humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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domingo, 8 de abril de 2012

LOS ÁNGELES GUARDIANES




LOS ÁNGELES GUARDIANES

Durante las primeras Epocas y Períodos, las grandes Jerarquías trabajaron sobre la humanidad conforme ésta evolucionaba inconscientemente. Había entonces únicamente una conciencia común a todos los seres humanos; un espíritu-grupo para toda la humanidad, por así decirlo.

En la Epoca Lemúrica se dio un nuevo paso. Los cuerpos se habían formado definidamente, pero debían tener sangre roja, caliente, antes de que pudieran tener un alma y convertirse en templos de espíritus internos.

La Naturaleza nunca procede súbitamente. Nos equivocaríamos si imagináramos que un simple aliento soplado en la nariz pudiera introducir un alma y galvanizar el cuerpo, convirtiéndose en un ser sensible y pensante.

El espíritu individual era muy débil e impotente y completamente incapaz de guiar su vehículo denso. Y en ese respecto no es aun muy fuerte. Para cualquier observador calificado es evidente que el cuerpo de deseos guía a la personalidad mucho más que el espíritu, aun en nuestro estado de desenvolvimiento. Pero a mediados de la Epoca Lemúrica, cuando la personalidad inferior -el triple cuerpo- debía contener el Ego, éste último, abandonado a sí mismo, hubiera sido completamente impotente para guiar su instrumento.

Por lo tanto, era necesario que alguien mucho más evolucionado ayudara al espíritu individual y gradualmente le prepara el camino para la unión completa con sus instrumentos. Era algo análogo a lo que sucede con una nueva nación, sobre la cual, hasta que se haga capaz de crearse un gobierno estable por sí misma, estará bajo el protectorado de una nación más poderosa, resguardándola de los peligros exteriores, así como de las disensiones internas. Un protectorado semejante fue ejercido sobre la humanidad naciente por un Espíritu de la Raza, y es ejercido sobre los animales por el Espíritu-Grupo, en una forma un tanto diferente.

Jehová es el más elevado. El es el Dios de Raza, por así decirlo, teniendo dominio sobre todas las Formas. El es el legislador en Jefe y el Poder más elevado en el mantenimiento de la forma y en el ejercicio de un gobierno ordenado sobre ella. Los Arcángeles son los Espíritus de Raza, teniendo cada uno de ellos dominio sobre cierto grupo de gente o pueblo. También tienen dominio sobre los animales, mientras que los Angeles lo tienen sobre las plantas.

Los Arcángeles tienen dominio sobre las razas o grupos de pueblos o personas y también sobre los animales, porque esos dos reinos tienen cuerpos de deseos, y los Arcángeles son arquitectos prácticos de la materia de deseos, debido a que en el Período Solar el globo más denso estaba compuesto de ese material, y la humanidad de ese Período, que son ahora los Arcángeles, aprendió a construir sus vehículos más densos de materia de deseos, así como nosotros estamos aprendiendo ahora a construir nuestros cuerpos con los elementos químicos que componen nuestro globo terrestre. Así que, podemos comprender perfectamente que los Arcángeles están calificados especialmente para ayudar a oleadas de vidas posteriores, a través del estado en que ellos aprenden a construir y dominar un cuerpo de deseos.

Por razones análogas los Angeles obran en los cuerpos vitales del hombre, de los animales y de las plantas. Sus cuerpos más densos están formados por el éter, pues de él estaba compuesto el Globo D del Período Lunar cuando ellos eran humanos.

Jehová y sus Arcángeles juegan, por lo tanto, un papel semejante respecto a las razas como el espíritu-grupo con los animales. Cuando los miembros individuales de una raza han desarrollado completamente el dominio y gobierno de sí mismos, se emancipan de la influencia de los Espíritus de la Raza y seres afines.

Como hemos visto, el punto de adherencia del espíritu-grupo, como el de cualquier Ego, está en la sangre del cuerpo denso. El texto masorético muestra que el autor del Levíticus poseía ese conocimiento. En el versículo décimocuarto del capítulo decimoséptimo se prohíbe a los judíos comer sangre, porque "... el alma de toda carne está en la sangre..."; y en el versículo undécimo del mismo capítulo encontramos estas palabras: "...porque el alma de la carne está en la sangre..., la misma es el mediador del alma", lo que indica que esto se aplica al hombre y a la bestia, porque la palabra empleada aquí en hebreo es neshamah, que significa "alma", no "vida", como se traduce en la versión del Rey Jaime.

