humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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sábado, 21 de enero de 2012

EL PRIMER CIELO



EL PRIMER CIELO


Cuando la existencia en el purgatorio ha terminado, el espíritu se eleva hasta el primer cielo, que está situado en las tres regiones más elevadas del Mundo del Deseo, donde los resultados de su sufrimiento se incorporan en el átomo- simiente del cuerpo de deseos, impartiéndole así la cualidad de la rectitud, la que actuará como impulso para el bien y repulsión para el mal en el futuro. Aquí, nuevamente el panorama del pasado se desarrolla hacia atrás; pero en este caso las buenas obras de la vida son las bases del sentimiento. Cuando llegamos a escenas en las que ayudamos a otros, comprendemos de nuevo toda la alegría que esto nos proporcionó, y además sentimos toda la gratitud emitida por aquel a quien ayudamos, y cuando vemos de nuevo escenas en las que fuimos ayudados por otros, volvemos a sentir toda la gratitud que emitimos hacia nuestro bienhechor. Y de esta manera vemos la importancia de apreciar los favores que nos han hecho, porque la gratitud produce crecimiento anímico. Nuestra dicha en el cielo depende de la felicidad que hayamos proporcionado a otros y al valor que demos a lo que otros han hecho por nosotros.

Debe siempre recordarse que el poder de dar no reside exclusivamente en el hombre adinerado. El dar dinero sin discernimiento puede ser malo. Es bueno dar dinero para un propósito que estamos convencidos es benéfico, pero un servicio vale un millar de veces más. Como dice Whitman:

"¡Mirad! No me limito a dar discursos o a una pequeña caridad. Cuando doy, me doy yo mismo".

Una mirada cariñosa, expresiones de confianza, la simpatía, la ayuda benévola, estas cosas pueden ser dadas por todos sin que importe nada la fortuna. Sin embargo, debemos tratar de ayudar al necesitado de manera que él pueda ayudarse a sí mismo, sea física, financiera, moral o mentalmente, para no dar origen a que quede dependiendo de nosotros o de los demás.

La ética de dar, con el efecto sobre el dador como una lección espiritual, está hermosísimamente descripta en la "Visión de Sir Launfal", de Lowells. El joven y ambicioso caballero Sir Launfal, envuelto en una brillante armadura y llevando lujosos vestidos, parte de su castillo para buscar el "Santo Grial". En su estandarte lleva la cruz, el símbolo de la benignidad y de la ternura de nuestro Salvador, el amante y humilde, pero el corazón del caballero está lleno de orgullo y desdén para el pobre y necesitado. Y encuentra a un leproso, y desdeñosamente le arroja una moneda de oro como si arrojara un hueso a un perro hambriento.

The lepper raised the gold from the dust, (1)
Better to me the poor man's crust,
Better the blessing of the poor, 
Through I turn empty from his door. 
That is no true alms which the hand can hold; 
He gives only the worthless gold 
Who gives from a sense of duty; 
But he who gives from a slender mite, 
And gives to that which is out of sight - 
That thread of all - sustaining Beauty 
Which runs through all and doth all unite, - 
The hand cannot clasp the whole of his alms, 
The heart outstretches its eager palms, 
For a god goes with it and makes it store 
To the soul that was starving in darkness before.

A su regreso Sir Launfal encuentra a otro en posesión de su castillo y se dirige hacia la puerta.

An old bent man, worn out and frail (2)
He came back from seeking the Holy Grail; 
Little he recked of his earldom's loss, 
No more on his surcoat was blazoned the cross, 
But deep in his heart the sign he wore 
The badge of the suffering and the poor.

De nuevo encuentra al leproso, quien nuevamente le pide una limosna. Esta vez el caballero responde diferentemente.

