Capítulo IV
MÁS TRABAJOS DE LOS AUXILIARES INVISIBLES
He aquí una historia insólita que trata sobre un Auxiliar que se hizo pasar por un perro para ayudar a un hombre y a su familia: Una noche, mientras dos Auxiliares sobrevolaban una ciudad del Este, vieron a una mujer, de pie frente a una taberna, con dos niños y un perro. Los Auxiliares bajaron y fueron hacia ellos. Uno de ellos preguntó a la mujer qué pasaba y esta dijo:
Estoy esperando a que mi marido salga y me de algo de dinero para comida. Si no, se lo beberá todo.
Los Auxiliares preguntaron a alguien, distante, mediante el pensamiento, si podían ayudar a la mujer, y se les dijo que lo hicieran.
¿Sabe hacer gracias el perro? preguntó el Auxiliar.
Sí contestó el muchacho.
El Auxiliar comprobó que el perro sabía hacer algunas carantoñas.
Esto es todo lo que quería saber dijo.
Entonces dijo al perro que fuera con su amo. El perro entró en la taberna buscando al padre del muchacho. El Auxiliar le dijo al perro que se sentara y así lo hizo.
Amo, por favor, deja de beber y ven a casa dijo el Auxiliar que estaba cerca del perro Ellos necesitan tu dinero y a mí me gustarían unos pocos huesos más.
El Auxiliar había materializado sólo lo suficiente de su cuerpo para hablar y el hombre no lo veía.
El marido de aquella mujer se volvió en redondo y miró al perro sentado. Entonces el Auxiliar habló otra vez y dijo.
Señor Tabernero, no está bien tomar todo el dinero de mi amo y de su familia y usted lo sabe. Vamos, amo, estamos esperándote en la puerta.
El hombre corrió afuera, vio a su familia y se sentó en el vano de la puerta. Le dio a su mujer todo el dinero y luego se levantó y se fue a casa.
Este hombre estaba borracho antes de que el perro hablase, pero la experiencia le volvió sobrio inmediatamente. Cuando los Auxiliares fueron a su casa, estaba allí y temblaba como una hoja. El perro fue hacia él y el Auxiliar dijo:
Gracias, amo, por venir a casa. Ahora puedo tener más huesos y luego se fue.
El hombre palideció. Un Auxiliar comentó al otro que dijera al hombre que le había advertido para que dejase de beber y que debía cuidar a su familia. La Auxiliar se lo dijo, y él
prometió que lo haría.
¿Qué hizo hablar al perro? preguntó la mujer al visitante.
Fue utilizado como un medio para hacer saber a su marido que ya es hora de que deje de beber y cuide de su familia dijo el Auxiliar No hubiera creído a ningún ser humano El Auxiliar dijo a la mujer que si bebía otra vez, podía tener un derrame cerebral.
Los Auxiliares pensaban que de cualquier manera podía tener un derrame cerebral, o un delirimun tremens.
¿Qué se hizo del hombre que estaba con usted? preguntó la mujer a la Auxiliar ¿Tuvo miedo y huyó?
No dijo la Auxiliar Tenía otro trabajo que hacer Después de esto la Auxiliar jugó unos minutos con el perro y luego se fue.
* * *
He aquí otra historia de sobre cómo se ayudó a un hombre: Dos Auxiliares fueron a uno de los estados del Sur, donde conocieron a un hombre que había perdido todas sus llaves en un canal. Había estado de pie en la orilla del canal con el manojo de llaves en la mano, hablando con su esposa. Al señalar al otro lado del canal, las llaves se le deslizaron de la mano y cayeron a las cenagosas aguas. No tenía otras llaves, así que estaban sin posibilidad de entrar
a su casa.
El hombre comenzó a orar pidiendo ayuda. Marcó el lugar donde había estado de pie, con un pedazo de madera clavado en la tierra. Los Auxiliares llegaron hasta él, que les contó lo que había ocurrido.
Estamos hospedados en el hotel dijo el hombre, y tenemos todo nuestro dinero en la ropa de baño. Las llaves están en el fondo del canal y no se cómo recuperarlas. Si usted las saca, le daré cien dólares.
El atribulado individuo pensaba que los Auxiliares eran gente que vivía en las cercanías.
Si las llaves no se recuperan ahora dijo la Auxiliar pueden hundirse en el lodo y por la mañana será imposible encontrarlas. El agua tiene una profundidad de un metro y medio en este lugar.
No puedo ver ahora las llaves y está demasiado oscuro para buscarlas antes de la mañana dijo el hombre.
Ve y recupérale las llaves dijo la Auxiliar a su compañero.
El Auxiliar se deslizó dentro del agua, se sumergió, tomó las llaves, salió con ellas y se las dio al hombre, que estaba demasiado sorprendido para hablar.
¿ Cómo pudo ver usted las llaves, y cómo pudo respirar bajo esa agua encenagada? preguntó estupefacto.
No dé importancia a eso; pero sea amable y servicial con todo el que se encuentre dijo el Auxiliar.
Trataré de serlo contestó el hombre Venga a verme mañana y le daré los cien dólares.
Los Auxiliares se fueron y, naturalmente, nunca regresaron para ver al hombre, ya que no le ayudaron por una recompensa. Gozan yendo de acá para allá ayudando a personas y animales. A la mañana siguiente ambos Auxiliares recordaban esta historia claramente.
* * *
He aquí una historia sobre cómo se ayudó a una mujer muy enferma: Había estado orando para ponerse bien y para que su hijo dejara de beber tanto. Los Auxiliares fueron enviados para ayudarla. Mientras estaban trabajando en sus vehículos invisibles, el hijo entró en la casa, borracho, y haciendo mucho ruido. Una Auxiliar le dijo que no debía emborracharse y que estuviese tranquilo, porque su madre estaba muy enferma y no era capaz de ponerse de pie. El hijo se puso entonces grosero y la Auxiliar lo agarró un poco rudamente y lo puso sacó de la casa. Era una noche fría y pronto se le pasó la borrachera, rogando que lo dejaran entrar.
La Auxiliar lo dejó entrar y tuvo que oír lo que ella tenía que decirle. Y le dijo lo que iba encontrar cuando tuviese su tránsito, si no se reformaba.
El hombre le pidió pruebas y ella expandió su aura y luego desapareció. Fue a la habitación contigua, se materializó y volvió a donde él estaba.
Seguramente debo haber estado hablando con un Ángel porque los humanos no hacen lo que ella ha hecho dijo el atemorizado joven Me pregunto si estaba soñando o viendo visiones!
La Auxiliar se puso detrás de él y le habló diciendo:
No, no está usted soñando.
Al oír esto el hombre se volvió como si le hubieran disparado.
Por favor, Ángel dijo Ten misericordia de mí, y haré un hombre de mí mismo y dejaré de beber.
El segundo Auxiliar también estaba presente y le dijo a su compañera que pusiera la mano sobre la cabeza del hombre para darle fuerza, porque estaba temblando como una hoja. Este
hombre mantendría su promesa porque los Auxiliares borraron su deseo por la bebida.
Un gran evangélico contó una vez a su congregación dos historias similares a esta. En cada caso el hombre, que era bebedor, oró pidiendo ayuda, y el deseo de emborracharse le abandonó completamente. Los estudiantes ocultos saben que una Hermana Lega o un Hermano Lego pueden eliminar tales vicios de un hombre, de tal manera que nunca deseará bebidas intoxicantes de nuevo.
* * *
He aquí cómo fue respondida la oración de un hombre chino pidiendo ayuda. A dos Auxiliares se les mostró un chino que estaba enfermo de parálisis. También se les mostró cómo ayudarle. Los Auxiliares fueron hasta el hombre, que tendría unos cincuenta y cinco años. Lo hallaron temblando.
Oh, Ángel! Tú, poderoso, ayúdame a mí, un pobre gusano de la tierra dijo el pobre hombre Yo soy manso y humilde. He estado en este estado más de veinticinco años y nadie puede ayudarme. Ayudadme vos, poderoso Ángel.
¿Está usted casado? preguntó el Auxiliar.
No contestó.
¿Es usted pobre? preguntó.
Tenía de sobra, pero las guerras y mi hermano me lo han quitado replicó Si fuera un hombre sano, lo recuperaría otra vez. He estado rezando durante diez años para que Dios me sane.
Si se pone usted bien, ¿será un buen hombre y será bondadoso con todas las cosas vivientes y ayudará a todo el que pueda? preguntó la Auxiliar ¿Ayudará incluso a los animales y a las plantas?
Mi religión enseña eso respondió el chino.
¿Cuál es su religión preguntó la Auxiliar.
El confucionismo era mi religión hace más de diez años dijo Ahora creo en la religión cristiana. He orado, pero no he recibido ayuda y he perdido todo lo que tenía.
¿No puede ser una deuda de una vida pasada lo que esté usted pagando ahora?
inquirió la Auxiliar.
No lo sé dijo ¿he vivido antes de ahora?
Con todos sus conocimientos, ¿no sabe usted nada del renacimiento? preguntó ella.
Sí, leí sobre ello cuando era joven, pero no estaba interesado entonces dijo Si puede ayudarme, haré todo lo que me pida. Quiero ir a América.
El Auxiliar preguntó a alguien a distancia si podía ayudar a este hombre enfermo, y se le dijo que podían ayudarle.
El hombre dijo que durante la guerra con Japón el techo de su casa había sido derruido por los disparos pero que no resultó herido, ni los soldados le molestaron ni robaron. Los Auxiliares ayudaron a levantarse al chino, que anduvo tambaleándose por la habitación y se arrodilló frente a la Auxiliar.
Poderoso Ángel! dijo este humilde gusano del polvo te da las gracias. Qué Dios te bendiga!
La Auxiliar trató de explicarle que ellos eran servidores de Dios, pero el chino no podía creerlo.
Vaya a decirle a mi sirvienta que está en la habitación de al lado que venga aquí dijo al Auxiliar.
El Auxiliar fue a una habitación donde encontró a una mujer china bien parecida. Le dijo que el hombre quería verla. Ella corrió a su habitación y se inclinó ante él.
Gusano del polvo le dijo el chino ve y trae mis ropas.
Espera! dijo el Auxiliar Desde ahora en adelante no habrá reverencias. Llámala por su nombre. Según tu fe cristiana, no puede haber esclavos.
Los Auxiliares sugirieron un nombre apropiado que agradó al hombre.
La llamaré así dijo.
Ahora, puesto que estás sano, si te gusta ella, cásate de acuerdo a las costumbres chinas y trátala como a tu esposa y no como a una sirvienta dijo el Auxiliar Sé honesto con ella, y dí “por favor” cuando le pidas algo. Dale dinero para sus gastos.
El Auxiliar dijo a la mujer que todo lo que había dicho era aplicable a ella también.
Te doy las gracias dijo ella.
¿Estoy bien? preguntó el hombre.
Sí pero debes siempre mantener tu promesa y ser amable y bondadoso con todas las cosas vivientes.
Ambos chinos prometieron que lo harían. Este hombre no podía creer que estuviese curado y no paraba de examinarse para estar seguro de que estaba bien.