El Ego trabaja directamente por la sangre. Los Espíritus de Raza guían a las razas obrando sobre la sangre, así como el espíritu-grupo dirige a los animales de su especie por medio de la sangre. Y así también gobierna el Ego su vehículo, pero con una diferencia.

El Ego opera por medio del calor de la sangre, mientras que el Espíritu de Raza (esto es, de la tribu o familia) obra por medio del aire, conforme éste penetra en los pulmones. Esta es la razón del por qué Jehová o sus Mensajeros "soplaron su aliento en la nariz del hombre", asegurando así la admisión del Espíritu de Raza, de los Espíritus de la Comunidad, etc.

Las diferentes clases de Espíritus de Raza guiaron a sus pueblos a los varios climas y diversas partes de la Tierra. El clarividente ve al Espíritu de la Tribu como una nube que envuelve y compenetra toda la atmósfera de la tierra, habitada por el pueblo que está bajo su dominio. De esta suerte se producen los diferentes pueblos y naciones, San Pablo habla del "Príncipe del Poder del Aire"; de "principalidades y poderes", etc.; demostrando así que conocía a los Espíritus de las Razas, pero ni aun ahora se trata de comprender lo que ellos significan, aunque se sienta su influencia muy fuertemente. El patriotismo es uno de los sentimientos emanados de Ellos. Y ya no tiene tanto poder como antes sobre el pueblo. Hay ya algunos que se van liberando del Espíritu de la Raza, y pueden decir con Tomás Paine: "El mundo es mi patria". Hay algunos que no pueden abandonar a su padre y a su madre y mirar a todos los hombres como hermanos. Se están liberando del Espíritu de Familia, o Casta, que es, diferente del Espíritu de Raza, una entidad etérica. Otros, que aún están profundamente sumergidos en la influencia del Espíritu de Raza o de Familia, sufrirán la más terrible depresión si abandonan su hogar o país y respiran el aire de otro Espíritu de Raza o Familia.

Cuando el Espíritu de Raza entró en los cuerpos humanos del Ego individualizado, comenzó a ejercer un ligero dominio sobre sus vehículos. Cada entidad humana se fue haciendo más y más consciente de ser una entidad separada y distinta de cualquier otro hombre, aunque durante edades no pensara en sí mismo primariamente como un individuo, sino como perteneciente a un a tribu o familia. El sufijo "son"1 de muchos apellidos de ahora es un resto de ese sentimiento. Un hombre no era simplemente "Juan" o "Jaime", sino que era Juan Robertson o Jaime Williamson. En algunos países la mujer no era "Mary" o "Martha", sino Mary Marthasdaughter o Marta Marysdaugbhter2. Esta costumbre se

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1"Son" en inglés significa "hijo". (N. del T.). 2"Daughter" significa "hija". Id.

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continuó en algunos países de Europa desde unas cuantas generaciones hasta ahora, y el sufijo "son" permanece todavía con nosotros y el nombre de familia es aún muy venerado.

Entre los Judíos, aun en tiempo de Cristo, el Espíritu de Raza era más fuerte que el espíritu individual. Cada judío pensaba de sí mismo primeramente como perteneciente a cierta tribu o familia. Su mayor honra era ser "la simiente de Abraham". Todo esto era la obra del Espíritu de la Raza.

Anteriormente al advenimiento de Jehová, cuando la Tierra era todavía parte del Sol, había un espíritu-grupo común, compuesto por todas las Jerarquías creadoras, que gobernaba a toda la familia humana; pero como se quería que cada cuerpo fuera el templo y el instrumento flexible y adaptable de un espíritu interno, ello significaba una división infinita de guiadores.

Jehová vino con sus Angeles y Arcángeles e hizo la primera gran división en Razas, dando a cada grupo, como guía, la influencia de un Espíritu de Raza, un Arcángel. Y destinó para cada Ego un Angel para que actuara como guardián hasta que el espíritu individual fuera suficientemente fuerte para emanciparse de toda influencia externa.

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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