humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

*
del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

*
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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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domingo, 25 de mayo de 2014

Espíritus de la Naturaleza y El Festival de las Hadas



Espíritus de la Naturaleza y El Festival de las
Hadas

Hablar del éter como un medio de transmitir fuerzas,
no dice nada a la mentalidad corriente porque la
fuerza es invisible. Pero, para el investigador oculto,
las fuerzas no son meramente nombres tales como
vapor, electricidad, gravedad, etc., sino que
descubre que son seres inteligentes de diversos
grados, tanto sub-humanos como supra-humanos.
Lo que de ordinario llamamos leyes o fuerzas de la
Naturaleza, son en realidad Grandes Inteligencias
que guían y dirigen a seres más elementales de
acuerdo con ciertas reglas, las cuales han sido
determinadas para acelerar su evolución.
Así, cualquiera que esté dotado de la vista
correspondiente al clarividente, podrá percibir a los
pequeños gnomos fabricando la verde clorofila de
las hojas de las plantas y dando a sus flores, junto a
las Hadas, esa multiplicidad de matices delicados y
preciosos que constituyen la delicia de nuestros
ojos.
Los hombres de ciencia han tratado inútilmente de
dar una explicación adecuada de los fenómenos de
los vientos y las tormentas, pero no lograrán éxito
alguno mientras se mantengan tratando de ofrecer
simples soluciones mecánicas a lo que realmente es
una manifestación de la vida. Por ello, si pudieran
ver las legiones de Silfos aleteando de un lado para
otro, "sabrían" definitivamente quiénes conforman y
son causa de la variabilidad de los vientos. Y si
pudieran observar una tormenta en el mar desde el
punto de vista etérico, se darían cuenta de que lo
que suele llamarse "guerra de elementos" no
constituye una frase vacía, porque el tumulto del mar
no es realmente entonces sino el campo de batalla
entre Silfos y Ondinas, siendo los rugidos de la
tempestad gritos de guerra de los espíritus en el
aire.
Las salamandras se encuentran por todas partes, y
no se puede encender fuego alguno sin que ellas
intervengan, encontrándose en actividad sobre todo
bajo tierra, pues ellas son las que causan las
explosiones y erupciones volcánicas.
Todos los seres mencionados, cuya composición en
sus distintos grados es etérica, son todavía subhumanos,
aunque todos ellos, y en algún tiempo,
alcanzarán un estado evolutivo correspondiente al
humano, si bien en diferentes circunstancias a las
existentes hoy. De todos modos, sí queremos
reseñar que son las maravillosas inteligencias de
que hablamos como "Leyes o Fuerzas de la
Naturaleza", las que dirigen a las incontables
legiones de dichas entidades, ingentes y diarias
constructoras del mundo.
Todo parece eminentemente simple en
el proceso de evaporación y el retorno del agua
mediante la lluvia; sin embargo, añadamos a ello la
acción semi-inteligente de las sílfides elevando las
diminutas partículas de agua preparadas por las
ondinas desde la superficie del mar y llevándolas
después tan alto como pueden lograrlo antes de que
se produzca una condensación parcial y formen las
nubes. Porque ellas son, pues, las que conservan
esas partículas de agua hasta que, no pudiendo
resistir, las ondinas las fuerzan a soltarlas. Y así,
cuando hablamos de tormentas, bien en el mar o en
el aire, son las salamandras, cuando intervienen, las
que, prendiendo la antorcha resplandeciente
del hidrógeno y el oxígeno separados, envían sus
