humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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miércoles, 27 de marzo de 2013

LA DEUDA DE GRATITUD DEL MAESTRO



CARTA Nº 62
Enero de 1916


LA DEUDA DE GRATITUD DEL
MAESTRO

Estamos al final de otro año de nuestras vidas y en los comienzos de uno nuevo, y ciertos pensamientos se
me han ocurrido con relación a estas divisiones de nuestras vidas terrenales.
Cuando Cristo se hallaba al final de su ministerio tomando la última cena con sus discípulos, les lavó los
pies sin atender las protestas de algunos que creyeron que esto era una humillación para el Maestro. Pero, no
obstante, aquello fue el símbolo de una actitud de espíritu que es de gran significancia como un factor en el
desarrollo del alma. Si no existiese el suelo mineral, el superior reino vegetal seria una imposibilidad, así
como tampoco podría existir el reino animal de no darle las plantas la substancia que le es necesaria. De este
modo vemos que en la Naturaleza lo superior se alimenta y depende de lo inferior para su desarrollo y
consiguiente evolución. Aunque es un hecho que los discípulos fueron instruidos y ayudados por Cristo, es
igualmente un hecho que ellos sirvieron de escalones para su desarrollo; y en reconocimiento de tal hecho es
por lo que Él se humilló, reconociendo su deuda para con ellos por medio del servicio más bajo que se pueda
imaginar.
Ha sido una gran fortuna para el que esto escribe transmitir las instrucciones esotéricas de los Hermanos
Mayores a usted y a otros miles durante el año que ha terminado, en cuya tarea se ha visto ayudado por
todos los trabajadores de Mt. Ecclesia, directa o indirectamente. Todos aquellos que han colaborado desde la
imprenta, desde la oficina o desde cualquier otro de nuestros departamentos, comparten también este
privilegio y todos les agradeceremos a ustedes la oportunidad de desarrollo que nos han proporcionado por
medio de poder satisfacer las necesidades de ustedes.
Tenemos la esperanza de haberles sido útiles a este respecto y les rogamos nos dediquen sus oraciones para
que podamos ser sirvientes más eficaces en el año recién comenzado.
¿En cuanto a usted, querido amigo, qué me puede decir sobre el particular? Sin duda que ha tenido usted
oportunidad de servir al prójimo de manera similar, durante este último año. ¿Ha utilizado sus talentos y los
conocimientos que le hemos transmitido para iluminar a todos los que se han puesto en contacto con usted?
No es, ciertamente, necesario subirse a un púlpito, literal o metafóricamente, para hablar al corazón de los
demás. Es mucho más eficaz, a menudo, hacerlo de forma suave, tranquila, para que nadie sospeche que
pretendemos enseñarle algo. Alimentamos la ilusión de que ha aprovechado sus oportunidades lo mejor que
ha podido y deseamos que entre en el año nuevo con un espíritu de servicio mayor todavía y que le pueda
ser más beneficioso, para el desarrollo de su alma, que le ha sido en el pasado.

del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel

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