Capítulo VII
DEVAS, ESPÍRITUS DE LA NATURALEZA Y ÁNGELES
Los Devas, los Espíritus de la Naturaleza y los Ángeles son seres reales, y se pueden ver por todos los Hermanos Legos y Hermanas Legas de las verdaderas Escuelas de Misterios, por las personas con visión espiritual, por los niños que tienen visión etérica y por los
estudiantes y los niños cuando están fuera de su cuerpo durante el sueño.
Cuán a menudo preguntan los niños si existen las Hadas! Ellos adoran las historias de Hadas y fácilmente creen en ellas, hasta que alguien les dice que no existen. La mayoría de los adultos del mundo occidental no creen que existen estos seres adorables. Las Hadas se encuentran en todas los lugares habitados de la Tierra, desde hace miles de años. Algunos niños saben que las Hadas existen porque pueden verlas.
Hay hombres, mujeres y niños Hadas, y su tamaño oscila entre ocho y veinticinco centímetros de estatura. Sus cuerpos están compuestos de éter, que es el material de que está constituido nuestro cuerpo vital.
Normalmente no podemos ver a la Hadas porque no podemos ver nada más que materia física, tal como nuestros cuerpos físicos y los cuerpos de plantas y animales. Los Auxiliares Invisibles ven Hadas con frecuencia y saben que son seres reales.
He aquí una historia real de una jovencita que podía ver a los Gnomos y a las Hadas. Había estado muy enferma en un hospital adonde solían acudir unos Auxiliares Invisibles. Su casa estaba en el campo, pero la habían llevado al hospital para que recibiese los mejores cuidados posibles. Tenía unos siete u ocho años.
Cuando los Auxiliares la vieron, se estaba riendo y conversando con algunos Gnomos y Hadas. Había cuatro Gnomos, dos hombres y dos mujeres, que permanecían a cada lado de su cama. Había presentes unas ocho Hadas, y estaban celebrando una fiesta. La niña vio a las personas que se dirigían a ella, y dijo a sus pequeños amigos que sería mejor que se fuesen, porque la mandarían a dormir. Los Auxiliares la oyeron y dijeron:
No, nosotros somos amigos de los Espíritus de la Naturaleza y se incorporaron a la reunión.
La jovencita pidió a uno de los Auxiliares que dijese a la enfermera que no la molestase.
Prometió que no hablaría ni se reiría en voz alta, sino que estaría muy tranquila. Quería que se le permitiese sentarse. El médico escribió en la hoja de órdenes clínicas que podía sentarse en
la cama por la noche y que no debía ser molestada. La Auxiliar se sentó en la cama de la niña, porque se había materializado de tal manera que parecía un cuerpo humano normal. Las Hadas saltaron sobre ella y se sentaron sobre sus hombros, y la Auxiliar pasó un rato muy feliz observándolas.
A los pocos minutos, los Auxiliares tuvieron que marcharse y los Gnomos les estrecharon la mano. Dejaron a la feliz niña con sus pequeños amiguitos.
* * *
No mucho después, a estos mismos Auxiliares Invisibles se les dijo que fuesen a Hawaii, donde verían una reunión de Hadas. Fueron y contemplaron una espléndida visión. La reunión transcurría en un bellísimo valle verde. Una hermosa dama Deva flotaba lentamente sobre la reunión, y luego se expandió enviando rayos de luz dorada, que cubrieron todo el valle, alcanzando a todo lo que se hallaba en él. Luego, las numerosas Hadas que estaban debajo se iluminaron, emitiendo rayos del mismo color, y estos rayos alcanzaban todo en su radio.
Las Hadas estaban bailando, cantando y andando. Había hombres, mujeres y niños Hadas; eran seres pequeñitos extraordinariamente delicados. Parecían personas gráciles y hermosas.
Los Auxiliares pensaron en El sueño de una noche de verano, de Shakespeare, y supieron que este autor realmente veía las Hadas y los Gnomos que describió en su obra.
La Deva dio a entender a los Auxiliares que les reconocía y estaba encantada de verles.
Entonces una Auxiliar quiso bajar entre las Hadas, y su compañero le dijo que sí.
Espérame dijo ella y bajó al valle y se sentó sobre la hierba, entre las flores.
Las Hadas se acercaron, saltando sobre ella, que sostenía a las Hadas pequeñitas en sus manos. Luego, las Hadas obtuvieron algo de materia etérica de la hierba y las flores e hicieron un aro o corona, y se la colocaron en la cabeza a la Auxiliar. Después, bailaron a su alrededor, cogidas de la mano. Más tarde, se soltaron las manos y cada una, por turno, bailó alrededor de la Auxiliar, que estaba demasiado contenta para decir algo.
Más tarde, el otro Auxiliar dijo que cuando la buscó, sólo vio una luz brillante donde estaba sentada. La Deva dijo que no ocurriría nada malo del contacto de las Hadas con la Auxiliar, sino que le haría bien. Cuando la danza acabó, la Auxiliar se levantó, la luz
desapareció y ella parecía una persona diferente, porque su cuerpo etérico brillaba radiantemente. Probablemente podrá recordar algunas historias de Hadas en las que los niños bailan con ellas y donde las Hadas les ponen coronas.
* * *
Una noche, mientras estaba fuera de su cuerpo durante el sueño, un niño vio a un Gnomo, pero no sabía qué era lo que veía ni que estaba en su cuerpo etérico. Su profesor le pidió luego que escribiese sobre un sueño que hubiese tenido, y él escribió lo que sigue:
Soñé que estaba en una isla y que estaba allí solo. Iba caminando por un sendero y llegué a un precipicio. Vi que era muy profundo, y no supe qué hacer. Traté de descender de la colina, pero no pude. No supe qué hacer entonces. Un hombrecillo llegó de ninguna parte.
Muchachito, ¿por qué lloras? , me dijo. Porque quiero pasar , respondí. De repente, yo estaba volando. Entonces mi madre me dijo que era hora de ir a la escuela.
* * *
He aquí el relato de un niño que podía ver a los Espíritus de la Naturaleza cuando estaba fuera de su cuerpo: Un día unos Auxiliares Invisibles iban sobre un parque en los Estados
Unidos y vieron a un niño que se había perdido de sus padres. Estaba acostado, durmiendo bajo un árbol. El ego del chico se había deslizado fuera de su cuerpo y estaba jugando con dos Gnomos y dos Hadas cuando los Auxiliares fueron hacia él.
El niño corrió hacia los Auxiliares y dijo que quería ir con su mamá.
Esta gente pequeña no quiere llevarme a casa dijo Mi mamá me ha hablado de los Ángeles y creo que usted se parece a ellos porque es usted brillante y blanca.
Los Auxiliares preguntaron al jovencito donde vivía, pero no lo sabía. Uno de los Gnomos dijo que él les mostraría donde vivía el niño. Las Hadas lo besaron y los Auxiliares lo despertaron y lo llevaron a su casa.
Su madre estaba muy preocupada por su estado. Dijo que sabía que el bosque estaba infestado de serpientes. Tomó a su hijo en brazos y lo acariciaó y besó gozosamente. Después de esto el niño le dijo que dos hombres pequeños lo estaban observando mientras dormía y
después cuatro niñas diminutas vinieron y jugaron con él.
Uno de los Auxiliares explicó a la madre que eran Gnomos y Hadas, y que, cuando el niño salía fuera de su cuerpo durante el sueño, podía ver y hablar con ellos, y que le protegieron de todo peligro.
Los Espíritus de la Naturaleza pudieron haberle llevado a su casa en su cuerpo etérico, pero esto hubiera sido inútil, porque no podían hacer que la madre entendiese dónde estaba su cuerpo físico, ya que no podía ver ni oír a los Gnomos ni a las Hadas.
Los Auxiliares pudieron llevar al niño a su casa porque podían materializar cuerpos densos, llevarlo a casa y luego desmaterializarse otra vez para seguir con su labor. La madre
quería saber si los Auxiliares eran humanos y cómo ocurrió que encontraron al chico. Ellos le hablaron sobre sus enseñanzas, mostrándose ella muy interesada.
* * *
Cierta estudiante siempre había adorado los cuentos de Hadas, y después de que se interesó por las enseñanzas Ocultas y Místicas, deseó intensamente ver algún Hada o algún Gnomo. En varias ocasiones conoció a personas que podían verlos, y le hablaron de algunos Espíritus de la Naturaleza que habían visto.
Una mañana, recordó que había visto a un pequeño Gnomo en el ático de un viejo edificio durante la noche, mientras estaba fuera de su cuerpo físico. Aquel pequeño y adorable compañero parecía medir poco más de medio metro de altura. Estaba trabajando con unas curiosas piezas de cerámica. Deseaba preservar piezas antiguas que estaban comenzando a desintegrarse.
* * *
Luego, otra mañana, esta estudiante se despertó con el más delicioso recuerdo de lo que había visto. Recordaba claramente haber estado en una hermosa casa donde había dos grandes cuartos de estar comunicados entre sí. En cada habitación había sofás y sillas confortables.
En una de estas habitaciones había un fuego de leña ardiendo luminosamente en un hogar.
Había cierto número de personas sentadas y hablando alegremente unas con otras. Esta estudiante se sentó en un sofá y alguien posibilitó que ella viese los Espíritus de la Naturaleza que estaban presentes. Vio un número de hermosas Hadas moviéndose por la habitación, que parecían los Seres más delicados que se puedan imaginar.
La estudiante vio Silfos y Ondinas moviéndose por allí en grupos, en el aire. Estos hermosos y pequeños Seres parecían estar ataviados con elegantes vestiduras y tener alas de gasa.
Los Silfos y las Ondinas son Espíritus de la Naturaleza que trabajan con el aire y el agua, y ocasionan los cambios en el clima, que no son debidos al frío o al calor. También producen las trombas marinas sobre el mar. Cuando los Silfos se congregan en gran número sobre una gran extensión de agua, las Ondinas tratan inútilmente de introducirlos en el agua. Entonces los Silfos intentan elevar a las Ondinas, y cuando lo consiguen, a menudo ocasionan una tromba marina. Esto origina que el aire se vuelva tenso. Una visión como ésa es impresionante. El agua se eleva en una enorme masa, como si tratara de alcanzar el cielo.
Después, la estudiante vio algunos pequeños y astutos Gnomos, vivaces y activos. Parecían ser muy viejos, con largos bigotes blancos y espaldas dobladas. Vestían trajes grises o marrones y zapatos de puntera afilada que se volvían hacia arriba. Los cuerpos y las ropas de los Gnomos, así como los de los otros Espíritus de la Naturaleza estaban compuestos de éter.
Fue la más asombrosa visión para la estudiante, y la hizo muy feliz.
Después la estudiante miró hacia el hogar y vio unas Salamandras, o Espíritus del Fuego.
Parecían ser de un poco más de treinta centímetros de estatura y eran de un color rojo anaranjado. Poseían cuerpos esbeltos y elegantes, que permanecían erguidos. Sus cuerpos estaban en constante movimiento y era extrañamente hermoso y fascinante el verlas. Eran vivas y reales, y no había duda sobre esto, porque la estudiante las veía claramente. Desde esa ocasión, ha visto otros Espíritus de la Naturaleza.
