Plutón: la máxima concentración del poder del deseo.
Plutón, remoto y lento es la esencia abstracta de la naturaleza fija, congelada y
comprimida de Escorpión, el más rígido de todos los signos. Es en este sentido que Plutón
arde con la vivencia de sus sentimientos intensos aunque rara vez se expresa al máximo,
pero cuando lo hace es con gran efecto y eficacia.
Estas expresiones volcánicas se hacen cuando el impulso a expresarse excede la
capacidad de contenerse y las descargas de energía son hechas para efectos y resultados de
mucho alcance.
Plutón es emoción en su forma más intensa y si bien es poco lo que de él sabemos,
podemos decir que él simboliza el gran océano de poder del deseo del cual toda la humanidad
deriva su pábulo emocional para ser trasmutado por medio del amor para la regeneración de
la vida. (Fisiológicamente Escorpión representa todas las funciones excretorias del cuerpo
como descarga de materiales en estados fluídicos, que deben eliminarse para la salud de
manera que los procesos regeneradores y trasmutadores del cuerpo puedan continuarse.
Escorpión indica la concentración de la conciencia de deseos en tal o cual casa, en tal o
cual cuadrante del mapa.
Escorpión y la octava casa sostienen la séptima casa que es nuestro punto focal de más
intensificada conciencia de relación en el matrimonio (amor) o en la enemistad (amor
incumplido). Así el poder emocional intenso y concentrado de Escorpión y Plutón, es
necesitado aquí para transformar el deseo en máxima conciencia a través del impulso sexual
y sus derivaciones,.
Es, en este sentido evolución en la medida que es, generación y espiritualización por
medio de la identificación emocional en la asociación y su consiguiente regeneración en el
amor.
La fobia, psicosis, neurosis, etc. son términos que se usan para indicar niveles de
conciencia emocional que debido a la falta de escape constructivo se les ha dejado estancar,
cristalizar, congestionar y retroceder.
Hacemos referencia aquí a la representación simbólica del relato bíblico del Jardín del
Edén, la finalidad del lanzamiento del individuo a los niveles evolutivos de experiencia, para la
transmutación y regeneración de su conciencia por medio de cultivarse en el poder del amor,
el nacimiento de la conciencia sexual y el acercamiento al otro en matrimonio. La
interpretación torcida de esta alegoría ha sido la causa de tragedias y sufrimientos.
El sexo físico es una especialización de polaridad expresada en términos corporales
durante una encarnación dada para necesidades específicas generadoras y evolutivas. Sin
embargo, en cada encarnación un “segundo nacimiento” es iniciado por la primera reacción a
la conciencia sexual: el reconocimiento del complemento de uno, “el otro yo” de uno, su
símbolo viviente del cumplimiento deseado y necesitado. A través de los procesos de
intercambio de polaridad, comenzando con el intercambio vibratorio de la experiencia del sexo
físico hasta todas las etapas de desarrollo en intercambios mentales y creadores, relaciones
biológicas y no biológicas, la humanidad (simbolizada por Adán y Eva) comenzó a hacerse
conciente del deseo de cumplimiento.
Plutón y Escorpión simbolizan entonces el recurso vibratorio de poder del deseo para la
humanidad y del cual todas las cosas vivientes derivan su expresión creadora y su
perpetuación.
Dado que venimos de numerosas encarnaciones en la que hemos expresado este poder
en ciertos modos, podemos considerar a cada ser humano como parecido simbólicamente a
un alud que muestra sobre la superficie una pequeña masa de su masa total.
Cada uno de nosotros tiene una gran área de potencialidades, de deseos sumergidos o
desconocidos que se originan directamente en nuestra afiliación a éste recurso. Por ello la
afiliación mutua ha sido aludida por muchos pensadores como el “inconsciente colectivo”, en
el cual todo ser humano, en cualquier momento dado de cualquier etapa de su evolución,
vibra en este “cuerpo de deseos”.
Así podemos decir que Escorpión simboliza el origen del mal, el tentador eterno hacia el
mal camino.
Sin embargo un proceso alquímico trabaja a través de la evolución de cualquier
individuo por la espiritualización de la conciencia amorosa y el desarrollo y la expresión de la
inteligencia.
El amor a sí mismo se convierte en amor al compañero y al prójimo, la defensa propia se
convierte en devoción a la familia, la comunidad y el estado; las fuerzas sexuales son
elevadas en cualidad vibratoria para extenderse a niveles de creación y poder mental. De este
modo la conciencia del individuo madura en deseos de mejoramiento propio y de los otros
hasta realizar los elevados ideales.
Así, en la medida que este proceso alquímico se realiza desde los acercamientos
hechos por la realización dinámica, y a través del cumplimiento de la experiencia de relación
podemos decir que Escorpión es la fuente de todo amor y toda sabiduría.
Pero la tragedia esencial básica de Escorpión y Plutón irredimido es la frustración del
instinto generativo. De esta congestión se originan millares de enfermedades emocionales
nerviosas y mentales que afligen a la humanidad.
Hay unas pocas personas encarnadas en cualquier tiempo que no requieren esta forma
particular de descarga, pero ellas son muy pocas.
Es saludable y natural que la gente en general experimente el cumplimiento del instinto
copulativo en compañía de la relación amorosa.
