humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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jueves, 12 de enero de 2012

REGIÓN QUÍMICA DEL MUNDO FÍSICO



REGIÓN QUÍMICA DEL MUNDO FÍSICO



En la Doctrina Rosacruz el universo se divide en siete mundos o estados de materia diferentes, como sigue:

1 - El Mundo de Dios.

2 - El Mundo de los Espíritus Virginales.

3 - El Mundo del Espíritu Divino.

4 - El Mundo del Espíritu de Vida.

5 - El Mundo del Pensamiento.

6 - El Mundo del Deseo.

7 - El Mundo Físico.


Esta división no es arbitraria, sino necesaria, porque la substancia de cada uno de esos mundos está sujeta a leyes que prácticamente no obran en los otros. Por ejemplo: En el Mundo Físico, la materia está sujeta a la gravedad, contracción y dilatación. En el Mundo del Deseo no existe ni frío ni calor, y los cuerpos ascienden o descienden con toda facilidad. La distancia y el tiempo son también factores predominantes en el Mundo Físico, mientras que casi no existen en el Mundo del Deseo.


La materia en estos mundos varía además en densidad, siendo el Mundo Físico el más denso de los siete. 


Cada mundo se subdivide en siete regiones o subdivisiones de la materia que lo compone. En el Mundo Físico, los sólidos, líquidos y gases forman las tres subdivisiones más densas, siendo las cuatro restantes, éteres de diversa densidad. En los otros mundos son necesarias subdivisiones similares, porque la materia de que se componen no es de densidad uniforme. 


Hay todavía dos distinciones más que hacer. Las tres subdivisiones densas del Mundo Físico - sólidos, líquidos y gases - constituyen lo que se llama la Región Química. La substancia de esta región es la base de todas las formas densas. 


El éter es también materia física. No es homogéneo, como dice la ciencia moderna, sino que existe en cuatro estados diferentes. Constituye el medio de acceso para el espíritu viviente, que imparte vitalidad a las formas de la Región Química. Las cuatro subdivisiones más sutiles o etéricas del Mundo Físico constituyen lo que se conoce como Región Etérica. 


En el Mundo del Pensamiento, las tres subdivisiones superiores son las bases del pensamiento abstracto y, por lo tanto, se llaman en conjunto la Región del Pensamiento Abstracto. Las cuatro subdivisiones más densas suministran la materia en la que se forman las ideas concretas y, por lo tanto, se denominan la Región del Pensamiento Concreto. 


El estudio cuidadoso que el ocultista presta a las características del Mundo Físico podría parecer superfluo si no mirara todas las cosas desde un punto de vista muy diferente al del materialista. El último solo reconoce tres estados de materia: sólido, líquido y gaseoso. Estos estados de materia son todos químicos porque derivan de los componentes de la Tierra. De esta materia química se han formado todos los cuerpos y formas, minerales, vegetales y animales, y, por lo tanto, esos cuerpos son tan químicos como las substancias que comúnmente se denominan así. Bien sea que consideremos la montaña o la nube que corona su cima, la savia de la planta o la sangre del animal, la telaraña, el ala de la mariposa o los huesos del elefante, el aire que respiramos o el agua que bebemos, todo está compuesto de las mismas substancias químicas. 


¿Qué es, pues, lo que determina la conformación de esta substancia básica en las múltiples variedades de cuerpos y formas que vemos en torno nuestro? 


Es el Espíritu Uno Universal, expresándose a Sí mismo, en el mundo invisible, como cuatro grandes corrientes de vida en varios grados de desarrollo. El cuádruple impulso espiritual moldea la materia química de la Tierra en la variedad de formas de los cuatro reinos: mineral, vegetal, animal y humano. Cuando una forma o cuerpo ha llenado su propósito como vehículo de expresión para las tres corrientes superiores de vida, las fuerzas químicas desintegran esa forma de manera que la materia pueda volver a su estado primordial, haciéndose así apta para la formación de nuevos cuerpos. El espíritu o vida que moldea la forma como medio de expresión es, por lo tanto, tan extraño al material que usa , como extraño y personalmente independiente es el carpintero de la casa que construye para ocuparla. 


Como que todas las formas minerales, vegetales, animales y humanas son químicas, deben ser, lógicamente, tan muertas y desprovistas de percepción como lo es la materia química en su estado primitivo, y los rosacruces afirman que en efecto es así. 


