INSTRUCCIÓN XIII
LOS ÁNGELES COMO FACTORES DE LA EVOLUCIÓN
Cuando se habla de evolución, la idea inducida en la mente occidental es muy
materialista. Nos hemos acostumbrado a mirar la materia desde un punto de vista
puramente científico; que nuestro sistema solar procede de una nebulosa ígnea, a la que
corrientes generadas espontáneamente pusieron en movimiento- Entonces asumió una
forma esférica y fue arrojando anillos conforme se contraía. Esos anillos rompiéronse más
tarde y formaron planetas que luego se enfriaron y solidificaron. Por último, o por lo
menos, un planeta, nuestra Tierra, generó espontáneamente organismos simples, que
más tarde, siguiendo el proceso evolutivo, fuéronse haciendo más y más complicados,
ascendiendo de los radiados (estrellas de mar) a los moluscos (ostras), de aquí a los
articulados (cangrejos, langostas) hasta llegar a las especies vertebradas. Después de
pasar a través de cuatro clases de vertebrados -peces, reptiles, aves y mamíferos-- ese
impulso evolutivo espontáneo alcanzó su grado más elevado en el hombre a quien se
considera como la flor de la evolución, la inteligencia más elevada del Cosmos.
El científico materialista rechaza toda idea de Dios o de cualquier otro agente externo, por
ser (según él), completamente innecesario para explicar el universo. Apoyando su
doctrina tomará una vasija con agua y echará una gotita de aceite sobre su superficie. El
agua es para representar el espacio y el aceite reemplaza a la nebulosa. Entonces
comenzará a hacer girar el aceite, que tomará la forma de una esfera, agrandándose por
el ecuador, y arrojará una esferita más pequeña que comenzará a girar en torno de la
masa central así como los planetas giran en tomo del Sol. Entonces el hombre de ciencia
se erguirá triunfante y preguntará con compasiva sonrisa "Ya veis cuan natural es todo
esto, ¿no es superfluo vuestro Dios?"
Verdaderamente, es admirable observar como se producen obscuridades en las
inteligencias más brillantes a causas de las ideas preconcebidas, y es maravilloso que un
hombre capaz de inventar esa demostración espléndida sea a su vez incapaz de ver que
él mismo está representando al autor de nuestro sistema ---a quien llamamos Dios, en
ese experimento, porque el experimento jamás habría sido inventado, ni el aceite se
hubiera puesto nunca en el agua ni comenzado a girar en ella a semejanza del Sol y los
planetas, si no hubiera sido por el pensamiento y la acción. Así que en vez de probar que
Dios es una superficialidad con su demostración de la teoría nebular, prueba en su más
amplia extensión la absoluta necesidad de una Causa Primordial - llámesela Dios o
désele cualquier otro nombre y Herbert Spencer, el gran pensador del siglo diecinueve,
vio eso y en consecuencia rechazó la teoría nebular. Sin embargo, no consiguió dar una
explicación adecuada de la génesis de nuestro sistema solar, libre de esa doctrina para él
objecionable, así que la ciencia, aunque deseosa de rechazarla, sostiene aún la teoría
mencionada sobre el origen del mundo sin aceptar la acción inteligente de un ser ó seres
extraños al universo: un Creador o Creadores.
Cuando se la comprende propiamente, la teoría científica está en plena armonía con la
Biblia que nos habla de cierto número de diferentes seres que toman parte activa en la
evolución de la Tierra y de las entidades que sobre ella se encuentran. Oímos hablar de
los Ángeles, Arcángeles, Querubines, Serafines, Tronos, Potestades, Principados,
Poderes de las Tinieblas, Poderes del Aire, etc., y la mente investigadora preguntará
naturalmente: ¿Y quienes son ellos? ¿qué papel han desempeñado en el pasado? ¿cuál
es su actividad o trabajo actual? Porque la mente investigadora no puede creer que los
Ángeles son seres humanos transformados por la muerte en entidades espirituales, cuyo
sólo placer y única tarea consiste en tocar la trompeta o el arpa, cuando en la vida
terrestre no eran capaces de distinguir una nota de otra. Tal suposición contraría a la
razón no está tampoco de acuerdo con los métodos de la Naturaleza, que exige que
trabajemos para formar nuestras facultades.