zigzags atronadores a través de la negrura de la
inmensidad con sus truenos, cuyas vibraciones
reverberan y aclaran la atmósfera, mientras que son
las ondinas quienes arrojan triunfalmente las
rescatadas gotitas de agua hacia la tierra en forma
de lluvia.
Los pequeños gnomos, como ya se ha indicado, son
necesarios para construir las plantas y las flores. Su
tarea consiste en pintarlas, en teñirlas con los
innumerables y coloreados matices que, como
decíamos, hacen la delicia de los ojos. Son ellos los
que cortan los cristales en todos los minerales y
forman las gemas preciosas que brillan en las
resplandecientes diademas de los humanos. Sin
ellos no existiría el hierro ni el oro con qué pagarlo.
Se encuentran en todas partes, siendo aún más
trabajadores que las propias abejas, y si a éstas
universalmente se les reconocen cuanto hacen, no
ocurre lo mismo con el trabajo constante de los
espíritus de la Naturaleza, siendo cual es, tan
importante, su papel en la construcción y la marcha
del mundo.
Hadas: Si bien su trabajo más común lo realizan
"pintando" las flores, su principal cometido consiste
en embellecer en general la Tierra; su ropaje está
formado por un vestido, una combinación, bragas,
medias y zapatos; no tienen alas, sino que al
moverse y respirar, emiten una energía olorosa que
sale de sus hombros, siendo esta energía la que
semeja forma de alas, pero que no lo son en
realidad; una Hada de sesenta años aparecerá como
alguien que tuviese unos dieciséis en nuestro mundo
tridimensional; las hadas, por ejemplo, no tienen
poder de control sobre las Salamandras.
En el Solsticio de Verano, las actividades físicas de
la Naturaleza alcanzan su máximo clímax, su cenit.
Por tal causa, en esa noche, la de San Juan, es
cuando tiene lugar el gran Festival de las Hadas y
demás Espíritus de la Naturaleza, tras haber
construido el universo material y alimentando a los
ganados y formando los granos, lo que ahora
aclaman con gratitud y alegría inusitada, debido a la
oleada de energía que constituye su esencial
instrumento que les permite modelar, de acuerdo
con sus respectivos arquetipos, las flores con su
admirable variedad de formas y colores, tiñéndolas
por ello con infinitos matices capaces de admirar al
más exquisito de los artista (El principal cometido de
las Hadas consiste en embellecer la Tierra) Esta
noche, la de San Juan, es la noche más grande de
la Estación Estival, pues unos y otros espíritus
desde pantanos y bosques, desde cañadas y
prados, corren en alegres bandadas al Festival de
las Hadas, donde, realmente, preparan y
condimentan sus alimentos etéreos, danzando
después en verdadero éxtasis de alegría, alegría
que proviene de haber hecho su trabajo y realizado
su importante y mejor papel en la economía y
marcha de la Naturaleza.
Las Hadas tienen la apariencia exacta a los
habitantes de Venus, si bien son de tamaño mucho
más reducido, es decir, etéreas.
Es un axioma de la ciencia el que la Naturaleza no
tolera nada superfluo o inútil, por lo que los parásitos
y zánganos constituyen una abominación. Y ello,
porque la Naturaleza tiene su trabajo que hacer y lo
exige a todos los que quieran justificar su existencia
y continuar formando parte de ella, aplicándose todo
ser viviente, desde la planta al propio planeta, y, por
tanto, al hombre, al animal, a los Espíritus de la
Naturaleza e igualmente a las Hadas. Éstas tienen
su tarea que realizar; son entidades muy ocupadas,
y sus actividades constituyen la solución a
muchísimos de los innumerables y comunes
misterios naturales que observamos.