And Sir Launfal said: "I behod in thee (3)
An image of Him who died on the tree; 
Thou also hast had thy crown of thorns, 
Thou also hast had the world's buffets and scorns,

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Traducción: El leproso no alzó el oro del polvo (y dijo) : "mejor para mí es la corteza del pan del pobre; mejor la bendición de este, - aunque tenga que retirarme de su puerta con las manos vacías. No son verdaderas limosnas las que sólo pueden tomarse con la mano. Es inútil el oro de aquel que da solo porque le parece un deber hacerlo. Pero aquel que parte de su pobreza, y da para quien no está al alcance de su vista (ese hilo de Belleza, sostenedor universal, que todo lo penetra y lo une) la mano no puede abarcar toda su limosna; el corazón ansioso extiende
sus brazos, porque un dios acompaña y provee al alma que antes estaba pereciendo en la obscuridad".

2 Traducción: 
"Ya viejo y doblegado, gastado y débil, volvió de su busca del Santo Grial; poco caso hacía de la pérdida de su señorío; ya no lucía en su capa la cruz, pero en lo profundo de su corazón llevaba el signo, la divisa del pobre y del que sufre".



3 Traducción: "Y Sir Launfal dijo: "veo en ti la imagen de Aquel que murió en el madero. Tú también has tenido tu corona de espinas; tu también has sufrido los escarnios y desprecios del mundo, y a tu vida no faltaron las heridas en las manos, en los pies, y en el costado. !Hijo de la clemente María, reconóceme: Mira, por Él te doy a ti!".


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And to thy life were not denied
The wounds in the hands and feet and side; 
Mild Mary's Son,acknowledge me; 
Behold, through him I give to Thee!

Mira al leproso y sus ojos le traen recuerdos y le reconoce, y
The heart with him was ashes and dust; (4)

He parted in twain his single crust, 
He broke the ice on the stremalet's brink, 
And gave the leper to eat and drink.

Y una transformación se opera:

The leper no longer crouched by his side (5).
But stood before him glorified

...........................................
And the Voice that was solter than silence said:

"Lo, it is I, be not afraid! 
In many lands without avail, 
Thou hast spent thy life for the Holy Grail; 
Behold, it is here! - This cup which thou 
Did'st fill at the streamlet for me but now; 
This crust is my body broken for thee, 
This water the blood I shed on the tree; 
The Holy Supper is kept, indeed, 
In whatso we share witr another's need; 
Not what we give, but what me share. 
For the gift without the giver is bare; 
Who gives himself with his alms feeds three: 
Himself, his hungering neighbour, and me".

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Traducción: El corazón se le hizo ceniza y polvo; partió e dos su única corteza de pan, rompió el hielo en la orilla del arroyuelo y dio de comer y de beber al leproso.

Traducción: El leproso no estaba ya acurrucado a su lado. Glorioso estaba ante él ...
. . . . . . . . . . . . . . . .
Y la Voz aún más dulce que el silencio dijo: "¡Mira, soy yo, no temas! En muchas tierras gastaste tu vida sin provecho buscando al Santo Grial. ¡Mira , aquí está! Esta taza que acabas de llenar en el arroyo para mí; esa corteza es mi cuerpo partido para ti; esta agua la sangre que por ti derramé en el madero. La Sagrada Cena se efectúa ciertamente en cualquier cosa cuando participamos de las necesidades de otro, pues la dádiva sin el dador es estéril; el que da su propio ser, alimenta a tres con sus limosnas: así mismo, a su prójimo hambriento y a mí".
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El primer cielo es un lugar de alegría sin mezcla alguna de amargura. El espíritu está más allá de la influencia de las condiciones materiales y terrestres, y asimila todo el bien contenido en su vida pasada conforme lo revive de nuevo. Todos los designios nobles a los que el hombre aspiró se realizan aquí ampliamente. Es un lugar de reposo, y cuanto más dura ha sido la vida, tanto más intenso será el descanso de que se gozará. La enfermedad, la tristeza y el dolor son cosas desconocidas. Esta es, por decirlo así, la tierra de veraneo de los espiritualistas, la tierra de promisión. 
Los pensamientos del devoto cristiano han construido allí la nueva Jerusalén. Hermosas casas, flores, etc. , son el premio de los que a ellas aspiraron: ellos las construyen por medio del pensamiento en la sutilísima materia de deseos. Sin embargo, estas cosas son tan reales y tangibles como lo son para nosotros nuestras casas materiales. Todos obtienen aquí la satisfacción de que carecieron en su vida terrestres.