* * *
Los Auxiliares dejaron China y regresaron a su propio país para encontrar a una joven que estaba cautiva y a quién se les había dicho que ayudasen. Esta joven y sus padres habían estado orando durante cinco años pidiendo ayuda. La chica estaba en algún lugar de las montañas de un país vecino, en un viejo pero recio edificio. Los Auxiliares la hallaron en el sótano, durmiendo sobre un poco de paja, y la despertaron.
Por favor déjeme ir a casa porque me muero dijo ella.
¿Cuánto tiempo ha estado usted aquí? preguntó uno de los Auxiliares.
No lo sé respondió Me trajeron aquí en Agosto de 1931. Mi casa está en la costa oeste.
He sido trasladada cinco o seis veces desde que fui secuestrada. Una mujer me trae comida, pero no la suficiente y estoy pasando tanta hambre que me estoy muriendo lentamente.
La mujer dijo a los Auxiliares exactamente donde estaba su casa. Había sido una vez muy bonita, pero ahora parecía sólo piel y huesos.
Los Auxiliares examinaron el lugar para ver cómo sacarla. No encontraron salida, así que uno de ellos la tomó de la mano y llamó a la mujer que le traía la comida.
¿Quién trajo a esta joven aquí? preguntó el Auxiliar.
No sé dónde están los hombres, pero el jefe está arriba dijo Él nunca baja aquí.
El Auxiliar envió una llamada mental al secuestrador que bajó, armado con una pistola.
Tanto el hombre como la mujer estaban tan alterados que apenas sabían de qué estaban hablando.
El hombre dijo que había secuestrado a la joven por dinero, pero no consiguió ninguno; así que decidió retenerla hasta que muriese. Luego tomaría el cuerpo y lo pondría una noche en el porche de la casa de sus padres.
Hemos venido para llevarla a casa dijo el Auxiliar Dele algo de ropa.
El malvado se rió.
Bien, vais a morir como ratas dijo a uno de los Auxiliares.
Sacó su arma para disparar a uno de los Auxiliares, pero a las Salamandras, o espíritus del fuego, se les había dicho que se mantuviesen inactivas; así que su arma sólo percutió en el
vacío. El Auxiliar se apoderó de la pistola del amedrentado sujeto, que estaba temblando de miedo. El Auxiliar le ordenó encontrar algo de ropa para la mujer y también una manta gruesa. A la mujer carcelera se le dijo que fuera con el hombre para lo que fuera necesario.
Los dos salieron y cerraron la puerta.
Ahora moriréis los tres gritó el hombre.
La joven comenzó a llorar, y los Auxiliares le dijeron que ellos la sacarían de allí. Los Auxiliares desaparecieron y fueron a la sala donde estaban el hombre y la mujer, apareciendo ante ellos, y les pidieron la ropa. El hombre estaba paralizado de miedo.
Dales ropas y una manta, y también quinientos dólares dijo No dales mil dólares y que se vayan.
La Auxiliar tomó todo.
Que nadie nos detenga dijo.
Los Auxiliares bajaron al sótano y abrieron la puerta. Vistieron a la mujer y la llevaron envuelta en la manta. En lo alto de las escaleras se encontraron con dos grandes y feroces perros que comenzaron a arrastrase sobre el vientre en dirección a los Auxiliares, gimiendo
en vez de ladrar. El Auxiliar pidió ayuda para llevar a la joven hasta su casa, porque pensó que los guardas podían comenzar a dispararle y herirla. Se le dijo que no necesitaba ayuda.
Los Auxiliares dijeron a las Salamandras que se mantuviesen tranquilas hasta que se hubiesen ido. Envolvieron a la joven en la manta, la sacaron por la puerta y la rodearon con una especie de pantalla opaca mediante el pensamiento. Después de hecho esto, los
Auxiliares se elevaron en el aire llevando a la joven a la pequeña ciudad donde vivía, y la dejaron a salvo en su casa de sus padres.
Ahora voy a volver a aquel sitio para ver si hay alguien más cautivo dijo el Auxiliar a su compañera. La Auxiliar dijo que ella iría también. Cuando ambos regresaron a la casa del secuestrador, este estaba hablando con la mujer. Un Auxiliar apareció en la habitación y preguntó al hombre si había algún prisionero más en aquel lugar.
Sí dijo el hombre.
Muéstrenos donde están.
El hombre fue a una habitación, abrió la puerta y dijo a los Auxiliares que había una mujer en el armario que estaba al otro lado de la habitación. Los Auxiliares comenzaron a cruzar la
habitación y cuando llegaron al centro, el hombre accionó una trampilla y los Auxiliares cayeron en un lugar oscuro. La Auxiliar chilló y se agarró de su compañero porque olvidó que no estaba en su cuerpo físico y no se la podía dañar.
Cálmate dijo el Auxiliar Nada puede hacerte daño.
Tengo miedo le dijo la Auxiliar.
Regresa a casa dijo su compañero.
Sácame fuera y podré ir contestó. Justo entonces vio unas calaveras Oh, mira esos cráneos! dijo Hay cuatro allí!
Sí, cuatro personas han pagado este precio dijo Ven, vayámonos.
Los Auxiliares se desmaterializaron rápidamente, regresaron donde estaba el hombre y se materializaron, de tal modo que parecían cuerpos humanos ordinarios.
No queremos más tretas, Buddy dijo el Auxiliar.
El hombre brincó sobresaltado.
Sí, ha llegado tu hora, y tenemos un sitio para ti dijo el Auxiliar.
No quiero morir dijo el hombre, presa de pánico Les daré un millón de dólares por salvarme.
No podemos hacer nada dijo el Auxiliar Examina tu vida y contempla lo que has hecho.
El hombre comenzó a hablar diciendo:
Soy culpable de siete asesinatos! Mira la gente a la que he robado y saqueado! Mira todo el ganado que he envenenado y las casas que he incendiado! ¿Por qué no he hecho el bien? Y se derrumbó, muerto.
Este hombre perverso estaba viendo las cosas que había hecho durante su vida, justo desde la muerte hasta que era un bebé. Nosotros llamamos a esto el panorama de la vida.
Los Auxiliares llevaron al hombre hasta la Región Fronteriza, que es una zona entre el Primer Cielo y el Purgatorio.
Llévale abajo, cerca de la atmósfera de la tierra dijo el que estaba a cargo Mantén a tu compañera cerca de ti. No, mejor déjala aquí.
Yo quiero ir dijo la Auxiliar.
El Auxiliar la mantuvo bien a su lado y bajó al hombre. Lo que vieron era demasiado horroroso para ser expresado con palabras, y ninguno de los dos deseó ir a esta región nunca más. Este hombre diabólico había creado toda clase de enormes, siniestras y feroces entidades a través de sus perversas acciones y pensamientos.
Esta historia recordó a uno de los Auxiliares la palabras de Cristo Jesús en San Mateo 16:26;27:
Porque ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?
O, ¿a cambio de qué podrá el hombre rescatarla?
Porque el Hijo del Hombre ha de venir revestido de la gloria de Su Padre acompañado de sus Ángeles, y entonces dará el pago a cada cual conforme a sus obras.
* * *
He aquí cómo una mujer fue salvada de hundirse en unas arenas movedizas en algún lugar de Méjico: Dos Auxiliares iban sobrevolando una colina cerca del Océano Pacífico. Miraron
hacia abajo y vieron cómo un automóvil se detenía. Los ocupantes se apearon y caminaron hacia el borde de un barranco cercano para disfrutar de la hermosa vista.
De repente, una de las mujeres resbaló por el terraplén al ceder la tierra por su peso. Cayó dentro de un foso de arenas movedizas y comenzó a hundirse en el blando lodo. Había llovido, y la ladera estaba mojada. La mujer pronto comprendió que le era imposible salir por sí misma. Se hundía más profundamente con cada esfuerzo por levantar un pie. Había unos ocho o diez metros desde la cima de la loma al lugar donde la mujer cayó.
La mujer gritaba pidiendo ayuda y rezaba para que alguien viniera a salvarla, porque se estaba hundiendo lentamente. Sus amigos se agitaban inútilmente, intentando idear alguna manera de ayudarla.
Los Auxiliares se materializaron; bajaron donde estaba la mujer y uno de ellos la agarró del brazo derecho mientras el otro la tomaba del izquierdo, y así la sacaron de las arenas, que eran como lodo resbaladizo y blando. Luego, llevaron a la atemorizada mujer junto a sus amigos, fuera del barranco.
* * *
Es extraño cómo poca gente creerá que es posible para ciertas personas, que viven vidas virtuosas y de servicio, irse a dormir y dejar sus cuerpos físicos sobre la cama y, luego, salir en sus vehículos superiores y ayudar a personas y animales bajo un sistema organizado y supervisado por Seres Avanzados que constituyen una larga estirpe de Auxiliares.
Estos Auxiliares están constituidos por Dios, los cuatro Señores del Destino, ciertos Seres de otros planetas, los Liberados, los Hermanos Mayores, Arcángeles, Ángeles, Hermanas Legas y Hermanos Legos, Auxiliares Invisibles y, finalmente, personas que viven vidas ordinarias aquí entre nosotros. Muchos de los estudiantes de las diversas escuelas preparatorias de las Escuelas de Misterios son miembros de grupos de Auxiliares que toman
parte en esta labor. No quiero decir con esto que solamente por ser un estudiante puede cualquiera tomar parte en esta obra inmediatamente. Es necesaria cierta cualificación.
Una persona debe desarrollar su cuerpo alma hasta un cierto grado, antes de que pueda abandonar su cuerpo físico y viajar en ese cuerpo alma. Debe ser sincero en su deseo de ayudar a otros y debe esforzarse por el conocimiento a través de líneas espirituales. Debe
carecer absolutamente de miedo. Debe ser inegoísta y desear el conocimiento con el propósito de ayudar a otros y no para hacer dinero. No debe vender su conocimiento. Debe darlo libremente si desea mantener abierto el canal por el que pueda recibir más y mejores enseñanzas para sí mismo. Si una persona trata de aprender el conocimiento oculto y rehúsa impartir lo que sabe a otros, él mismo se cierra la fuente del conocimiento. Lo que se recibe
libremente, debe darse libremente a otros.
Un día, una estudiante de ocultismo intentó hablar a un anciano hombre de negocios sobre algunas verdades ocultas.
No me creo eso dijo ¿Qué prueba sobre eso puede darme?
¿Cree usted en Dios? preguntó ella.
Sí respondió el hombre enseguida.
Mirad, algo en su interior reconocía que hay un Dios y que él mismo era una parte de Dios. Este hombre había vivido muchos años y sabía que debe haber un Dios a cargo de nuestro mundo. La estudiante preguntó si creía en los Ángeles.
No replicó.
Si una persona no cree en los Ángeles, es generalmente completamente inútil esperar que crea en los Auxiliares Invisibles o en que vivimos después de la muerte y renacemos después
de unos mil años. La Biblia contiene muchas historias de Ángeles, en las que apenas se puede creer, sin aceptar que los Ángeles existen actualmente.
Por otro lado, si una persona cree en los Ángeles, es menos difícil explicarle las enseñanzas Místicas y Ocultas. Algunas personas creerán en las enseñanzas elevadas porque llenan una necesidad real en sus vidas. Otras, deben tener alguna prueba actual. Muchas
personas han tenido pruebas de que existen Ángeles, Arcángeles y Auxiliares Invisibles; y espero que el lector los vea también alguna vez.