Algunos hombres de ciencia dicen que hay percepción en todo tejido, muerto o vivo , perteneciente a cualquiera de los cuatro reinos. Incluyen en ello las substancias ordinariamente clasificadas como minerales en su categoría, como objetos capaces de percepción; y para probar esta afirmación exponen diagramas con curvas de energía que han obtenido en sus experimentos. Otros investigadores dicen que no hay tal percepción, ni aún en el cuerpo humano, salvo en el cerebro, que es el asiento de la percepción. Afirman que es el cerebro y no el dedo el que sufre cuando este último es herido. Los hombres de ciencia están ,pues, divididos contra si mismos, en éste como en otros puntos. La afirmación de cada contendiente es parcialmente cierta. Depende de lo que se entienda por percepción o sentimiento. Si significamos con ello una simple respuesta a los choques o impactos, tales como el rebote de una pelota de goma arrojada contra el suelo, es correcto, por supuesto, el atribuir tal percepción o sentimiento al mineral, a la planta y a los tejidos animales; pero si queremos indicar placer y dolor, amor y odio, alegría y tristeza, sería absurdo atribuir tales cosas a las formas inferiores de la vida, a un tejido orgánico suelto, a los minerales en estado nativo o al cerebro, porque tales sentimientos son expresiones del espíritu inmortal consciente de sí mismo y el cerebro es únicamente el teclado del magnifico instrumento en el cual toca el espíritu humano la hermosa y admirable sinfonía de la vida, de la misma manera que el músico se expresa en su violín. 


Así como hay personas que son incapaces de comprender que deben existir mundos superiores, así también hay otros que habiéndose relacionado ligeramente con los reinos superiores adquieren el hábito de menospreciar este Mundo Físico. Tal actitud es tan errónea como la del materialista. Los grandes y sabios seres que ejecutan la voluntad y el designio de Dios nos colocaron en este Mundo Físico para que aprendiéramos grandes e importantísimas lecciones, lecciones que no pueden aprenderse bajo otras condiciones, y es deber nuestro el emplear nuestro conocimiento de los mundos superiores para aprender lo mejor posible las lecciones que este mundo material puede enseñarnos. 


En un sentido, el Mundo Físico es una especie de escuela modelo o un laboratorio de experimentación para enseñarnos a trabajar correctamente en los otros, conozcamos o no su existencia, lo que prueba la gran sabiduría de los creadores de ese plan. Si no conociéramos más que los mundos superiores, cometeríamos muchos errores, errores que solo se harían patentes cuando las condiciones físicas se manifestaran ante nuestros ojos. Para ilustrar esto, imaginemos el caso de un inventor pensando en una nueva máquina. Primero la construye mentalmente, y la ve completa en su imaginación, realizando perfectamente el trabajo para el que está destinada. Luego la dibuja, y al hacerlo, quizás encuentre que es necesario modificar algo. Cuando después de dibujarla ha quedado satisfecho y cree su idea viable, procede a construir su máquina con los materiales apropiados. 


Es casi seguro que habrá necesidad de nuevas modificaciones antes de que la máquina pueda realizar el trabajo requerido. Puede hasta ser necesario variarla totalmente, o comprobarse de que en su forma actual es completamente inútil; y entonces habría necesidad de hacer otros planos nuevos y mejores. Pero nótese esto, porque aquí esta lo importante: el nuevo plan se hará para eliminar los defectos de la máquina inútil primitiva. Si no se hubiera construido una máquina material que hiciera evidentes los defectos de la ideación o concepción mental, la segunda idea apropiada no se habría conocido. 


Esto se aplica igualmente a todas las condiciones de la vida, sociales, mercantiles o filantrópicas. Muchos proyectos parecen excelentes a los que los conciben, y muchos siguen pareciendo buenos después de llevarlos al papel; pero cuando se experimentan en el terreno de la práctica, también son muchos los que fracasan. Esto, sin embargo, no debe desanimarnos. Es muy cierto que "nosotros aprendemos más de nuestros errores que de nuestros éxitos" y la verdadera luz a través de la cual debemos contemplar el Mundo Físico es considerarlo como una valiosa escuela experimental, en la que aprendemos lecciones de la mayor importancia.

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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