*
del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel

* * *

XXVII - LA ESTRELLA DE BELÉN


XXVII
LA ESTRELLA DE BELÉN

Tradicionalmente, la unificante influencia del Cristo
ha sido simbolizada a través de la hermosa leyenda
de la adoración de los tres magos o "sabios del
Oriente" – Gaspar, Melchor y Baltasar – quienes, en
calidad de representantes de las razas blanca,
amarilla y negra, y haciendo a alusión a su vez a
Europa, a Asia y África, se dice que fueron guiados
por una estrella al nacer Jesús, la cual los condujo
hasta el pesebre en el que reposaba el recién nacido
o Salvador. Y muchas, muchísimas especulaciones
se han efectuado desde entonces acerca de la
naturaleza de dicha estrella. Hay quien desde la
ciencia materialista la ha declarado un mito; otros,
en su caso, han acudido a la simple coincidencia si
ello hubiese encubierto algo más que aquello.
Sin embargo, todo místico conoce la "Estrella" – y
también la Cruz – no solamente en cuanto
relacionadas con la vida de Jesús y Cristo, sino en
sus propias experiencias personales. Recordemos
que San Pablo ya nos advirtió cuando dijo: "Hasta
que Cristo nazca en vosotros…". Y de modo
semejante lo hacen Ángelus Silesius ("Aunque Cristo
naciere mil veces en Belén, si no nace en ti mismo,
tu alma será perdida. Mirarás en vano la cruz del
Gólgota hasta que no se levante en ti mismo") y el
mismo Ricardo Wagner en la respuesta que da
Gurnemanz a Parsifal cuando éste pregunta: "Quién
es el Grial?, pues Gurnemanz le contesta así: "…
ningún sendero conduce por la campiña a Él, y la
búsqueda sólo te aparta de Él a mayor distancia aún
si Él mismo no es el Guía ".
En los Templos de Misterios los Hierofantes
enseñaban a sus discípulos que en el Sol hay una
fuerza espiritual al igual que una fuerza física, y que
ésta última, la de los rayos solares, al tiempo que
constituye el principio fecundante de la Naturaleza,
produce también el crecimiento de las plantas y, por
tanto, sostiene y sustenta a los reinos animal y
humano. De ahí que la energía constructora, el
manantial de toda fuerza física, tenga su máxima
expresión a mediados del verano, cuando las
fuerzas espirituales son más inactivas. Por el
contrario, en diciembre sea, durante las largas
noches de invierno, cuando la fuerza solar se
encuentra adormecida, cuando las fuerzas
espirituales alcancen la máxima intensidad, símbolo
de lo cual se concentra en la noche del 24 al 25 de
dicho mes, Noche Santa por excelencia. El signo
zodiacal de la inmaculada Virgen celestial está en el
horizonte oriental hacia la medianoche, justo cuando
el Sol del nuevo año comienza su jornada desde el
punto más austral hacia el hemisferio norte, a fin de
salvar a esa parte de la humanidad (físicamente
hablando) de la oscuridad y hambre que de forma
inevitable resultarían de permaneciera
constantemente al sur del ecuador.
Por tanto, y de esta forma, para los pueblos del
norte, donde han nacido todas
las religiones actuales, el Sol está directamente bajo
la Tierra mientras las influencias espirituales son
fortísimas en la medianoche del 24 de diciembre.
Por este motivo, es indudable que entonces sería un
momento sumamente adecuado para los que
desearan dar un paso hacia la Iniciación y ponerse
esa noche en contacto con el Sol espiritual por vez
primera. Por ello, los discípulos que estaban
preparados para la Iniciación eran llevados de la
mano por los Hierofantes de los Misterios y, por
medio de ceremonias que se realizaban en el
Templo de Misterios, se les elevaba a un estado de
exaltación en que toda condición física era
trascendida. En consecuencia, para su visión
espiritual la Tierra se hacía transparente y ellos
podían ver y veían el Sol de medianoche, la
verdadera "Estrella". No era el sol físico el que
descubrían con sus ojos espirituales, no, sino el
Espíritu del Sol - El Cristo - su Salvador Espiritual, de
la misma forma que el Sol físico constituía su
Salvador físico.
Esa es la "Estrella" que brilló entonces, realmente la
misma que aún brilla para el místico en plena
oscuridad de la noche.