Hay una clase que lleva especialmente una vida hermosísima: los niños. Si pudiéramos verlos siquiera, cesarían todas nuestras penas. Cuando un niño muere antes del nacimiento de su cuerpo de deseos, lo que tiene lugar alrededor de los catorce años, no va más allá del primer cielo, porque no es responsable de sus actos, como tampoco es responsable el aun n nacido del dolor que causa a su madre moviéndose o saliendo de la matriz. Por lo tanto el niño no tiene existencia en el purgatorio. Lo que no ha sido vivificado no puede morir; por lo tanto, el cuerpo de deseos de un niño, junto con su mente, persistirá hasta el nuevo nacimiento, y por tal razón esos niños son muy aptos para recordar las encarnaciones anteriores, como se indica en el caso citado en otro lugar.

Para tales niños, el primer cielo es una sala de espera donde permanecen desde uno hasta veinte años, hasta que se presenta una nueva oportunidad para renacer. Sin embargo, es algo másque una sala de espera sencillamente, porque se progresa mucho durante la estada en ella.

Cuando un niño muere hay siempre alguno de su familia que lo está esperando, o, en su defecto, hay quienes les gustaba adoptar maternalmente a los niños en su vida terrestre y que tendrán sumo placer en hacerlo aquí. La extrema plasticidad de la materia de deseos hace muy fácil el formar los más exquisitos juguetes vivientes para los niños, y su vida es un hermoso juego; sin embargo, no queda descuidada su instrucción. A los niños s eles agrupa en clases, de acuerdo con sus respectivos temperamentos, pero sin tener en cuenta para nada su edad. En el Mundo del Deseo es muy fácil dar lecciones objetivas de la influencia del bien y del mal, de la conducta y de la felicidad. Estas lecciones se imprimen indeleblemente sobre el sensitivo y emotivo cuerpo de deseos del niño y lo acompañan después de su nacimiento, así que muchos de los que llevan una vida noble lo deben a que han estado sometidos a ese desarrollo. A menudo, cuando nace un espíritu débil, los Seres Compasivos (los invisibles Guías que dirigen nuestra evolución) lo hacen morir en edad temprana para que pueda gozar de ese desarrollo extra, ayudándolo así a soportar lo que pudiera haber sido para él una vida muy dura. Este parece ser el caso, especialmente cuando la impresión en el cuerpo de deseos fue débil debido a que las personas que rodeaban el moribundo lo perturbaron con sus lamentaciones o por haber muerto por accidente o en un campo de batalla. Bajo esas circunstancias el muerto no ha experimentado la intensidad de sentimientos apropiada en su estado post-mortem, y, por lo tanto, cuando renace y muere en edad temprana, aquella pérdida se recobra en la forma indicada más arriba. Muy a menudo el deber de cuidar a ese niño en la vida celeste recae sobre aquellos que fueron la causa de esa anomalía. Se les proporciona así una oportunidad para reparar su falta y aprender a obrar mejor. O tal vez pueda tocarles ser los padres del recién nacido y cuidarlo durante los pocos años que viva. Entonces nada importará que se lamenten histéricamente cuando el niño muera, porque en el cuerpo vital infantil no hay recuerdos o imágenes de ninguna consecuencia.

Este cielo es también un lugar de progreso para todos los que han sido estudiosos, artistas o altruistas. El filósofo y el estudiante tienen acceso instantáneo a todas las librerías del mundo. El pintor observa con inefable delicia los colores siempre cambiantes. Muy pronto aprende que su pensamiento forma y moldea esos colores a voluntad. Sus creaciones viven y brillan con una vida imposible de comprender para los que trabajan con los pesados y densos materiales terrestres. Está , por así decirlo, pintando con materiales vivientes y puede ejecutar sus ideas con una facilidad que lo llena de deleite. El músico no ha llegado aún al lugar en el que su arte se expresará a si mismo en toda su extensión. El Mundo Físico es el Mundo de la forma. El Mundo del Deseo, donde esta el purgatorio y el primer cielo, es especialmente el mundo del color; pero el Mundo del Pensamiento, donde están los cielos segundo y tercero, es la esfera del sonido. La música celeste es un hecho y una mera figura del lenguaje. Pitágoras no se equivocaba cuando hablaba de la música de las esferas, porque cada una de las estrellas tiene su tono definido y juntas forman la sinfonía celestial que Goethe también menciona en el prólogo de su "Fausto", en la escena que se desarrolla en el cielo. El Arcángel Rafael dice:

