versículo noveno que describe el Período terrestre en su cuarta Revolución (en la que comenzó el verdadero trabajo del Período Terrestre), también describe la formación del reino mineral y la recapitulación del hombre en su estado mineral en la Epoca Polar. Cada Epoca es también una recapitulación del estado anterior. Así como hay recapitulaciones de Globos, Revoluciones y Períodos, así también hay en cada Globo recapitulaciones de todo lo hecho. Estas recapitulaciones no tienen fin. Hay siempre espirales dentro de espirales: En el átomo, en el Globo, en todas las otras fases de la evolución.
Por complicado y confuso que esto pueda parecer, no es en realidad difícil de comprender. Hay un método ordenado que todo lo rige y a su debido tiempo uno es capaz de percibirlo y seguir la obra de aquél como la lanzadera que pasa a través de la trama. La analogía es una de las mejores ayudas para comprender la evolución.
La Epoca Hiperbórea queda descrita en los versículos 11 al 19, como el trabajo efectuado en el cuarto día. Se dice aquí que Elohim creó el reino vegetal, el Sol, la Luna y las estrellas.
La Biblia concuerda con la ciencia moderna al decir que las plantas siguieron a los minerales. La diferencia entre ambas enseñanzas está en el tiempo en que la Tierra fue arrojada de la masa central. La ciencia afirma que fue expulsada antes de la formación de la costra sólida, que pudiera llamarse mineral o vegetal. Si con esto entendemos los minerales y las plantas como los que tenemos hoy día, entonces aquella afirmación es correcta. No había substancia material densa, pero, sin embargo, la primera incrustación o solidificación que tuvo lugar en el Sol, era mineral. El narrador de la Biblia indica solamente los incidentes principales. No se dice que la costra sólida se fundiera cuando fue arrojada de la masa central como un anillo, ni que rompiéndose ése, después se unieran sus pedazos. En un cuerpo tan pequeño como nuestra Tierra, el tiempo requerido para cristalizarse fue comparativamente corto, y por lo tanto esa historia no lo menciona así, como tampoco relata el hecho subsidiario de la disolución que se produjo nuevamente cuando la Luna fue arrojada por la Tierra. Probablemente se hizo así razonando que todo aquél que está intitulado para la enseñanza oculta, debía estar ya en posesión de los detalles menores como los mencionados.
Las plantas de la incrustación (solidificación) de la masa ígnea central eran etéreas y, en consecuencia, el proceso de fundición no las destruyó. Así como las líneas de fuerzas en las que se cristaliza el hielo están presentes en el agua, así también cuando la Tierra se cristalizó, esas plantas etéricas estaban presentes en ella. Eran los moldes en torno de los cuales se agrupó el material necesario para formar los cuerpos vegetales de la actualidad y también los del pasado, que se encuentran enterrados en los estratos geológicos de nuestro globo terrestre.
Estas formas vegetales etéricas fueron ayudadas en su formación cuando el calor vino de fuera, después de separarse la Tierra del Sol y de la Luna. Ese calor les proporcionó la fuerza necesaria para agrupar en torno suyo una substancia más densa.
La Epoca Lemúrica queda descrita en la obra del día quinto. Como esta Epoca es la tercera, es en cierto sentido una recapitulación del Período Lunar, y en la narración bíblica encontramos descritas las condiciones que existieron en el Período Lunar: Agua, neblina ardiente y las primeras tentativas de movimiento de respiración vital.
Los versículo 20 y 21 dicen que "Elohim dijo: Que las aguas tengan cosas respirantes... y aves...; y Elohim formó los grandes anfibios y todas las cosas respirantes, de acuerdo con sus especies, y todas las aves con alas".
Esto también concuerda con las enseñanzas de la ciencia material de que los anfibios precedían a las aves.
Invitamos a los estudiantes a notar particularmente que las cosas que fueron formadas no eran Vida. No se dice que se creó la Vida, sino "cosas" que respiraban o inhalaban vida... La palabra hebrea para aquello que se inhala es nephesh, y debe notarse cuidadosamente, porque la encontraremos más tarde bajo un nuevo ropaje.
La Epoca Atlante queda descrita por el trabajo efectuado el día sexto. En el versículo 24 se menciona la creación de los mamíferos y vuelve a notarse nuevamente allí la palabra nephesh, explicando que los mamíferos "inhalaban vida". "Elohim dijo: Que la Tierra produzca cosas que respiren vida... mamíferos...", y en el versículo 27 "Elohim formó al hombre a su semejanza", es decir, les hicieron macho y hembra; como ellos (los Elohim).
La historia bíblica ha omitido aquí los estados humanos de asexualidad y hermafroditismo y llega a los dos sexos separados, tal como ahora los conocemos. Y no podía ser de otra manera, está describiendo la Epoca Atlante y en el tiempo en que se alcanzó, porque en este estado de evolución ya no había hombres asexuales ni hermafroditas, habiendo tenido lugar la diferenciación de los sexos antes, en la Epoca Lemúrica. Lo que después se convirtió en hombre, apenas se podía llamarlo hombre en sus primeros grados de desenvolvimiento, porque difería escasamente de los animales. Por lo tanto, la Biblia no violenta los hechos cuando afirma que el hombre fue formado en la Epoca Atlante.
En el versículo 28 (de todas las versiones) encontramos un pequeño prefijo, con un gran significado: "Elohim dijo: Fructificad y RE-llenad la Tierra". Esto muestra claramente que el escriba que lo escribió, conocía perfectamente las enseñanzas ocultas sobre la oleada de vida que había evolucionado aquí, en el Globo D, del Período Terrestre, en las revoluciones anteriores.
La Epoca Aria corresponde al séptimo día de la Creación, cuando los Elohim descansaron de su trabajo como Creadores y Guías, y la humanidad quedó a su propio cuidado.
Así termina la historia de la manera en que se produjeron las formas. En el capítulo siguiente se cuenta la historia desde un punto de vista que trata algo más del aspecto de la Vida de la creación.
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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel
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