*
del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel

* * *

XXVIII - LA SANGRE PURIFICADORA DE CRISTO-JESÚS


XXVIII
LA SANGRE PURIFICADORA DE CRISTO-JESÚS

Una vez que El Salvador, Cristo Jesús, fue
crucificado, su cuerpo fue herido en cinco partes: en
los cinco centros por los que fluyen las corrientes del
cuerpo vital. La presión de la corona de espinas
produjo también un flujo añadido en el sexto centro.
De modo que, cuando la sangre fluyó de esos
centros, el gran Espíritu Solar, Cristo, se liberó del
vehículo de Jesús y se encontró en la Tierra con sus
vehículos individuales. Los vehículos planetarios ya
existentes fueron compenetrados por sus propios
vehículos, y en un abrir y cerrar de ojos difundió su
propio cuerpo de deseos sobre el planeta, lo que le
permitió desde entonces trabajar sobre él y la
humanidad desde dentro.
Fue tal, que en aquel momento una oleada tremenda
de luz espiritual solar inundó la Tierra y el velo del
Templo se rompió, ese velo que el Espíritu de Raza
había colgado ante el Templo para resguardarlo de
todos menos de los pocos elegidos hasta entonces
(los sacerdotes) A partir de ese hecho el sendero de
la Iniciación quedó abierto para todo aquél que
quisiera acceder a él. Por lo que concierne en todo
caso a los mundos espirituales, dicha oleada
transformó las condiciones de la Tierra como un
relámpago, si bien las condiciones densas y
concretas, evidentemente, son afectadas de forma
mucho más lenta.
Cual toda vibración rápida de intensísima luz,
aquella gran oleada, debido a su fulgor y brillantez,
cegó repentinamente al pueblo. Ello indujo a decir
que el "Sol se había oscurecido", cuando lo sucedido
fue realmente lo opuesto: el Sol había brillado con
un gloriosísimo resplandor. El exceso de luz, la
fulminante vibración fue lo que cegó a las gentes,
por lo que únicamente cuando la Tierra hubo
absorbido el cuerpo de deseos del brillante Espíritu
Solar, sólo entonces, fue cuando descendió la
vibración hasta una intensidad normal y "pudo verse
de nuevo con normalidad".
Aclarado lo anterior, la expresión "la sangre
purificadora de Cristo Jesús" significa que la sangre
que fluyó en el Calvario está ligada al Gran Espíritu
Solar, Cristo, quien por ese medio se aseguró su
admisión en la Tierra, por lo que es su regente
desde aquél mismo momento. Difundió su propio
cuerpo de deseos por todo el planeta y lo purificó de
todas las viles influencias que se había desarrollado
bajo el régimen del Espíritu de Raza, basado en la
separación, el egoísmo y la sensualidad. Bajo la ley
todos pecaban, pues que todos la infringían; y más
aún, no podían ser ayudados, dado que no habían
evolucionando tanto como para poder obrar con
rectitud por medio del Amor. Era tan fuerte la
naturaleza pasional en ese tiempo, que para los
humanos de entonces constituía una imposibilidad
controlarla y dirigirla; de aquí que sus deudas de
destino, engendradas bajo la Ley de Consecuencia,
hubieran alcanzado proporciones de carácter
colosal. La evolución, por tanto, se hubiera
demorado de forma terrible, y muchos habrían
quedado "perdidos" para nuestra oleada de vida si
no se les hubiera prestado ayuda en alguna medida.
Este fue el motivo real por el que Cristo vino, para
"buscar y salvar a los que estaban perdidos", pues
limpió los pecados del mundo (limpió las condiciones
colectivas – no las individuales – atmosféricas) con
su sangre purificadora, hecho que le permitió entrar
en la Tierra e influir directamente por medio del Amor
en el devenir de la humanidad. Él, repetimos, purificó
aquellas condiciones previas a su venida y a Él
debemos actualmente que podamos atraer hacia
nuestros cuerpos de deseos material emocional más
puro que en aquel otro tiempo, por lo que continua
con su trabajo para ayudarnos al construir a nuestro