* * *
He aquí la historia de una joven a la que se ayudó mediante la sanación espiritual: Dos Auxiliares fueron enviados a cierto lugar de Europa, donde una joven estaba rezando en demanda de ayuda. Fueron hacia ella y vieron a una chica sencilla que estaba llorando porque su boca era deforme.
Después de que les contara su historia, un Auxiliar dijo:
Déme un poco de harina y agua para hacer una pasta con ella y trataremos de mejorar su cara.
La joven trajo la harina, el agua y una toalla. Se le dijo que se acostara. Después que lo hizo, el Auxiliar puso la toalla bajo la cabeza. Luego hizo una pasta con la harina y el agua, la
puso sobre la cara como un molde y trabajó con ella hasta que se secó.
Mientras masajeaba su cara, la fuerza curativa que procede de Dios fue descendiendo hasta ella mediante el otro Auxiliar, y su cara se remodeló. Cuando la pasta estuvo seca, el Auxiliar la retiró de su cara y dijo a la joven que se lavara. Ella lo hizo deprisa y se miró al espejo.
Dijo que su cara estaba hermosamente blanca y limpia igual que su boca. Su alegría no tenía límites.
¿Quién lo hizo? preguntó.
El primer Auxiliar señaló al segundo y la chica corrió hacia ella y la besó. Luego, la chica agradeció a ambos todo lo que habían hecho por ella. Después de decirle que fuera a la iglesia y que fuera una buena chica, los Auxiliares se fueron a su trabajo.
* * *
Una noche, unos Auxiliares Invisibles salvaron a un hombre de morir ahogado. Fueron enviados a ayudar a un hombre en un barco, entre Francia e Inglaterra. En este barco había dos hombre y una mujer, que habían planeado robarle y arrojarlo por la borda. Uno de los conspiradores, una mujer, estaba siguiendolo por la nave. Él estaba rezando a Dios para que le salvara, porque sabía que estaba siendo vigilado constantemente y estaba asustado. Los Auxiliares hablaron con él en su camarote. Uno de ellos le dijo que recogiera su dinero y sus objetos de valor. Los había escondido entre dos colchones de su camarote.
El Auxiliar extendió una manta sobre la cama y le hizo tenderse sobre ella. Luego puso sus objetos de valor en sus manos, sobre él, y lo envolvió cuidadosamente. Abrió la puerta y llevó sobre el mar al hombre hacia el país al cual él quería ir, dejándolo en un lugar seguro.
Esto suena como un cuento de hadas, pero ocurrió realmente. Los Auxiliares Invisibles pueden anular la fuerza de la gravedad, y los objetos pesados pueden entonces flotar en el aire y ser transportados fácilmente por ellos, que pueden materializar todo o parte de su cuerpo a voluntad cuando necesitan hacerlo así en el desarrollo de su labor.
Max Heindel, en su folleto La Interpretación Mística de Pascua, se refiere a la materialización cuando, hablando de Jesús, dice:
Tras la muerte del cuerpo denso de Jesús, el átomo simiente fue devuelto a su propietario original. Durante los tres años de intervalo entre el bautismo, donde él ofreció sus vehículos, y la crucifixión, que le procuró la recuperación de sus átomos simientes, Jesús formó un vehículo de éter como un Auxiliare Invisible forma materia física siempre que es necesario materializar todo o parte de su cuerpo. Pero la materia no sintonizada con el átomo simiente
no puede ser permanentemente retenida; se desintegra tan pronto como el poder de la voluntad que la unió es retirado y es, por lo tanto, sólo efímera.
Muchos otros escritores de las enseñanzas ocultas han hablado de las cosas maravillosas que los Auxiliares Invisibles han hecho. Muchas de estas historias han sido desfiguradas de varias formas. Después de cierto tiempo, el sincero estudiante aprende a interpretar el verdadero significado de estas historias verdaderamente prodigiosas que han inspirado a la humanidad a través de las edades.
* * *
Una noche de Noviembre, dos Auxiliares fueron a un lugar de Sudamérica, donde hallaron a una ardilla hembra con sus crías en un gran árbol. Las ardillas estaban desmejoradas y hambrientas, porque no podían encontrar nada de comida. Un Auxiliar dijo a la ardilla madre, de brillantes ojos, que las llevarían a un lugar donde podrían conseguir comida.
El Espíritu Grupo mostró a los Auxiliares donde llevar a las ardillas. Ellos las llevaron a unos treinta kilómetros, hasta una granja donde podían conseguir vegetales verdes y algo de cereales de un pesebre. El granjero era un hombre bondadoso que no les haría daño. El
Espíritu Grupo dijo que podrían permanecer allí.
* * *
La siguiente es una historia completamente diferente, que ilustra también la labor de los Auxiliares Invisibles.
Una noche, unos Auxiliares fueron enviados a un país extranjero para salvar a un joven que vivía en una casa que daba a una hermosa extensión de agua. Durante el camino, los Auxiliares pasaron sobre algunos países accidentados que eran muy hermosos en ciertas zonas. Había habido muchas luchas en aquella parte del país. Los Auxiliares fueron a la casa que se les mostró cuando recibieron instrucciones de los Elevados Seres para su trabajo de aquella noche. Al bajar del aire los Auxiliares, vieron dos pequeños y hermosos corderos y un perro pastor en el patio principal. Uno de los Auxiliares quiso ir a verlos.
Justo antes de que los Auxiliares llegaran, unos soldados encontraron a un joven de unos dieciocho años, que vivía con sus tres hermanas. Había ido al pueblo a comprar provisiones e
iba de camino a casa. Los soldados iban a disparar contra el joven por ser antipatriótico. A uno de los Auxiliares se le dijo que llevara al asustado joven a la casa y construyese una pantalla a su alrededor, advirtiéndole que permaneciese lejos de su hogar durante un tiempo.
Justo cuando los soldados estaban listos para dispararle, el Auxiliar lo agarró y salió disparado hacia arriba, llevándolo sobre la casa. El otro Auxiliar vio esto claramente y lo recordaba por la mañana cuando despertó.
Los soldados quedaron demasiado confusos y sorprendidos para disparar al joven; así, el Auxiliar lo alejó de allí dejándolo a salvo. La Auxiliar preguntó al joven si sabía cómo llegar a la casa rápidamente.
No, ¿y usted? preguntó él.
Entonces la Auxiliar explicó cómo lo había hecho. Le dio una buena información sobre los Auxiliares Invisibles y su labor; en qué andan ocupados y cómo pueden impulsarse en sus cuerpo físicos a través del aire. El joven estaba muy interesado. El Auxiliar le dijo que habían sido enviados para ayudarle porque tenía una labor que hacer por su raza.
No puedo entender cómo me elevó en el aire y viajamos tan rápido a través de él y me depositó en el suelo con tanta facilidad dijo el joven Casi
no podía respirar durante el viaje. ¡Su trabajo es maravilloso!
El Auxiliar le dijo que dejase su casa y que ningún daño les sucedería ni a sus hermanas ni a sus animales. El joven se fue enseguida.
Los Auxiliares entraron a la casa y hablaron con las tres hermanas. Una de ellas había sido enfermera del ejército durante diez años y había regresado a su casa. La más joven de las hermanas era retrasada mental y no había ido a la escuela. Los Auxiliares quisieron ayudarla, pero se les dijo que no podían porque tenía una lección que aprender. Los padres habían muerto y las hermanas y el hermano eran propietarios de aquel lugar y no habían sido
molestados nunca antes.
Los Auxiliares se fijaron en un sirviente que intentaba ayudar a un perro de compañía que estaba enfermo. El perro estaba cubierto por una manta y yacía sobre el suelo. Estaba constipado y tenía fiebre. Pronto los Auxiliares aliviaron al perro y pudo levantarse y salir
corriendo.
Para ese momento, los corderos habían sido trsladados al sótano, donde fueron escondidos para mantenerles seguros. Una hermana dijo que dejaban comer a los corderos la hierba del patio varias veces al día y luego los guardaban para protegerlos de los soldados que pasaban.
* * *
Otra noche, estos Auxiliares fueron enviados a un país de Europa donde era entonces de día para evitar que unos soldados mataran a unas mujeres y unos niños. Los Auxiliares dijeron a las Salamandras que se mantuviesen inactivas. Luego, dijeron a las mujeres que cruzaran a un país vecino y las ayudaron a llegar allí sin peligro.
Las Salamandras son los Espíritus de la Naturaleza que ocasionan los fuegos. Estos Espíritus de la Naturaleza son de color de fuego y de muchos tamaños. Algunos son pequeños y otros, como los que se encuentran en los cráteres de los volcanes, son de enorme tamaño.
* * *
En ese momento había muchos muertos y heridos por el suelo, y la zona parecía un campo estéril con viejos y derruídos edificios esparcidos en derredor. Una vez estos Auxiliares apagaron un incendio que hubiera quemado a mucha gente; dijeron a las Salamandras que se fueran y éstas lo hicieron así. Muchas veces dispararon a los Auxiliares. Un Auxiliar rescató a un muchachito de un soldado que estaba a punto de atravesarlo con la bayoneta. La madre del niño había sido asesinada. El Auxiliar llevó al niño a otro país y encontró un hogar para él.
* * *
Ahora, le contaré otra historia de osos, una sobre un osezno que unos Auxiliares vieron en una gran casa en cierto país. Primero, vieron a un niño con el osezno en la cama. Alguien entró y vio que el osito había dejado manchas húmedas sobre la cama. Se enfadó mucho y regañó y castigó al oso. Los Auxiliares se materializaron y uno de ellos dijo que intentaría hacer que el osito lo entendiera y fuera un oso limpio en el futuro.
Entonces el Auxiliar acarició al bebé oso y habló con él. Le mostró la puerta, la abrió, fue hacia él, se puso de cuatro patas y caminó con el oso hacia la puerta. Rascó sobre la puerta y le mostró cómo hacerlo. Luego, lo llevó afuera y fue diciéndole lo que debía hacer. Lo tomó de nuevo, e hizo que el osos rascase la puerta y luego lo dejó salir.
El Espíritu Grupo se presentó ante el Auxiliar y este le pidió que indujera al pequeño oso a hacer lo que le había mostrado.
Él entiende, y lo hará bien ahora dijo el Espíritu Grupo.
La visión espiritual de los Auxiliares estaba desarrollada de tal manera que podían ver al Espíritu Grupo. Tenía una cabeza y un cuello que le hacían aparecer como un oso bondadoso, y habló con los Auxiliares en el lenguaje del alma. Su cuerpo era exactamente como el de un hombre, pero su aura era más grande y brillante que la mayoría de las auras humanas. El Auxiliar veía a este Espíritu Grupo en el Mundo del Deseo donde él estaba. Parecía como si
estuviera justo cerca de ellos. Intente imaginar a un Ser hermoso, radiante, con cabeza y cuello de oso, y tendrá una pequeña idea de cuán encantadores parecen estos Espíritus Grupo.
Aquella gente eran granjeros acomodados y tenían cariño a los animales. Dijeron a los Auxiliares que habían hallado a la madre osa cuando era joven, la habían traído a casa y la habían alimentado y domesticado. Algunas veces se iba durante unos días y luego regresaba.
Un día llegó el bebé oso y lo alimentaron como a un bebé, con un biberón.
