CARTA Nº 55
Junio de 1915
LA EPIGÉNESIS Y EL DESTINO
FUTURO
Mientras que estamos estudiando "EI Velo del Destino. - Cómo se teje y desteje" no estará de más, mejor
dicho, es absolutamente necesario, que no perdamos de vista el hecho de que la vida no es solamente un
desenvolvimiento de causas fijadas en existencias previas. El espíritu, al renacer, tiene una cantidad variable
de libre albedrío, según se haya conducido en la vida anterior, para poder emplearlo en los detalles. Así en
vez de concretarse las causas pasadas en efectos, hay también causas nuevas generadas a cada paso que da el
espíritu, de cuyo modo obra como simiente de experiencia para vidas futuras. Este es un punto muy
importante. Es al propio tiempo una verdad por si misma evidente, pues si no fuera así, las causas que han
sido alguna vez puestas en movimiento deben dejar alguna vez de ser, y esto significaría la cesación de la
vida.
Así, pues, nosotros no estamos en absoluto forzados a accionar en determinado camino a causa de estar en
un ambiente determinado y porque toda nuestra existencia anterior nos haya imprimido un rumbo hacia un
fin consecuente. Con la divina prerrogativa del libre albedrío que ha obtenido el hombre, tiene el poder de la
Epigénesis o iniciativa, de manera que puede emprender una nueva línea de conducta en cualquier momento
que quiera. No es que pueda apartar de pronto toda su vida anterior, lo cual requeriría largo tiempo, quizás
varias vidas, pero gradualmente puede trabajar por el ideal que ha imaginado.
Por consiguiente, la vida avanza no solamente por involución y evolución, sino también y especialmente por
Epigénesis. Esta sublime enseñanza de la Religión de la Sabiduría Occidental de los Rosacruces explica
muchos misterios no susceptibles de una solución lógica por otras teorías y uno de los cuales ha ocasionado
la recepción de muchas cartas en el Cuartel General. Este sujeto lo aborda el autor no sin disgusto, pues le
desagrada hablar de la guerra. El asunto concierne a la. relación existente entre un soldado, una mujer
enemiga violada por aquél y el ego nacido de una madre que le aborrece porque su maternidad no ha sido
deseada.
La investigación de algunos casos ha demostrado que esto es una nueva aventura en cuanto a los espíritus
que vienen a renacer. Todos han sido incorregibles en sus encarnaciones previas y parecía. que nada bueno
había de conseguirse manteniéndoles en aquellos hogares para martirio de aquellos con quienes estaban
relacionados. Las condiciones de la guerra actual (1914-1918), sin ser hechas con este propósito, ofrecen la
oportunidad de transferirles a otro campo de acción, donde la nueva madre cosecha por mediación de ellos,
los frutos de los errores sembrados por ella misma en el pasado.
Tampoco es esta condición peculiar del todo con la guerra. Muy a menudo son utilizados medios parecidos
en tiempos diferentes, para recoger lo sembrado por nosotros, por mediación de almas ajenas que se
introducen en nuestras vidas para sufrir y hacernos padecer. Acude a mi memoria una madre que hace años
me contaba cuánto se había rebelado contra la maternidad y cómo, después, de haber atravesado él. periodo
de la, preñez con odio y rencor en su corazón y el niño ya en este mundo, rehusó incluso a mirarle; pero,
finalmente, se sintió llena de piedad ante el estado indefenso de aquel tierno ser y la piedad se tornó en amor
algo más tarde. El niño tuvo todas las ventajas que podía proporcionarle el dinero, pero estas ventajas no
pudieron mantener su equilibrio mental y hoy se siente en una celda como un asesino, en un manicomio para
criminales, mientras que la madre es presa del pesar y del remordimiento, preguntándose o considerando lo
qué hizo o dejó de hacer durante todo el tiempo en que el niño venia hacia ella al nacer.
Por el contrario, existen también ocasiones en que un espíritu, fruto de un viejo ambiente, llega a una nueva
esfera de acción como un destello brillante que conforta a aquellos cuyas vidas previas han preparado para
recibir tal bendición. Recordemos, pues, que por degradado que un ser sea siempre tiene la facultad de
sembrar la simiente del bien pero debe aguardar a que aquella florezca en un ambiente propicio. Cada uno
de nosotros, no obstante sentirnos atados y arrastrados por el ayer, somos libres en una gran extensión en
cuanto al mañana.
del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel
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