PREPARATIVOS PARA EL RENACIMIENTO
Habiendo visto, pues, la necesidad del renacimiento repetido, consideremos ahora el método bajo el cual se cumple este propósito.
Antes de sumergirse en la materia el triple espíritu está desnudo, teniendo solamente las fuerzas de los cuatro átomos-simiente (que son el núcleo del triple cuerpo y de la mente). Su descenso es semejante al ponerse varios pares de guantes de creciente grosor, como se ilustró previamente. Las fuerzas de la mente de la última encarnación son despertadas de su estado latente en el átomo simiente. Este empieza entonces a atraer hacia sí materiales de la más elevada subdivisión de la Región del Pensamiento Concreto, de parecida manera a la que en el imán atrae hacia sí las limaduras de hierro.
Si pasamos un imán sobre un montón revuelto de limaduras de estaño, plata, oro, hierro, latón y otros metales, veremos que aquél selecciona únicamente las limaduras de hierro y que aún entre ellas no tomará más que las que pueda atraer con su fuerza. Su poder atrayente es de cierta clase y está limitado a cierta cantidad de esa clase. Y esto es igualmente cierto respecto al átomo simiente. Puede tomar, en cada Región, nada más que el material por el que tiene esta afinidad. De esta manera, el vehículo construido en torno de este núcleo es la exacta contraparte del correspondiente vehículo de la última encarnación, menos el mal que ha sido expurgado y más la quintaesencia de bien que ha sido incorporada al átomo simiente.
El material elegido por el triple espíritu se agrupa en forma de una gran campana, abierta en su base y con el átomo-simiente en la cúspide. Si concebimos esto espiritualmente podemos compararlo a una campana de buzo descendiendo aun mar compuesto de fluidos de creciente densidad. Estos fluidos corresponderían a las diferentes subdivisiones de cada mundo. La materia atraída a la contextura del cuerpo en forma de campana, lo hace más pesado y así va cayendo a la subdivisión inferior y toma de ésta el material apropiado. Entonces se hace aún más pesado y se sumerge más profundamente hasta que ha pasado a través de las cuatro subdivisiones de la Región del Pensamiento Concreto, y, entonces, se completa la forma de la nueva mente del hombre. Inmediatamente se despierta el átomo-simiente del cuerpo de deseos. Situase en la cúspide de la campana , por dentro. y los materiales de la séptima Región del Mundo del Deseo se agrupan en torno suyo hasta que se sumerge en la sexta región, adquiriendo allí materiales, y este proceso continúa hasta que alcanza la primera Región del Mundo del Deseo. La campana tiene ahora dos capas: la forma de la mente por fuera y la del nuevo cuerpo de deseos por dentro.
El átomo simiente del cuerpo vital se pone entonces en actividad, pero aquí el proceso de formación no es tan sencillo como en el caso de la mente y del cuerpo de deseos, porque debe recordarse que esos vehículos están comparativamente inorganizados, mientras que el cuerpo vital y el denso están más organizados y son muy complicados. El material en cantidad y calidad determinadas, es atraído de la misma manera y bajo la operación de la misma ley que en caso de los cuerpos superiores, pero la construcción del nuevo cuerpo y el colocarlo en el alrededor conveniente se hace por cuatro Grandes Seres de inconmensurable sabiduría, que son los Angeles Archiveros, los Señores del Destino. Ellos imprimen el éter reflector del cuerpo vital de tal manera, que las escenas de la vida que seguirán se reflejen en él. El cuerpo vital es construido por los habitantes del Mundo Celeste y por los espíritus elementales, de tal manera, que forme un tipo especial de cerebro. Pero nótese esto: El Ego reencarnante mismo, incorpora en él la quintaesencia de sus primitivos cuerpos vitales, y, además, hace un pequeño trabajo original. Esto tiene lugar para que en la vida venidera pueda haber sitio para la expresión individual original, expresión que no esté determinada por las acciones pasadas.
Es muy importante recordar ese hecho. Existe una gran tendencia a pensar que todo lo que ahora existe es el resultado de algo que existió previamente, pero si fuera éste el caso no habría margen para esfuerzos nuevos y originales que evocaran nuevas causas. La cadena de causas y efectos no es una repetición monótona. Hay un influjo continuo de causas nuevas y originales. Esa es la base real de la evolución, la única cosa que le da significado y la que la convierte en algo más que un simple desdoblamiento o desarrollo de cualidades latentes. Esto es Epigénesis, el libre albedrío que supone la libertad de inaugurar algo completamente nuevo, y no una simple elección entre dos cursos de acción. Este es el importante factor que sólo puede explicar el sistema al que pertenecemos de manera satisfactoria. Involución y Evolución en sí mismas son insuficientes; pero acopladas con la Epigénesis se tiene una triada completa que proporciona también una explicación completa.
