humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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sábado, 14 de enero de 2012

EL MUNDO DEL DESEO



EL MUNDO DEL DESEO


Como el Mundo Físico y cualquier otro reino de la Naturaleza, el Mundo del deseo tiene siete subdivisiones denominadas "regiones" ; pero no tiene, como el Mundo Físico, las grandes divisiones correspondientes a las Regiones Química y Etérica. La materia pasional o de deseos es la que persiste a través de siete subdivisiones o regiones como material para la "incorporación" o para formar el cuerpo del deseo. Sí como la Región Química es el reino de la forma, así como la Región Etérica es el dominio de las fuerzas que producen las actividades de la vida y de las formas, permitiendo a estas vivir, moverse y propagarse, así también las fuerzas del Mundo del Deseo, trabajando activamente en el cuerpo denso, lo impelen a moverse en tal o cual dirección.

Si existiesen solamente las actividades de las Regiones Química y Etérica del Mundo Físico, habría formas vivientes, capaces de moverse, pero sin incentivo alguno para hacerlo. Este incentivo lo proporcionan las fuerzas cósmicas activas en el Mundo del Deseo, y sin esta actividad que obra en todas las fibras del cuerpo vitalizado, impulsando a la acción en tal o cual dirección, no habría experiencia ni crecimiento moral. Las funciones de las diversas clases de éteres impulsarían el crecimiento de la forma, pero no habría tal crecimiento anímico. La evolución sería un imposible, tanto para la vida como para la forma, porque estas últimas solo evolucionan hacia grados superiores, respondiendo a las sucesivas exigencias del crecimiento espiritual. Vemos, pues, la gran importancia de este reino de la Naturaleza.


Deseos, anhelos, pasiones y sentimientos se expresan en la materia del las diferentes regiones del Mundo del Deseo, como las formas en la Región Química del Mundo Físico. Aquellos toman formas compuestas de material emocional, que duran más o menos tiempo, de acuerdo con la intensidad del deseo, aspiración o sentimiento que encierran. En el Mundo del Deseo, la distinción entre fuerza y materia no es tan fácil como en el Mundo Físico. Puede decirse que en el primero las ideas de fuerza y materia son idénticas e inmutables. No es así en absoluto ciertamente, pero podemos afirmar que, en cierto grado, el Mundo del Deseo se compone de fuerza - materia. Cuando hablamos de la materia del Mundo del Deseo, si bien es cierto que es un grado menos densa que la del Mundo Físico, no debemos imaginarnos absolutamente, por eso, que esa materia sea materia física sutilidad. Este concepto, sostenido por algunos que han estudiado las filosofías ocultistas, es completamente erróneo. Y esto es debido a la gran dificultad que existe para dar una descripción completa y clara que permita una comprensión fácil de los mundos superiores. Desgraciadamente, nuestro idioma se ha hecho para describir cosas materiales y, por lo tanto, es completamente inadecuado para describir las condiciones de los reinos suprafísicos y, por consiguiente, todo lo que se dice sobre esos reinos debe tomarse como símiles, más bien que como descripciones exactas. 


Aunque la montaña y la margarita, el hombre, el caballo y el hierro están compuestos de una substancia atómica última, no por eso podemos decir que la margarita sea una forma o clase de hierro más fina o sutil. Similarmente, es imposible explicar con palabras el cambio o diferencia que sufre la materia física cuando se convierte en materia emotiva o de deseos. Si no hubiera diferencias, las leyes del Mundo Físico obrarían en aquella, lo que no sucede. 


La ley que rige la materia de la Región Química es la inercia, la tendencia a permanecer en statu-quo . Se necesita cierta suma de energía para vencer esa inercia, para hacer que un cuerpo que está en reposo se mueva o para detener a uno que está en movimiento. No sucede así, si embargo, con la materia que compone el Mundo del Deseo. Esa materia, en si misma, es casi viviente, está en un movimiento incesante, fluídico que puede tomar todas las formas imaginables e inimaginables con inconcebible facilidad y rapidez, brillando al mismo tiempo con millares de cambiantes colores, no comparables a nada de lo que conocemos en este Mundo Físico. Las irradiaciones iridiscentes y policromas de una concha de nácar en movimiento, sobre la que cayera la luz del sol, daría quizá una idea levísima de aquella.