Las enseñanzas ocultistas están de acuerdo con la Biblia y con las teorías modernas
científicas, según se explica en el capítulo "Análisis Oculto del Génesis" de la obra
Concepto Rosacruz del COSMOS, en que lo que ahora constituye la Tierra no ha sido
siempre tan denso y sólido como actualmente, sino que ha pasado por tres períodos de
desenvolvimiento anteriores al presente, y que después que pase el actual "Período
Terrestre, seguirán tres períodos más antes de que se haya completado nuestra
evolución".
Durante los tres períodos precedentes a nuestro estado actual lo que ahora es la Tierra y
el hombre que se encuentra en ella han ido consolidandose gradualmente desde un
sutilísimo estado etérico hasta un estado que era mucho más denso que lo que ahora
es.
Durante la "Involución", el proceso consolidativo, el Espiritu, que ahora es el Ego humano,
estaba construyendo un cuerpo o vehículo para cada grado de densidad. Estaba
inconsciente, pero lo ayudaban en su obra diferentes jerarquías espirituales: los Tronos,
Querubines y Serafines.
Cuando se alcanzó el máximo de densidad el Espíritu obtuvo el sentimiento interior de ser
un Ego separado en el mundo material. Este fue el punto de vuelta, cuando la conciencia
no podía sumergirse más y en la medida en que su conocimiento interior espiritual vaya
despertándose gradualmente, irá también espiritualizando sus vehículos, extrayendo de
cada uno de ellos el alma, que no es más que el poder esencia de los mismos.
De esta manera se irá desprendiendo gradualmente de las regiones densas y materiales,
y la Tierra se libertará al mismo tiempo durante el resto del Período Terrestre y los tres
períodos subsiguientes.
Al principio de la evolución el triple "Espíritu-Virginal", era inocente y sin experiencia. Su
Involución implica la construcción de cuerpos, lo que realizó inconscientemente con la
ayuda de poderes superiores.
Cuando quedaron construidos los cuerpos se hizo consciente comenzó la evolución. Esto
implicaba crecimiento anímico el que se realiza mediante los esfuerzos individuales del
espíritu del hombre, el Ego. Al final de la evolución poseerá poder anímico como fruto de
su peregrinaje a través de la materia. Entonces será una Inteligencia Creadora
Los Rosacruces han dado a esos siete períodos de desarrollo los nombres de los
planetas que rigen los días de la semana, porque son los siete días de la Creación,
cuando esos términos se emplean en el más amplio sentido de la palabra. Pero son
metamorfosis de la Tierra. Esos nombres son los siguientes. (1) Período de Saturno; (2)
Período Solar; (3) Período Lunar; (4) Período Terrestre, del cual, por razones que se
explican en el Concepto Rosacruz del Cosmos, se denomina la primer mitad "Marciana" y
la segunda mitad "Mercurial"; (5)Período de Júpiter; (6) Período de Venus; y (7) Periodo
de Vulcano.
Nuestra evolución comenzó sobre la Tierra, cuando estaba en el obscuro Período de
Saturno, caliente y de substancia gaseosa extraída de la Región del Pensamiento
Concreto. Allí, "el Espíritu Divino " que es el más elevado aspecto del "Espíritu Virginal"
triuno, hecho a semejanza de Dios) fue despertado por los "Señores de la Llama"
llamados "Tronos" en el esoterismo Cristiano - quienes también irradiaron de sí mismos
un "pensamiento-forma" germinal como contraparte material del Espíritu Divino. Este
pensamiento-forma se desarrolló más tarde y se consolidó convirtiéndose en el cuerpo
denso del hombre, siendo pues el fruto del Período de Saturno, el espíritu más elevado y
el cuerpo más bajo del hombre.
En el Período Solar la Tierra alcanzó la densidad del Mundo del Deseo y se convirtió en
una masa ígnea brillantemente luminosa. Allí despertaron los Querubines el segundo
aspecto del Triple Espíritu Virginal. "el Espíritu de Vida" y su contraparte, el cuerpo vital,
nació entonces como forma de pensamiento hecho de manera que interpenetrara al
cuerpo denso germinal que se había consolidado y adquirido la misma densidad que la
de la Tierra; estaba pues formado por "materia de deseos". Cuando pasó el Período Solar
el hombre tenía, pues, un doble espíritu y un doble cuerpo. En el Período Lunar la
densidad de la Tierra aumentó hasta alcanzar el estado etérico que corresponde a la
Región Etérica. La Tierra era entonces un núcleo ígneo central rodeado de una
atmósfera o cubierta húmeda y más al exterior de otra atmósfera de neblina ardiente, o
un gas vaporoso igniscente. Cuando el agua se calentaba en contacto con el centro
ígneo, ascendía surgiendo al exterior, y al enfriarse allí en el espacio externo el vapor
volvía al centro.