Lo conservaron en la casa y se convirtió en el juguete y compañero de la niña. Ésta lo amaba y lo quería tener cerca. Algunas veces el oso dormía en su cama, pero ensuciaba la ropa de la cama. Finalmente perdieron la paciencia con él.
El osezno nació aquí, pero el padre oso nunca ha estado aquí decía la madre de la niña.
El Espíritu Grupo dijo que aquellas personas ayudarían a los osos en su evolución y que el bebé oso había estado en una familia en su vida pasada y era muy listo y domesticado.
Otro día los Auxiliares iban de paso y entraron a ver cómo se comportaba el osito. Vieron arañazos en la puerta, donde había estado arañando; así supieron que entendió lo que tenía
que hacer cuando necesitaba salir. Estaba en la cama con la niña y ambos profundamente dormidos. Creo que los estudiantes de ocultismo que aman a los animales recordarán esta historia. Es un feliz recuerdo para los Auxiliares que estuvieron allí.
La humanidad tiene una gran deuda con la oleada de vida animal, porque han sufrido terriblemente a manos de seres humanos desalmados. Sólo piense cuántos de nuestros hermanos que están cubiertos de piel han sido asesinados o heridos en crueles trampas de acero y cazados de diferentes maneras por sus hermosas vestiduras. Los cazadores han disparado contra miles de animales, con frecuencia sólo por el deporte de matar.
* * *
Una noche, unos Auxiliares fueron enviados a los bosques del Norte de Canadá, donde hallaron un joven alce en una trampa, y a su madre y hermano a su lado. El alce llevaba atrapado más de veinticuatro horas y su madre le había traído algo de comida y lo había alimentado. Los dos jóvenes alces eran todavía incapaces de cuidar de sí mismos.
Cuando la madre vio a los Auxiliares, se mostró belicosa, pero pronto la tranquilizaron hablándole. El joven alce estaba atrapado por su pata trasera izquierda, que estaba seriamente inflamada, aunque la piel no estaba herida. Los dos Auxiliares sacaron al alce de la trampa y frotaron su pata lesionada, hasta que se restableció la circulación en ella. Entonces cedió la inflamación.
La madre alce comprendió lo que estaba ocurriendo y lamió las manos de los Auxiliares para mostrar su agradecimiento. Los Auxiliares retiraron la trampa y la llevaron hasta un riachuelo cercano. Luego la hundieron en lo profundo del agua.
* * *
He aquí otra historia de alces completamente diferente: Alrededor de un mes antes de que estos Auxiliares liberaran al joven alce de la trampa, pasaron sobre una hacienda y vieron a un joven alce intentando salir de un prado. En su camino de vuelta al bosque, el alce se había extraviado. Los Auxiliares bajaron y encontraron a una jovencita alimentándolo con leche. La niña dijo que había encontrado al alce en las propiedades de su padre y que la había seguido a su casa, rehusando irse.
Los Auxiliares querían saber más sobre por qué el alce estaba allí. Uno de ellos llamó a una elevada Hermana Lega, que les dijo que los padres del alce habían sido asesinados
mientras estaban buscando comida y el Espíritu Grupo lo había dirigido hacia la niña.
Mi padre me dijo que podía tener el alce y le he llamado Ruth dijo la niña Voy a dar de comer a Ruth ahora.
Trajo un platillo de zanahorias y leche. En ese momento el alce se había alejado una corta distancia. La niña lo llamó:
Ruth, Ruth y el alce vino hasta ella y comenzó a comer.
El Auxiliar dijo a la niña que no permitiera al alce que se fuera, porque no estaría seguro, ya que los cazadores y sus perros lo matarían enseguida. Le dijo al joven alce que permaneciera dentro del prado y que no saltara la cerca. El Espíritu Grupo dijo que induciría al alce para que permaneciera allí.
La Auxiliar llamó al alce y, cuando se acercó, lo acarició, lo besó y le habló con gran deletite.
La jovencita trajo entonces su gato para que la Auxiliar lo besara, porque estaba enfermo y tenía llagas en los ojos. La Auxiliar trabajó en él y pronto estuvo curado. Luego le dijo a la niña que le diera un buen baño pero que no le lavara los ojos ni las orejas.
Mamá me lava los ojos y las orejas con agua y jabón; a mí no me gusta pero debo asearme bien dijo la niña.
Tu gato se lavará él mismo los ojos y las orejas; tú lávale el resto del cuerpo advirtió la Auxiliar.
* * *
He aquí cómo unos Auxiliares proporcionaron ayuda y alivio a dos gatos salvajes que estaban enfermos: Los Auxiliares encontraron a la madre gata, que había recogido diferentes clases de hierbas para que los gatitos las comieran, pero estaban demasiado enfermos para
hacerlo. Estaban con el cuerpo hinchado. La madre vio a los Auxiliares y gruñó.
Señora gata, venimos a ayudar a sus hijos si usted lo permite dijo un Auxiliar Si quiere que la ayudemos, traiga a uno aquí.
La madre gata tomó uno de sus gatitos y lo puso a los pies del Auxiliar.
El Auxiliar levantó al gatito enfermo y lo examinó. Su estómago estaba pesado y perezoso.
Comenzó a masajearlo suavemente entre sus manos y empezó a expulsar gases y a eructar.
Entonces sus intestinos comenzaron a moverse; había una masa de pelo de conejo en el intestino, que era lo que había obstruido el tracto intestinal.
El gatito comenzó a ronronear su agradecimiento y el Auxiliar lo soltó. Se volvió hacia su madre y se acurrucó junto a ella. La madre gata trajo al segundo gatito de mejor gana y el Auxiliar pronto lo puso en buenas condiciones. En ese momento, el padre gato llegó con la parte trasera de un animal. La soltó, empezó a gruñir y parecía dispuesto a luchar y saltar sobre los Auxiliares. Un Auxiliar le dijo:
Dele la comida a su familia, Sr. Gato. No hay necesidad de problemas, así que compórtese como un buen gato.
El gato se tranquilizó y los Auxiliares se escabulleron y siguieron con su labor.
* * *
Los Auxiliares van a trabajar a todas partes. Un día de Octubre, un Auxiliar se acostó a dormir y pronto se encontró en las junglas de África con un nativo que estaba cazando para comer. Mientras el Auxiliar y su compañero seguían cuidadosamente su camino a través de la jungla, vieron a un gran león dando vueltas y vueltas. Se estaba frotando la mandíbula con la pata, con la saliva que le salía de la boca.
¿Qué anda mal en ese león? preguntó el Auxiliar al hombre
Tiene dolor de muelas replicó el nativo.
Ayudaré a este chico, porque sé que eso le hace daño dijo el Auxiliar, y se dirigió hacia el león.
Hombre, ese león le matará antes de que se acerque a él advirtió el nativo.
No, no hay peligro porque tiene dolor contestó el Auxiliar. Siguió su camino hacia el león, el cual se paró y miró al extraño. El Auxiliar llegó hasta el león y le frotó la cabeza.
Échate y déjame mirarte la boca dijo.
El león obedeció y el Auxiliar miró dentro de su boca. Vio que se le había roto un diente y la mandíbula inferior estaba seriamente inflamada. El Auxiliar pidió que el diente se aflojara para poder tirar de él con los dedos.
Oye, muchacho! dijo el Auxiliar al león Voy a ayudarte y no te enfades Mientras hablaba iba trabajando sobre el diente. Luego dio un fuerte tirón y el diente se desprendió.
El león dio un rugido, pero el Auxiliar le conminó a que siguiera echado mientras le aliviaba el dolor. El león obedeció y, después de que el Auxiliar frotase su mandíbula, se sintió muy aliviado. Después de esto el león se estiró sobre la hierba y dejó al Auxiliar
trabajar sobre él sin protestar porque se daba cuenta de que lo estaba ayudando.
Después de que el Auxiliar acabase el tratamiento, el león frotó su cabeza contra él, comportándose como un enorme gato juguetón.
Cuídese, muchachote. Su mandíbula está bien ahora El Auxiliar se fue dejando feliz al león.
* * *
He aquí la historia de cómo una joven y su perro San Bernardo fueron devueltos a casa a través del aire. Llevar a gente por el aire es una labor bastante común para los Auxiliares Invisibles, aunque la mayoría de la gente no sabe que eso pueda hacerse. Aquellos a los que se ayuda de ese modo no lo suelen contar porque saben que la gente no creerá sus relatos.
Una noche, un Auxiliar dejó su cuerpo durmiendo en su cama y fue a la Cordillera de los Alpes a rescatar a una jovencita y a su perro San Bernardo. La niña y el perro estaban atrapados en la nieve, a corta distancia uno del otro. El Auxiliar halló primero al perro y lo
recogió. Entonces el perro saltó hacia el lugar donde la niña había caído, dentro de un agujero. El Auxiliar miró dentro de él y vio a la niña. Bajó, suprimió la fuerza de la gravedad y la sacó. La niña tendría unos seis o siete años.
El siguiente problema era cómo llevar a la niña y al gran perro a casa al mismo tiempo. El Auxiliar se acercó al perro y, colocándose bajo él, se irguió con la niña en brazos y se elevó en el aire descendiendo por la falda de la montaña hasta una casa cercana. Llamó a la puerta y una mujer abrió. Gritó sorprendida cuando vio al Auxiliar con la niña en brazos y al perro sobre su espalda.
¿Son de aquí ellos? preguntó el desconocido.
Sí, es mi hija, y éste es su perro dijo la mujer
La niña y el perro no habían estado perdidos el tiempo suficiente para congelarse, pero hubieran muerto si no se les hubiese enviado auxilio.
* * *
Una noche, tres Auxiliares salieron con una elevada Hermana Lega a trabajar por la humanidad. Iban con ella en su labor entre los enfermos y necesitados. Fueron a ver a un hombre a un lugar cercano a Arabia. Los Auxiliares vieron al hombre en su casa, caminando de un lado a otro, con un gran dolor. Había estado en una tormenta de arena, le había entrado una arena fina en ambos ojos, y estaba sufriendo mucho. Los Auxiliares vieron a la Hermana
Lega examinar sus ojos y eliminar cuidadosamente cada partícula de arena de ellos. Los ojos del hombre estaban severamente inflamados y los párpados eran de un rojo brillante y estaban
hinchados. Uno de los Auxiliares pensó que eran los ojos de aspecto más lastimoso que hubiera visto nunca.
La Hermana Lega dijo al hombre que fuera a su habitación y se recostara. Trabajó ella misma en sus ojos. Al poco tiempo el hombre se levantó y salió a la sala de estar de su casa.
En aquel momento sus ojos estaban casi normales, la inflamación había desaparecido y sólo estaban ligeramente enrojecidos. El hombre podía ver sin dolor. Los Auxiliares estaban maravillados del increíble cambio en los ojos de aquel hombre. Este estaba tan feliz y agradecido por la ayuda que había recibido que no podía agradecerlo lo suficiente a quien le había socorrido.
Estoy casi perfectamente, pero no entiendo cómo pudo curarme tan rápido dijo.
* * *
Le contaré ahora una historia sobre cómo una mujer obsesada escapó por poco de ser enterrada viva: Tres Auxiliares fueron enviados a una casa, a la zona septentrional de uno de los países escandinavos, donde estaba a punto de celebrarse un funeral. Encontraron la casa llena de parientes y amigos de una mujer, que parecía estar muerta, aunque no lo estaba. Los Auxiliares miraron a la mujer en su ataúd. Vieron que no estaba muerta sino obsesada por una entidad que no podía utilizar un cuerpo físico. Uno de los Auxiliares habló y dijo:
No está muerta.
