CONTEMPLACIÓN
En la contemplación no se necesita imaginar o pensar para conseguir la información deseada, como en la meditación. Aquélla consiste simplemente en mantener el objeto ante la visión mental y dejar que el alma de aquél nos hable. Reposamos tranquilamente sobre el lecho -no negativamente, sino perfectamente alerta- esperando la información que vendrá con toda seguridad si hemos ya alcanzado el debido grado de desenvolvimiento. Entonces la Forma del objeto parece desvanecerse y vemos únicamente a la Vida en trabajo. La contemplación nos enseñará todo lo referente al aspecto vital, así como la meditación nos enseñó lo referente a la forma.Cuando llegamos a este estado y tenemos ante nosotros por ejemplo a un árbol del bosque, perdemos de vista a la forma por completo y sólo vemos la Vida, que en ese caso es un espíritu-grupo. Nos encontraremos entonces, para nuestro asombro, con que el espíritu-grupo del árbol comprende también a los diversos insectos que de él se alimentan; que el parásito y su presa son emanaciones del mismo espíritu-grupo, porque cuanto más ascendemos en los dominios de lo invisible, hay menos formas separadas y distintas, y la Vida Una predomina más completamente, imprimiendo sobre el investigador el hecho supremo, de que no hay sino Una vida -la Vida Universal de Dios, en Quien en realidad "vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser"-. Los minerales, las plantas, los animales y el hombre -todos sin excepción- son manifestaciones de Dios, y este hecho suministra las bases de la Fraternidad, una fraternidad que lo incluye todo, desde el átomo hasta el Sol, porque todos son emanaciones de Dios. El concepto de fraternidad que se basa sobre otra fundación cualquiera, tal como las distinciones de clases, afinidades de raza, ocupación similar, etc., fracasarían, porque el ocultista comprende claramente que la Vida Universal fluye en todo lo que existe.
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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel
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