III. Masa, energía y espíritu
La masa es una propiedad de la materia que la hace difícil de acelerar. La Segunda Ley de Newton establece que la aceleración de un objeto es igual a la fuerza neta que actúa sobre ese objeto dividida por la masa. Esto puede escribirse como:
a=f/m
donde "m" es la masa del objeto, "f" es la fuerza que actúa sobre el objeto y "a" es la aceleración de dicho objeto. De esta ecuación puede deducirse que cuando una fuerza actúa sobre un cuerpo, cuanta más masa tenga el cuerpo, menor aceleración se producirá. Debido a que un camión posee más masa que un automóvil, le es más difícil pasar del reposo a una velocidad máxima tan rápido como a un automóvil, y también tarda más en detenerse. La masa,
además, influye en la atracción gravitatoria (peso). Cuanta más masa tenga un objeto, más atraído será por la fuerza gravitatoria en cualquier lugar donde se encuentre, es decir, tendrá más peso en ese lugar. Debido a que un camión tiene más masa que un automóvil es más difícil levantar un camión (moverlo contra la gravedad) que levantar un automóvil.
Los científicos materialistas aceptan la realidad de cualquier cosa que tenga masa, si ellos la pueden ver, sentir una resistencia cuando tratan de moverla, y pesarla, entonces están dispuestos a creer en su existencia.
Supongamos que tomamos un pedazo de hielo. El hielo tiene masa y se necesita una fuerza para acelerarlo o levantarlo. Supóngase, además, que el hielo se coloca en un plato y comienza a calentarse. Al rato se derretirá. Si continuamos calentándolo, se vaporizará y desaparecerá del plato. De hecho, todo objeto dotado de masa puede pasar a la fase de vapor si se le aplica suficiente calor y de esta forma se le puede hacer desaparecer. El científico materialista ha aprendido a expandir su imaginación y aceptar la desaparición ocasional de parte de lo que él considera real. Observa que aun cuando la materia se evapora y desaparece, puede condensarse y aparecer de nuevo. Un dato interesante en todo este proceso es que la masa total del sistema se mantiene constante, inclusive a través de la parte no visible del proceso. Si se evapora un kilogramo de hielo y luego se condensa y se recristaliza, entonces el bloque de hielo resultante tendrá una masa de un kilogramo. Debido a que el vapor posee la misma cantidad de masa sin pérdida alguna, se da credibilidad a la idea que el vapor, aun cuando invisible, es tan real como el sólido del cual se produjo.
Con la llegada del siglo veinte, la imaginación de los científicos materialistas se expandió un poco más. En 1905 Albert Einstein teorizó que la masa y la energía pueden intercambiarse de acuerdo con la ecuación:
E=m ·c2
donde "E" es la cantidad de energía necesaria para producir una cantidad de masa "m" y c=2.998 x 108 m/s (velocidad de la luz en el vacío). Alternativamente "E" es la cantidad de energía que puede producirse de una masa "m". La ecuación masa-energía de Einstein ha sido verificada experimentalmente tanto en reacciones nucleares como en reacciones con partículas elementales. Se ha observado que la masa puede crearse de una radiación electromagnética en los llamados "eventos de producción de pares". Si pasa suficiente energía electromagnética (la cual no posee masa) cerca de un núcleo pesado, pueden generarse un electrón y un antielectrón (los cuales sí poseen masa). La presencia del núcleo es necesaria para absorber algo del momentum de la reacción. De la misma manera, pueden generarse un protón y un antiprotón, un neutrón y un antineutrón y cualquiera otra partícula y su correspondiente antipartícula. Algunos han teorizado diciendo que de esta forma fue creada originalmente toda la materia. Inversamente, cuando una partícula y una antipartícula se encuentran, ellas desaparecen y solamente permanece la radiación electromagnética sin ninguna masa. En el proceso de aniquilación de pares la masa no solamente llega a ser invisible sino que cesa de existir. Es interesante advertir, sin embargo, que cuando la masa cesa de existir, la suma total de la masa total y de la energía dividida por c2 permanece constante. Si un kilogramo de masa fuera convertido en energía pura (sin masa) en forma de radiación electromagnética y si toda esta radiación fuera atrapada y mantenida en condiciones apropiadas, sería posible teóricamente producir un kilogramo de masa (existen un sinnúmero de dificultades, si alguien tratase de hacer esto). El hecho de que la radiación electromagnética posee la propiedad masaenergía sin pérdidas da paso a la idea de que la radiación electromagnética, aunque no posea masa y no pueda ser empujada, atraída, o pesada es tan real como las partículas que sí poseen masa.
La radiación contiene energía. Un sistema se dice que posee energía si tiene la capacidad de producir cambios en sí mismo o en otras cosas. Se sabe que las ondas electromagnéticas tienen energía porque pueden producir corrientes eléctricas (como hacen las ondas de radio y televisión a través de antenas), calentar objetos (como hacen los rayos del Sol y los hornos microondas), causar reacciones químicas (como hacen los rayos del Sol al contacto con las hojas de las plantas o con la piel humana). De ahí que la capacidad de hacer cosas haya sido aceptada como parte de la realidad por los científicos materialistas.
Cuando el vidente investiga estos asuntos, está de acuerdo con las conclusiones de los científicos materialistas e incluso puede aportar algo más. Mientras que el científico materialista puede únicamente inferir la realidad del vapor y las ondas electromagnéticas, el clarividente puede ver directamente el vapor y las ondas electromagnéticas y, por consiguiente, confirmar su realidad. El vapor está clasificado por el clarividente como perteneciente a la Región Química del Mundo Físico, junto con los sólidos y los líquidos. Las ondas electromagnéticas y otros campos de fuerza que actúan sobre las partículas de la Región Química están en la Región Etérica del Mundo Físico. Adicionalmente, el clarividente puede ver y trabajar inclusive con estados más refinados de la materia a medida que eleva su estado de conciencia a lo que se llama Mundo del Deseo y Mundo del Pensamiento. Estos mundos superiores(*) son tan reales para el clarividente como los objetos sólidos para el científico materialista. El clarividente Max Heindel establece que la materia (ya sea en el Mundo Físico o en otros superiores) es espíritu cristalizado y que la energía (en todos los mundos) es el mismo espíritu, todavía no cristalizado. Materia y energía son reconocidas por el clarividente como parte de una única realidad, el espíritu.
(*) El Mundo del Deseo y el Mundo del Pensamiento se dice que son "más elevados" que el Mundo Físico porque la materia en ellos vibra a mayor velocidad que la materia física (de la misma manera que los átomos de los gases vibran más rápido que los átomos de los líquidos y éstos a su vez más rápido que los átomos de los sólidos). Espacialmente, el Mundo Físico, el Mundo del Deseo y el Mundo del Pensamiento se interpenetran unos a otros (como lo hacen los sólidos, los líquidos y los gases en el Mundo Físico).
*
del libro Ciencia y Religión de Elsa M. Glover
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