* * *
Un día de otoño, esta misma estudiante recordó haber visto un Deva. Era de tamaño bastante grande, más grande que un ser humano. Estaba suspendido en el aire sobre un hermoso valle verde cerca de un bosque. Se parecía a un hermoso joven ataviado con
elegantes y vaporosas vestiduras. Su pelo era bastante corto y muy suave. Tenía una expresión agradable en su cara, y parecía moverse muy pausadamente. No había duda de que este ser estaba muy vivo y era real. La estudiante y su amigo miraron atentamente al Deva y vieron su hermosa aura de diversos matices de púrpura, lavanda, amarillo y oro. Se parecía mucho a un arco iris y cubría la totalidad del valle como un parasol. Su cuerpo de deseos era como el
mango del parasol. Su cuerpo mental alrededor de su cabeza era más grande que su aura y era de un adorable color amarillo.
* * *
Otra vez, esta estudiante recordó haber visto dos encantadoras Hadas mientras estaba fuera de su cuerpo físico durante el sueño. Fue enviada a cierto lugar para ayudar a unas personas
que estaban siendo estafadas por su casera. La familia estaba compuesta por el padre, la madre y dos hijos.
Tenían un pequeño loro verde de Cuba en una gran jaula. La Auxiliar llegó, miró la jaula y fue delicioso ver que el loro tenía compañía. Había dos Hadas sentadas sobre una tablilla de la jaula. Aparentaban medir unos treinta centímetros, aunque no estaban de pie. Parecían ser más altas que el loro. Las Hadas tenían apariencia de jóvenes, como de quince años y, evidentemente, eran novios. Cada uno tenían su brazo alrededor del cuello del otro y estaban
hablando y riéndose alegremente.
Mientras la Auxiliar los observaba, los vio deslizarse a lo largo de la tablilla. Se daban empujoncitos el uno al otro como lo hacen los niños cuando juegan. Ambos, el chico Hada y la chica Hada eran esbeltos y elegantes. Eran rubios, de pelo amarillo claro. El pelo del joven tenía la raya en medio, y el de la chica tenía flecos que colgaban sobre su frente. Estas Hadas parecían estar cubiertas con brillantes vestiduras del aspecto más atractivo. Parecían hermosos jóvenes, y la Auxiliar quedó prendada de ellos enseguida. Tenían radiaciones de fuerza que parecían salir de ellos a raudales.
No es maravilla que los habitantes de los tiempos de la Atlántida se lamentasen de perder el contacto directo con los Espíritus de la Naturaleza y otros seres, cuando ya no pudieron verles más! Las Hadas trabajan bajo la dirección de los Devas. Algunos Devas viven en la tierra y otros en el aire. Otros viven en el océano y trabajan con los Espíritus de la Naturaleza.
Hay radiaciones de energía saliendo de ellos por todos lados. Los Devas trabajan con los Hermanos Legos y Hermanas Legas de las diferentes Escuelas de Misterios.
Hay una hermosísima mujer Deva en algún lugar de Asia Menor, donde hay un cuartel general de los Devas. Otros Devas se relevan con ella en el trabajo que está realizando. Estos grandes Devas curan a muchas personas que van allí en peregrinación cada año. A los Auxiliares Invisibles se les permite algunas veces estar presentes en este santuario.
Hace unos pocos años hubo una tormenta, una noche, en uno de los estados del sur. Un tornado pasó por allí ocasionando gran cantidad de daños. Un Auxiliar fue llamado para ir y ayudar. Cuando llegó, vio a unas cincuenta personas que habían muerto y un gran número de heridos. Había cuatro grupos de Auxiliares, y trabajaban duramente para salvar a tantas personas como les era posible. La ciudad entera parecía casi como un campo de batalla porque ni una sola casa permanecía en pie. No había hospital sino solo unos pocos médicos, pero los Auxiliares hicieron un buen trabajo.
La lluvia caía a ráfagas y el viento soplaba violentamente. Los Silfos y la Ondinas mantenían una feroz contienda en el aire. Había muchos Seres Elevados en aquel lugar. Esta Auxiliar preguntó a uno de ellos por qué no podían detener a los Silfos o a las Ondinas. El Ser Elevado le respondió que aquella gente había merecido este infortunio y tenían que sobrellevarlo. Así es la ley del Karma. Quizá en alguna vida pasada habían destrozado las casas de otros y tenían que pagar con aquel castigo. En aquel lugar tuvo la Auxiliar una buena oportunidad de ver a los Silfos y a las Ondinas en violenta actuación.
* * *
Un estudiante conoció una vez a una señora que le habló de las Hadas y Gnomos que había visto. Veía Hadas en su jardín cada verano, y algunas veces vio alguna en su dormitorio.
Algunos años antes de esto, alguien de su familia capturó un pequeño búho aullador y lo puso en una jaula de pájaros. Un pequeño Gnomo vino a ella y le hizo entender que quería que
liberase al búho. Ella llevó al búho en la jaula hasta un gran parque de la ciudad donde vivía, abrió la jaula, y devolvió al búho su libertad. El Gnomo se lo agradeció y desapareció.
* * *
La señora le dijo haber visto una Ondina, que ella llamaba un Hada del mar. Ella y su hija iban de viaje por el océano. Un día vio una Ondina de pie en la barandilla del barco, mirando hacia ella. Parecía llevar una especie de corona. Permaneció suspendida en el aire sobre la barandilla durante unos momentos y luego desapareció.
* * *
He aquí un relato de cómo unos Auxiliares entraron en contacto con unas destructivas Salamandras y las obligaron a marcharse: Una noche, unos Auxiliares fueron enviados a un lugar donde vieron un gran edificio en llamas. Los bomberos estaban en camino cuando ellos llegaron al lugar. Las llamas salían de muchas partes del edificio. Los bomberos llegaron y dispusieron escaleras de mano para que la gente bajara.
Los Auxiliares vieron a una familia que estaba atrapada por las llamas y a la que nadie iría a rescatar. Uno de los Auxiliares preguntó a alguien distante si podían salvarles, y la persona dijo: Sí . Los Auxiliares entraron en el edificio y subieron hasta la habitación donde estaban las tres personas. El niño estaba inconsciente y la mujer, a punto de desmayarse. Los Auxiliares no podían salir por la ventana, porque las llamas de los pisos inferiores subían por
ella. El Auxiliar dijo a su compañera que detuviese las llamas y saliese por la ventana. Le fue conferida temporalmente la facultad de ordenar a las Salamandras, o Espíritus del Fuego, que ocasionan todos los fuegos y disparan todas las armas, que se marchasen. Dijo a las Salamandras que detuviesen todas las llamas de aquel lugar, y ellas obedecieron.
Los bomberos prepararon una red y dijeron a los Auxiliares que saltaran. Uno de ellos sabía que no era seguro saltar desde la ventana del tercer piso hasta la red, porque el peso podría romperla. Dijo a la Auxiliar que tomase a la mujer y saltase sobre una pendiente para, así, evitar la red. Ella lo hizo y más tarde recordaba cómo flotó con seguridad mientras los bomberos dirigían un gran chorro de agua sobre el fuego.
El otro Auxiliar sacó al hombre, y la primera Auxiliar regresó y sacó al niño, justo cuando el piso se derrumbaba. Este es un ejemplo de la clase de trabajo que hacen los Auxiliares Invisibles.
* * *
No sólo salvan a la gente sino que rescatan a muchos animales de los fuegos. Una Auxiliar recordaba haber sacado una vez a un hermoso gato de un edificio en llamas. La gente que estaba allí observando el fuego se quedó asombrada de verla salir con el enorme gato en brazos.
* * *
Una primavera, había un gran incendio forestal en Sudamérica. Unos jóvenes, que habían salido a cazar, iniciaron el fuego. Siete grupos de Auxiliares fueron enviados allí para salvar a la gente. Vieron un gran número de serpientes y animales corriendo ante el fuego, pero el fuego los alcanzó y los calcinó. Los Auxiliares vieron a los Espíritus Grupo de aquellas criaturas retorciéndose de dolor. Los Espíritus Grupo dijeron que los Auxiliares no podían hacer nada más que salvar a la gente que habían visto.
Un Auxiliar dijo que nunca antes había visto unas Salamandras tan fieras. Las Salamandras eran, tanto grandes como pequeñas, y perseguían a todo el mundo. Los Auxiliares salvaron a muchas personas e hicieron todo lo que pudieron para prevenir a todos,
para que evitasen el peligro. El viento soplaba fuerte y propagaba rápidamente las llamas.
Una gran Salamandra persiguió a una de las Auxiliares, y ésta olvidó que estaba fuera de su cuerpo y que no podía ser dañada. Recogió a un niño Indio y lo llevó durante unos nueve kilómetros, antes de que se diese cuenta de que lo tenía. Luego tuvo que traer de vuelta al niño, que se había dormido y no mostraba temor. Los Auxiliares se sentían muy apenados por los Espíritus Grupo que tenían que sufrir, debido a que muchos de sus protegidos se habían quemado.
* * *
Una noche, dos Auxiliares se encontraron con una mujer Gnomo en los escalones del porche de la casa de uno de ellos. La mujer Gnomo entró más tarde a la habitación de la Auxiliar y la miró. Dijo que habían venido hasta ella porque era la persona más tranquila de la casa.
Me gustas y volveré otra vez, me verás y me conocerás mejor le dijo a la Auxiliar.
A la mañana siguiente, la estudiante recordó haber visto a la mujer Gnomo y se sintió muy contenta al pensar que le gustaba. Este Gnomo parecía medir unos sesenta centímetros y tenía unas facciones marcadas. Su nariz era larga, y parecía muy vieja y seria. Se parecía mucho a las ilustraciones de Gnomos que los artistas han pintado para ilustrar los libros infantiles.
Recordemos que los Gnomos existen y que a través de todas las edades los hombres los han visto y han hecho amistad con ellos.
Para hacer amistad con las Hadas es necesario desarrollar los vehículos más finos. Uno no debe estar prejuiciado. No debe tener odio, malicia o envidia en el corazón hacia nadie. Debe tenerse la voluntad de tratar a todo el mundo como se desea ser tratado. Este es el requisito más importante. Sin esto, es inútil desear ver a los Espíritus de la Naturaleza. No es necesario tener visión espiritual, pero se debe tener parcialmente desarrollado el cuerpo alma y ser
capaz de usarlo y salir como un Auxiliar de la Humanidad y del reino animal.
* * *
He aquí una historia real de Hadas de los tiempos actuales: Una mañana de Octubre, un Auxiliar se sentó a la mesa de su despacho. Una familia de Hadas entró y se sentó en lo alto de su escritorio, cerca de la estufa.
Amigos míos dijo el hombre ¿cómo les va con este tiempo tan frío?
Vivíamos en casa de una mujer dijo la madre Hada pero comenzó a ponerse desagradable y tuvimos que marcharnos.
Yo también soy malo, y me como un Hada en cada comida dijo jocosamente el hombre.
La madre Hada se rió, pero la joven Hada se puso nerviosa.
Mamá! ¿me comerá?