El otro Auxiliar pidió que la entidad fuera expulsada del cuerpo de la mujer para evitarle el sufrimiento de se enterrada viva. Dijo a la entidad que saliera y ésta lo hizo. Enseguida se materializó y se hizo muy grande. Todas las personas presentes vieron aquella entidad de
pavoroso aspecto y se aterrorizaron.
La mujer entró en su cuerpo y abrió sus grandes ojos. Una Auxiliar le dijo que antes de morir, debía dejar instrucciones para que su cuerpo no fuese embalsamado. Explicó qué ocurre después de la muerte y cuáles son las condiciones post mortem. La entidad se irritó e intentó entrar de nuevo en el cuerpo de la mujer. El Auxiliar la detuvo, ya que la mujer estaba demasiado débil para ofrecer la necesaria resistencia. Entonces la entidad se plantó ante la
Auxiliar que había explicado a la mujer lo de la preparación para la muerte.
La entidad trataba de expulsar a la Auxiliar fuera de la casa, y la situación llegó a ser violenta. Ambas mujeres Auxiliares corrieron a esconderse tras el Auxiliar. Luego santiguaron a la entidad y esta se elevó en un humo negro que olía como azufre. Los Auxiliares sacaron a la mujer del ataúd y la pusieron en una cama, pidiendo a los presentes que le diesen de comer.
La hija de la mujer obsesada dijo que había sentido que algo no iba bien con su madre y que no creía que su madre hubiese muerto. No permitió a la familia colocar el cuerpo de su madre dentro de una habitación fría. De esta manera salvó la vida de su madre. El pastor
entró con unos libros de canciones para el servicio de funeral. Se quedó sorprendido de hallarla viva.
Los Auxiliares también resolvieron una rencilla familiar en aquella casa. Dos primos presentes querían pelearse por algo que había ocurrido en una ocasión anterior y el resto de la familia tomó partido por alguno de los dos alborotadores. Todos los hombres portaban pistolas o cuchillos. Los Auxiliares detuvieron a los contendientes enderezando la situación y haciendo un buen trabajo.
Esto muestra el poder de la oración. Parecía que su destino estaba sellado porque estaba obsesada por una entidad que no podía usar su cuerpo, ni hacerla hablar, ni siquiera abrir sus ojos. Tuvo que permanecer fuera de su cuerpo y contemplar cómo sus parientes la preparaban para el entierro, la colocaban en su ataúd y, finalmente, ver a sus parientes reunirse en su casa para el funeral. Aún así, no fue demasiado tarde y la ayuda llegó a tiempo para salvarla de ser
enterrada viva.
Lo cual nos recuerda lo que el apóstol Santiago dijo en el versículo quince del capítulo quinto:
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor le aliviará, y si se halla con pecados, se le perdonarán.
Recordemos esto porque no sabemos lo que nos espera de un día para otro. En el versículo catorce del cuarto capítulo de la Epístola de Santiago, leemos lo siguiente:
Vosotros que ignoráis lo que sucederá mañana. Porque ¿qué cosa es nuestra vida? Un vapor que por un poco de tiempo aparece, y luego desaparece.
Esto se refiere a que la muerte puede llegar inesperadamente cuando no estemos preparados.
* * *
Cada pocos días leemos respecto a alguien con la enfermedad del sueño. Algunas de estas víctimas son bebés muy pequeños, otras son niños, y otras, adultos. Una vez leímos de un caso donde el paciente se recuperó y fue normal otra vez. Los Auxiliares Invisibles ven a muchos de estos pobres egos y los ayudan siempre que se les permite hacerlo.
Por ejemplo: una noche dos Auxiliares fueron a ver a un niño con la así llamada enfermedad del sueño y lo despertaron, expulsando a la entidad que lo obsesaba. Los Auxiliares fueron enviados a aquel lugar para responder a las plegarias de los padres del bebé, que habían orado con mucho empeño pidiendo ayuda. Estas personas fueron muy felices cuando el bebé fue redimido de aquella terrible situación.
* * *
Cambiaremos a un tipo de relato completamente diferente. La gente que posee animales inteligentes y los tratan amablemente, no sólo los ayudan en su evolución, sino que con frecuencia son salvados por ellos de la muerte o de ser apresados. Los árabes tratan habitualmente a sus caballos como si fueran niños y muchas veces permanecen con la familia en la tienda de campaña. Los niños tratan a los potros como a juguetes. Cuando los potros crecen, quedan estrechamente apegados a sus dueños. Recientemente, oí una historia sobre una estrecha amistad entre una niña y su caballo.
Dos Auxiliares Invisibles fueron enviados a una niña para evitar que le dispararan. Unos árabes habían visto a una niña cabalgando sobre su yegua por el desierto. Le disparaban con sus rifles. Los Auxiliares desviaban los proyectiles, pero la yegua estaba asustada. Brincó repentinamente y la niña cayó al suelo. La yegua volvió sobre sus pasos, agarró a la niña con sus dientes por la ropa y comenzó a arrastrarla. Los Auxiliares se adelantaron y dijeron al
padre lo que había ocurrido.
Su yegua la traerá a casa sana y salva, si no la matan dijo el padre.
Efectivamente, la yegua trajo a la niña hasta la puerta de la tienda y la dejó en el suelo. La niña se levantó, acarició a la yegua y fue a buscar un puñado de dátiles para comer. La yegua los vio y parecía decir: Dame uno a mí también.
La niña quitó el hueso del dátil y se lo dio a la yegua. Ésta le dijo, a su manera, que estaba hambrienta y la niña trajo un poco de cebada y se la dio. La niña contó que, cuando la yegua era un potro, dormía a su lado, pero con el tiempo tuvo miedo de ser aplastada mientras
dormía. Los Auxiliares estaban muy contentos por habérseles permitido salvar a aquella niña y haber visto la manera en que el animal la llevó a salvo a casa.
* * *
He aquí cómo unas personas fueron salvadas durante una excursión en Sudamérica: Unos Auxiliares fueron enviados a la zona central de Perú, temprano, la mañana de un Domingo.
Allí vieron gente que había subido a las montañas para desayunar y ver la salida del sol.
Estaban sentados bajo un gran árbol, comiendo, cuando una enorme serpiente bajó del árbol ante ellos. Una mujer y su hija la vieron, pero estaban demasiado aterrorizadas para moverse, aunque vieron cómo los otros corrían, alejándose. La serpiente debió haber olido la comida que estaban preparando y vino a tomar su desayuno.
¿Qué puedo hacer para detener a la serpiente? preguntó una Auxiliar a su compañero.
Ve y dile que venga hacia ti respondió este No te hará daño.
No, preferiría que le hablases tú dijo ella No tengo miedo pero no quiero hacerlo.
El Auxiliar agarró entonces a la niña y a la mujer, mientras la serpiente caía al suelo con un ruido sordo. Parecía medir unos siete metros de largo y unos veinte centímetros de grosor y se mostraba agresiva.
Amigo, mejor que sigas con tus asuntos antes de que alguien te envíe al cielo de las serpientes dijo el Auxiliar No te enrolles sobre mí.
Antes de que el Auxiliar pudiera decir una palabra más, la serpiente envolvió rápidamente su cuerpo materializado hasta el mismo cuello, empezó a apretar y entonces el Auxiliar desapareció.
La llegada de la serpiente frustró el picnic. El pelo de la mujer se volvió gris y envejeció en cinco segundos.
* * *
Nuestra próxima narración trata sobre un minero al que se salvó de la muerte: Una noche, durante la retrospección, un Auxiliar vio a un hombre caer por un barranco muy profundo. El Auxiliar intentó salir e ir hacia el hombre enseguida, pero se le advirtió que no lo hiciera. Más tarde, se le dijo que aquel hombre necesitaba un poco de tiempo para revisar su vida y ver si enmendaría algo su camino. Luego, se le envió a salvar al hombre.
Lo encontró colgando de una roca afilada, que lo sostenía sin peligro. Hubiera muerto de hambre allí porque no había manera de que pudiera bajar por sí mismo. Unos ocho metros más abajo había una guarida de serpientes de cascabel con muchos ejemplares grandes. No era un lugar para permanecer allí y era muy peligroso bajar hasta él. Este accidente ocurrió en una zona montañosa del oeste.
El hombre era un buscador que había hallado algo de oro. Su socio lo empujó por el barranco, mientras seguían la senda que serpenteaba una de sus laderas. El Auxiliar sabía que el hombre moriría si no se le ayudaba enseguida. Se volvió hacia su compañera y la dijo:
¿Tienes miedo de venir conmigo y ayudarle?
No, iré contestó ella.
Los Auxiliares partieron para rescatarlo.
No me dejéis caer dijo el pobre hombre Quiero vivir y ser un hombre mejor. He visto los principales acontecimientos de mi vida pasar ante mí y quiero hacer todo el bien que pueda durante los pocos años que me quedan de vida.
Un Auxiliar le preguntó cuánto tiempo llevaba en aquel lugar.
He estado aquí durante veinticinco años contestó el buscador Tuve una pelea con mi amada y abandoné el hogar. Nunca regresé y nunca he escrito ni a mis parientes ni a ella.
El Auxiliar le dijo que escribiese a casa porque la joven y sus parientes vivían con la esperanza de que regresara a casa para verlos, a ellos y a su hijo que tenía unos veinticinco años.
Regresaré y haré lo que es correcto dijo el hombre Tengo una pequeña fortuna en el banco. Mi reloj se cayó de mi mano y está abajo, entre aquellas serpientes. El retrato de mi amada está en él. Desearía recuperarlo, pero imagino que ya no hay remedio.
El Auxiliar buscó a su compañera y vio que esta se hallaba abajo, entre las serpientes de cascabel, con el reloj. La llamó suavemente y le dijo que subiera, porque se iban a ir. Después de que la Auxiliar regresase, le dijo que no hiciera eso otra vez porque, si las serpientes hubieran ido a por ella, podía hacerse daño a sí misma al huir de ellas y precipitarse hacia su cuerpo en su casa.
El socio del buscador se había ido pensando que poseería todas sus propiedades. El Auxiliar le dijo al buscador que fuera a la ciudad y descansara, que tomase todo lo que tenía y fuera a la casa de sus ancianos padres. Se le indicó que se casase secretamente con su novia.
El hombre dijo que lo haría y los Auxiliares se prepararon para irse. El buscador quería arreglar las cuentas con el socio que le había empujado sobre el abismo.
No, encontrará su pago muy pronto dijo el Auxiliar Sólo toma lo que tienes en el banco y vete a casa.
Después de esto los Auxiliares siguieron con su labor.
* * *
Esta historia cuenta cómo se salvó de la muerte a unos misioneros en Arabia: Un viernes por la noche, unos Auxiliares fueron a un pueblo de Arabia, un lugar donde algunos árabes tenían a dos misioneros blancos atados contra una pared. Querían matar a este matrimonio de misioneros porque se habían atrevido a ir a su aldea a molestar a su religión mahometana y a Alá, hablando de su propia religión.
El Auxiliar preguntó a la Auxiliar si podían ocuparse de ellos.
No sé contestó ella.