Escorpión incumplido o reprimido nos ofrece un cuadro que indica la posibilidad de
satisfacción sustitutiva a través de sometimiento a la expresión de la crueldad, homicidio, y
toda clase de destrucción.
La historia de la sexualidad está resuelta con capítulos de miedo, perversión,
enfermedades y la locura en que la humanidad derivó al vivir apartados de los procesos de
cumplimiento sano y natural de esta función.
El matrimonio que debería ser una reacción natural de dos personas entre sí en
concordancia amorosa, ha sido convertido en instrumento para servir a los intereses creados
de los individuos: la adquisición de la propiedad, riqueza, poder transitorio, dinastía y quien
sabe cuantas cosas mas que desembocaron en el interior de las personas en la sustitución
perversa del deseo, en el placer egoísta.
Una forma religiosa completa fue basada en la actitud de que el hombre no tenía
derecho al disfrute espontáneo, a fin de ejercer poder y gran control sobre las sociedades,
creando una filosofía que al pregonar el castigo eterno, ha corrompido las mentes y
emociones de millones de personas por muchos cientos de siglos.
Plutón como regente de Escorpión, está en el portal de la vida espiritual, en cualquier
fase, de relación en relación, y en la esencia de relación del pasado al presente y del presente
al futuro, como la trasformación que sucede a cualquier ciclo terminado, después que uno
toma conciencia.
Así es como, por ser individuos no debemos intentar separarnos de nuestra conciencia
de “Yo Soy”. Este “Yo Soy” arraigado en el Marte-Aries debe ser un asunto de conciencia
propia honrada, integridad y salud emocional. Hasta que esto no sea la base de nuestro
asiento en la vida nos arriesgamos a tropezar y caer en pantanos de indecisión, falsedad y
toda clase de complicaciones.
Plutón, regente de nuestra intensa capacidad de deseos es liberado a través de Marte
ya como medio de destrucción, dominación, codicia, crimen, perversión y enfermedad, o ya
como una expresión de valor, confianza en sí mismo, actividad y trabajo constructivos, el ardor del verdadero impulso amoroso, la salud de la mutualidad sexual compensadora y la chispa
luminosa a través de la cual la vida se expresa con ardor y luz, regocijo y progreso.
La casa del horóscopo que lleva a Escorpión en su cúspide nos pone alerta de nuestros
recursos y la casa donde se encuentra Plutón nos indica una gran concentración del deseo.
Asimismo esta casa influirá sobre la casa donde se encuentre Escorpio.
La casa que contiene a Aries y la potencialidad de su Marte nos habla de cómo puedo
decir “Yo Soy” en términos más amplios y de la mejor forma.
El deseo irredimido e inexpresado se reprime hasta que surge una congestión que
resulta en envidia, celos de otros, compasión de sí mismo y aminoramiento de la dignidad y la
confianza propia. Se recurre a futilidades y superficialidades, y aún a mentiras que se afirman
en el ego inferior para llenar el vacío doloroso y su vida sigue vagando por toda clase de
desvíos. Cuando se pone en cuestión la omnipotencia del ego y tenemos miedo de morir
(cuando estamos identificados con ese ego), procuramos a cualquier precio protegernos
controlando lo que sucede en la casa de Plutón. Y sin embargo en esta misma esfera, si
reconocemos que hay una fuerza misteriosa más poderosa que nosotros y nos ponemos a su
servicio tenemos la potencialidad para exhibir y descubrir nuestra mayor fuerza y la nobleza,
nuestro propósito y la dedicación que se eleva hasta vibrar lo más acorde posible con esa
fuerza misteriosa.
Así es como reconocemos que debemos hacer algo desde nuestro propio centro de
conciencia, desde nuestro Aries o la primera casa, esto es descargar para el progreso el
deseo a fin de permitirnos desarrollar una conciencia ampliada y extendida en armonía cada
vez más acorde con lo divino.
Es en este sentido Plutón al igual que Urano y Neptuno otro principio de desestructuración
que impulsa inexorablemente a la vida a seguir hacia delante. Representa una
presión creciente que gradualmente va llegando a su culminación hasta que nos liquida y con
gran dolor nos impele a deshacernos de formas viejas para dar paso a las nuevas.
Con semejante actitud y sentimiento interno los recursos de Plutón, el cuerpo de deseos
colectivo, son liberados en la vida a través de cada uno de nosotros y sirven para alimentar las
vibraciones y conciencia espirituales de todos aquellos con los que establecemos relaciones.
Esto es la redención de la relación, la esencia de la experiencia del amor.
Plutón libera lo perdurable de aquello que es transitorio y entonces renacemos con un
sentimiento de estar vivos que es incondicional. Tal es el don que encontramos en la casa
donde está Plutón. Aquí las consignas son complejidad y fascinación.
En los dominios de Plutón debemos ir en busca de causas ocultas y motivaciones
inconscientes subyacentes. En el sector de la vida donde este planeta se encuentre somos
capaces de exhibir tanto lo peor como lo mejor de la naturaleza humana.
Plutón halla su domicilio en Escorpión y su detrimento en el signo de Tauro. Respecto a
la exaltación y la caída de este planeta difieren las opiniones de los distintos autores.
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Curso de Astrología básico Página: 105 - Fraternidad Rosacruz Max Heindel del Uruguay
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