No, querida. Sólo está bromeando contestó la madre.
Ven conmigo, mi dulce Hada dijo el hombre. La pequeña Hada se le acercó tímidamente, y él la levantó. Era de unos diez centímetros de estatura y demasiado hermosa para describirla. El papá y la mamá Hadas eran de unos quince centímetros, y el muchacho
Hada era más pequeño.
¿Qué queréis que haga? preguntó el hombre a la señora Hada.
Llévanos a un lugar cerca de Sur América contestó ella.
¿Cómo puedo hacer eso sin que os congeléis? preguntó el hombre.
Haz un abrigo de materia de deseos dijo la mujer Hada Entonces nos meteremos en tu pecho, dentro del abrigo, y nos mantendremos calientes.
¿No puedes hacer tú el abrigo? preguntó el hombre.
No, porque yo procedo de la Región Etérica replicó ella.
El hombre, que es un Auxiliar, preguntó a alguien distante, mediante el pensamiento, si podía ayudar a las Hadas, y obtuvo permiso. Se recostó y enseguida estuvo fuera de su cuerpo. Luego hizo un abrigo de materia de deseos y se lo puso. A continuación colocó a las Hadas dentro de él, en su pecho, salió por la ventana y se dirigió al sur. La madre Hada le dio indicaciones de adónde ir.
Pronto alcanzaron América Central y llegaron a una tierra de hadas. Al Auxiliar le pareció como si allí hubiese un millón de ellas. Había un Deva, muy hermoso, suspendido en el aire sobre ellas, enviando hermosos rayos de luz y energía hacia sus protegidas, las Hadas. El
Auxiliar depositó a las cuatro Hadas en el suelo y éstas le agradecieron que hubiese interrumpido su estudio para llevarlas a casa. El Auxiliar miró por todas partes para ver si hallaba algo que pudiese causar daño a las Hadas, pero no encontró nada. Entonces preguntó al Deva si podía traer a un amigo suyo para que viese a las Hadas aquella noche y el Deva dijo que sí.
* * *
He aquí una historia notable sobre cómo unos hombres inválidos fueron curados por un Deva: Una Hermana Lega llevó consigo a unos Auxiliares una noche a un santuario en la zona occidental de Europa. Entonces pidió a uno de los Auxiliares que fuese la instructora de los otros Auxiliares que estaban presentes. Había catorce de ellos en la clase. Se les había llevado a aquel lugar para ver el festival de otoño.
Primero, hubo un servicio devocional en el templo, que tenía ocho lados. Luego los miembros de la clase recorrieron el interior del templo admirando las hermosas pinturas.
Había muchas pinturas adorables de la Sagrada Familia unida y cuadros de María, José y Jesús solos. Habían sido artísticamente pintadas hacía años, pero los colores aún permanecían relucientes y luminosos.
Una Auxiliar encontró un cuadro de la Sagrada Familia que era excepcionalmente atractivo y realista. Había sido pintado con delicados colores, y quedó encantada con él pensando que
era una pintura extraordinaria. Algunos de aquellos cuadros parecían ser muy viejos.
Lo más destacado del viaje fue la curación de quince hombres inválidos que, después del servicio devocional, se arrodillaron ante el altar del santuario. Los Auxiliares vieron llegar a un hermoso Deva con un aura dorada muy grande y detenerse directamente sobre los hombres, en el aire. Pudieron ver muchos rayos cambiantes, que parecían dardos de luz, derramarse a raudales sobre los hombres cuando se arrodillaron en oración y rogando ser
sanados.
Después de un momento, uno de ellos se levantó y se paseó, perfectamente bien y feliz.
Luego, el resto empezó a levantarse, uno trás otro, y comenzaron a elevar sus alabanzas a Dios. La Auxiliar había notado la extraña apariencia de los hombres cuando al principio se reunieron ante el altar. Todos ellos tenían piernas cortas y cuerpos pequeños y deformes, tenían una extraña apariencia e iban en grupo. La Auxiliar contó quince de estos inválidos. Se preguntaba qué habían hecho en una vida pasada para merecer unos cuerpos tan raros y desproporcionados.
Al poco tiempo, los quince hombres permanecían erguidos y en buen estado, y era una delicia contemplar su regocijo y gratitud. Había allí también algunas mujeres y niños enfermos que fueron sanados por el poder curativo del Deva. La Auxiliar a duras penas podía creer lo que veían sus ojos, porque aquella escena era maravillosa y fascinante.
Después la Auxiliar comenzó a sentir curiosidad y quiso saber qué habían hecho aquellos quince hombres para estar en tal estado. La Memoria de la Naturaleza mostró que, en la quinta dinastía de cierto país, estos hombres eran señores feudales. En aquel tiempo, el feudalismo estaba en su apogeo. Estos señores feudales eran muy crueles con sus vasallos y siervos cuando no pagaban sus deudas en cereales, piedras preciosas u oro. No había monedas en aquellos días, y los bienes se usaban como intercambio o para el pago de deudas, tasas y cosas así.
Estos señores feudales construían grandes fosos y metían en ellos a sus deudores, sometiéndoles a toda clase de horribles torturas. Si aún permanecían vivos después de algunos días, eran vendidos como esclavos de galeras en barcos que surcaban el océano, para
ser utilizados como miembros de la tripulación. Pocos de ellos regresaban. Estos hombres diabólicos maquinaban torturas extremadamente crueles a las que someter a aquella pobre
gente. Incluso soltaban leones entre aquellos indefensos o les descuartizaban atándoles a ruedas que tiraban en direcciones opuestas. Debido a su crueldad, estos señores feudales regresaron a la vida en cuerpos deformes. Después de muchos años, pagaron sus deudas por el karma que habían generado en otras vidas.
Sus cuerpos, deformes e inválidos, no les impidieron progresar en el sendero espiritual, porque hicieron lo que pudieron por la humanidad y se tomaron la molestia de ayudar a otros.
En una vida previa estos hombres habían vivido cerca unos de otros; nacieron en el mismo país y andaban juntos otra vez.
Cuando este insólito grupo se marchó, la Auxiliar preguntó a los miembros de la clase, que estaban con ella, qué les había interesado más y pidió a cada uno que diese su opinión. La mayoría de los estudiantes no podía entender cómo todos los sucesos de las vidas pasadas de aquellos hombres podían ser reproducidos de una forma tan vívida y clara, cuando habían ocurrido hacía más de cinco mil años.
Entonces la Auxiliar les explicó cómo trabaja la Memoria de la Naturaleza. Les contó muchas cosas sobre la Sagrada Familia y cómo aquellos hombres acumularon una gran cantidad de karma, y que el servicio es el mejor medio de cancelar esa deuda. Haciendo esto, tuvieron una oportunidad para encontrarse con todos los que habían agraviado y ayudarles de una forma u otra, cancelando así su deuda.
Las dos cosas más interesantes para mí dijo la estudiante instructora fueron: el hermosísimo cuadro de la Sagrada Familia que vimos, y la curación milagrosa por el Deva de los quince hombres inválidos y deformes.
Después los Auxiliares abandonaron el santuario y siguieron con su trabajo; algunos de ellos recordaban nítidamente a la mañana siguiente lo que habían visto durante aquella noche.
* * *
Un Miércoles por la noche, dos Auxiliares fueron enviados a la casa de una mujer para ayudar a un bebé, al que una entidad estaba molestando, en respuesta a la llamada de un Hada que amaba al bebé. Una Hermana Lega dijo a los Auxiliares que fueran rápidamente y ayudasen a sus amigos.
Los Auxiliares encontraron a la madre durmiendo en la cama con su bebé de un año. La cuna del niño estaba cerca de la cama de la madre, pero estaba vacía. La madre se había dado la vuelta y se había dormido al lado del niño. Este estaba acostado sobre su espalda, jugando con una joven Hada. Ésta tenía una varita en su mano y, tocándolo con ella, jugaba con el niño que pataleaba con los pies y movía las manos. Estaban pasando un buen rato en la cálida habitación, mientras la madre estaba durmiendo profundamente.
Entonces, una entidad negra y de aspecto malvado entró y fue hacia el bebé. El Hada comenzó a repeler a la entidad y gritó:
Socorro!, Socorro! mientras el niño comenzó a llorar.
La Auxiliar agarró a la entidad y la sacudió hasta que pareció mareada y actuaba como si estuviese borracha. El Auxiliar santiguó a la entidad y la envió al Mundo del Deseo, donde no molestará a nadie más. Entonces, dijo a su compañera que se materializase y tomara al bebé, lo que ella hizo.
En el momento en que tomaba al bebé, la madre se despertó y se volvió y vio a la Auxiliar con su aura desplegada.
Oh, Ángel!, por favor, ten misericordia de mí y devuélveme a mi hijo suplicó Toda mi vida he deseado un bebé. Después de estar casada durante veinte años, perdí las esperanzas
porque pensé que nunca tendría un hijo. Generosamente, Dios me ha dado uno, y ahora él es la luz de mi vida. Si vienes a llevártelo, déjalo y llévame a mí en vez de a él. Nadie lo maltratará. Así que, mejor llevános a los dos. Y a mi marido también, porque yo le amo. Por favor, déjanos. Los tres somos felices. El niño juega todo el día y, cuando se duerme, también juega. Ángel, dámelo. Puedes olvidar, dejarlo, e irte sin él. A duras penas puedo verle porque
brillas mucho.
El Auxiliar vio que la madre estaba a punto de ponerse histérica. Así que dijo a su compañera, mediante el pensamiento, que le diese el bebé a su madre. La madre dio las gracias a la Auxiliar, luego ésta retrajo su aura y dijo a la madre que tenía un niño precioso.
Oh, Ángel!, no sabes lo que significa para mí tenerle. Llegué a creer que nunca sería bendecida con un niño. La vida es sombría sin niños. Tendré todos los que pueda.
Sé buena con él dijo la Auxiliar y enséñale los caminos del Señor.
La madre prometió que lo haría. La Auxiliar descubrió que aquel niño era un Iniciado renacido.
La entidad quería atemorizar al niño y obsesarle, si le hubiese sido posible, pero la valiente Hada lo contuvo hasta que los Auxiliares llegaron para ayudarla y enviarlo al Mundo del Deseo para recibir lo que le había estado aguardando durante largo tiempo.
* * *
Una noche, unos Auxiliares conocieron a un hombre que no creía en las Hadas. Estos Auxiliares, por casualidad, miraban el escaparate de una librería, donde vieron unos libros ocultos e hicieron algunos comentarios sobre ellos. Un hombre se acercó y les oyó hablando, así que también comenzó a hablar.
La Auxiliar comenzó a hablarle sobre sus enseñanzas, diciéndole que los Ángeles y las Hadas son reales y auténticas y que pueden verse. El hombre estaba escéptico y dijo algo como:
¿Quiere decirme que realmente hay Hadas?
Sí, hay Hadas dijo ella.
¿Juraría usted que eso es verdad? preguntó el hombre.
Lo juro replicó la Auxiliar.
Desaparezcamos ante él, y lo creerá más fácilmente dijo el Auxiliar a su compañera, por medio del pensamiento.