De esta humedad se formó el cuerpo más denso de ese "hombre acuático". El
pensamiento-forma del cuerpo denso se había consolidado hasta convertirse en un vapor
húmedo, y el pensamiento - forma de nuestro cuerpo vital actual había descendido hasta
el Mundo del Deseo. Estaba pues formado por materia de deseo. A este cuerpo doble se
agregó el pensamiento-forma de nuestro actual cuerpo de deseos, durante el Período
Lunar, y los Serafines despertaron el tercer aspecto de los Espíritu Virginales: "el Espiritu
Humano" y el Espíritu Virginal convirtióse en un Ego, así que al finalizar el Período Lunar
el hombre naciente poseía un triple espíritu y un triple cuerpo.
El mundo, el hombre y el átomo están regidos por la misma ley. Nuestra Tierra densa
está ahora en su cuarto grado de consolidación. la mente, el cuerpo de deseos y el
cuerpo vital son menos sólidos que nuestro cuarto vehículo, el cuerpo denso. En los
pesos atómicos de los diferentes elementos químicos hay una disposición semejante. El
cuarto grupo marca la cima de la densidad.
( 1 ) El Espíritu Divino y su contraparte el cuerpo denso.
(2) El Espíritu de Vida y su contraparte el cuerpo vital.
(3) El Espíritu Humano y su contraparte el cuerpo de deseos.
El triple cuerpo es la "sombra" del triple Espíritu, que fue alojada en la Región del
Pensamiento Concreto en los tres períodos que precedieron a nuestro presente Período
Terrestre. Desde entonces esos pensamientos-forma se han ido condensando todos: el
cuerpo de deseos un grado; el cuerpo vital dos grados y el cuerpo denso tres grados,
antes de que alcanzaran su actual estado de densidad.
Los Señores de la Llama o Tronos, los Querubines y Serafines trabajaron para el hombre
voluntariamente, por puro Amor. Nada tenían que aprender en una evolución como la
nuestra. Ahora ya se han retirado, y en el Período Terrestre, las "Potestades" (Exusiai)
del esoterismo Cristiano, o "Señores de la Forma", según los llaman los Rosacruces,
están desplegando una actividad particular. Porque este es precisamente el período de la
"Forma" y esa jerarquía espiritual es quien ha dado a todas las cosas sus presentes
formas definidas nítidas Y concretas, formas que anteriormente eran informes o
nebulosas en los períodos anteriores.
Además de las jerarquías espirituales mencionadas hubo otras que también prestaron su
ayuda, pero mencionaremos solamente los seres que alcanzaron el estado humano de
desarrollo en los tres períodos precedentes. Esos seres han avanzado, por supuesto, así
que los hombres del Período de Saturno están actualmente tres pasas más allá que el
hombre de ahora, y se llaman los Señores de la Mente. La humanidad del Período Solar
está ahora dos pasos más allá que nosotros y son ahora los Arcángeles, y la humanidad
del Período Lunar está ahora un grado más allá que nosotros y son los Ángeles.
Estos períodos son los Dias de la Creación, y entre cada dos períodos hay siempre un
intervalo de reposo o de actividad subjetiva, una Noche Cósmica análoga a la noche de
sueño restaurador de que gozamos todos los días de nuestra vida terrestre, y cuando la
vida evolucionante emerge del Caos en la aurora de un nuevo período, se efectúa en
primer lugar una recapitulación en escala superior del trabajo hecho en los períodos que
precedieron antes de que la obra del nuevo período comience . En esa forma se llega al
pináculo de la perfección posible.
Por lo tanto, la evolución humana sobre la Tierra tal como ahora está constituida está
dividida en épocas, en las que aquélla recapituló primero su pasado, siguiendo luego
adelante en busca de desenvolvimiento ulterior que solo alcanzará su plena expresión en
períodos futuros.