alrededor un ambiente cada vez más limpio y más puro.
Pero que lo que se acaba de decir lo efectuó y
efectúa a expensas de un gran sufrimiento para Él
mismo, es cosa que nadie puede dudar si es capaz
de formarse la más mínima concepción acerca de
las limitaciones soportadas por ese Gran Espíritu al
entrar en las coercitivas condiciones de la existencia
física al encarnarse tanto en el cuerpo denso de
Jesús en el momento del Bautismo, como en su
actual limitación en cuanto Regente de la Tierra. En
verdad que Él es también Regente del Sol y, por
tanto, sólo está confinado parcial y temporalmente
cada año en la Tierra, pero, sin embargo, las
limitaciones producidas debido a las lentísimas
vibraciones de nuestro planeta denso, deben
resultarle extraordinariamente insoportables.
Si Cristo-Jesús hubiera muerto sin más, hubiera sido
imposible para él ejecutar esa obra; pero los
cristianos tienen un Salvador resucitado, Quien está
siempre presente para ayudar a todos los que
invoquen su nombre. Habiendo sufrido como
nosotros en todo y habiendo conocido plenamente
nuestras necesidades, Él olvida todos nuestros
errores y fracasos mientras continuemos luchando
por vivir una buena vida. Tengamos siempre muy
presente que "el único y verdadero fracaso consiste
en dejar de luchar".
Tras la muerte del cuerpo denso de Jesús, los
demás vehículos fueron devueltos a su primitivo
poseedor, Jesús de Nazareth, quien, durante algún
tiempo después, funcionando en el cuerpo vital que
había recobrado de manera temporal, instruyó al
núcleo de la nueva fe, aquél que Cristo había
formado. Desde entonces, Jesús de Nazareth ha
tenido la dirección de las logias esotéricas o
sociedades espirituales secretas que ha habido en
toda Europa. Del mismo modo a como ocurriera en
otros muchos lugares, los Caballeros de la Mesa
Redonda fueron altos iniciados de los Misterios de la
Nueva Dispensación. De modo similar ha ocurrido
con los Caballeros del Grial, a quienes finalmente se
les concedió el cáliz de Arimatea, el empleado por
Cristo Jesús en la última cena. Después, y además,
se les entregó la lanza que había herido su costado,
así como el receptáculo que recibió la sangre de esa
herida.
Los Druidas de Irlanda y los Trottes del norte
de Rusia fueron también escuelas esotéricas en las
que trabajó Jesús en la llamada "Edad Media", en la
que, aunque aún continuando siendo bárbaro, el
impulso espiritual seguía fluyendo, y, desde el punto
de visto oculto, en realidad constituyó una "Edad
Brillante" si la comparamos con el
creciente materialismo en que se han plasmado los
últimos trescientos años, puesto que, habiendo
aumentado sin duda alguna de forma exponencial
los conocimientos físicos, sin embargo, ha quedando
casi extinguida prácticamente la Luz del Espíritu.
Gloriosos cual son los descubrimientos y logros de la
ciencia moderna, han sido en cambio alcanzados al
terrible precio de aplastar la intuición espiritual, por
lo que teniendo en cuanta este punto de vista, nunca
han amanecido para Occidente y la humanidad en
su conjunto días más tenebrosos que los actuales.
Los Hermanos Mayores, Jesús entre ellos, han
luchado y luchan por equilibrar esta tenebrosa
influencia materialista, que semeja los ojos de la
serpiente obligando al pajarillo a caer en sus fauces.
Cada tentativa por iluminar a las sociedades a fin de
despertar en ellas el deseo de cultivar el lado
espiritual de la vida, es una evidencia de la actividad
de los Hermanos Mayores. Puedan sus esfuerzos
ser coronados por el éxito. De este modo, y sin
mayor tardanza, lograremos apoyar
conscientemente y a un tiempo nuestra evolución y
desarrollo bajo una ciencia religiosa y artística, cual
ha de constituir en el futuro la expresión simultánea
de lo cierto, lo bueno y lo bello en nuestras vidas.