Los Auxiliares desaparecieron y el hombre pareció el individuo más pasmado que la Auxiliar hubiese nunca visto. Aquello realmente le causó una impresión. Por el aspecto de su cara, creerá lo que oyó durante el resto de su vida, incluso si no continúa con las enseñanzas de las que oyó hablar.
* * *
Estos Auxiliares han conocido a otras muchas personas que sí creen en las Hadas. El siguiente relato trata sobre unas personas que podían ver las Hadas: Unos Auxiliares fueron a ver a un hombre y a su esposa, propietarios de un invernadero y de un hermoso jardín. Los Auxiliares vieron que aquel lugar estaba lleno de Hadas y de Gnomos.
Aquellas personas eran muy amables y encantadoras cuando estaban en el jardín, pero cuando estaban en su casa, reñían y discrepaban. El matrimonio habló a los desconocidos sobre este comportamiento suyo tan peculiar, diciéndoles que habían pedido a mucha gente que les aclarara por qué actuaban de esa manera, porque realmente se amaban el uno al otro y querían estar en buena armonía.
Cada una de estas dos personas notaba la presencia de las Hadas y de los Gnomos, los amaban y querían que entraran a su casa con ellos. Los Espíritus de la Naturaleza sólo los seguían hasta la casa y luego los dejaban. Estas dos personas tenían visión espiritual, pero
ellos no lo sabían.
En ese momento, los Auxiliares estaban en el jardín, y los Espíritus de la Naturaleza estaban a su alrededor, escuchando lo que estaban diciendo. Un Auxiliar dijo al hombre y a su mujer, que ellos no se ponían de acuerdo en el plano material y no hacían ningún esfuerzo
para llevarse bien en su casa pero que, cuando estaban en el jardín, estaban el plano espiritual.
Cada uno debe reprimir su temperamento y estar dispuesto a dar y a recibir dijo.
Ellos prometieron que lo harían así.
Entremos en la casa sugirió el Auxiliar.
Todos entraron y, tan pronto como el hombre y su mujer cruzaron el umbral, comenzaron a armar jaleo y a pelear. El Auxiliar los llamó, juntó sus manos, los hizo reconciliarse y besarse y se notó un cambio en aquella gente.
El Auxiliar les dijo que eran almas avanzadas y que debían ser amables el uno con el otro y ayudar a todo el que pudiesen. Tenían unas hermosas flores y tenían mucho éxito con ellas, manteniendo un buen nivel de vida durante todo el año mediante la venta de sus flores y plantas.
Las Hadas entraron a la casa y saltaron sobre la mesa, pasando un buen rato. Los Auxiliares se fueron dejando a aquella gente satisfecha y feliz.
* * *
Una noche, ocurrió que dos Auxiliares se encontraban en un lugar donde hay un valle muy hermoso. Al ver a una Deva sobre el pequeño valle, se detuvieron. Era un día caluroso y los habitantes del valle iban de un lado a otro. La Deva era muy simpática y solemne, flotando en el aire, por encima de los campos y las praderas donde unos Gnomos y Hadas andaban ocupados con sus juegos y trabajos.
¿A qué oleada de vida perteneces? preguntó el Auxiliar a la Deva.
Pertenezco a la misma oleada de vida que los Espíritus Grupo replicó la Deva He avanzado por encima del estado de los animales feroces, y tengo la custodia de los animales mansos, los Gnomos y las Hadas.
Quiero ir a donde están los Gnomos y las Hadas dijo la Auxiliar.
Puedes ir si lo deseas replicó su compañero. Ella bajó y se acercó a los Espíritus de la Naturaleza. El otro Auxiliar y la Deva la observaban desde arriba.
Ella tiene el pensamiento más en las cosas espirituales que en las cosas terrenales dijo la Deva y, a la postre, esto le puede traer una vida de contratiempos, porque tendrá que ponerse al día con sus asuntos materiales. Necesita más experiencia en las cosas mundanas.
La Deva dijo al Auxiliar que había una mujer y dos niños enfermos en el valle, y le pidió que fuese con su compañera a ayudarlos. Los Auxiliares hallaron a los enfermos, hicieron lo que pudieron por ellos y luego se fueron felices de haber visto a la Deva y a sus protegidos.
* * *
Una noche, una estudiante oculta estaba tocando en su piano. Había algunas otras personas presentes. Una de ellas era capaz de ver a los Espíritus de la Naturaleza que se ven con frecuencia en los parques y jardines.
Vio seis Hadas bailando en lo alto del piano. Desplegaban al aire sus pequeñas y lindas vestiduras y extendían sus brazos, danzando delicadamente de un lado a otro.
Continúa tocando dijo una de ellas porque estamos disfrutando.
Un Hada se aupó en uno de los hombros de la dama, se inclinó sobre su oído y parecía estar susurrándole algo. Una de las Hadas dijo al hombre que permanecerían allí hasta que el servicio se retirase y luego regresarían al parque cercano.
¿Tienes miedo de las Salamandras? le preguntó al Hada, y ésta se puso muy asustada, se precipitó hacia él y le dijo:
Escóndeme. No puedo hacer nada contra ellas.
No hay ninguna aquí le aseguró él. Entonces le dijo que sólo quería saber si las Hadas tenían algún control sobre las Salamandras.
No, no lo tenemos dijo pero desearía tenerlo, porque entonces podría salvar a mi gente de los incendios forestales.
* * *
Una noche, unos Auxiliares fueron con un grupo de Ángeles y ayudaron a muchas personas. Finalmente, uno de los Auxiliares pidió al jefe que los llevase hasta algún Deva elevado, porque tenía un anillo que quería magnetizar. El Ángel los llevó hasta un Deva que estaba sobre un templo en algún lugar de Asia.
El Ángel dijo al Deva lo que quería la Auxiliar, y este contestó que le diría a la Auxiliar cuándo debería llevarle el anillo y que estaría encantado de hacer lo que se le pedía.
El Deva dijo al Ángel que hiciese que la Auxiliar subiese junto a él. Ella lo hizo y el Deva le puso la mano sobre la cabeza. Cuando hizo esto, el otro Auxiliar vio una luz muy brillante derramarse sobre ella, como si estuviese ardiendo en un fuego. Luego, el Deva se volvió y no prestó más atención a sus visitantes, así que éstos se fueron. El jefe de los Ángeles se volvió a los Auxiliares.
Hay un barco en problemas dijo Iremos a ayudar a esa gente.
El barco había chocado con algo, haciéndose un agujero en el casco y se hundía rápidamente.
¿Morirá esa gente? preguntó el Auxiliar.
Sí, si otro barco no los rescata contestó el Ángel.
El Auxiliar buscó un barco, y viendo uno a unos trescientos kilómetros, llevó a su compañera hasta allí. Encontraron al capitán durmiendo, y le dijeron que ordenases a su piloto que navegase hacia el norte durante trescientos kilómetros y luego se dirigiese hacia el oeste.
Vaya a toda máquina porque un buque está en problemas dijo el Auxiliar.
El capitán se despertó, saltó de la cama y subió a cubierta. Le dijo al piloto que soñó que un barco tenía una avería y que le habían dicho lo que debía hacer. Dio las órdenes al piloto, y el barco tomó el rumbo para rescatar a los náufragos.
Luego los Auxiliares fueron hacia el barco accidentado y encontraron que había unas cincuenta personas en él. La bodega estaba llena de mercancías muy pesadas. Parecía como si el barco se fuese a hundir en cualquier momento. Los Auxiliares ayudaron a la gente mientras se introducían en los botes salvavidas, y les comunicaron que serían rescatados por el capitán de otro barco.
Había nueve Ángeles al mismo tiempo en el grupo con el que los Auxiliares estaban. Eran muy amables con los Auxiliares, que pasaron un rato muy feliz yendo con ellos. Estos Ángeles y Auxiliares fueron a muchos lugares y ayudaron a la gente de diferentes maneras.
* * *
Fueron a un lugar, en la zona septentrional de Norteamérica, para ayudar a una mujer esquimal que estaba trabajando. Estaba pasando momentos muy duros y necesitaba ayuda enseguida. El Auxiliar llamó a otro Auxiliar que es médico cirujano, y éste vino al poco tiempo. Los Auxiliares salieron y se reunieron con él y los tres se materializaron, entrando a gatas por la puerta del iglú. Ayudaron a la mujer a dar a luz a un lindo muchachito.
Luego el médico recetó algo a la madre y envió a su marido a buscarlo. Éste enganchó los perros a su trineo y partió para un viaje de veinte kilómetros a buscar la medicación.
* * *
Una noche, dos Auxiliares fueron a una isla en el Atlántico Sur y allí vieron un paisaje encantador. Había un hermoso Deva sobre la isla y los Auxiliares se pusieron muy contentos cuando vieron su hermosa aura dorada que parecía un fulgor amarillo descendiendo hacia la tierra. El Deva estaba velando por sus custodiados y por la tierra en la que vivían.
* * *
Una noche, tres Auxiliares y un bebé fueron a Sur América a buscar a unas Hadas. Fueron a un lugar muy hermoso en Colombia, que estaba situado en unas montañas dominando América Central y el Océano Atlántico. Los Auxiliares encontraron muchas Hadas viviendo cerca de un pueblo. Estaban jugando felizmente a la luz de la luna. Aquellos pequeños seres eran de una estatura que variaba entre cinco y veinte centímetros.
Por encima de las Hadas había una Deva muy hermosa que las custodiaba, tanto a ellas como a las personas que estaban bajo su influencia. En aquel lugar la gente era acogedora y hospitalaria con los desconocidos. Los niños eran muy lindos y de un natural afable, y algunos de ellos podían ver a los Espíritus de la Naturaleza.
Los Auxiliares fueron a una casa donde había cuatro niños. Uno de ellos estaba enfermo con fiebre. Vieron a unas veinte Hadas de todos los tamaños alrededor de su cama. Había una mujer Hada responsable de las otras que estaban todas sobre el cuerpo del joven, donde podían tocar su piel. Las Hadas doblaban sus cuerpos hacia arriba y abajo durante cierto rato y luego abrían sus pechos. Entonces una corriente de irisada fuerza, o energía, fluía de ellos
hacia el chico enfermo. Estaban tratando de ayudar a su pequeño amigo.
¿Cuánto tiempo hace que está enfermo? preguntó el Auxiliar a la madre del chico.
Unos diez días; un médico lo está atendiendo replicó la madre.
El Auxiliar tomó de la mano al muchacho y le habló:
¿Sientes o ves algo? dijo.
Sí, veo un montón de gente pequeña que ha jugado conmigo desde que puedo recordar.
Son personas reales. ¿Por qué no se hacen grandes como papá y mamá? preguntó.
Pertenecen a un mundo diferente donde no crecen mucho más explicó el Auxiliar Pronto estarás bien y podrás jugar con ellos otra vez.
Me siento bien ahora. ¿Puedo levantarme? preguntó el joven.
No, no puedes levantarte ahora, pero podrás hacerlo por la mañana. ¿Has tenido en la mano a algún Hada?
Sí contestó el chico se las llevé a mamá, pero ella no puede verlas.
Algún día podrá dijo el Auxiliar.