En la primera o Época Polar, "Adam", o humanidad, fue formado de "barro". Se
encontraba en ese estado puramente mineral que correspondía al Período de Saturno,
cuando poseía solamente un cuerpo denso modelado bajo la dirección de los Señores de
la Forma. Estaba sumergido en el obscuro y gaseoso planeta que acababa recién de
emerger del caos, vacío e informe como menciona la Biblia; en la misma forma en que la
fresa o frutilla está formada por numerosas bayas pequeñísimas, así sucedía con nuestra
madre tierra la que estaba constituida por los cuerpos densos minerales de todos los
reinos, y las corrientes de vida que se expresaban como vegetales, animales y hombres
estaban trabajando para liberarlos.
En la segunda o Época Hiperborea, Dios dijo: "Hágase la Luz", el calor se convirtió en
una masa ígnea luminosa semejante a la del Período Solar y el cuerpo denso humano se
encerró en un cuerpo vital flotando de aquí para allá sobre la Tierra igniscente, como una
cosa grande en forma de saco o bolsa. El hombre era entonces análogo al vegetal porque
tenía los mismos vehículos que tienen las plantas actuales, y los Ángeles eran sus
auxiliares en la organización de su cuerpo vital, como lo son en nuestros días.
Esto puede parecer una anomalía, porque los Ángeles son la humanidad del Período
Lunar, en el que obtuvo el hombre su cuerpo de deseos. Pero no es así, porque
únicamente en el Período Lunar la Tierra evolucionante se condensó en éter, tal como el
que ahora forma nuestro cuerpo vital, y la humanidad (los Ángeles actuales) aprendió allí
entonces a construir sus cuerpos más densos con materia etérica, así como nosotros
estarnos aprendiendo a formar los nuestros con los sólidos, líquidos y gases de la Región
Química. Y se hicieron muy expertos en la construcción de esos cuerpos, así como lo
seremos nosotros en la construcción de un cuerpo denso cuando finalice el Período
Terrestre.
Por lo tanto están especialmente preparados pasa auxiliar a otras oleadas de vida
posteriores en las funciones de ese vehículo. Trabajan para formar y mantener a los
vegetales, a los animales y al hombre, y están por lo tanto relacionados con la
asimilación, el crecimiento y, la propagación. Los Ángeles anunciaron el nacimiento de
Isaac al fiel Abraham, pero destruyeron a Sodoma porque abusaba de la función
generadora. El Ángel Gabriel (no el Arcángel según la Biblia) predijo el nacimiento de
Jesús y de San Juan. Otros Ángeles anunciaron el nacimiento de Samuel y de Sansón.
Los Ángeles actúan especialmente en los cuerpos vitales de los vegetales, porque la
corriente de vida que anima a ese reino, comenzó su evolución en el Período Lunar,
cuando los Ángeles eran humanos, y trabajando entonces con los vegetales en la misma
forma en que lo estamos haciendo ahora nosotros con los minerales. Existe, por lo tanto,
una afinidad particular entre el Angel y el Espíritu Grupo-vegetal. Así podemos
explicarnos la enorme asimilación, crecimiento y fecundidad de las plantas. El hombre
también adquiría un tamaño enorme en la segunda o Época Hiperbórea, que estaba
principalmente a cargo de los Ángeles. Así lo está también el niño en el segundo
septenario de años de su vida, porque entonces los Ángeles pueden obrar ampliamente y
al final de dicha época, a los catorce años, el niño alcanza la pubertad y puede reproducir
su especie; también debido a la acción de los Ángeles.
La tercera o Época Lemúrica, presenta condiciones análogas al Período Lunar, pero más
densas. El núcleo igniscente de la Tierra en el centro, la capa hirviente de agua encima y
la atmósfera de vapor o neblina ardiente al exterior, pues así "dividió Dios la tierra de las
aguas" según dice el Génesis; la humedad densa del vapor y allí vivió el hombre sobre
las islas que formaba la costra sólida que iba emergiendo del mar de agua hirviente. Su
forma era entonces completamente firme y sólida, tenía tronco y miembros y la cabeza
comenzaba a formarse. Al agregarse el cuerpo de deseos, el hombre quedó bajo el
dominio de los Arcángeles. De nuevo nos encontramos con otra anomalía aparente,
porque los Arcángeles, eran la humanidad del Período Solar, en cuyo período nació el
cuerpo vital, cuando el hombre no tenía cuerpo de deseos todavía, pero la dificultad se
desvanece, si recordamos que cada uno de nuestros cuerpos no es más que la sombra
de uno de los aspectos del Espíritu, según se indicó anteriormente y que dichos vehículos
no son donación de esas jerarquías. Éstas son simples auxiliares del hombre en la
construcción de los vehículos, debido a su preparación especial. Así que los Arcángeles
son los colaboradores en nuestros cuerpos de deseos, pues se hicieron expertos en la
construcción y empleo de dichos vehículos cuando eran humanos en el Período Solar,
porque entonces construyeron sus cuerpos más densos con "materia de deseos", así
como ahora nosotros estamos construyendo nuestros cuerpos más densos con materia
química.