Sígueme y no huyas dijo su compañero.
Había cinco o seis hombres con un montón de puñales para irlos arrojando al hombre y a la mujer hasta matarlos. El primer árabe salió y ya estaba listo para arrojar su daga, cuando apareció el Auxiliar, que le dijo:
Detente.
El hombre soltó un grito y el resto de los presentes rodearon a los Auxiliares como un enjambre de abejas.
¿Por qué matarlos? preguntó el Auxiliar No han molestado ni dañado a nadie.
Alá no quiere extranjeros aquí y todo el que viene debe morir, y tú también morirás declaró el jefe, mientras agitaba las manos Matad a todos estos perros y traedme sus anillos ordenó, pero ninguno se movió.
Habló de nuevo, pero tampoco nadie se movió esta vez. El jefe se tiraba de los pelos y llamó al equivalente del secerdote local, que vino con todos sus mágicos objetos, se acercó a los Auxiliares y empezó su labor.
Dejad que estos se vayan dijo el Auxiliar, y desaparecieron ambos. El así llamado profeta se detuvo con gran sorpresa y desconcierto ante este hecho extraordinario.
No vine para herir o dañar a ninguno de vosotros ni a vuestro Alá, pero vosotros
tampoco dañaréis a estos hijos de Dios dijo el Auxiliar a la gente. Llamó a los misioneros y dijo:
Adelantaos, amigos míos y ellos caminaron hasta los Auxiliares. Entonces éstos dijeron al jefe:
Dadles de comer y un lugar para descansar, luego dejadles ir por su camino si no queréis oír lo que tengo que decir.
¿Dónde está nuestro Alá? preguntó el jefe al profeta Nunca nos ha abandonado antes.
Quizá éste haya ahuyentado a Alá dijo el profeta Nadie puede moverse. Hace que estos se vayan. Yo no hago nada. Alá ya no es bueno. Su Dios es mejor. Tomad a su Dios. Él hace grandes cosas.
Su Alá está aquí, pero él no quiere que matéis a la gente dijo el Auxiliar. Nunca os lo ha permitido.
Otros perros vinieron antes, los matamos y Alá se alegró dijo el confundido jefe.
Todos los verdaderos cristianos están protegidos por su Dios, pero los falsos mueren dijo el Auxiliar.
Sí, ellos morirán y tú morirás declaró el jefe. De nuevo ordenó a sus seguidores matar a los desconocidos, pero nadie se movió.
Sr. Jefe, necesita usted una buena lección y voy a enseñarle una que ni usted ni el resto olvidarán nunca dijo el Auxiliar.
Se dirigió hacia el jefe, tomó su cuchillo y lo rompió. Le quitó el manto y la corona y le hizo agacharse sobre las manos y a las rodillas.
Arrástrate hasta que aprendas a respetar las vidas humanas dijo.
Después de esto el Auxiliar miró entre la multitud, encontró a una joven con un hermoso cuerpo alma y la llamó.
Señorita, voy a convertirla en reina y debe regir con justicia y bondadosamente; nada ni nadie la dañará dijo ¿Lo hará así?
Sí, lo haré dijo la joven.
El Auxiliar le puso el manto y la corona y dijo al pueblo:
Salve la reina.
Todo el pueblo se postró de rodillas y se echó de bruces en tierra. La joven anduvo donosamente entre ellos como lo hubiera hecho el antiguo jefe. Ese era el signo de sumisión y obediencia hacia ella. Los hombres se tiraban de la barba y las mujeres bajaban los ojos.
El Auxiliar dijo a la reina que cuidara de los misioneros y que les permitiera seguir su camino y ella contestó que así lo haría. El Auxiliar le preguntó donde estaban sus padres y ella contestó:
Alá se los llevó lo que significaba que habían muerto.
¿No matarán al antiguo jefe las serpientes y los animales salvajes? preguntó la Auxiliar.
Nada le herirá, y cuando decida parar de matar, podrá caminar de nuevo respondió su compañero. Se volvió y habló a los misioneros.
¿De dónde sois? preguntó.
De los Estados Unidos dijo uno de ellos.
Ambos misioneros tenían hermosos cuerpo alma pero no poseían visión espiritual.
Tampoco la nueva reina, pero sería protegida. Esta tribu de árabes vivía en el interior del desierto y eran fieros y belicosos, pero los Auxiliares creían que la joven los amansaría.
¿Sois Ángeles? preguntó uno de los misioneros a los Auxiliares.
No dijo la Auxiliar pero ayudamos a todo el que podemos.
Mientras esto ocurría, el antiguo jefe iba andando a gatas de un lado a otro, pero nadie le prestaba atención. Los Auxiliares dijeron adiós, expandieron sus auras, desaparecieron y continuaron su camino.
* * *
Una noche, se les dijo a unos Auxiliares que fueran a ayudar a un anciano que estaba en peligro de ser quemado hasta morir. Este hombre poseía una hacienda a unos pocos kilómetros de un pueblo. Estaba enfermo de reumatismo y muy preocupado porque el hombre que vivía en la hacienda vecina a la suya quería adueñarse de su propiedad. Le había ofrecido comprársela por menos de su valor. El anciano había rehusado vendérsela. El vecino intentaba
provocar un incendio porque sabía que no podría reconstruirla y así obtendría sus tierras por un bajo precio.
Los Auxiliares fueron a la granja y hallaron al atemorizado granjero, que les dijo que había sido amenazado por alguien que le había dicho que lo quemaría. El anciano era incapaz de moverse y no sabía qué hacer. El Auxiliar le dijo que no necesitaba preocuparse por el fuego.
Nadie incendiaría su casa más que él mismo.
¿Cómo podéis detenerles para que no lo hagan? preguntó el hombre.
Levántese y póngase algo de ropa ordenó el Auxiliar.
El anciano se rió suavemente.
No he caminado desde hace seis meses dijo.
Eso es porque no lo ha intentado le dijo el Auxiliar.
El hombre se volvió y sus ojos parecían salirse de las órbitas mientras saltaba fuera de la cama, se ponía sus ropas y asía un rifle.
Quién mata a espada, a espada será muerto recalcó el Auxiliar No necesita usted eso.
Justo entonces oyeron a alguien fuera.
Van a prender fuego a mi casa dijo el hombre.
Déjeles intentarlo, porque no podrán dijo el Auxiliar.
El hombre y los Auxiliares miraron a través de la ventana y vieron una luz. Entonces el Auxiliar deseó que los hombres se paralizaran y los Auxiliares y el anciano salieron y vieron quien estaba allí. Era el hombre que vivía en la hacienda colindante y algunos de sus amigos.
También vieron al hijo del vecino esperando dentro de un automóvil, en la carretera.
El Auxiliar les dijo que, si no firmaban una confesión diciendo lo que habían intentado hacer, permanecerían donde estaban, y permitiría que todo el mundo viera para lo que estaban allí. El hombre escribió una confesión y todos la firmaron, incluido el joven del automóvil. La marca del vehículo y su número de licencia también se hicieron constar. El Auxiliar tomó el papel y dijo al anciano que él lo conservaría porque alguien podría robárselo.
Buenos días dijo, y los Auxiliares desaparecieron pero no se fueron.
Después de que los hombres se fueron, los Auxiliares dieron al viejo el papel y le dijeron que no lo mostrara a nadie ni dijera a nadie que él lo tenía, porque si lo hacía, alguien podría matarlo para arrebatarle la confesión.
Luego, los Auxiliares dejaron al anciano y alcanzaron a quienes habían intentado prender fuego a la casa. No estaban materializados, así que no podían ser vistos por los hombres del
automóvil, que iban hablando entre ellos. El que había planeado incendiar la casa del viejo dijo:
No eran humanos, y el anciano tenía o a Dios o al diablo con él; venderé antes de que alguien obtenga la confesión.
El Auxiliar había dicho a las Salamandras que se mantuvieran inactivas, y fue por eso por lo que el vecino no pudo encender fuego. Las Salamandras son los Espíritus de la Naturaleza
que causan el fuego.
* * *
Más tarde, estos mismos Auxiliares encontraron a un hombre, en Europa, que iba caminado calle abajo. Vieron que tenía la espalda tan agarrotada que le hacía doblarse hacia adelante. Los Auxiliares se situaron en la esquina y esperaron hasta que llegara.
Amigo dijo el Auxiliar parece estar usted en baja forma. ¿No puede encontrar quien le ayude en este gran país?
Todavía no. He gastado miles de dólares pero mi espalda parece estar peor; imagino que es la voluntad de Dios dijo el inválido.
No, amigo mío replicó el Auxiliar no es la voluntad de Dios. Su problema es debido a lo que hizo en su última vida, porque de manera despiadada ató a un hombre y lo mantuvo atado de manera que su espalda quedó rígida. Dio usted órdenes de que no fuese liberado hasta que usted lo dijese. Luego se ausentó durante diez años. Cuando regresó, a su hermana pequeña se le ocurrió bajar al sótano y lo vio. Su víctima parecía un anciano debido a la
tortura. Cuando su hermana le habló de este hombre, usted bajó y lo vio y, arrepentido, lo liberó; pero el mal ya estaba hecho. Trató usted de hacer algo por él pero no pudo hacer mucho para aliviarle. Usted está en estas condiciones debido a lo que hizo a aquel hombre.
El Auxiliar frotó la espalda del hombre y le dijo que se enderezara lentamente; así lo hizo.
Se quedó tan derecho como los Auxiliares; estaba demasiado abrumado por la alegría para hablar, y las lágrimas le corrían por la cara. El Auxiliar le dijo que fuera bueno con todo el mundo y respetase toda fe religiosa, porque todas conducían a Dios.
Este hombre era católico y el Auxiliar le dijo que los protestantes eran tan buenos como él y que no debía estar contra ellos sin importarle lo que alguien dijese. El hombre prometió que
sería bondadoso con todo el mundo y agradeció a los desconocidos su ayuda. Al inválido se le curó mediante la fuerza espiritual de curación que procede de Dios. Los Auxiliares eran simples sirvientes de Dios, enviados a él por una Hermana Lega o un Hermano Lego.
* * *
Quizá piense usted que el siguiente relato suena como un cuento de hadas, pero realmente ocurrió. Los Auxiliares que estuvieron allí lo recordaban claramente a la mañana siguiente, cuando regresaron a sus cuerpos y se levantaron para su diario trabajo: Mientras estaban fuera de sus cuerpos como Auxiliares, fueron envidados a salvar a unas personas que iban en un barco que había chocado contra una roca, o algo parecido, que había abierto una gran vía de agua en su costado. El buque se estaba hundiendo rápidamente en las encrespadas aguas del Océano Atlántico. Estaban a ciento cincuenta kilómetros o más de la costa más próxima. Los
pasajeros estaban terriblemente asustados y no querían entrar en los botes salvavidas sin comida.
Uno de los Auxiliares tuvo miedo y se fue a su casa, porque olvidó que los Auxiliares no pueden ser dañados cuando están fuera de sus cuerpos durante la noche ayudando a otros. El otro Auxiliar se materializó en el aire y bajó al barco.
Que todo el mundo se calme, y se salvarán dijo el Auxiliar a la gente.
Los Auxiliares metieron a toda la gente en los botes salvavidas, tan rápidamente como fue posible, y comenzaron a remar. Al poco rato el vapor escoró sobre un costado. Hubo una terrible explosión y se hundió, desapareciendo de la vista.
