LA CAÍDA DEL HOMBRE
Relacionado con el análisis del Génesis, podemos agregar algunas palabras más sobre "La Caída", que es la base del Cristianismo popular. si no hubiera habido caída alguna, no hubiera hecho falta ningún "plan de salvación".
Cuando a mediados de la Epoca Lemúrica, se efectuó la separación de los sexos (en lo que trabajaron Jehová y los Angeles), el Ego comenzó a obrar ligeramente en su cuerpo denso, creando órganos internos. El hombre no tenía en aquel entonces la plena conciencia de vigilia que hoy posee, pero por medio de la mitad de la fuerza sexual construyó el cerebro para la expresión de su pensamiento, en la forma ya indicada. Estaba más despierto en el Mundo Espiritual que en el físico; apenas podía ver su cuerpo y estaba inconsciente del acto de la propagación. La afirmación de la Biblia de que Jehová durmió al hombre en ese acto, es correcta.
No había dolor ni perturbación alguna relacionada con el parto; ni (debido a su conciencia tan obscura de su alrededor físico) se enteraba de la pérdida de su cuerpo denso al morir, o de su nueva instalación en otro cuerpo denso al renacer.
Debe recordarse que los Espíritus Luciferes eran una parte de la humanidad del Período Lunar; eran los rezagados de la oleada de vida de los Angeles, demasiado avanzados para tomar un cuerpo denso físico, pero que, sin embargo, necesitaban un "órgano" para la adquisición del conocimiento. Además, ellos podían trabajar a través de un cerebro físico, cosa que los Angeles o Jehová no podían hacer.
Esos espíritus entraron en la columna espinal y en el cerebro y hablaron a la mujer, cuya imaginación, según se explicó ya, había sido despertada por las prácticas de la Raza Lemúrica. Como su conciencia era principalmente interna, pictórica, la mujer vio a aquellos espíritus como serpientes, porque habían entrado en su cerebro por medio de la médula espinal serpentina.
El entretenimiento de la mujer incluía la asistencia y observación de las peligrosas peleas y hechos de los hombres que se ejercitaban en desarrollar la Voluntad, en cuyas luchas, muy a menudo, morían los cuerpos. La obscura conciencia de algo extraño hacía que la mujer se admirara al ver esas cosas tan raras. Estaba consciente de los espíritus que habían perdido sus cuerpos, pero su percepción imperfecta del Mundo Físico no le permitía revelar a los amigos que sus cuerpos físicos habían sido destruidos.
Los Espíritus Luciferes resolvieron el problema para ella (la mujer), "abriéndole los ojos". Le revelaron a ella su propio cuerpo y el del hombre, y le enseñaron cómo podía conquistar la muerte creando nuevos cuerpos. De suerte que la muerte no podía con ellos porque, como Jehová, tenían el poder de crear a voluntad.
Lucifer abrió los ojos de la mujer. Ella vio y ayudó entonces al hombre a abrir los suyos. De esta manera, en una forma real, si bien confusa, empezaron a "conocer" o a percibirse unos a otros y también al Mundo Físico. Se hicieron conscientes de la muerte y del dolor, y mediante este conocimiento aprendieron a diferenciar entre el hombre interno y el ropaje externo que lleva y que renueva cada vez que es necesario dar un nuevo paso en la evolución. Entonces la pareja cesó de ser autómata, y se convirtió en seres que podían pensar libremente a costa de su inmunidad de dolores, enfermedades y muerte.El que la interpretación de comer el fruto como símbolo del acto generativo no es una idea absurda queda demostrado por la declaración de Jehová (que no es un capricho, sino la simple declaración de las consecuencias que produciría el acto) de que morirían y de que la mujer pariría con dolor y sufrimiento. El sabía que como la atención del hombre se había fijado ahora en su ropaje físico, percibiría la muerte.
Y también sabía que el hombre no tenía aún sabiduría para refrenar sus pasiones y para regular el comercio sexual por las posiciones de los planetas y, en consecuencia, el parto deba producirse con dolor, debido a ese abuso ignorante de la función.
Ha sido siempre un jeroglífico para los comentadores de la Biblia cómo podía relacionarse el comer una fruta con el nacimiento de un niño, pero si comprendemos que el comer la fruta es símbolo del acto generativo, por el cual el hombre se convierte en algo semejante a Dios, en tanto que conoce su clase y se capacita así para generar nuevos seres, la solución es bien fácil.
En la última parte de la Epoca Lemúrica, cuando el hombre se arrogó la prerrogativa de realizar el acto generador cuando quisiera, su entonces poderosa voluntad fue la que le permitió realizarlo. "Comiendo del árbol del conocimiento" en todo tiempo, fue como se capacitó para crear un nuevo cuerpo cada vez que había perdido su antiguo vehículo.
Consideramos generalmente la muerte como algo temible. Si el hombre hubiera también "comido del árbol de la vida" habría aprendido el secreto de vitalizar perpetuamente su cuerpo, lo que hubiera sido peor aún. Sabemos que nuestros cuerpos no son perfectos hoy en día, y en esos tiempos antiquísimos esos cuerpos eran extremadamente imperfectos. Por lo tanto, el que las Jerarquías creadoras impidieron al hombre "comer del árbol de la vida" también impidiéndole así renovar su cuerpo vital, estaba bien fundado. De hacerlo se habría hecho inmortal, ciertamente, pero no hubiera nunca podido progresar. La evolución del Ego depende de la de sus vehículos, y si no hubiera podido obtener nuevos y más perfectos vehículos por medio de las sucesivas muertes y renacimientos, se hubiera estancado. En una máxima oculta, que cuanto más a menudo morimos mejor podemos vivir, porque cada nacimiento nos proporciona una oportunidad nueva.
Hemos visto que el conocimiento cerebral, con su egoísmo concomitante, lo obtuvo el hombre a costa de su poder de crear él solo. Adquirió su voluntad libre a costa del dolor y de la muerte; pero cuando el hombre aprenda a emplear su inteligencia para el bien de la humanidad, adquirirá poder sobre la vida y, además, será guiado por un conocimiento innato muy superior a la actual conciencia cerebral, tan superior a ésta como la conciencia actual a la conciencia animal.
La caída en la generación fue necesaria para construir el cerebro, pero ésa es, a lo sumo, únicamente una forma indirecta de
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Diagrama 13: Principio y Fin de los Sexes
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adquirir conocimiento, y será sucedida por el contacto directo con la Sabiduría de la Naturaleza, la que el hombre, sin cooperación alguna, podrá utilizar para la generación de nuevos cuerpos. La laringe hablará nuevamente "la Palabra perdida" el "Fiat creador", la que, bajo la dirección de los grandes Instructores, fue empleada por los antiguos lemures para la creación de los vegetales y animales.El hombre será entonces un creador en verdad. No en la forma relativa y convencional del presente, sino que por el empleo de la palabra apropiada o fórmula mágica es como podrá crear un nuevo cuerpo.Todo cuanto se manifestó durante el período descendente de la involución subsiste hasta que se alcanza el punto correspondiente del arco descendente. Los actuales órganos de generación degenerarán y se atrofiarán. Los órganos femeninos fueron los primeros en existir como unidad separada y, de acuerdo con la ley de que "los últimos serán los primeros" y de que los "primeros serán los últimos", serán los últimos en atrofiarse. Los órganos masculinos comenzaron a diferenciarse después, y aún ahora ya comienzan a dividirse del cuerpo. El diagrama 13 ilustrará este punto.
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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel
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