CARTA N° 89
LA EDAD ACUARIA Y LA NUEVA
ALIANZA
Después de haber escrito la lección del estudiante y pensando sobre las diferentes fases de la Pascua y de los acontecimientos que se suceden alrededor de tal época, según la
Biblia dice, se me ocurrió a mí cuan cerrado esta el libro santo de la Biblia para aquellos que desconocen las enseñanzas de la Sabiduría Occidental, así como las que se desprenden del conocimiento de la astrología esotérica; así, pues; por esta razón decidí emplear esta carta para dilucidar uno de los puntos que vinieron a mi imaginación.
Seguramente recordaremos que de acuerdo con Lucas (capítulo 22) , Cristo envió a Pedro y a Juan con instrucciones para buscar a un hombre que llevase un cántaro de
agua y que entrasen en la casa donde aquel lo hiciera, porque en tal sitio se había de celebrar, la Pascua. Después se nos dice que en aquel lugar Cristo dio a sus discípulos el
pan y el vino que constituían la Nueva Alianza, declarando que Él no volvería a beber del jugo de la vid. Esto es completamente mal comprendido por los hombres. Para la
gran mayoría de la humanidad el hombre con el cántaro de agua no tiene ningún significado, ni tampoco el hecho de que la Pascua se había de celebrar en la casa de
aquel hombre y no en ningún otro lugar. Asimismo las gentes creen que Cristo dio a sus discípulos vino .para beber, mientras que la Biblia dice precisamente todo lo contrario.
Hay un gran significado en este relato cuando lo leemos como está escrito y lo examinamos a la luz de una enseñanza esotérica.
Primeramente tengamos en cuenta el modo en que los caudillos de la humanidad han dado a cada raza nueva un determinado y apropiado alimento, como ya lo hemos dilucidado en el Concepto Rosacruz del Cosmos. Resumiendo, diremos que a Caín, la segunda Raza del hombre, que era semejante al vegetal y tenía cuerpo vital, se le dio el grano. A Abel, la Tercera Raza del hombre, que tenía ya cuerpo de deseos, se le
suministró la leche. A Nemrod, la Cuarta Raza del hombre, que estaba dotada de mente, se le dio la carne como alimento. El vino fue dado a la Quinta Raza del hombre por Noé
y esto le hizo un egotista sin Dios, así que la inhumanidad del hombre para con el hombre se ha convertido en axioma, pero también le ha ayudado a alcanzar el nadir de
su evolución material. Ahora, sin embargo, está empezando la evolución espiritual y las ideas altruistas deben ser fomentadas o por lo menos preparadas para que germinen,
para que puedan manifestarse en la Sexta Raza. Esto también requiere un cambio en la alimentación y en la dieta.
Mientras que estos estados de la evolución han tenido lugar, el Sol ha rodeado por precesión el Zodiaco muchas veces. Pero cada estado fue inaugurado bajo un signo determinado y específico, y cada uno fue precedido y sucedido por ciclos menores en los cuales hubo replicas de las grandes épocas y edades. De este modo los últimos seis o
siete millares de años mientras el Sol pasaba por Tauro, el signo del Toro, Aries, el signo del Carnero y Piscis, el signo ácueo y fluídico, han sido épocas de desenvolvimiento material, alimentadas y nutridas a impulsadas por la carne y el vino.
Aún Cristo al principio de su ministerio convirtió el agua en vino ratificando su uso continuo durante la Edad de Piscis. Pero al final de su carrera terrenal envió a sus discípulos a que prepararan la Pascua, el paso al más allá, en la casa del Aguador y allí abolió la carne y el vino dándoles pan y la copa de agua como la Nueva Alianza para el
Reino de Dios, donde Él ha de reinar como Príncipe de la Paz.
¿Puede haber alguna cosa más clara y explícita? Cristo es el Espíritu del Sol, y cuando el Sol cruce el Ecuador en el equinoccio vernal en el signo del Aguador, la Edad
Acuaria se manifestará, en la cual la dieta exenta de carnes y de alcoholes de la Nueva Alianza estará en boga y alboreará la era del altruismo. Ahora estamos comenzando a sentir una influencia bienhechora, aunque está siglos aparte aun, y, nosotros estamos aquí para contribuir a la preparación de aquella época.
Por lo tanto, es necesario que nos purifiquemos física, moral, mental y espiritualmente para que sirvamos de ejemplo luminoso a los demás y de este modo conducirles a la
gran Luz, la cual nosotros hemos tenido la gran fortuna de ver.
Recordemos también que cuanto mayor sea nuestro conocimiento, tanto mayor será nuestra responsabilidad por el uso que de él hagamos, y a menos que vivamos de
acuerdo con nuestros tan elevados ideales, mereceremos una mayor condenación.
del libro "Cartas a los Estudiantes", de Max Heindel
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