El Ascendente
El Ascendente es el lugar de la Luna en el momento de la concepción, es decir que
cuando el átomo simiente fue colocado en el óvulo, la Luna, agente de la fecundación,
proyectaba su rayo a través del signo y grado que después salen en el momento del
nacimiento (o su opuesto).
Astrológicamente, con la inhalación de la primera respiración (y no exactamente el
momento de dar a luz) es cuando el Ego recibe su bautismo estelar imprimiéndole la
configuración de estrellas más apropiada para cumplir el destino auto-generado de cada
individuo en particular.
El Ascendente representa la imagen de la personalidad que los demás ven y a
menudo advierten como una primera impresión, lo cuál no significa que esta imagen sea un
retrato exacto de nuestra personalidad total. Representa el modo en que nos fundimos
activamente con la vida en el mundo externo de manera pura y espontánea. Indica nuestro
temperamento.
Según su elemento revela la cualidad de corriente energética que vitaliza directamente
al cuerpo físico y de esta manera revela si hay una marcada conductividad (representada por
los signos de Aire y Fuego) o una fuerte resistencia (Agua o Tierra). Esta correlación explica
porque los tránsitos al Ascendente afectan tanto nuestra vitalidad, apariencia y estado de
salud.
Los signos de Tierra saliendo dan una gran vitalidad pero un miedo secreto a la
enfermedad retarda el proceso vital en el cuerpo y lo envenena, de tal forma que estas
personas se hacen víctimas de enfermedades crónicas más fácilmente que los otros. La
garganta, el estómago e intestinos están especialmente afectados y el reuma y la gota se
experimentan con frecuencia.
Los signos de Agua saliendo predisponen a las afecciones de la digestión de la orina y
catarros. Si una persona tiene muchos planetas en signos de agua su problema es generar
energía para tener calor propio, excepto cuando Escorpio está saliendo o cuando hay muchos
otros planetas en éste signo.
Los signos de Aire saliendo dan un temperamento nervioso y hacen a la persona
propensa a los desórdenes del corazón, pulmones y riñones.
Un signo de Fuego en el Ascendente da mucha vitalidad pero también hace propensas
a las personas a las fiebres y desórdenes inflamatorios y cuando la mayoría de los planetas
están en signos de Fuego es difícil para la persona mantener la serenidad tanto física como
mentalmente.
Nuestro cuerpo físico constituye a su vez parte de nuestro medioambiente físico y si
entendemos que todo contacto con el mundo externo se filtra a través de la armonización del
Ascendente, comprenderemos porque el Ascendente pone al medioambiente total en la
existencia para cada uno de nosotros.
Representa una dimensión de nuestra naturaleza que algunos correlacionan con el
Ego y aunque no podemos efectuar una correspondencia directa entre el Ascendente y el
Ego, puede decirse que sí representa una dimensión importante del Ego. Cuando nos
amenazan tendemos a retirarnos de la forma de expresión mostrada por el Ascendente al más
seguro centro de la personalidad que está representado por el Sol o a reafirmarnos en las
cualidades del Ascendente a fin de afianzar nuestra individualidad y asegurar nuestra
supervivencia. El Ascendente siempre es la manera de expresar nuestra individualidad y en
este sentido también nuestro Ego lo cual no significa necesariamente una cualidad negativa a
menos que seamos abiertamente compulsivos al respecto.
El signo en que tenemos el Sol muestra como entendemos y asimilamos la
experiencia. El Ascendente revela el modo en que creemos que somos singularmente
nosotros mismos y el punto más elevado de armonización y acción espontánea y consciente.
La individualidad de uno está en el Sol pero cuando se va a expresar lo va a hacer por
los canales del Ascendente.
Los aspectos de los planetas al Ascendente influyen en nuestro carácter y
temperamento y muestran como nos expresamos en el mundo externo de manera más fácil y
natural (representado por los aspectos armónicos: trígonos, sextiles y algunas conjunciones) o
con algún grado de tensión, inhibición o ambición extremadamente fuertes (representado por
los aspectos inarmónicos: oposiciones, cuadraturas), es decir que la imagen del Ascendente
puede revelar también cualidades personales que están claramente en pugna con nuestras
orientaciones más íntimas.
Las oposiciones con el Ascendente (aspectos de 180°) revelan en algunos casos una
división interior del individuo, un estado del ser en que la persona soporta una tensión casi
constante puesto que hay fuertes deseos de modalidades de actividad, que de muchos modos
son completamente opuestas. Esta tensión interior puede generar gran energía y manifestarse
como un tipo complejo de conciencia. Con frecuencia la persona alternará entre las dos
orientaciones de vida durante una cantidad de años. A menudo la Luna progresada o Saturno
y Júpiter en tránsito producen un lado u el otro de la naturaleza de la persona.
La cuadratura con respecto al Ascendente (aspecto de 90°) es a menudo símbolo de
una cualidad del medioambiente distinto de la persona que habitualmente se manifestó como
un tipo de opresión o inhibición. Hay dos tipos de cuadratura con el Ascendente que pueden
clasificarse de la siguiente manera:
· el tipo de cuadratura de la casa 4 indica a menudo pautas emocionales que nos
retraen de alcanzar la espontaneidad de expresión mostrada por el Ascendente.
· la cuadratura de la casa 10 revela fuerzas que dentro de nosotros nos empujan
hacia delante rumbo a algún logro o reconocimiento, como una presión
insólitamente fuerte.
El Sextil (aspecto de 60°) con el Ascendente muestra que la energía del planeta en
cuestión puede ponerse en actividad muy suavemente, una vez que tuvo lugar un período de
aprendizaje, aunque haya que hacer algún pequeño ajuste antes de que esa dimensión de la
experiencia se integre a pleno con la energía del Ascendente, pero el período de transición es
habitualmente rápido y estimulante.
Las conjunciones (aspecto de 0° con 6° de orbe) y los trígonos (aspecto de 120°) con
el Ascendente deben tratarse juntos debido a su participación en un fenómeno astrológico
importante que es el triángulo formado por las casas de fuego, que representa una corriente
de energía que en muchos casos linda con lo trascendente, pues marca una gran
espiritualidad. Si se tiene a Marte en conjunción o en trígono con el Ascendente puede ser un
líder natural y caracterizarse por un cierto grado de valentía y también incluso por cierta
conducta ruda. Quien tiene a Saturno en una posición parecida puede caracterizarse por su
sentido de practicidad, por una capacidad para las buenas ocasiones y la expresión de una
sabiduría que está más allá de la edad que tiene. Todo planeta que esté situado en el
triángulo de fuego, es probable que ejerza una poderosa impresión en la orientación que el
individuo tiene hacia la vida. Los signos en las cúspides de las casas de fuego así como los
planetas situados en esas casas, y en particular aquellos que tienen aspectos con el
Ascendente, significan cualidades dominantes en la actitud total del individuo hacia la vida.
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Curso de Astrología básico Página: 73 - Fraternidad Rosacruz Max Heindel del Uruguay
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