V. LIBERTAD VERSUS LEYES
“Mas si os guía el Espíritu, ya no estáis bajo el dominio de la Ley.”
Gálatas 5:18.
La promulgación de leyes para el gobierno del pueblo es un concepto de Piscis. La libertad individual es el ideal de Acuario. A medida que hacemos la transición de la Era de Piscis a la de Acuario necesitamos reconsiderar el papel que juegan las leyes en la sociedad y pensar seriamente en qué grado estamos preparados para avanzar sin leyes.
Las leyes pueden ahorrar a las personas el problema de pensar. Tal vez sea esta la razón por la que la gente consulta libros sobre normas de etiqueta para aprender a celebrar una fiesta de bodas o un bautizo o cómo comportarse en un funeral. Evitar que las personas piensen puede equivaler a paralizar su crecimiento intelectual. De igual modo que los músculos y huesos de un individuo se deteriorarían si fuera encerrado en un molde de yeso, así también se deteriorarán el poder creativo, el razonamiento y la capacidad de resolver problemas si nuestra conducta es restringida constantemente por leyes.
Otro problema de las leyes es que son promulgadas para gobernar bajo ciertas condiciones y si la situación cambia, las leyes dejan de ser apropiadas. La historia de Epaminondas ilustra este punto.
Un día enviaron a Epaminondas al mercado por mantequilla. Hacía mucho calor y en el camino a casa la mantequilla se derritió. Al llegó a casa, su madre le dijo: “Cuando traigas mantequilla del mercado debes envolverla en hojas frescas y al cruzar el arroyo la introducirás en la corriente para enfriarla”. La semana siguiente su madre lo envió al mercado a comprar un cachorro de perro. Lo compró, lo envolvió en hojas y cuando llegó al arroyo lo sumergió y casi lo ahogó. Cuando llegó a casa su madre le dijo: “Esa no es manera de tratar a un perrito. Deberías haberle atado una cuerda al cuello para traerlo a casa”. A la semana siguiente ella lo envió al mercado de nuevo a comprar una barra de pan. Epaminondas compró la barra de pan, la ató con una cuerda y la arrastró a casa.
Si un niño sólo recibe normas y no se le enseña a pensar por sí mismo, ¿qué hará al crecer y encontrarse un mundo en constante cambio y cómo afrontará situaciones y problemas con los que sus padres y maestros ni soñaron?
Otro problema de las leyes es que a veces quienes las hacen pueden equivocarse.
Tennyson reflejó una de esas situaciones en su poema “La carga de la Brigada Ligera”.
Las dos primeras estrofas dicen así:
Media legua, media legua,
Media legua ante ellos.
Por el valle de la Muerte
Cabalgaron los seiscientos.
“¡Adelante, Brigada Ligera!”
“¡Cargad sobre los cañones!”, dijo.
En el valle de la Muerte
Cabalgaron los seiscientos.
“¡Adelante, Brigada Ligera!”
¿Se descorazonó un solo hombre?
No, aunque los soldados comprendían
Que era un desatino.
No estaban allí para replicar.
No estaban allí para razonar,
No estaban sino para vencer o morir.
En el valle de la Muerte
Cabalgaron los seiscientos.
Si alguien manda seiscientos hombres y comete un error, dicho error se repite seiscientas veces. Si cada persona piensa por sí misma, al menos cada error sólo se comete una vez.
Las leyes pueden guiar al ignorante. Si un niño no comprende los peligros de una estufa caliente, puede dársele la ley “No se toca”, para impedir que se queme. Sin embargo, al disipar su ignorancia, la ley deja de ser necesaria. Una vez que el niño comprende el efecto que el calor excesivo produce en el tejido humano, ya no es necesaria orden alguna para que se mantenga apartado de una estufa caliente. En la Era de Acuario se espera de las personas que hayan desarrollado la Luz dentro suyo de modo que no precisen leyes que los guíen.
Otro problema de las leyes es que pueden producir una acción correcta pero no pueden generar sentimientos rectos. Un director de una tienda puede requerir a sus empleados para que traten con amabilidad a los clientes pero no puede forzarlos a que pongan amor y sentimiento en esas palabras. Las leyes pueden exigir a los hombres que firmen contratos pero no que trabajen con entrega. Las leyes pueden hacer que la gente se
comporte adecuadamente en circunstancias en las que temen un castigo pero no pueden hacernos sentir responsables de nuestros actos. Las leyes pueden impedir que las personas se roben unas a otras e incluso pueden forzarlas a que cedan dinero unas a otras por medio de impuestos y programas de bienestar pero de ningún modo pueden forzar a las personas a amarse, respetarse y cuidar unas de otras. De hecho, las leyes pueden obstaculizar el desarrollo de sentimientos rectos. Si nuestra atención se enfoca en obedecer leyes, tal vez no permitamos a nuestro corazón recorrer sus caminos. Si una ley nos obliga a contribuir a una buena causa tal vez el corazón no se moleste en desarrollar una simpatía o un interés reales en esa causa. J. Krishnamurti escribió en La libertad primera y última, p. 92 de la edición inglesa: “Una mente que se amolda a cualquier sistema de autoridad, interno o externo, no puede ser sensible.”
Un niño no puede aprender a caminar si se le mantiene atado a la cama por miedo a que se caiga. Si el niño ha de aprender a caminar, debe practicar, y practicar conlleva mucho esfuerzo vacilante y muchas caídas. En la Era de Acuario se esperará de todos que
desarrollen la Luz interna que guíe sus vidas. Las personas sólo pueden aprender a dirigir sus vidas si son libres para hacer sus propias elecciones y si pueden ver las consecuencias de las mismas y, por consiguiente, aprender de sus experiencias. Las personas, cuando se les da libertad, pueden cometer errores. Pero éste es el único camino para aprender cómo ejercitar la libre elección y crecer. Sólo en la medida en que los individuos de una sociedad crezcan la sociedad como conjunto crecerá.
Henry David Thoreau se alineó con un ideal acuariano cuando escribió (Civil Desobedience, 1849): “Acepto de corazón el lema “El mejor gobierno es el que gobierna menos”; y me gustaría verlo llevado a la práctica más rápida y sistemáticamente. Bien desarrollado, finalmente llevará a algo en lo que también creo, “El mejor gobierno es el que no gobierna en absoluto”; cuando los hombres estén preparados para ello, ése será el tipo de gobierno que tendrán.”
Bibliografía
- Krishnamurti, J. The First and Last Freedom.
- Newbrough, Michael, Liberty and Consciousness, San Marcos, California:
Palomar College, 1984.
del libro La Era de Acuario Por Elsa M. Glover
en you tube, aquí
https://www.youtube.com/watch?v=Ih9cioHohbo&feature=youtu.be
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https://www.youtube.com/watch?v=Ih9cioHohbo&feature=youtu.be
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