El Auxiliar se volvió hacia la mujer Hada y dijo:
Me gustaría examinar a algunas de las Hadas para poder ayudar a mi amiga con un libro que está escribiendo.
Esta Hada llamó a la reina de las Hadas. Ésta vino, y parecía un ser humano diminuto.
Te llevaré sobre el reino dijo pero primero tienes que encontrar a tu hija.
Los Auxiliares encontraron al bebé en la hierba, en medio de un montón de Hadas, pasando un buen rato con ellas. Una Auxiliar preguntó a la madre del bebé si veía las Hadas.
Sí, yo las veo, y creo que es extraño que esta gente no las mate dijo.
Algunas veces lo hacen, pero no con frecuencia replicó la Auxiliar.
La Auxiliar tomó a una de las Hadas y la sostuvo en alto a la luz de la luna, observándola cuidadosamente. Su cuerpo parecía muy delicado y grácil, casi transparente. Tenía todos los órganos que poseen los seres humanos, pero no pudo ver nada en sus intestinos aunque estaban rellenos de algo. Pudo ver el contorno de los músculos etéricos en el cuerpo del Hada. Las Hadas tienen la apariencia exacta a los habitantes del planeta Venus, sólo que son
de tamaño muy pequeño.
Todas las Hadas deben trabajar cuando llegan a cierta edad dijo la reina y su obligación es embellecer todas las cosas que puedan.
¿Cuánto viven las Hadas? preguntó el Auxiliar.
No hay un tiempo determinado para ello dijo el Hada Yo tengo setenta años de acuerdo a vuestra forma de medir el tiempo, pero a mí me parece que tengo sólo unas pocas lunas. Las Hadas permanecen en los países cálidos durante el verano porque en los climas fríos no pueden trabajar, ya que no hay plantas creciendo en las que trabajar. Cuando hace frío, sólo pueden dedicarse a dormir, y es su deber trabajar.
El Auxiliar estaba ansioso por obtener información sobre la Deva; así que miró hacia ella y atrajo su atención.
¿Puedo subir hasta ahí? preguntó.
No del todo contestó la Deva Te diré cuando debes detenerte.
El Auxiliar subió tan alto como pudo. Entonces la Deva le dijo que se detuviese cuando estaba a unos seis metros de ella.
Me gustaría hacerte algunas preguntas dijo el Auxiliar ¿A qué oleada de vida pertenecen los Devas?
Pertenecen a la misma oleada de vida de los Arcángeles dijo Es decir, comenzaron al mismo tiempo.
¿Hay muchos Devas? preguntó el Auxiliar.
Sí, hay una multitud de ellos por todo el mundo, replicó.
¿Hay bebés Devas? preguntó.
Sí, hay bebés en todas las oleadas de vida que evolucionan dijo ella.
¿Dónde permanecen? preguntó.
Permanecen en el Tercer Cielo dijo ella.
¿Se trasladan los Devas de un lugar a otro? preguntó él.
Sí, nosotros nos desplazamos dio la Deva Trabajamos en parejas y vamos al Templo para recibir instrucciones, como debe hacer todo el mundo para crecer hacia la perfección.
El Auxiliar preguntó a la Deva cuál era el tamaño de su aura, y ella dijo:
Puedo cubrir la tierra tan lejos como se puede ver con un telescopio y algo más.
¿Pueden las Hadas llegar a ser humanos? preguntó el Auxiliar.
Ellas son humanos, pero pertenecen a otra oleada de vida. Cuando el hombre se purifique lo suficiente, podrá ver a las Hadas, y la humanidad colaborará en su desarrollo y ellas ayudarán al hombre. Las Hadas trabajan para embellecer la tierra.
¿Por qué hay unos pocos Gnomos con las Hadas? preguntó.
Los Gnomos ayudan a las Hadas dijo Hacen todos los trabajos duros, y las protegen de lo que puede destruirlas.
El Auxiliar no pudo encontrar ninguna diferencia entre esta Deva y cualquier otra mujer, excepto que su cuerpo estaba constituido de una sustancia más fina y que su lema era Amor y Servicio.
¿Alguna vez se cruza con los aviones? preguntó el Auxiliar a la Deva.
No, no pueden aunque lo deseen le dijo.
* * *
Cuando en los Estados Unidos es primavera, en Sudamérica es otoño. Muchas Hadas pasan el verano en los Estados Unidos y luego se van a Centro América durante el invierno, así que pueden estar ocupadas trabajando con las flores a lo largo de todo el año.
Unos Auxiliares fueron a Sudamérica una noche de mediados de Abril, y hallaron que las Hadas y los Gnomos estaban haciendo preparativos para partir hacia Norteamérica. Era una noche calurosa, y la luna brillaba radiante. Había algunos niños jugando en la hierba. Las Hadas estaban celebrando una reunión general, por lo que los Auxiliares pensaron que podrían descubrir algo interesante sobre ellas.
Un Auxiliar miró en torno y encontró a un Hada de unos veinte centímetros de estatura. Le pidió que se acercara para poder estudiarla durante un rato y tener un mejor conocimiento de
ella. El Hada se acercó, se posó sobre su mano muy suavemente y él la observó cuidadosamente.
Esta hermosa Hada tenía una piel muy delicada de fina textura. Era de un rosa pálido muy suave. Tenía un largo pelo dorado que llegaba hasta su cintura. Su vestido parecía estar hecho a la última moda de una sustancia muy tenue, de muchos colores y matices. El Auxiliar no pudo ver a través de sus ropas.
El Auxiliar dijo al Hada que le gustaría ver la forma de su cuerpo. Sin pérdida de tiempo ella se quitó las ropas, y apareció el Ser más perfecto que el Auxiliar imaginó ver nunca.
Oh, qué encanto! exclamó una de las Auxiliares Me gustaría abrazarla.
No la toques previno el Auxiliar.
Qué actitud tan confiada tiene. No está asustada, y no parece molesta de ninguna manera continuó la Auxiliar.
Los pies del Hada eran de una perfecta hermosura, y los Auxiliares estaban muy contentos al pensar que las Hadas eran tan cariñosas con ellos. Sus ropas estaban constituidas de un vestido, combinación, bragas, medias y zapatos.
Las imágenes de Hadas que he visto, las muestran con alas dijo el Auxiliar y tú no tienes.
No hay nadie en nuestro reino que tenga alas replicó el Hada.
¿Qué es lo que da la impresión a los artistas de que las Hadas tienen alas? preguntó el Auxiliar.
Es nuestro deber ayudar a purificar el aire para el hombre en nuestro trabajo dijo ella y al movernos y respirar, emitimos un aire oloroso que sale de nuestros hombros, y esta energía procedente de nosotros tiene la apariencia de alas.
El Hada mostró entonces a los Auxiliares cómo lo hacían, y pareció que tenía las alas transparentes más hermosas imaginables. Llenó el aire con un perfume de una fragancia y frescura que hizo sentir a los Auxiliar como si pudiesen recostarse y entregarse a un sueño
reparador.
Nos iremos de aquí durante el mes de Mayo hacia los Estados Unidos dijo el Hada.
También les dijo que las Hadas se parecen mucho entre sí y que el lugar donde viven está bien custodiado por Gnomos que mantienen alejadas a las serpientes y a otras criaturas dañinas. Cuando hay lluvias torrenciales, tormentas, tornados, etc. ponen a salvo a las Hadas.
Cuando los Auxiliares obtuvieron la información que querían, el Hada se puso las ropas, se peinó y luego se acicaló. Luego dijo: Adiós, y se fue flotando.
Las Hadas nos parecen extremadamente delicadas, pero ellas mismas se consideran como gente corriente. El Hada dijo a los Auxiliares que tenía setenta años, pero parecía como si tuviera unos dieciséis. Se dijo al Auxiliar que los miembros de otras oleadas de vida no aparentan su edad tal como los habitantes de la tierra.
* * *
He aquí dos relatos sobre las Salamandras y lo que hacen: Una noche, unos Auxiliares vieron una casa en llamas, y bajaron pensando que pudiera haber alguien durmiendo dentro de ella. No encontraron a nadie. Alguien había entrado y derramado aceite por la casa y sobre los objetos que había dentro de ella y había prendido fuego. La casa estaba ardiendo rápidamente. Los Auxiliares vieron una gran Salamandra, o Espíritu del Fuego, en la casa, donde las llamas eran más violentas, que estaba emitiendo pequeñas Salamandras de sí misma.
La Auxiliar abandonó el lugar, fue a despertar a la gente de las casas vecinas y les dijo que tomaran lo imprescindible y que salieran.
No, esto no es necesario dijo su compañero porque el fuego no se extenderá.
Entonces dijo a la gran Salamandra que se fuese y se llevase a las más pequeñas con ella.
Así lo hizo, y pronto el fuego se extinguió.
El propietario de la casa llegó corriendo para descubrir por qué el fuego se había extinguido tan rápidamente. Este hombre había sido un pirómano en su última vida y le gustaba incendiar todo, incluso casas, etc. Su familia estaba fuera, de vacaciones, y él no pudo resistir la tentación de incendiar su casa, como había hecho en otros muchos lugares y campos, durante la cosecha del trigo y el heno.
Confesó todo esto a los Auxiliares. El Auxiliar puso su mano sobre la cabeza del hombre y le dijo que no haría más daño ni a sí mismo ni a otros. Los Auxiliares eliminaron su fatal deseo de iniciar incendios. El hombre tenía la casa asegurada y obtendría dinero para reparar los daños. Los Auxiliares no informaron a la policía debido a las circunstancias. Los vecinos se preguntaban por qué el fuego se había sofocado tan rápidamente y por qué no se incendiaron las casas contiguas de ambos lados.
* * *
Una noche, dos Auxiliares vieron a un hombre en un automóvil que petardeaba por el tubo de escape. Iba a través de un campo de hierba seca, prendiendo fuego mientras avanzaba.
Pronto se declaró un rugiente incendio tras él. Había una gran excitación entre unas personas que se habían precipitado a combatir el fuego.
El Auxiliar vio enseguida lo que ocurriría. Pidió a las Salamandras que parasen, para que los campos de aquella gente pudieran salvarse. El fuego se extinguió, dejando la forma humeante de una gran Salamandra, que gradualmente desapareció. El hombre del coche estaba intentando dañar a toda la campiña. Continuó algún tiempo más en su automóvil, antes de que ardiese, y entonces la gente lo capturó.
* * *
En ese lugar los Auxiliares encontraron a un muchacho que podía ver a las Salamandras.
Dijo que había visto Ángeles y Hadas, pero no entendía nada sobre ellos. La Auxiliar le dio explicaciones sobre los Espíritus de la Naturaleza y los Ángeles, diciéndole lo que debía hacer para poder verlos mejor. Le dijo que los Espíritus de la Naturaleza no le harían daño, pero que no debía tener ningún trato con los elementales y las formas de pensamiento perversas, porque eran peligrosas.
* * *
Cierta ocasión, un hombre que es Auxiliar, iba en un tren hacia Nueva York. Mientras estaba durmiendo, salió de su cuerpo para hacer su trabajo de Auxiliar, como de costumbre.