Los Arcángeles son el soporte principal del Espíritu-Grupo animal, porque los actuales
animales comenzaron como minerales en el Período Solar. En la Época Lemúrica, el
hombre era como aquéllos son ahora: el Espíritu estaba fuera del cuerpo que tenía que
guiar, pero todos los cuerpos humanos fueron impregnados con el germen de la
individualidad o personalidad separada que se explicará ahora, así que no eran tan
fáciles de guiar como los animales del presente, pues el espíritu separado de cada animal
está aún inconsciente. El deseo predominaba y necesitaba un yugo muy vigoroso, lo que
se le facilitó a unos cuantos de los más tratables entre la naciente humanidad de la Época
Lemúrica, y esos se convirtieron a su tiempo en instructores de los demás, pero la
mayoría no quedó animada así.
En la cuarta o Época Atlante comenzó el verdadero trabajo del Período Terrestre. El triple
Espíritu estaba destinado a entrar en el triple cuerpo, convirtiéndose en un Espíritu
interno, para que obtuviera pleno dominio de sus vehículos, pero faltaba el eslabón de la
mente, y éste lo debemos a los Señores de la Mente, quiénes habían ya impregnado los
cuerpos con el sentimiento de personalidad separada, el que se sobrepuso al primitivo
sentimiento de solidaridad con todo, lo que permitió que cada individuo obtuviera
experiencias individuales de condiciones semejantes.
Los Señores de la Mente alcanzaron el estado humano en el Período de Saturno.
No
eran "dioses" llegados allí de alguna evolución anterior, como los Querubines y Serafines,
y de ahí que las tradiciones orientales los llamen "A-suras". "no dioses" y que la Biblia los
denomine "Poderes de las Tinieblas"; parcialmente porque venían del tenebroso período
de Saturno, y parcialmente porque los considera malos. San Pablo habla del deber que
tenemos de luchar contra ellos.
San Pablo tiene razón, pero es necesario comprender que no hay nada absolutamente
malo y que en los tiempos pasados fueron los benefactores del hombre. El mal no es más
que el bien fuera de lugar o no desarrollado. Por ejemplo, supóngase un experto
constructor de órganos que haya hecho uno de ellos su obra maestra. Entonces él es la
encarnación de lo bueno. Pero si él no conoce la música e insistiera en ocupar el puesto
del profesor que ha de tocarlo sería malo.
Cuando los Señores de la Mente eran humanos en el Período de Saturno y la Tierra
estaba compuesta de substancia de la Región del Pensamiento Concreto, nosotros
comenzamos nuestra evolución como minerales, y los Señores de la Mente aprendieron a
construir sus cuerpos más densos con esos minerales, así como ahora estamos
aprendiendo nosotros a construir nuestros cuerpos con los minerales actuales. De esa
manera, se hicieron expertos en el empleo de esa "materia mental", estableciendo por
consiguiente una relación extaordinariamente íntima con nosotros.
Entonces, cuando llegó el tiempo en que el triple cuerpo estaba pronto para permitir que
el Espíritu entrara en él, el hombre necesitó un eslabón entre el espíritu y el cuerpo. Pero
eso no podían darlo los dioses. Hubiera sido demasiado grande. Los Arcángeles y los
Ángeles no podían crear todavía, pero los Señores de la Mente, habían llegado ya al
tercer período más allá de aquél en el que eran humanos, aquí en la Tierra, y se
convirtieron en Inteligencias Creadoras, así que naturalmente hicieron un alto en su
camino e irradiaron de sí la substancia de, que está formada nuestra mente.