Había diez botes de remos y dos más llenos de pasajeros y miembros de la tripulación agarrados a los costados. Los Auxiliares amarraron todos los botes juntos y anulando levemente la gravedad se dirigieron hacia la costa. Pronto tuvieron tierra a la vista y los
Auxiliares les dejaron seguir el resto del camino solos. Ni una vida se perdió. La Auxiliar rescató el libro de bitácora y se lo dio al capitán. Si los Auxiliares no hubieran sido enviados con su poder para salvar a aquella gente, hubieran sido tragados por el mar.
* * *
He aquí el relato de un hombre extraviado, al que se salvó de la muerte en el bosque: Una noche dos Auxiliares encontraron a un hombre que llevaba tres días extraviado. El pobre hombre dijo que tenía que caminar para mantenerse vivo, debido al frío que hacía; y estaba muy hambriento.
He rezado durante dos días y dos noches para que alguien me ayudara dijo.
Debe haber orado usted por el perdón de sus pecados porque, si no hubiese conseguido ayuda material, ciertamente hubiera muerto dijo el Auxiliar.
Recé lo mejor que pude y comencé a ver todas las cosas que había hecho dijo el hombre He visto un oso y un zorro a los que tengo cazados con trampas y he sentido su dolor y su hambre. Incluso he rezado por ellos.
El Auxiliar le preguntó donde vivía.
Ahora no lo sé, pero quiero irme a casa dijo el pobre hombre.
El Auxiliar le dijo a la Auxiliar que fuera a liberar al oso y al zorro y que les ayudase todo lo que pudiese, y ella partió alegremente. Pronto regresó y dijo que había liberado al zorro pero que no pudo hacer nada por el oso.
Échame una mano con este hombre porque está inconsciente y puede morir congelado dijo el Auxiliar.
Los Auxiliares llevaron al hombre a la casa más cercana, que estaba a unos diez kilómetros, y resultó que era su propia casa. Dejaron al hombre y dijeron a su mujer que tenían que ir a liberar a un oso.
¿No es más importante este hombre que un oso? preguntó ella.
Uno de los Auxiliares le dijo que regresarían, y se fueron en busca del oso. El Auxiliar vio enseguida que estaba medio congelado y hambriento, y que la pata atrapada estaba hinchada.
Finalmente tranquilizó y liberó al oso, que quedó inerte a los pies del Auxiliar. De pronto el pobre oso se estiró y murió de dolor, hambre y frío.
Los Auxiliares regresaron a la casa del cazador y la mujer los dejó entrar. Un Auxiliar le dijo que el oso había muerto ya que habían llegado demasiado tarde para salvarlo. La mujer del cazador empezó a recriminarles mientras ellos trabajaban con el hombre y lo reanimaban.
El Auxiliar dijo a la mujer que le diera de comer con frecuencia.
Después de esto los Auxiliares hablaron a la mujer sobre sus enseñanzas. Ella no les creía y seguía despotricando contra ellos. Finalmente el hombre le dijo que tuviese cuidado, porque
no sabía con quién estaba hablando.
No quiero aguantar eso de lo que están hablando dijo.
Un Auxiliar envió al otro un pensamiento para que desapareciese y ambos así lo hicieron.
La mujer exclamó:
Ángeles! y se desmayó.
Los Auxiliares volvieron a materializarse y la reanimaron.
Oh, por favor, Ángeles, perdonadme dijo no sabía que erais Ángeles de verdad.
Cualquier cosa que digáis la haré gustosamente.
Los Auxiliares le dijeron que ayudara a todo el que pudiera, sin importarle de que color fuera o en que religión creyese.
Haré con gusto lo que pueda dijo la mujer.
Los Auxiliares se despidieron, expandieron sus auras y desaparecieron. Su marido también vio las auras de los Auxiliares.
* * *
Nuestra próxima historia cuenta cómo se salvaron de la muerte un joven y su cordero: Dos Auxiliares llevaron a una mujer al tren y luego se desplazaron sobre la vía férrea hasta que encontraron unas personas caminando a lo largo de ella y arrastrando sus pertenencias. El joven llevaba un gran cordero blanco. Cuando los Auxiliares se acercaron, el joven se volvió y cayó en un estanque. Como llevaba al cordero atado con una cuerda, lo arrastró consigo
dentro del estanque. La gente gritó y se puso nerviosa, pero nadie parecía querer sacarlos.
El Auxiliar bajó, agarró al chico con una mano y al cordero con la otra y los sacó chorreando agua. El cordero se sacudió para secarse pero el joven no podía hacerlo. Los Auxiliares le encontraron algo de ropa y lo llevaron a una casa. Una mujer les permitió entrar
mientras el joven se cambiaba de ropa. Los Auxiliares vieron que estaba en buen estado. Uno de ellos ató sus ropas mojadas en un hatillo y el joven se fue con su gente sonriendo y agitando la mano a los Auxiliares que habían venido a rescatarlo.
* * *
He aquí otro relato que cuenta cómo se ayudó una noche a un atemorizado campesino:
Unos Auxiliares fueron enviados junto a un hombre que vivía en una granja. Éste les dijo que en su establo había una gran serpiente y que tenía miedo de que pudiera morder a sus vacas y caballos y los matara.
El Auxiliar preguntó mediante el pensamiento si podía sacar a la serpiente.
Sí, pero te dará problemas se le respondió.
La serpiente era de unos veinte centímetros de diámetro y de unos siete metros de longitud.
El Auxiliar preguntó a su compañera si quería entrar con él y ella respondió enseguida:
Sí.
El propietario del lugar trató de mantener alejada a la Auxiliar, porque pensó que el Auxiliar era su sirviente.
Los Auxiliares entraron al establo y la Auxiliar vio a la serpiente en una esquina, toda enrollada, y la señaló. Al principio, su compañero pensó que era un montón de cuerdas como las usadas para amarrar barcos. Fueron hacia la serpiente, que empezó a silbar y a sacar su
lengua furiosamente. El Auxiliar habló a la serpiente y le dijo:
Amiga, no tienes nada que hacer aquí metiendo miedo a todo el mundo. Vete. No quiero ningún problema contigo. Sé una buena serpiente y vete por donde viniste.
La serpiente brincó hacia el Auxiliar con la boca abierta, completamente estirada, y rodeó al Auxiliar. Este saltó a un lado, pero tropezó con la serpiente y la fuerza de su peso le hizo caer al suelo. El Auxiliar se agarró a la serpiente y ésta se enroscó en torno suyo. La otra Auxiliar dio un golpecito en la cabeza de la serpiente y ésta perdió la consciencia. Tras ello, los Auxiliares arrastraron la gran serpiente fuera del establo. Cuando el campesino los vio,
pensó que tenía apresados a los Auxiliares y le disparó con su escopeta. No la mató pero le arrancó un gran pedazo de piel.
Si te comportas, te remendaré y quedarás como nueva dijo el Auxiliar a la serpiente.
Después de que la serpiente se echó cuan larga era, el Auxiliar le lavó las heridas, le quitó varios perdigones, le remendó el lomo y le dijo que se fuese. El campesino estaba tan sorprendido que permanecía inmóvil mirando a los Auxiliares.
¿Por qué ayuda a una serpiente cuando puede matar a cualquiera? dijo finalmente.
No, no molestará a nadie antes de que alcance el bosque contestó el Auxiliar. Los Auxiliares se escabulleron y continuaron con su labor.
* * *
He aquí cómo se respondió a las oraciones de una joven que pedía ayuda: Unos Auxiliares fueron a una casa y hablaron con una chica que estaba metiendo patatas en el horno para hacer pasteles y algo de comida en una cacerola, para cocinarla.
La joven pidió a uno de los Auxiliares que fuera con ella a una tienda a comprar algo de comida. Cuando llegaron a la tienda, hallaron a varias personas haciendo cola, esperando para comprar. La tienda parecía estar muy vacía y con poco que vender. Había algunas hogazas de pan a la vista y la joven compró una.
En el camino de vuelta, se encontraron al hermano y a la hermana de la chica. Estaban llorando y dijeron que los habían echado de su casa y no sabían qué hacer. La hermana mayor dijo a los Auxiliares que sus padres se habían ido a un viaje por el sur de Europa y esperaban estar fuera durante seis meses. Antes de que se fueran, su madre había contratado a un ama de llaves para que los cuidara. Esta mujer había metido a varias personas en la casa y los chicos
tenían miedo porque no sabían qué hacer al respecto. Ahora los habían echado de su casa. Los niños vieron que una de las ventanas estaba un poco abierta y querían intentar subir hasta ella.
El chico subió, pero se cayó.
Espera un minuto dijo la Auxiliar; acercó una mesa hasta la ventana, consiguieron abrirla y todos entraron.
Los Auxiliares vieron que el ama de llaves estaba involucrada con unos ladrones que intentaban desvalijar todo lo de valor de la casa y. luego. retener a los niños para pedir un rescate. Había un montón de gente de baja calaña en la casa. Dos hombres estaban comiendo
en una mesa. La joven se enfadó.
Las patatas de la hermana mayor aún estaban allí y ella las sacó del horno. Una extraña mujer se había metido en el baño para vestirse, y la joven tuvo que lavarse en una habitación con una palangana y una jarra, lo cual no resultaba placentero.
Los Auxiliares subieron por la escalera trasera y encontraron a dos hombres de aspecto detestable que intentaron impedirles seguir adelante. Estaban sentados en la escalera y preparando unos materiales para fabricar bombas. Los Auxiliares subieron la escalera y vieron que aquéllos habían tomado posesión de dos habitaciones y tenían un gran número de bombas ya preparadas. Bajaron por la escalera otra vez y vieron a seis niños desaliñados
entrando en el sótano. No pertenecían a aquella casa y, cuando uno de los Auxiliares les ordenó que se fueran, se marcharon. Los Auxiliares descubrieron que dos de los hombres eran expertos en la fabricación de bombas para volar edificios y matar a sus ocupantes. También descubrieron que tenían el encargo de fabricar un gran número de ellas, lo que estaban haciendo.
Obligaron a los hombres a marcharse y luego recogieron todas las bombas y las destruyeron. Dijeron a los niños que estarían perfectamente hasta que llegasen sus padres y que no tuviesen miedo. Los niños quedaron encantados y agradecieron a los desconocidos lo que habían hecho por ellos.
Los Auxiliares Invisibles tienen muchas experiencias interesantes durante el curso de su labor, cuando están fuera de sus cuerpos físicos durante el sueño y bajo la dirección de Hermanos Legos o Hermanas Legas.
* * *
Una noche, dos Auxiliares fueron enviados a ayudar a un hombre que quería proteger su dinero de unos ladrones. Uno de los Auxiliares le dijo al hombre que depositara su dinero en
el banco. Esto no era fácil porque una banda de ladrones sabía que lo tenía en su casa.
Estaban vigilándolo y no tenían la intención de dejarlo escapar. Los Auxiliares dijeron al hombre que lo ayudarían a ir al banco. El hombre tenía mil doscientos dólares que la Hermana Lega tomó, antes de que se dirigiesen al banco seguidos por los ladrones, que
incluso entraron en el banco e intentaron apoderarse del dinero. Los ladrones crearon cierto revuelo, pero no consiguieron su objetivo, pues descubrieron que el hombre no llevaba el dinero encima.