Regresó a su cuerpo a eso de las cinco de la mañana y se levantó. Fue a tomar el desayuno, luego regresó a su litera y se durmió de nuevo enseguida. Fue hasta la parte trasera del tren para ver la belleza de las montañas y del curso del Río Hudson en aquella luminosa mañana de Mayo.
Vio a Gnomos, Hadas y Ondinas, todos ellos ocupados con las plantas. Unos estaban limpiando las ramas, otros pintaban los tallos y otros las hojas.
Cuando el sol se elevó sobre las montañas y sus rayos dorados brillaron a través de ellas, la escena adquirió una belleza imposible de describir con palabras. Las personas que estaban en el vagón de cola vieron al sol elevarse sobre las montañas y a sus rayos jugar sobre el río y las montañas, y hablaban de ello, pero el Auxiliar vio la belleza real del paisaje. Más tarde, dijo que es maravilloso ver las cosas que la naturaleza tiene que mostrar al hombre.
* * *
Otro día, este hombre iba en su viaje hacia el Este, cerca de Cumberland Gap. La noche anterior, el revisor había dicho a los pasajeros que si querían ver Cumberland Gap, debían estar levantados a la salida del sol, porque el tren pasaría por allí sobre esa hora. Muchos de los pasajeros dijeron que sí querían ser despertados y otros dijeron que no. El Auxiliar dijo
también que no, pero esperaba ver Cumberland Gap de todas formas.
Frente a él se sentó un hombre con su esposa y un niño de unos cinco años. El pequeño reparó en él y se le acercó.
Hola, señor! ¿Está leyendo? preguntó Cuénteme un cuento.
Ven aquí dijo el hombre dejando el periódico.
La madre del niño lo llamó pero el hombre dijo:
Déjelo. No me molestará.
El niño se subió a su regazo y, mientras miraban por la ventana, el hombre comenzó a contarle cuentos de Hadas, Gnomos y Ángeles.
Yo quiero verlos! exclamó el niño.
Podremos verlos dentro de un rato contestó el Auxiliar No hay Gnomos ni Hadas en el tren, y no sé dónde están los Ángeles ahora.
Habló al niño de osos, ciervos y pájaros. El pequeño disfrutaba con lo que le contaban y se reía alegremente, mientras sus padres observaban y sonreían. Fueron todos juntos a comer, y el niño quería comer con su nuevo amigo. Su madre invitó al hombre a su mesa, donde había sitio para cuatro personas, y pasaron un rato muy agradable.
Después de esto, el hombre llevó al niño al vagón de observación, encontró un buen asiento y ambos siguieron hablando y riéndose. Unas personas entraron al vagón y permanecieron allí durante un rato. Una de ellas preguntó quién era el niño.
Es un amigo mío que va a Nueva York dijo el hombre.
Poco después, dijo al niño:
Esta noche veremos algunas Hadas, Gnomos y quizá algunos Ángeles. Vete a la cama y te llamaré cuando lleguemos adónde están.
El chico se durmió en sus brazos, y su madre lo tomó y lo puso en la cama.
Espere hasta que regrese antes de incorporarse a la tertulia dijo ésta porque no quiero perderme nada.
Después de que regresó, el hombre comenzó a conversar con un pequeño grupo que se reunió a su alrededor:
Yo sólo soy un hombre ordinario y sé muy poco dijo pero puedo hablar con los niños porque me gustan y quizá porque puedo responder a las preguntas que me hacen.
¿Hay Hadas, Gnomos o Ángeles? preguntó un hombre.
Sí los hay contestó y yo he visto muchos de ellos.
¿Qué clase de bebida ha tomado para verlos? preguntó el mismo hombre.
Agua pura contestó el Auxiliar; y se rieron con entusiasmo. Hablaron sobre diferentes temas, y siempre salía bien parado.
Luego se fue a la cama, abandonó su cuerpo y se reunió con una Auxiliar que trabaja con él parte del tiempo durante el que permanecen fuera de sus cuerpos mientras duermen. Le dijo que el revisor había dicho algo de que llegarían a Cumberland Gap.
Démonos prisa con nuestro trabajo, porque quiero verlo dijo la Auxiliar.
Acabaron su trabajo con tiempo de sobra y regresaron al tren. Era una mañana cálida y agradable. Tomaron al niño, que permanecía dormido, y loco de contento. Luego salieron a la plataforma de cola del tren.
El Auxiliar gastó una broma al revisor y al maquinista materializándose los tres. El revisor salió para ver quién había allí, pero ellos desaparecieron. Se restregó los ojos con las manos,
se volvió y preguntó al maquinista dónde había conseguido aquel whisky. Éste se lo dijo.
Cambia de marca, porque esa me hace ver visiones dijo el revisor.
¿Dónde? preguntó el maquinista.
Vi a tres personas sobre la plataforma hace un momento, y cuando llegué allí se habían ido respondió.
No hay nadie allí dijo el maquinista.
Entonces se calló porque se habían materializado de nuevo. El hombre palideció.
Yo también los veo. El hombre se parece al que estaba contando cuentos al niño, pero no he visto a esa mujer antes.
Los Auxiliares tomaron al niño y se marcharon con él. Eran sobre las cinco de la mañana cuando llegaron a la gruta y pudieron oler el agua. El pequeño era el niño más feliz que los Auxiliares hubieran visto nunca. Realmente estaba disfrutando.
Vieron millones de Hadas con sus pequeñas paletas de artista y brochas pintando la hierba, las flores y los arbustos de lilas. Los pequeños Gnomos hacían su trabajo, y el niño vio que se parecían a diminutos ancianos.
Un Auxiliar alzó la vista y vio a una Deva bien alto en el aire, irradiando su influencia hacia sus protegidos. Estaba entre el sol y el tren y constituía la más grandiosa visión que el ojo humano pudiese contemplar. Fulguraba con todos los colores del espectro, y el sol naciente realzaba todos los colores hermosamente. La brisa soplaba suavemente y se balanceaba de atrás hacia delante como si alguien invisible estuviese balanceándola en una mecedora. La totalidad de aquel lugar estaba tranquilo, e incluso el ruido del tren parecía sosegado. La calma reinaba suprema.
Algunos de los pasajeros estaban contemplando el paisaje mientras el tren serpenteaba por el valle.
El hombre debe estar en lo cierto dijo un hombre No puedo ver nada, pero siento que estoy atravesando un gran panorama. Oh, si sólo pudiera verlo!
La Auxiliar permanecía allí en un cuerpo materializado, y dijo:
Todos vosotros podéis ver, así que conoceréis por vosotros mismos.
Luego expandió su aura y se alejó volando del tren que se movía rápidamente; su compañero partió también con el niño, pero ninguno de los dos era visible. Poco después de esto, la Auxiliar tenía que regresar a su hogar, y los dejó.
El Auxiliar llevó al niño a su cama, que entró en su cuerpo. Sus padres observaban la expresión sonriente de su lindo rostro.
Me pregunto si estará con el hombre que conocimos la última noche! dijo el padre.
Sí está dijo el Auxiliar con una voz muy agradable. El padre del niño se volvió en redondo, pero el hombre no estaba allí. Se había ido a su propia litera.
El pequeño se despertó, y empezó a contar a sus padres lo que había visto. Les habló del hombre y la mujer con los que había estado. Estaba muy contento. Poco después, los tres se
acercaron al hombre, que estaba desayunando. Los padres pidieron al camarero que cambiase los cubiertos del hombre a su mesa, y comenzaron a plantearle muchas cuestiones. Estaban muy interesados con lo ocurrido. Estaban hablando de la mujer que se elevó en el aire desde el tren. Algunos decían que la tripulación del tren lo había organizado todo. Varias personas dijeron que no sabían a lo que se referían, así que estaban sorprendidas.
* * *
Algunos Hermanos Legos y Hermanas Legas muy elevados guían a los Espíritus de la Naturaleza en su trabajo en el fondo del océano. Es difícil de creer para la mayoría de nosotros que están teniendo lugar cambios tremendos y que, a su debido tiempo, la tierra sufrirá una gran transformación. Los preparativos para estos cambios se están llevando a cabo ahora, porque se nos ha dicho que un nuevo continente va a emerger del Océano Pacífico. Los
Elevados Iniciados tienen el control de los Devas que rigen a las Hadas y a los Gnomos y que pueden ser vistos en la tierra por aquellos seres que tienen visión espiritual. Ellos les enseñan
y los guían en sus trabajos. Otros Iniciados controlan a los elementales del Mundo del Deseo.
Los Devas son Seres Exaltados que pertenecen a una oleada de vida diferente a la nuestra.
Se parecen mucho a los Ángeles y tienen hermosos rostros de seres humanos. Tienen bajo su responsabilidad a todos los Espíritus de la Naturaleza de un lugar determinado. Con frecuencia, este lugar es un hermoso valle donde hay paz, calma y armonía entre sus
moradores. Flotan en el aire y vigilan a sus custodiados de una forma servicial. Son vistos con frecuencia por los Auxiliares Invisibles que se emocionan cuando los ven durante el curso
de su labor.
La mayoría de los seres humanos están rezagados en la evolución y así se han perdido cosas maravillosas de las que podrían estar disfrutando. Si la gente tan sólo hiciera mayores esfuerzos para mejorar, encontrarían una recompensa mayor que la que son capaces de concebir.
Los Ángeles y los Arcángeles son grandes Seres que están por delante de nosotros en la evolución y que auxilian a la humanidad de todas las formas posibles, para que pueda hacer mayores progresos.
Los Ángeles están una oleada de vida por delante de nosotros en la evolución. Fueron humanos en lo que se llama el Período Lunar y son expertos en manipular el éter. Están extensamente experimentados en construir un cuerpo vital porque, cuando eran humanos, el éter era la materia más densa. Debido a esta habilidad, los Ángeles son, con propiedad, los instructores del hombre, el animal y la planta. Asisten a los miembros de estas oleadas de vida en lo referente a las funciones vitales de propagación, nutrición y otras similares. Sus cuerpos están compuestos de éter, una sustancia que no es visible a la visión física ordinaria.
Los Arcángeles están dos oleadas de vida por delante de nosotros, y son expertos arquitectos con la materia de deseos, porque en el Período Solar, el globo más denso estaba constituido por este material. La humanidad de aquel período, que eran los Arcángeles,
aprendieron a construir sus cuerpos más densos de los elementos químicos que componían entonces nuestra Tierra. Estos Grandes Seres ayudan a las oleadas de vida posteriores a ella a construir y controlar un cuerpo de deseos.
Todos los Ángeles han sido humanos, pero no han tenido cuerpos semejantes a los nuestros. Su hogar actual es la Luna. Tienen niños que se parecen mucho a los niños humanos, aunque todos tienen cuerpos hermosos y perfectos. Los Ángeles y los Arcángeles
no tienen cuerpos imperfectos o deformes como tienen muchos seres humanos, y no adquieren apariencia de vejez con el paso del tiempo.