*
del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel

* * *

XXIX LA ORACIÓN: SUS REQUISITOS Y PODER


XXIX
LA ORACIÓN: SUS REQUISITOS Y PODER

Para comprender de forma lógica lo que la oración
es, permítasenos encuadrarla en el siguiente
supuesto: Supongamos que Dios en primer término,
y los Espíritus Planetarios en segundo y junto a Él,
conformasen una gran Central productora de
energía eléctrica, cuyas conexiones alámbricas se
dirigiesen a todos los puntos tanto de cualquier país
como del mundo; admitamos que en todas y en cada
una de las casas existen conmutadores por los que,
una vez abiertos, aquella la energía que antes
permanecía fuera, en los alambres y en la Central,
comienza a penetrar en los respectivos domicilios,
iluminándolos o poniendo en movimiento las
correspondientes máquinas o motores, y, ello,
porque habrán sido dispuestas y
usadas normas coherentes con las leyes que rigen
nuestro mundo a fin de que pueda llevarse a cabo la
manifestación de la energía eléctrica.
Pues bien, y teniendo en cuenta que la conexión
entre la divinidad y el hombre es permanente, pues
en Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser,
en todo este esquema, nosotros somos cada casa,
cada domicilio, y, la oración, por tanto, el
conmutador mediante el cual podremos ponernos en
contacto con Dios. Ahora bien, es una ley física que
la electricidad fluya a través de conductores
de cobre o de otro metal; pero sabemos, sin
embargo, que el cristal es aislante para ella, por lo
que, antes de que podamos obtener
electricidad, luz en nuestra casa, será preciso que
dispongamos de un conmutador hecho de acuerdo
con dicha ley, es decir, de un conmutador de cobre.
Porque si empleáramos uno de cristal, con
seguridad aquella no pasaría, no entraría en nuestro
domicilio. En consecuencia y de igual modo, si
nuestras oraciones - o conmutador - se acomodan a
las leyes de Dios, el propósito divino podrá
manifestarse a través de ellas y ser respondido;
pero, si de otro modo, la oración fuese contraria a la
voluntad divina - como por ejemplo, si el karma de
por quien se pide impidiera una realización - tal
oración, naturalmente, sería semejante a un
conmutador de cristal respecto al circuito eléctrico.
"Allí donde dos o más estuviesen reunidos en mi
nombre, Yo estaré en medio de ellos", dijo Cristo.
Por tanto, si partimos del calor que albergan
nuestros carbones individuales, y nos juntamos para
orar por algo definido, aquel calor que se encuentra
latente en cada uno de nosotros, puede encenderse
en llama y emitir luz y calor. Quizás no debiera hacer
falta que aclarásemos que, de acuerdo con
la calidad de la oración, así habrá de ser su eficacia.
¿No es comprensible que si una oración sale de
mentes limpias y de corazones nobles y puros, su
capacidad y efecto han de implicar abundancia de lo
que se solicita o pide?
Así, pues, si los sistemas orientales emplean la
concentración en un punto determinado para
conseguir ayuda divina, al mundo occidental le ha
sido dada la oración, puesto que ésta va a implicar
no ya y en sí misma la fría concentración intelectual,
sino una inmersión o cooperación del propio
sentimiento, conformando un poder con capacidad
de desbordar lo imaginable. Para ilustrar un tanto
acerca de cómo se lleva a cabo el proceso de
relación hombre-Dios a través de la oración,
tomemos la tromba marina como ejemplo. Tal vez no
hayan visto este fenómeno de la Naturaleza, pero es
maravilloso e imponente. Por lo general, y en el
momento en que ocurre, el cielo parece colgar muy
bajo sobre el agua, notándose una gran tensión en
el aire, como una depresión o concentración.
Después, y gradualmente, parece como si un punto
del cielo descendiese hacia el agua, a la vez que las
olas, en un cierto lugar, parecen saltar, hasta que
tanto el cielo como el agua se unen en vertiginosa
vorágine.
Algo similar viene a ocurrir cuando una persona o
número de personas se unen en fervorosa oración
porque, cuando una persona suplica intensa y
sinceramente a un poder superior, su aura forma
como un embudo que se parece a la parte inferior de
la tromba. Esta forma áurica salta en el espacio a
una gran distancia hacia arriba, y estando en
sintonía con la vibración Crística del mundo
interplanetario del Espíritu de Vida, hace descender
de allí un poder divino que entra en la persona
o grupo de personas, y anima la forma
de pensamiento que ellas hayan creado y
visualizado. De este modo se cumplirá el objeto por
el cual hayan pedido al unirse. Ahora bien, como ya
hemos advertido, se ha de tener presente que el
método occidental de orar no debe consistir en un
frío proceso intelectual, pues debe unírsele de
manera ineludible una cierta cantidad de sentimiento
adecuado a fin de lograr el objeto deseado, porque,
a menos de esta intensidad de sentimiento esté
presente, el objeto no se realizará. Este es el secreto
de todas las oraciones milagrosas (supuestos
curativos) de que se tiene noticia: la persona o
personas que oraban se hallaron siempre poseídas
de un intenso fervor; su ser entero se encontraba
absorbido en el deseo por aquello que oraban, por lo
que se elevaban a sí mismas a los mismos reinos de
lo divino y hacían descender la respuesta del Padre,
que es el Gran Médico. Pero, para estar en
consonancia con la universal ley del karma y evitar
el gran peligro de mal usar este maravilloso poder,
siempre deben ser dirigidas las súplicas por los
demás en consonancia con las palabras del Cristo:
"No se haga mi voluntad, sino la Tuya".
De otra parte, debe saberse que así como
cada nación envía embajadores a las demás
naciones, del mismo modo existen embajadores de
cada uno de los Grandes Ángeles Planetarios
presentes en nuestra Tierra. Ellos son los siguientes:

Ithuriel es el embajador de Urano
Cassiel " Saturno
Zachariel " Júpiter
Samael " Marte
Anael " Venus
Rapahel " Mercurio
Miguel " Sol
Gabriel " Luna

