humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

*
del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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lunes, 28 de diciembre de 2009

¿Cómo reconoceremos a Cristo en su Venida?


Informe taquigráfico de una conferencia realizada en el Centro de
Estudios de Los Ángeles, F. Rx., mayo 18, 1913, por Max Heindel.
Hay un imagen en mi mente que descansa allí por años; aparece y
desaparece, mas cuando me hago tiempo de mis ocupaciones diarias para
mirar hacia mi interior y observar en ese recinto, este cuadro reaparece.
Déjenme pintarlo para vosotros.
Síganme hacia atrás en el tiempo cerca de dos mil años. La escena
está en Palestina, las colinas están descubiertas; hay un pequeño grupo de
hombres, y cada rostro en ese grupo denota tristeza. Están acongojados
por Aquel, de quien pensaron que había venido a hacer grandes cosas,
mas Aquel les sería arrebatado por manos despiadadas. Sentían que sus
vidas serían destruidas como las de Aquel; ¿acaso este sería el final?. Éste
era un acontecimiento que estaba muy cerca de sus corazones. Él los
había llamado amigos. Él había dicho, "vosotros sois mis amigos," y ellos
sienten congoja por Él como la sienten por un amigo. Él también les había
dicho, "me iré y volveré de nuevo." y discutían ansiosamente cuándo
ocurriría ese advenimiento.
Ése era solo el principio, pero desde aquella vez éste ha sido un
tema del interés entre los que se llaman por Su Gracia, amigos del Cristo.
Ha sido un tema del profundo interés y de vital importancia para ellos:
¿cuándo regresará y cómo reconocerle a su venida?
Él les había dicho a sus seguidores en Palestina que muchos
vendrían a engañarlos; que si eran llamados a ir al desierto, o a este lugar
o a aquel lugar para buscarlo, no deberían ir. Él les había dicho que los
ángeles en el cielo no sabían el día en que Él volvería; ni siquiera el Hijo lo
sabía, solamente el Padre. Según lo dicho, discutían ansiosamente la
época aproximada del advenimiento y particularmente cómo podrían
reconocerlo positivamente en Su aspecto.
Los impostores – y han habido muchos desde entonces -- han
declarado ser el Cristo; algunos se engañan a sí mismos y otros creen ser
el gran y exaltado Maestro. Hay otros que intentan deliberada y
malévolamente usurpar su lugar. Por lo tanto la pregunta, ¿cómo
reconocerle?, es de un permanente interés .
Hace un año apareció en una revista inglesa un artículo titulado "Los
Heraldos Ocultos." En éste se presentó una sinopsis de las Enseñanzas de
los Misterios de Occidente, según aparece en el Concepto Rosacruz del
Cosmos y del Ocultismo de Oriente representado por una sociedad que
promulga esa doctrina. Se hicieron comparaciones entre los líderes de
ambas sociedades y sus obras. Se encontraron semejanzas pero también
el escritor con una observación aguda, notó qué los estudiantes que en
forma superficial estudian las enseñanzas de la escuela de sabidurías de
occidente no habían podido percibir la diferencia, vital e irreconciliable,
entre las dos enseñanzas con respecto a Cristo y su retorno. Fue
demostrado que según la enseñanza de la Escuela Oriental, Cristo y Buda
eran hombres con vidas ordinarias, mientras que en la Escuela de los
Misterios de Occidente, se afirma enfáticamente que el Cristo es un
Jerarca Divino que no pertenece a nuestra evolución, quién “vino por
nosotros, los hombres" y quien alguna vez ocupó un cuerpo denso. Él
nunca aparecerá en un vehículo físico otra vez.

Dado que esta es una de las diferencias cardinales entre la Sabiduría
de Occidente y la Enseñanza de Oriente con respecto a uno de los
problemas más importantes de estos tiempos, resulta de vital importancia
que todos los estudiantes de la Escuela de Sabiduría de Occidente puedan
entender a fondo este tema.
Para sistematizar nuestro discurso, lo dividiremos en cuatro partes,
cada una dedicada a considerar una pregunta que tenga relación con el
tema:

Esto hará más fácil para que capten la idea aquellos que no tengan
los estudios de la Escuela de Sabiduría Occidental.
del libro "Temas Rosacruces I" de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel

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