El Bazo (tercera rosa)
Es la más voluminosa de las glándulas
de secreción interna y se encuentra al final del lado izquierdo del estómago,
entre éste y el diafragma. Tiene forma de alubia y su color es de un profundo
rojo azulado. Pesa generalmente entre 140 y 170 gramos , y mide
alrededor de 12, 5 cm .
de longitud por 7,5 de anchura. El bazo es esponjoso, blando y frágil, y se
mueve con cada respiración; se dilata siempre durante la digestión y está
alimentado por la arteria esplénica, vaciando sus venas en la vena porta, la
cual descarga, a su vez, su contenido en el hígado. Es una glándula que aparece
en el feto en torno a la quinta semana semejando una condensación localizada en
el mesodermo o lámina media del embrión; la membrana del peritoneo la recubre
casi por completo, al tiempo que se encuentra sostenida por sendos pliegues de
la membrana citada; se encuentra revestida por una membrana externa, fibrosa, y
otra interna, elástica y también fibrosa. Su secreción se llama hemolisina, la
que, además de controlar la construcción de la sangre, es un factor de primer
orden en la estimulación del movimiento intestinal. (en algunos casos de
constipado crónico, la curación ha sido posible mediante su uso)
El bazo, además de ser el productor de
los corpúsculos blancos de la sangre la abastece de hierro, ejerce una
influencia determinante sobre el sistema nervioso (pues le envía la fuerza
solar que recoge) y ayuda a que se lleve a cabo la digestión. Si el bazo es
extirpado no tiene consecuencias fatales, tal cual ocurriría si faltasen las
suprarrenales. Cuando el bazo desaparece su trabajo físico es sustituido por el
de las células linfáticas, las cuales habrán sufrido un previamente un
hipercrecimiento. La energía del sol recogida por el bazo es enviada al plexo
solar, aquí especifica el éter recogido de la sangre y, como si de un fluido se
tratara, lo bombea, por así decirlo, a través de los nervios, vivificándolos y
permitiéndoles enviar las impresiones recogidas del mundo exterior hacia el
cerebro.
Con todo, en el bazo tiene el cuerpo
de deseos un asidero, por lo que produce en él los corpúsculos blancos,
destructores del sistema. Por medio de la sangre son diseminados por todo el
cuerpo físico, atraviesan las paredes de las arterias y las venas ante
cualquier daño de ambas, de manera especial en los accesos de ira, y forman
sedimentos de materias terrosas que enervan y matan el vehículo físico. No
olvidemos que, si el cuerpo vital es el encargado de dar vida al cuerpo, el
cuerpo de deseos es quien se encarga de someterlo a una destrucción constante,
y que de esta lucha obtenemos nosotros la conciencia.
Los corpúsculos blancos, a diferencia
de los rojos, disponen de núcleo, tienen forma irregular y poseen un movimiento
semejante al de una ameba. Su formación es la siguiente: los pensamientos de
pesar, el temor y la ira son como muros interpuestos que afectan a la
evaporación del bazo, por lo que el cuerpo deseos, aprovechando la oportunidad,
forma una partícula de plasma, la cual se convierte en base de un corpúsculo blanco;
ésta base, a su vez, es aprovechada por un pensamiento elemental, el cual,
formando un núcleo, toma cuerpo en él. A partir de ese momento el elemental
comienza a vivir una vida de destrucción en connivencia con los productos de
desecho y acometiendo a todo cuento encuentra a su paso. Téngase en cuenta que
un elemental es una creación maligna creada mediante el pensamiento o el
sentimiento, y que, al tomar plaza en un número elevado de corpúsculos blancos,
éstos no sólo acrecentarán cualquier enfermedad, sino que pueden lograr que el
Ego sea privado en todo o en parte del dominio de sus vehículos. La tragedia
espiritual, en consecuencia, puede ser de magnitud desmesurada.
de "7 Rosas" de Antonio Justel
e you tube, desde aquí
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