The Sun intones his ancient song
'Mid rival chant of broher spheres
His prescribed course he speeds along 
In thund'rous way throughout the years.

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Traducción : El sol canta su cántico antiguo, canto suave y rival de las esferas hermanas; su curso prescrito él cruza veloz, en atronadora carrera por los años de los años.
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Los ecos de esta música celeste nos llegan hasta este Mundo Físico. Son nuestra posesión más preciosa, aunque son tan fugaces como la espuma y no pueden crearse permanentemente, como pueden crearse otras obras de arte: una estatua, un cuadro, un libro. En el Mundo Físico el sonido muere tan pronto como nace. En el Primer cielo los ecos son, por supuesto, mucho más hermosos y más permanentes, así que allí los oídos del músico gozan de melodías que nunca oyeron en su vida terrestre.

Las experiencias del poeta son parecidas a las del músico, porque la poesía es la expresión de los más íntimos sentimientos del alma, en palabras que se ordenan de acuerdo con las mismas leyes de armonía y ritmo que rigen la expresión del espíritu en la música. Además, el poeta encuentra una inspiración magnífica en las imágenes y colores que son las características principales del Mundo del Deseo. De allí tomará los materiales para usarlos en su próxima encarnación. De parecida manera acumula el autor materiales y facultades. El filántropo produce sus planes altruistas para el mejoramiento de la raza humana. Si estos fallaron en una vida, verá la razón de los fracasos, en el primer cielo, y a aprenderá a sobrepasar los obstáculos y a omitir los errores que hicieron impracticables sus ideas y sus planes.

Con el tiempo se llega a un punto en el que el resultado del dolor y sufrimiento del purgatorio, junto con el goce extraído, de las buenas acciones de la vida pasada, se ha grabado en el átomo-simiente del cuerpo de deseos. Todo esto constituye lo que llamamos conciencia, esa fuerza impelente que nos pone en guardia contra el mal como productor de sufrimientos y nos inclina hacia el bien como productor de felicidad y alegría. Entonces el hombre abandona su cuerpo de deseos para que se desintegre, en la misma forma que abandonó sus cuerpos vital y denso. Se lleva consigo únicamente las fuerzas del átomo-simiente, que formarán el núcleo de los futuros cuerpos de deseos, así como fue la partícula persistente de sus pasados vehículos de sensación.

Como ya se indicó, las fuerzas del átomo-simiente se reabsorben. Para el materialista la fuerza y la materia son inseparables. El ocultista ve las cosas diferentemente. Para él no son dos conceptos separados y distintos, sino los dos polos de un solo espíritu.

La materia es espíritu cristalizado.

La fuerza es el mismo espíritu no cristalizado aún.

Esto ya se ha dicho anteriormente, pero no puede recalcarse demasiado en la mente. La ilustración del caracol ayudará mucho a comprender eso. La materia que es espíritu cristalizado corresponde a la concha del caracol, cuya concha es la babosa misma cristalizada. La fuerza química que mueve la materia, haciéndola apta para la construcción de la forma, y el caracol que mueve su casa, se corresponden también. Lo que actualmente es la babosa en un tiempo será materia, cuando se haya cristalizado. El proceso inverso de resolver la materia en espíritu se produce también de continuo. La fase más grosera de este proceso que vemos como decaimiento, es cuando un hombre abandona sus vehículos tras sí y entonces el espíritu de un átomo se puede separar fácilmente del espíritu más denso que ha estado manifestándose como materia.

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel 

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