Si bien hemos de advertir que los embajadores de
los planetas son Arcángeles, en cambio, Gabriel,
embajador de la Luna, tiene la naturaleza de Ángel.
Más aún, dichos embajadores tienen a su cargo
todos y cada uno de los apartados y negocios de la
vida, como asimismo cada cual tiene atribuidas
determinadas horas planetarias, las cuales son
propicias para la invocación respectiva; motivo por el
que - consultando el diagrama oportuno al efecto -
quien quiera dirigirse a un embajador concreto,
podrá hacerlo en las condiciones más favorables a
su correspondiente petición. Así, por ejemplo:
Sabiendo que Jehová tiene bajo su cuidado y el de
sus ángeles tanto la salud de la forma, es decir del
cuerpo, como todo cuanto se relaciona con
la fecundación, alguien que se encuentre necesitado
de recuperar la salud o mismamente de parir o
engendrar ¿es que no tendrá a bien solicitarlo al
ángel Gabriel, y, precisamente, en lunes, día de la
luna, y cuando ésta se encuentre en la fase
creciente? Por su importancia, los ángulos de los
rayos planetarios son de influencia decisiva.


*
del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel

* * *

XXX - DESARROLLO FUTURO E INICIACIÓN


XXX
DESARROLLO FUTURO E INICIACIÓN

Alquimia y crecimiento del alma

El cuerpo denso comenzó su desarrollo en el
Período de Saturno, pasó sucesivas
transformaciones a través de los Períodos Solar y
Lunar, y alcanzará su mayor grado de
desenvolvimiento en el Período Terrestre.
El cuerpo vital germinó en la segunda revolución del
Período Solar, fue reconstruido en los Períodos
Lunar y Terrestre, y alcanzará la perfección en el
Período de Júpiter – su cuarto grado – así como la
Tierra hace al cuarto grado en cuanto al cuerpo
denso se refiere.
El cuerpo de deseos partió en el Período Lunar, fue
reconstruido en el Período Terrestre, será
modificado nuevamente en el Período de Júpiter, y
alcanzará la perfección en el Período de Venus.
La mente ha nacido en el presente Período
Terrestre, ha de ser modificada en los Períodos de
Júpiter y Venus, y alcanzará la perfección en el
período último, en el de Vulcano.
Si examinamos el diagrama 14 se verá que el globo
inferior del Período de Júpiter se encuentra situado
en la Región Etérica. Por tanto, sería imposible el
uso de un vehículo físico allí, pues únicamente el
cuerpo vital puede ser usado en la Región Etérica.
Sin embargo, hagamos la observación de que no
debe suponerse de ningún modo que después de
haber transcurrido tanto tiempo desde que comenzó
el Período de Saturno hasta el final del Período
Terrestre, empleado todo él en completar y
perfeccionar el cuerpo denso, éste sea abandonado
completamente para que el hombre pueda funcionar
en un vehículo "más elevado", pues la Naturaleza no
malgasta ni desperdicia absolutamente nada.
Su economía es proverbial.
En el Período de Júpiter las fuerzas del cuerpo
denso serán superimpuestas sobre un cuerpo vital al
completo. Este último poseerá, además de sus
propias facultades, los poderes del cuerpo denso,
por tanto será un instrumento mucho más útil para la
expresión del triple espíritu que si estuviese
constituido por sus únicas fuerzas exclusivamente.
De forma similar, el Globo D del Período de Venus
está situado en el Mundo del Deseo (véase
diagrama 14) y allí no puede emplearse ni un cuerpo
vital ni el denso como instrumento de conciencia, por
lo que, en consecuencia, las esencias de los
cuerpos vital y denso perfeccionados serán
incorporadas allí también a un completo cuerpo de
deseos, convirtiéndose por ello éste último es un
vehículo de cualidades trascendentales, adaptado
maravillosamente y sensibilísimo al menor impulso
del espíritu interno, tan superior a nuestras
presentes limitaciones, que actualmente está más
allá de nuestra más elevada concepción.
Aún siendo así, la eficiencia de este espléndido
vehículo será trascendida cuando en el Período de
Vulcano su esencia, junto con las de los vehículos
vital y denso, se agreguen al cuerpo mental, que se
convertirá entonces en la más elevada expresión de
los vehículos humanos, conteniendo en sí mismo la
quintaesencia de lo mejor que había en la totalidad
de sus vehículos. Si el vehículo del Período de
Venus está más allá de nuestra comprensión actual,
cuánto más no habrá de estarlo el que prestará