Los Ángeles no mueren, como lo hacemos nosotros. No hay un tiempo preestablecido para la vida de los Ángeles. Algunos viven dos mil años y otros tres mil. Cuando los Señores del Destino estiman que un Ángel ha servido el tiempo suficiente, llevan a ese Ángel a un estado de descanso, y allí el espíritu asimila todo lo que ha acumulado. Allí descansan durante cientos de años para renacer posteriormente como un bebé Ángel, con los mismos o diferentes padres, para liquidar así sus obligaciones. El período de existencia de los Ángeles es más largo que el nuestro. Permanecen en la Luna durante más tiempo y también ocurre así en el Cielo. Pierden todos sus vehículos, excepto el átomo simiente.
Las leyes que rigen allí son las mismas que las de aquí. La Ley de Causa y Efecto equilibra todas las cosas, desde Dios hasta el hombre. Cuando cumplimos una obligación o pedimos un
favor, la Ley de Causa y Efecto nos solicita una contraprestación mediante la ley del dar y recibir. Las plantas, los animales, los seres humanos, los Ángeles, los Arcángeles y todas las Jerarquías deben obedecer esta ley. Cuando alguien da, alguien recibe. Entonces, el que recibe debe devolver con arreglo a la Ley de Causa y Efecto. Esta ley se mantiene inalterable a través de todo el universo. Todos los Seres de nuestro Sistema Solar que desobedecen alguna ley deben hacer restitución e ir a algún lugar de nuestro Purgatorio y posteriormente a nuestro mismo Cielo.
* * *
Una noche, una Elevada Hermana Lega llevó a una estudiante a la Luna para que pudiera observar las condiciones imperantes. Llegaron a la Luna y anduvieron por allí tanto como les
fue posible. La estudiante habló con muchos de aquellos egos, y se encontró con uno al que había conocido en los tiempos del Continente de la Atlántida. Algún tiempo después de aquello, aquel ego perdió sus cuerpos y fue enviado a la Luna.
La Hermana Lega dijo que la Luna es fría y que nada crece allí. Los egos trabajan en un estado inconsciente y ayudan a transferir los rayos del Sol a la Tierra, y no saben nada de la Tierra ni de los otros planetas. Algunos de los rezagados que son especialmente activos e
intentan limpiamente alcanzar la oleada de vida humana, están siendo preparados para volver a la Tierra en alguno de los cuerpos más atrasados.
Hay Iniciados de nueve grados o más que trabajan en la Luna. Están ayudando a estos rezagados a avanzar. Aquellos que han perdido su lugar en nuestra oleada de vida son preparados para ir al planeta Saturno a esperar hasta que puedan incorporarse a otra oleada de vida en una evolución posterior.
La Luna es un lugar desolado, y parte de ella está permanentemente a oscuras. Los Ángeles viven en el lado que está siempre iluminado y es un lugar agradable, donde uno puede oír la música de las esferas.
Las casas de los Ángeles son mansiones hechas de materia lunar de color gris. Los portales parecen estar hechos de plata, jaspe, jade y piedras lunares.
Hay algunos Arcángeles viviendo en la Luna, y sus casas tienen umbrales hechos de una sustancia que parece ser una clase de piedra que contiene oro y diamantes.
Cada familia tiene su propia casa, y hay de siete a nueve Ángeles en una familia, incluyendo a los bebés. Todos los Ángeles son muy amistosos con los seres de la tierra. Todos trabajan, excepto las madres Ángeles. Se nutren mediante la fuerza vital procedente del
Mundo del Espíritu de Vida.
Durante este viaje esta estudiante se olvidó completamente de la Tierra y sus preocupaciones y no quería regresar. La Hermana Lega le recordó sus deberes y responsabilidades, y la estudiante suspiró y se dispuso a regresar. Regresaron a la Tierra y siguieron con su labor de ayudar a las personas y a los animales.
* * *
He aquí un relato de cómo dos Ángeles pidieron ayuda para un amigo: Una noche, mientras dos Auxiliares estaban trabajando para ayudar a todos los que pudiesen, se encontraron con dos Ángeles que les pidieron que les ayudasen con un amigo.
Sí, estaremos encantados de ir dijo uno de los Auxiliares.
Luego fueron con los Ángeles a un pueblo pequeño, en la zona septentrional de Europa, donde hallaron a una hermosa joven tendida sobre la nieve. Se había resbalado y se había roto
una pierna, mientras esquiaba por la falda de una montaña. Había tomado un sendero que era muy poco frecuentado en invierno, excepto por gente que llevase esquíes, y se congelaría si
no recibía ayuda.
En ese momento, uno de los Auxiliares se dio cuenta plenamente de que los Ángeles, los humanos y los animales dependen unos de otros para ayudarse en tiempo de necesidad, y comprendió el significado real de la oración. Sin el esfuerzo o ayuda física, nadie puede recibir ayuda, especialmente si las oraciones son en demanda de asistencia física.
Los Ángeles no podían ayudar físicamente, pero podían avisar a los Auxiliares que sí eran capaces de salvar a la chica.
El hombre Ángel dijo que había influenciado a esta joven durante muchas vidas y que así ella le había ayudado a realizar un gran progreso. Debido a las numerosas oraciones de la joven solicitando ayuda espiritual y moral, él fue capaz de ayudarla, influenciándola, por lo que ella había desarrollado un buen comportamiento. Era una joven avanzada, y tenía visión y audición espiritual. Había suplicado a su Ángel amigo que le enviase ayuda.
Supo que los Auxiliares eran amigos cuando los vio.
Sé que sois mis amigos dijo porque mi amigo está con vosotros.
Los Auxiliares levantaron a la joven cuidadosamente y la llevaron a su casa. Intentaba ser valiente pero se desmayó del dolor y el frío. Ayudaron a su madre a ponerla en la cama, redujeron su pierna fracturada y dijeron a la madre que llamase a un médico para que cuidase de su hija. Luego se fueron y siguieron con su trabajo.
* * *
He aquí cómo un Espíritu Grupo ayudó a un niño a salvar a sus padres: Una noche, mientras unos Auxiliares iban sobre el norte de Canadá, vieron algo saltando sobre la nieve con algo en la espalda. Decidieron bajar y ver qué era. Vieron a un gran lobo llevando a una niña de unos ocho años sobre su lomo. Al principio el Auxiliar no sabía qué hacer. Quería bajar y quitar a la niña del lomo del lobo, porque temía que éste la matase si lo dejaba sólo.
Llamó al Espíritu Grupo del lobo y le preguntó si iba a proteger a la niña.
Ya lo he hecho contestó el Espíritu Grupo De otra manera, hubieran matado a la niña antes de que la vieses. Baja, deténla, descubre cuál es su misión y haz lo que puedas por ella.
Los Auxiliares bajaron y el lobo se detuvo, mostrándose agresivo.
Sr. Lobo, no deseo pelear con usted dijo el Auxiliar Vengo sólo a averiguar a dónde va esta niña tan temprano en la mañana, sobre su lomo.
El enorme lobo comenzó a tranquilizarse y la niña contó su historia.
Mi padre y mi madre están muy enfermos en cama, y yo voy a buscar al médico.
Comencé a caminar hacia la ciudad, y cuando me había alejado unos dos kilómetros de casa, llegó este gran perro y le dije: Ven aquí, buen Perrito, llévame a la ciudad. Luego me subí a su espalda y me está llevando a la ciudad.
Los Auxiliares vieron enseguida que la niña no sabía que este animal era un lobo muy grande que la había estado acechando mientras caminaba sola por la carretera, durante la noche.
La niña dijo a los Auxiliares dónde vivía, y luego éstos la dejaron. El Espíritu Grupo del lobo dijo que aquel lobo llevaría a la niña hasta la ciudad, esperaría por los alrededores mientras ella iba a la casa del médico, y luego la llevaría a casa otra vez. Vivía a quince
kilómetros de la ciudad.
Los Auxiliares fueron a su casa y hallaron que sus padres tenían una neumonía doble. El fuego se había apagado, la casa estaba fría y todo se estaba congelando. Un Auxiliar hizo fuego y consiguió un poco de agua. Luego fue a curar a los padres de la niña. Al poco rato, regresó la niña y dijo que el médico todavía tardaría algún tiempo. El Auxiliar quería que el médico se diese prisa, así que tomó la mano del padre, se sentó en la cama y envió al médico
pensamientos para que viniese. Poco después llegó en su auto.
Tenía miedo de venir, porque los lobos son agresivos durante esta época del año dijo el médico.
¿Por qué, hombre? dijo el Auxiliar ha recorrido esta zona del país durante los últimos años, mejor dicho, exactamente treinta y cinco años. Primero caminando, luego a caballo y ahora tiene un automóvil. En todo este tiempo nunca ha tenido el más mínimo problema con los lobos.
El médico admitió que eso era verdad, y después de que se calentó, dijo que estaba encantado de haber venido.
Los Auxiliares calentaron un poco de sopa para los enfermos y después les dieron una medicina. Uno de los Auxiliares hizo acopio de un montón de madera, y luego se dieron prisa en marcharse. Estaban seguros de que los padres de la valerosa niña se pondrían bien.
* * *
He aquí una extraña narración sobre cómo un joven fue salvado de un león por unos Auxiliares que habían hecho amistad con el Espíritu Grupo de los leones: Una vez, unos Auxiliares iban sobre una jungla lejana de la India, cuando oyeron gritar a un muchacho.
Bajaron la vista y vieron a un jovencito de unos once o doce años corriendo delante de un gran león. Un Auxiliar bajó, se situó ante el león y se materializó cuando éste se acercó. El león patinó ante el Auxiliar tratando de parar. El otro Auxiliar fue hasta el chico, lo levantó y lo llevó por el aire.
Oh, Ángel, ¿estoy muerto? preguntó el muchacho Salí a cazar para nuestra familia porque mi papá está enfermo. Por favor, dí a mi madre que el león me atrapó y que tú me estás llevando al Cielo.
No estás muerto dijo la Auxiliar Llegamos a tiempo de salvarte del león.
El joven vio al otro Auxiliar con el león, y se agarró fuertemente a la Auxiliar, porque tenía mucho miedo.
El león no te hará daño le dijo el Auxiliar.
Todos los leones atacan a las personas contestó el chico.
El Auxiliar tomó un vara pequeña y comenzó a rascar al león en la cabeza y en el cuello.
El león disfrutaba con eso y se tumbó para que el Auxiliar pudiera rascarle mejor. No pasó mucho tiempo antes de que se durmiese, y salió en su cuerpo de deseos y se detuvo al lado de su cuerpo denso. La Auxiliar le dio unos golpecitos y se tendió.
Los Auxiliares intentaron escabullirse antes de que se despertara, pero el león regresó a su cuerpo y comenzó a seguir a los Auxiliares y al muchacho. Tuvieron que obligarle a detenerse.
Los Auxiliares fueron a la casa del chico y vieron a su padre, que estaba muy enfermo, y a su madre. Trabajaron sobre el enfermo y se marcharon sabiendo que pronto sería capaz de levantarse y sostener a su familia.
Los leones son controlados por un Espíritu Grupo que es un Ser muy sabio, con un cuerpo como un hombre y una cabeza como un león. Su cuerpo es etérico y tiene una gran aura que lo rodea. Estos Auxiliares habían ayudado en varias ocasiones a muchos de los custodiados de este Espíritu Grupo. Le pidieron que el león se mostrase amistoso con ellos, porque son capaces de darles órdenes mediante el pensamiento.