El destino de un individuo generado bajo la ley de consecuencia, es de gran complejidad e involucra la asociación con Egos en y fuera de encarnación en todo tiempo. Aun los encarnados en un tiempo dado pueden no estar viviendo en la misma localidad, así que es imposible para el destino de un individuo el que pueda ser cumplido en una sola vida o en un solo lugar. El Ego es llevado, por lo tanto, a un cierto alrededor ambiente y a cierta familia con la que esté en alguna forma relacionado. Por lo que atañe al destino que debe cumplirse, como a veces las condiciones necesarias son indecisas en alguno de los alrededores ambientes en los que se encarna el Ego, se le permite elegir , en lo posible, pero una vez que el Ego ha elegido, los agentes de los Señores del Destino los vigilan invisiblemente, a fin de que ningún acto de su libre voluntad frustre el cumplimiento de la porción de destino que haya elegido. Si obramos de tal manera que nuestros actos vayan encaminados a eludirlo, nos harán ejecutar otro movimiento que forzosamente nos obligará al cumplimiento de nuestro destino. Nunca se repetirá demasiado, sin embargo, que esto no convierte al hombre en un prisionero, sin ayuda. La misma ley gobierna esto, que la que rige cuando disparamos un tiro. Una vez disparado no podemos detener la bala ni desviarla de su camino de ninguna manera. Su dirección fue determinada por la posición en que mantuvimos la pistola al hacer fuego. Pudimos haber cambiado esa posición en cualquier momento antes de apretar el gatillo, y hasta ese instante teníamos pleno dominio. Y esto se aplica igualmente a las nuevas acciones que producen el nuevo destino. Podemos, hasta cierto punto, modificar y hasta contrabalancear ciertas causas ya puestas en movimiento, pero una vez lanzadas, sin tomar otras medidas o ejecutar otro acto, llegará un tiempo en que se pondrán fuera de nuestro alcance. A esto se le llama destino " maduro" y es al destino de esta clase al que nos referimos al decir que los Señores del Destino gobiernan para evitar tentativas que lo eludan. Respecto a nuestro pasado estamos desamparados en gran extensión, pero en cuanto a los actos futuros tenemos pleno dominio, salvo en lo que nos hayamos limitado por nuestras acciones anteriores. Poco a poco, sin embargo, conforme aprendemos que somos la causa de nuestras aflicciones y alegrías, vamos también comprendiendo la necesidad de ordenar nuestras vidas mas en armonía con las leyes divinas, y de esta manera nos elevamos sobre las leyes del Mundo Físico. Esta es la clave de la emancipación. Como dice Goethe:
From every power that all the world enchains
Man frees himself when self-control he gains.
o sea que "el hombre se liberta de todos los poderes que encadenan al mundo cuando adquiere el dominio de si mismo".
El cuerpo vital, habiendo sido modelado por los Señores del Destino, proporcionará la forma del cuerpo denso órgano por órgano. Este patrón o molde es colocado entonces en la matriz de la futura madre. El átomo-simiente para el cuerpo denso está en la cabeza triangular de uno de los espermatozoides del semen del padre. Este espermatozoide únicamente, hace posible la fecundación y en esto está la explicación de por qué son estériles muchas veces las uniones sexuales. Los constituyentes químicos del fluido seminal y del óvulo son los mismos de siempre, y si fueran éstos los únicos requisitos requeridos, la explicación de la esterilidad no se encontraría buscándola solamente en el mundo físico, material y visible. Se explica claramente, sin embargo, cuando comprendemos que así como las moléculas del agua se hielan a lo largo de lineas de fuerza que en ella se encuentran, manifestándose como cristales de hielo en vez de congelarse como una masa homogénea, como sería el caso si no hubiera líneas de fuerza previas a la coagulación, así tampoco puede formarse cuerpo denso alguno hasta que haya un cuerpo vital en el cual pueda construirse el material físico. También debe haber un átomo simiente para el cuerpo denso, para que actúe como determinador de la cantidad y calidad de la materia con la que se forma el cuerpo físico. Aunque en el presente estado de desarrollo no hay nunca armonía en los materiales del cuerpo, porque eso significaría un cuerpo perfecto, sin embargo, la inarmonía no debe ser tan grande como para que sea un disolvente del organismo.
De este modo, mientras que la herencia en primer término sólo es positiva en cuanto al material del cuerpo denso, y no con respecto a las cualidades anímicas, que son individuales por completo, el Ego renaciente también ejecuta cierta clase suma de trabajo en su cuerpo denso, incorporando a él la quintaesencia de sus cualidades físicas pasadas. Ningún cuerpo es una mezcla exacta de las cualidades de sus padres, si bien el Ego está restringido a usar los materiales tomados de los cuerpos del padre y de la madre. De aquí que el músico reencarna donde pueda conseguir el material necesario para una mano delicada y un oído sutil con sus sensitivas fibras de Corti y el debido ajuste de los tres canales semicirculares. El arreglo de estos materiales es, sin embargo, en cierta extensión, efectuado bajo la dirección del Ego. Es lo mismo que cuando a un carpintero se le da una pila de maderas para que las emplee en construir una casa para vivir en ella, si bien se deja a su propio criterio la clase de casa que desee construir.
Salvo en el caso de un ser de elevado desarrollo, este trabajo del Ego es casi nulo en el presente estado de evolución del hombre. El margen mayor se le da en la construcción del cuerpo de deseos, muy poco en la del cuerpo vital y casi ninguna en la de su cuerpo denso; si bien este poco es suficiente para hacer de cada individuo una expresión de su propio espíritu, diferente al de sus padres.
Cuando la impregnación del óvulo ha tenido lugar, el cuerpo de deseos de la madre trabaja sobre él durante un período de dieciocho a veintiún días, permaneciendo el Ego fuera, en su cuerpo de deseos y concha mental. Al expirar ese tiempo el Ego entra en el cuerpo de la madre. Los vehículos en forma de campana se absorbe a través de la cabeza del cuerpo vital, y la "campana" se cierra por la parte inferior. Desde entonces el Ego incuba su cuerpo venidero hasta el nacimiento del niño y entonces comienza la nueva vida terrestre.
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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel
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