su servicio más exquisito a los divinos seres del
Período de Vulcano.
Durante la involución, las jerarquías creadoras
ayudaron al hombre a despertar a la actividad su
Triple Espíritu, el Ego, a fin de que construyera el
triple cuerpo y adquiriera el eslabón de la mente.
Ahora, no obstante, y por emplear el
lenguaje bíblico, en el séptimo día Dios descansa; el
hombre, pues, debe trabajar por su propia salvación.
En consecuencia, el Triple Espíritu debe completar
por sí mismo la obra del plan que en su día fue
comenzado por los Dioses.
El Espíritu Humano, que fue despertado durante la
Involución correspondiente al Período Lunar, será el
más prominente de los tres aspectos o fuerzas del
espíritu en la evolución del Período de Júpiter, que
es el período correspondiente al arco ascendente de
la espiral. El Espíritu de Vida, cuya actividad
comenzó en el Período Solar, manifestará
principalmente su actividad en el correspondiente
Período de Venus; y, por fin, las influencias
particulares del Espíritu Divino, serán las más fuertes
en el Período de Vulcano, puesto que, dentro del
arco evolutivo, fue vivificado en el simétrico Período
de Saturno.
Estos tres aspectos del espíritu están en actividad
mientras dura la evolución, pero la actividad principal
de cada aspecto se desarrollará en dichos períodos
particulares porque la obra a ejecutarse allí es su
obra concreta y específica.
Una vez que el triple espíritu ha desarrollado el triple
cuerpo y ha obtenido el dominio de ellos por medio
del foco mental, entonces, trabajando desde dentro,
es cuando comienza a desarrollar la triple alma. La
mayor o menor alma que un hombre tenga
dependerá de la cantidad de trabajo que el espíritu
haya efectuado en sus respectivos cuerpos, cuestión
por otra parte ya explicada a raíz de las experiencias
habidas postmortem.
En tiempo presente, todo cuanto el cuerpo de
deseos haya sido trabajado por el Ego queda
transmutado en Alma Emocional, la cual es al fin
asimilada por el Espíritu Humano, cuya contraparte o
vehículo especial es el cuerpo de deseos.
Todo cuanto el cuerpo vital haya sido trabajado por
el Espíritu de Vida se convierte en Alma Intelectual,
constructora del Espíritu de Vida, porque ese
aspecto o fuerza del triple espíritu tiene su
contraparte en el cuerpo vital.
Y todo cuanto el cuerpo denso haya sido trabajado
por el Espíritu Divino se transforma en Alma
Consciente, la que últimamente se sumerge en el
propio Espíritu Divino porque el cuerpo denso es su
contraparte, su réplica, su emanación material, su
reflejo en el mundo tridimensional o físico en que
vivimos.
El Alma Consciente crece por la acción, por los
impactos externos y la experiencia.
El Alma Emocional crece por los sentimientos
y emociones generados por las acciones y la
experiencia.
El Alma Intelectual es un mediador entre las dos
anteriores, y crece por el ejercicio de la memoria, la
que liga las experiencias pasadas con las presentes,
así como con los sentimientos engendrados por
ellas, creando y dando así lugar a la simpatía y
antipatía, que no pueden existir aparte de
la memoria, pues los asentimientos resultantes de la
sola experiencia serían por sí mismos y en sí
mismos evanescentes.
Y si durante la involución el espíritu progresó en el
pasado a base de formar y mejorar cuerpos, la
evolución, en cambio, depende ahora del
crecimiento del alma. El alma, por así decirlo, es una
quintaesencia, el poder o fuerza extraída por
espiritualización de cada uno de los
correspondientes cuerpos; y cuando un cuerpo ha
sido completamente construido, alcanzando la
perfección a través de diversos estados y períodos
en la forma descrita, su alma extraída es absorbida
por uno de los tres aspectos del espíritu,
precisamente por aquél que generó el cuerpo en
calidad de contraparte o reflejo. Así:
El Alma Consciente será absorbida por el Espíritu
Divino en la séptima revolución del Período de
Júpiter;
El Alma Intelectual será absorbida por el Espíritu de
Vida en la sexta revolución del Período de Venus;
El Alma Emocional será absorbida por el Espíritu
Humano en la quina revolución del Período de
Vulcano.

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del libro "Los Rosacruces" de Antonio Justel

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