Los Auxiliares enviaron un recado al director del banco de que querían verle por cuestión de negocios. El director los mandó llamar y el hombre y los Auxiliares fueron conducidos a su oficina privada donde se realizó la necesaria transacción y se le dio al hombre un talonario de cheques. Los Auxiliares acompañaron al hombre hasta su casa. Los cuatro ladrones estaban firmemente decididos a conseguir el dinero y, cuando vieron que el extraño los había burlado, acordaron atraparlo y obligarlo a que consiguiese el talonario y recuperase el dinero para ellos.
El Auxiliar permitió que los ladrones lo atrapasen para así poder enseñarles una lección.
La Auxiliar permaneció tras ellos, se desmaterializó y los siguió, viendo todo lo que ocurría.
Los ladrones tendieron al Auxiliar sobre una mesa y lo ataron a ella. La mesa era como las que usan los médicos para realizar exploraciones. Tenían hierros candentes para aplicarlos a
los pies del Auxiliar.
Cuando ya estaban preparados para torturarlo, éste los hizo permanecer inmóviles y les dijo que ya era tiempo de que abandonaran sus andanzas y vivieran una vida buena y limpia.
Quiero que cada uno de vosotros prometa que lo hará y, si alguno rompe su promesa, no podrá caminar más dijo el Auxiliar.
Los ladrones se dieron cuenta de que algo no funcionaba como ellos esperaban, pero no sabían qué era. Prometieron ser buenos, y el Auxiliar se levantó de la mesa si su ayuda. Esto atemorizó a los ladrones aún más, porque no podían entender cómo lo había hecho. El Auxiliar les dijo que podían irse, y abandonaron su guarida rápidamente. Los Auxiliares continuaron con su labor de socorrer a todos los seres vivientes en dificultades.
* * *
He aquí cómo unos viajeros fueron amparados en un país extranjero: Unos Auxiliares fueron enviados a ayudar a una mujer a subir a un tren en un lugar muy desolado. Las carreteras estaban enlodadas, estaba muy oscuro y era en las últimas horas de la tarde.
Encontraron a un hombre y le preguntaron dónde paraba el tren. Éste les indicó el lugar y esperaron allí a una mujer que quería ir a cierto lugar.
El tren llegó, pero no iba a parar. El Auxiliar pidió que se hiciese parar al tren, sonó el silbato y se paró el tren. Era un tren de mercancías, pero un hombre dijo que había algunos pasajeros en el quinto vagón. La mujer subió a ese vagón, que era para ganado, y el empleado del tren cerró la puerta.
Entonces, los Auxiliares entraron, echaron un vistazo a la gente y vieron que debían haber estado viajando todo el día. El cubo de agua estaba vacío y una mujer enferma, que estaba tendida en un catre, pedía agua. El Auxiliar tomó el cubo y salió flotando del vagón. Fue hacia la locomotora y consiguió un poco de agua, mientras el otro Auxiliar flotaba por su parte. Los Auxiliares regresaron y entregaron el cubo para que la gente tuviese agua.
Había una vaca y un ternero en dos amarraderos dentro del vagón. Hacía frío y la gente se metía bajo la paja para mantener un poco el calor. No se servía comida en el tren y la mayoría de la gente llevaba una pequeña cesta con comida. Los Auxiliares trabajaron sobre la mujer enferma y ya estaba sentada cuando abandonaron el vagón. Los Auxiliares hicieron todo lo que pudieron por la gente y los animales del vagón y luego los dejaron y continuaron con su
labor.
* * *
Le contaré una historia sobre cómo un Auxiliar consciente fue introducido en un cuerpo nuevo. Esta fue una de las muchas experiencias prodigiosas que estos Auxiliares han tenido.
Vieron parte de lo que ocurrió a otra Auxiliar que había sido fiel en su labor.
Unos Auxiliares fueron a la casa de una mujer enferma. Esta mujer tenía unos cuarenta y cinco años y no se había casado. Los conocidos de la mujer y el doctor estaban a su alrededor, ya que estaba muy cerca de la muerte. Una Auxiliar vio su brillante aura y le habló.
Somos amigos, no tengas miedo dijo.
Oh!, ¿voy a morir? preguntó la enferma Mi labor no ha hecho más que empezar y quiero vivir.
Quizá no muera dijo la Auxiliar Esperemos que no.
Tenía un novio y murió hace un año dijo la mujer No, fue introducido en otro cuerpo en una ciudad distante. Era el cuerpo de un joven de veinte años, y ahora está en una escuela de medicina del Este. Sus nuevos padres son acomodados. Mi amado amigo se ha encontrado conmigo desde que hizo el cambio.
Dime cómo ocurrió dijo el Auxiliar.
Cayó enfermo de neumonía y el médico dijo que no viviría; porque su edad estaba en su contra. Tenía cincuenta años. Enfermó rápidamente. Una noche, mientras yo estaba sentada sóla con él, apareció un hombre muy apuesto y me dijo que iba colocar a mi amigo en otro cuerpo para que pudiera finalizar su obra y que yo lo vería hacerlo. Yo rogué, y rogué ser
colocada en otro cuerpo también. El hombre dijo que no podía hacer eso. Yo le pregunté si mi amado amigo lo sabría.
Sí, y usted también, y será una prueba de su amor por usted dijo.
Oh, dejadme morir! dije No puedo esperar que un joven me ame. ¿Por qué no me lleva al Cielo y me deja olvidarlo mientras trabajo allí? Oh, esto es demasiado.
Si usted lo ama y cree en Dios, las cosas pueden ir bien para usted me dijo el hombre.
La mujer dijo a los Auxiliares que ella había dicho al hombre:
Durante veinticinco años hemos estado enamorados y hemos trabajado por las noches durante veinte. ¿Por qué haces esto cuando nuestros años están contados?
Luego continuó:
El hombre me mostró una escena que había tenido lugar unos quince años antes. Mi amigo y yo estábamos sentados hablando y planeando nuestro futuro. Planeamos lo que haríamos si pudiésemos conseguir cuerpos jóvenes y tener el mismo conocimiento que entonces teníamos. El hombre me habló sobre esto, y yo dije que había pensado que tal cosa era posible para nosotros, y ahora le ha ocurrido a él.
El hombre se fue, regresó tres días más tarde a mi casa y me dijo que fuera con él; fuimos adonde estaba mi amigo enfermo, en su casa, y lo llevamos con nosotros. Otro hombre me llevó a mí a otro hogar, donde un joven de unos veinte años yacía en cama muy
enfermo. Era un joven universitario. El hombre entró con mi compañero, lo colocó al lado de la cama y ató el cordón plateado al cuerpo del joven; luego se llevó el ego del joven. Mi amigo entró en el cuerpo, el hombre trabajó sobre él y pudo hablar. Pensé que mi corazón se rompería porque creí que me perdería. Yo no sabía donde vivía ahora, ni su nuevo nombre, y estaba enferma por ello.
Bien, una noche mi compañero vino a mi habitación y fuimos muy felices aquel momento. Me llevó a su hogar, después de que hiciéramos nuestra labor, y me dijo su nuevo nombre y su nueva dirección. Le escribí, y dos días más tarde recibí una carta suya; mi gozo no tenía límites. Aquel verano vino a verme personalmente. Fue una prueba para ambos. Yo era vieja y canosa, él era joven y apuesto. Me armé de valor: ¿Me quieres a mí, una mujer vieja, cuando tú tienes juventud, riqueza y felicidad? pregunté. Me pareció que pasaba una eternidad antes de que respondiese, porque él contemplaba las ventajas materiales que tendría si me abandonaba.
Adiós, mundo, dijo, y me tomó en sus brazos. ¡Mi amor! dijo y supe que había pasado la prueba.
Fui a su viejo hogar, tomé todos sus libros y papeles y se los envié, y él continuó con sus estudios. Ahora yo estoy enferma y le he entregado a mi amigo todos mis libros y documentos.
¿Qué hicieron con su cuerpo muerto? preguntó uno de los Auxiliares.
Lo incineraron replicó ella.
¿Cómo lo trata su nueva gente? preguntó el Auxiliar.
Son tan buenos como pueden con él dijo ella Tiene una hermana pero no hermanos.
Su nueva madre hace todo lo que puede por él, pero no lo entiende desde que se recuperó de su enfermedad, porque está completamente cambiado. Se ha enfrascado en sus asuntos y no
conoce a sus antiguos amigos. Está a la cabeza de su clase en la universidad.
Un hombre apareció y habló a la mujer enferma.
Amiga mía, venga conmigo dijo.
Espere un momento, por favor dijo ella, y llamó a su anciano padre y a su anciana madre, los besó, les dijo que fueran buenos, porque se iba a dormir; se recostó y salió de su cuerpo . Los dos Auxiliares con los que había estado hablando partieron con ella y con el
Hermano Lego que había venido a buscarla.
Cuando salieron de la casa, encontraron a otra alta Hermana Lega que los llevó a una ciudad donde una joven enferma, de unos dieciocho años, yacía inconsciente en la cama. El médico estaba allí y decía:
La crisis está ahora en curso y, si sobrevive, tendrá que reconocer a todos sus amigos otra vez. Dado que está en un coma muy profundo, puede parecer completamente diferente cuando se recobre.
El elevado Hermano Lego entró con el ego de la mujer que acababa justo de morir, lo situó al lado del cuerpo de la joven y ató el cordón plateado. Luego, lo separó del viejo cuerpo y rompió el cordón de la joven que yacía en la cama. Después de esto, el elevado Hermano Lego dijo al ego que había estado en el cuerpo más viejo, que entrara, trabajó sobre el corazón, los pies y algunas otras partes. Estaba conectando el cuerpo vital con el cuerpo denso. El ego se despertó y llamó a su amado por su nombre.
Vivirá, pero estará muy débil dijo el médico Dejad entrar al padre, a la madre y a la enfermera para que la vean.
Al poco rato, su amado entró y la acariciaba y la besaba, y la cara de ella resplandecía. Los Auxiliares visitantes les dejaron felices por el cambio que habían hecho. Los Auxiliares llevaron el ego de la joven muerta hasta la Región Fronteriza y la dejaron allí. Era el
momento de irse, porque su arquetipo había cesado de vibrar. Ya que su cuerpo denso estaba aún en buenas condiciones, los Hermanos Mayores podían ligar a él otro ego. Los dos hombres que hicieron los cambios en ambos casos eran los mismos Hermanos Mayores. Uno de ellos dijo que estos dos egos vivirían ciento veinte y ciento quince años, respectivamente, antes de morir realmente. Esto era, claro, contando el tiempo que cada uno había vivido en
los dos cuerpos que tuvo.
Se les dijo a los Auxiliares que ninguna de aquellas dos personas era Iniciado, pero sí eran estudiantes conscientes de la Hermandad. El cuerpo de la joven, al que la mujer había sido unido, estaba bien constituido, tenía un adorable rostro y un largo pelo que caía hasta la cintura.
Estos dos amigos no se habían casado nunca, debido a que sus padres se oponían, a causa de sus diferentes religiones. Ahora, estos dos grandes amigos se casarían y continuarían su trabajo como Auxiliares.
* * *
LA LABOR DE LOS AUXILIARES INVISIBLES
por Amber M. Tuttle
traducción de Manuel Padrón
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