* * *
Una vez, unos Auxiliares fueron a un pueblo pintoresco en un valle al pie de una montaña.
Había una iglesia y un grupo de casas y otros edificios. Hacía mucho frío en aquel lugar y había nieve en el suelo.
Los Auxiliares vieron a una Deva en el aire cubriendo todo el valle. Su hermosa aura era tan grande que rodeaba a tres pequeños pueblos. Vieron también a tres Elevados Seres de menor rango, uno sobre cada valle, y cada uno con un aura que cubría un pueblo.
Vieron a unos niños jugando en la nieve. Calzaban zapatos de madera con forro interior de lana de oveja. Vieron también a varias personas que los invitaron a sus casas. Entraron, y les preguntaron de dónde eran. Ellos respondieron:
Venimos de Estados Unidos.
Las rutas fluviales están congeladas, y no puedo entender cómo podéis haber llegado desde allí dijo un hombre.
Venimos a ver y rendir homenaje a la Deva del valle dijo el Auxiliar.
Amigo mío, no hay una Deva aquí rió el hombre ante tal idea Los niños dicen que hay una mujer en el aire. Pero no hay nada de verdad en eso.
No estaría yo tan seguro si fuera usted dijo la Auxiliar porque usted no sabe lo que hay en el aire a su alrededor. Puede haber alguien aquí que pueda verlo a usted y usted no lo sepa.
Si lo hubiera, lo expulsaría de este lugar dijo el hombre.
¿Por qué no es usted más tolerante con las creencias de otras personas? preguntó la Auxiliar Lo será antes de que nos vayamos. ¿Puede contestarme algunas preguntas?
Sí dijo el hombre enseguida.
¿Hay Ángeles? preguntó.
Toma!, no! contestó sin ninguna vacilación.
¿Cree usted en el renacimiento? preguntó ella.
El hombre se rió y dijo:
Pero, bueno!, mi querida señora, no hay cosas tales como el renacimiento. Debería desterrar ideas como esa de su cabeza. Está usted haciendo creer a la gente que está un poco loca.
La Auxiliar se puso en pie y dijo al hombre que debía arrodillarse, porque estaba sentado en la presencia de seres angélicos.
Mi querida señora contestó él mejor acuéstese durante un rato. El frío ha afectado a su mente.
No dijo ella Estoy en lo cierto, pero debe usted enseñar la verdad a la gente de este lugar y confirmar lo que los niños dicen.
Luego expandió su aura y le habló; el hombre se arrodilló y suplicaba misericordia. La Auxiliar puso la mano sobre la cabeza del hombre y le dijo que saliera por la puerta y mirara hacia el valle.
El hombre salió y vio a la Deva y a los otros tres Seres en el aire. Regresó tambaleándose a la habitación y se sentó.
Piense en el pasado, cuando era usted una mujer, y luego cuando era un hombre antes de eso dijo la Auxiliar, y él veía, lo que ella estaba contando, en la Memoria de la Naturaleza, donde están registrados los acontecimientos de nuestras vidas.
Oh, Ángel!, ahora creo, y seré mejor prometió Sólo déjame vivir, y me arrepentiré y haré restitución de todo el daño que he hecho, especialmente a aquellos que están bajo mi responsabilidad.
Después de esto, la Auxiliar se volvió a las otras personas que estaban en la gran sala.
Venid a mí todos aquellos que sepan que ahí afuera está la Deva dijo, y cuatro mujeres y dos hombres fueron hacia ella y se arrodillaron. Ella les dijo que los puros de corazón verán a Dios y entenderán Su obra.
¿Es un Ángel también el otro desconocido? preguntó el hombre.
Sí, para usted yo soy un Ángel dijo el Auxiliar, y expandió su aura.
Ahora creo dijo el hombre.
Ahora nos vamos. Asegúrese de cumplir su promesa dijo la Auxiliar Podemos volver otra vez. También la muerte puede venir. Tenga cuidado de cómo habla a los desconocidos, porque puede ahuyentar a un Ángel.
Los Auxiliares desaparecieron y pasaron por delante de la Deva.
Gracias dijo ésta Ahora podré influenciar mejor a estas personas y así podrán progresar más rápido.
Los Devas están a cargo de los Espíritus de la Naturaleza y dirigen sus importantes cometidos. Tienen una influencia muy beneficiosa sobre las personas y los animales.
También tienen poder para sanar.
* * *
He aquí un relato sobre cómo unos Auxiliares fueron amables con unos leones y recibieron el agradecimiento del Espíritu Grupo que les custodia y del Ángel que está a cargo de esta familia: Una noche, unos Auxiliares pasaron un buen rato con unos tigres y leones. Iban sobre la zona meridional de la India cuando vieron a un tigre de Bengala con dos cachorros pequeñitos. Bajaron a verlos, y uno de los Auxiliares hizo amistad con los tigres. Levantó a uno de los cachorritos, y tomó al otro en sus brazos. Parecían muy soñolientos. Le lamieron las manos y la cara y ronroneaban, mientras su madre los observaba. Los Auxiliares no vieron
al padre tigre.
Se sentó al lado de la madre, le rascó la cabeza, le acarició los lomos y la tigresa se estiraba y se daba vueltas por el suelo. Cuando la dejaron, lo siguió un corto trecho.
* * *
Luego, mientras iban sobre las junglas de África, vieron a una leona y a una serpiente peleando. La serpiente había enrollado dos anillos sobre la leona. Los hicieron detener la lucha, y la leona se tumbó a los pies de la Auxiliar y parió a dos cachorros. L Auxiliar hizo
que la serpiente se fuera, y el Espíritu Grupo y el Ángel de la leona se lo agradecieron. Esto la hizo muy feliz.
El Espíritu Grupo le dijo que hiciera un círculo de siete metros y bendijese la tierra de su interior, para que nada dañino pudiese entrar en él y herir a la madre leona y a sus cachorros.
Después de que la madre aseó a sus cachorros, la Auxiliar los levantó y vio que eran realmente unos lindos bebés. Además, tenían un aspecto soñoliento, lo que no era extraño porque eran muy jóvenes.
Los Auxiliares hicieron una cama de hierba bajo un matorral y pusieron allí a los cachorros; la madre fue hacia allí y se tumbó en su nueva cama. El Espíritu Grupo de los leones le dijo a la Auxiliar que, en tiempos pasados, ella había tenido tigres, leones y gatos
salvajes como animales de compañía.
Unos pocos días después, estos Auxiliares volvieron y encontraron a la leona y a sus cachorros seguros y felices dentro del mismo círculo, y se comportaron tan amistosamente como antes.
* * *
En la siguiente narración, unos Auxiliares vieron a un Espíritu Grupo que estaba a cargo de las anguilas: Una noche, unos Auxiliares iban de camino y vieron un automóvil lleno de hombres y mujeres chocar contra el costado de un carro repartidor de leche. El caballo se asustó y cayó por un terraplén en un charco de agua. Los ejes del carro cayeron sobre el infortunado caballo impidiéndole incorporarse. Se hubiera ahogado, si uno de los Auxiliares no le hubiese sostenido elevada la cabeza.
El automóvil derrapó y cayó en una zanja; todos los ocupantes resultaron heridos.
Mientras un Auxiliar hablaba al caballo y lo mantenía tranquilo, el otro sacó al lechero y a otras seis personas más.
Justo entonces apareció otro auto, el conductor se percató de que habían personas heridas y comenzó a llevarlas al hospital más cercano. Antes de que comenzaran a irse, la Auxiliar les pidió que ayudaran a salvar al caballo.
Déjele morir dijo uno, y todos se fueron.
Los dos Auxiliares no podían rescatar al caballo solos, así que llamaron a una amiga para que viniese a ayudarles. Ésta vino con su grupo de Auxiliares y le dijeron lo inhumanos que habían sido las personas que se habían ido.
Levantaron el carro, cortaron los arreos del caballo y le ayudaron a levantarse. Cayeron en la cuenta de que había unas diez anguilas en las patas del caballo. La amiga que había venido a ayudarle dijo a la Auxiliar que si no hubiese levantado la cabeza del caballo, las anguilas lo hubieran mordido hasta matarlo. Después de que el caballo estaba aparentemente seguro sobre tierra firme, las anguilas se resistían a marcharse. La Auxiliar les dijo que volviesen al
agua, pero rehusaron moverse.
La Auxiliar pidió a su amiga que las obligara a dejar al caballo. Esta Hermana Lega habló con el Espíritu Grupo de las anguilas, éste les influyó para que se marchasen y se alejaron arrastrándose. El caballo estaba temblando de arriba a abajo, porque sabía que a duras penas había escapado de la muerte.
Los Auxiliares fueron al hospital y ayudaron a los heridos. El lechero les agradeció calurosamente su oportuna intervención. La Auxiliar regañó a quienes se habían negado a ayudar al caballo y les dijo que ese caballo era su hermano menor y necesitaba sus cuidados.
* * *
He aquí una historia sobre unas Hadas que vio un Auxiliar: Una noche, mientras una mujer estaba leyendo un libro, varias Hadas entraron, fueron hasta el piano y se sentaron a observarla. Había allí una persona que las vio. Poco después dijo que aquellas Hadas parecían muñecas.
Alguna de ellas tenía sus manitas bajo su barbilla, y otras sobre el regazo. Sus diminutas manos y dedos eran del tamaño de una moneda de diez centavos. Calzaban sandalias en sus pies.
Tenían ojos pequeños y brillantes que relucían como diamantes. También tenían mejillas sonrosadas, bocas pequeñas y unos cuerpos bien constituidos, además de la más atractiva de las sonrisas y una mirada viva en sus ojos.
Cuando la gente se levantó para cantar la última canción, las Hadas también se levantaron y se fueron.
* * *
Un día, dos Auxiliares fueron a un país en el sur de Europa, a un santuario donde habían ido antes a conocer a una hermosa Deva. Ésta les reconoció y estuvo encantada de verlos.
Buscó con la mirada si la dama que la visitaba llevaba el anillo que ella le había bendecido en una ocasión anterior. Comprobó que lo llevaba puesto.
Consérvalo, hija mía dijo porque te traerá muchos beneficios.
¿Puede llevarnos a ver el santuario? preguntó la Auxiliar.
La Deva lo hizo, y los Auxiliares hallaron que era mucho más grande por dentro de lo que habían esperado, y que era muy hermoso. Había una gran sala redonda en el centro, y la imagen de la Deva estaba pintada sobre la pared de detrás del altar. Esta imagen era de tamaño natural, y la Deva subió hasta ella, se volvió hacia los Auxiliares y parecía que hubiera estado pegada allí.
La encantadora Deva extendió sus brazos y los Auxiliares se acercaron, se arrodillaron ante ella, que les dio su bendición; luego la Deva desapareció. Después de esto los Auxiliares salieron al jardín y se sentaron en un banco al aire fresco y conversaron durante un rato.
Luego siguieron con su labor.
* * *
del libro LA LABOR DE LOS AUXILIARES INVISIBLES
por Amber M. Tuttle
traducción de Manuel Padrón
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