EL MUNDO DEL DESEO
CAPÍTULO IX
LA EXPERIENCIA DE LA TRANSICIÓN
LA AUTO-EXPRESIÓN EN EL PRIMER CIELO
Aprendemos en el "Cosmos" que la Epigénises es uno de los poderes básicos del Espíritu Virginal y es responsable de los nuevos desarrollos en la evolución, de manera que el Ego no desenvuelve simplemente un patrón ya existente dado por las divinas Jerarquías, sino que tiene la oportunidad de crear innovaciones; esto es cierto no solamente durante la época de la encarnación, sino también por la experiencia adquirida en el Mundo Celeste. El Ego no está limitado en la vida recién concluida, sino que también se le permite dar expresión a su propia epigénesis. Por lo tanto, tal como lo hemos visto, la Auto-Expresión es la nota-clave del Primer Cielo, en tanto que la Auto-Afirmación es la que corresponde al Purgatorio; así que la primera viene relacionándose con la Fuerza de Atracción y la segunda con la Fuerza de Repulsión.
En el Primer Cielo el Ego crea para sí mismo un bello mundo que comparte con los otros habitantes de esa región, ya que éste es un mundo de participación, no sólo de las formas artísticas creadas allí sino también de la vida anímica interna en el proceso conocido en psicología como "empatía". Los Egos que residen aquí sienten juntos y comparten igualmente todas las emociones; concurren a escuelas y templos cuya belleza inspira reverencia; visitan a seres angélicos y a su vez reciben visitantes de otros planetas y otros sistemas estelares; renuevan antiguas amistades y hacen otras nuevas dentro de los límites impuestos por las leyes que gobiernan esta región. Nuevos impulsos, puestos aquí en movimiento, conducirán a futuros desenvolvimientos en las encarnaciones venideras.
Cuando por fin todas las lecciones por aprender en el Primer Cielo han sido impresas en el átomo-simiente del cuerpo de deseos, junto con la "esencia" recogida en el Purgatorio que dará una profunda convicción de lo valioso de la buena vida en las encarnaciones futuras, el Ego queda listo para realizar la transición al Mundo del Pensamiento, y como conserva aún el átomo-simiente del cuerpo de deseos todavía posee la capacidad de tener sentimientos y emociones en ese elevado Mundo. Y es que el Ego lleva consigo la "esencia" de su trabajo en el cuerpo de deseos, o sea el Alma Emocional, que representa el "pabulum" para el Espíritu Humano, así como el Alma Intelectual fue el "pabulum" para el Espíritu de Vida, o el Cristo Interno.
del libro "Temas Rosacruces" Segundo Tomo, de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel
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