Viniendo de donde viene, nuestra mente, es por supuesto separativa y se rebela y
resiente contra la autoridad. Tenía que ser el instrumento del Espíritu infante para
gobernar a su triple cuerpo; un yugo para el deseo exuberante. Pero la mente es muy
tirana y es más difícil de ser subyugada que un caballo salvaje; le agrada más dominar a
la inferior que obedecer a lo superior, y añadió astucia al deseo, y de ahí que las
pasiones predominaran entre los Atlantes. La raza degeneró y se hizo necesario crear
una nueva bajo condiciones también nuevas.
Entretanto la atmósfera ardiente y vaporosa de la Lemuria fue enfriándose y
condensándose en una neblina espesa hasta los tiempos de la Atlántida. Allí vivieron los
"Nibelungos", los "hijos de la niebla". Ellos fueron los Atlantes. Entonces "Dios" ordenó
que "las aguas se juntaran en un lugar y que apareciera la tierra seca". La niebla se fue
condensando gradualmente inundando los valles de la Atlántida, pereciendo así esa raza
perversa, salvo unos cuantos que eran el "pueblo elegido", elegido para formar el núcleo
de la actual raza Aria, para que heredaran la tierra prometida la Tierra tal como está
ahora constituida. Estos pocos se salvaron según se relata en la historia de Noé y de
Moisés, quiénes guiaron al pueblo de Dios desde Egipto (la Atlántida) a través del Mar
Rojo (las inundaciones de la Atlántida), donde Faraón (el malvado rey de esa raza)
pereció con todo su ejército.
Las jerarquías espirituales se vieron seriamente obstaculizadas en sus esfuerzos para
ayudar al hombre desde que el hombre recibió la luz de la mente y desde que se abrió su
entendimiento. Entonces tomó asuntos en sus manos de los que no tenía conocímiento
real alguno. La propagación, por ejemplo; y el resultado de esto fue que como ignoraba
las leyes cósmicas que la regían, el parto se hizo doloroso y la muerte se convirtió en la
experiencia más frecuente y desagradable. Por consiguiente, se hizo necesario tomar
prontas medidas para dominar la naturaleza inferior. Y esto lo hizo Jehová, el iniciado
más elevado del Período Lunar, regente de los Ángeles, siendo ayudado en sus
esfuerzos por los Arcángeles que son los Espíritus de Razas. (Daniel 12: l).
ehová ayudó al hombre a dominar la mente y el cuerpo de deseos, dándole leyes y
decretando castigos para los transgresores. Y se puso el temor de Dios frente a los
deseos de la carne. De esta manera se manifestó el pecado en el mundo.
Los Arcángeles, como Espíritus de Razas, luchaban a favor o en contra de una nación,
para castigar a la que había pecado, por medio de otro grupo. (Daniel 10:20).
Los Ángeles eran los que llenaban o vaciaban de trigo los graneros, los que hacían
producir buenas o malas cosechas, los que multiplicaban o hacían estéril a la familia,
según fuera necesario premiar la obediencia a la ley impuesta por el Jefe de los Espíritus
de Razas, Jehová, o castigar, por haber violado la ley: Confucianismo, Taoismo,
Budismo, Judaísmo, etc. florecieron y obraron sobre el cuerpo de deseos como
Religiones del Espíritu Santo. Jehová ayudó al hombre a subyugar el cuerpo de deseos
pues éste se obtuvo en el Período Lunar.
Pero la Ley produce el pecado; es separatista, y además el hombre. tiene que aprender a
hacer el bien sin tener necesidad del factor miedo. Por lo tanto, Cristo, el más elevado
Iniciado del Período Solar, vino para enseñar la Religión del Hijo, que obra sobre el
cuerpo vital, que se obtuvo en el Período Solar. Él enseñó que el amor es superior a
todas las leyes. El amor perfecto arroja al miedo y emancipa a la humanidad de la raza,
de la casta o de la nación, y la llevará a la Fraternidad Universal, la que será un hecho
cuando se viva el Cristianismo.
Cuando el Cristianismo haya espiritualizado plenamente al cuerpo vital, llevándolo a un
grado más elevado aún, entonces vendrá la Religión del Padre, quién, como es el
Iniciado más elevado del Período de Saturno, ayudará al hombre a espiritualizar su
cuerpo denso, que se originó en el Período de Saturno. Entonces se trascenderá hasta la
fraternidad; ya no habrá más ni yo ni tu. porque todos seremos conscientemente.
Uno en
Dios, y el hombre se habrá emancipado del auxilio de los Ángeles, Arcángeles y Poderes
superiores.
***
del libro "Cristianismo Rosacruz", de Max Heindel
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