El Mundo del deseo es luz y color siempre cambiantes, en el que las fuerzas animales y espirituales se entremezclan con las fuerzas de innumerables jerarquías de seres espirituales, que no aparecen en nuestro Mundo Físico, pero que son tan activos en el Mundo del Deseo como lo somos nosotros aquí. De algunos de ellos hablaremos más adelante, así como de su relación con la evolución del hombre.


Las fuerzas emitidas por esta variada y vasta hueste de seres, moldea la materia cambiante del Mundo del Deseo en formas innumerables y diferentes de mayor o menor durabilidad, de acuerdo con la fuerza o impulso que les dio nacimiento. 


De esta ligera descripción puede deducirse cuan difícil no ha de ser para el neófito que acaba de abrir sus ojos internos al encontrar su equilibrio en el Mundo del Deseo. El verdadero clarividente deja bien pronto de prestar atención a las descripciones imposibles dadas por los mediums. 
Podrán ser estos perfectamente sinceros, pero ante las dificultades de conseguir un foco perfecto de visión, lo maravilloso sería que esos mediums pudieran dar alguna descripción correcta. Todos nosotros tenemos que aprender a ver en nuestra infancia, como podemos comprobarlo observando un niño. Se verá que a este le parece tan lejano un objeto situado en la habitación , como si estuviera en la calle o en la Luna. Es completamente incapaz de apreciar la distancia. El ciego que recupera su vista cierra a menudo los ojos para ir de un lado a otro, antes de que se haya acostumbrado, declarando que le es más fácil guiarse por el tacto que por la vista. De la misma manera, el que ha vivificado sus órganos internos de percepción debe ejercitarse para usar debidamente las nuevas facultades. Al principio , el neófito tratará de aplicar al Mundo del Deseo los conocimientos derivados de su experiencia en el Mundo Físico, pues que aún no ha aprendido las leyes del mundo en el que está penetrando. Y esto se hace una fuente de un gran número de turbaciones y perplejidades. Antes de que pueda aprender debe volverse como un niño pequeño, el cual asimila el conocimiento sin referencia a ninguna experiencia previa. 


Para arribar a una compresión exacta del Mundo del Deseo, es necesario comprender que ése es el Mundo de los Sentimientos, Deseos y Emociones, los que se encuentran dominados por dos grandes leyes o fuerzas: Atracción y Repulsión, que actúan de diferente manera en las tres regiones más densas del Mundo del Deseo que en las tres superiores, siendo la región central la que podríamos llamar neutral. 


Esta región central es la región del sentimiento o percepción. Aquí, el interés o la indiferencia por un objeto o idea produce el desequilibrio en favor de una u otra de las fuerzas ya mencionadas, ligando así el objeto o idea a una de las tres regiones superiores o inferiores del Mundo del Deseo, o expeliéndola de él. Ahora veremos como se verifica ese proceso. 


En la substancia más fina y sutil de las tres regiones superiores del Mundo del Deseo, La fuerza de Atracción es la sola que allí obra; pero se halla también presente en cierto grado en la materia más densa de las regiones inferiores, actuando entonces contra la de Repulsión, que es la fuerza dominante en ellas. La fuerza desintegrante de repulsión destruiría cualquier cosa que entrase en esas tres regiones inferiores, si la otra no la equilibrase un tanto. En la más densa y baja Región, donde ella es más poderosa, esa fuerza de Repulsión agita y quebranta violentamente las formas construidas allí, si bien no es, por así decirlo, una fuerza vandálica, por que nada hay en la Naturaleza que lo sea. Todo lo que parece que es así, está trabajando para el bien. Y así también sucede con esa fuerza y su obra en la región más baja del Mundo del Deseo. Las formas que se encuentran en ella son creaciones demoníacas, construidas por las más brutales pasiones y deseos del hombre y de las bestias. 


La tendencia de todas las formas del Mundo del Deseo es atraer hacia sí a todas las que son de naturaleza semejante, para crecer por consiguiente. Si esta tendencia atractiva fuera la que predominara en las regiones inferiores , el Mal crecería como la espuma y la anarquía predominaría en el Cosmos en vez del orden. Esto se evita por la fuerza de Repulsión, predominante en esa región. Cuando la forma creada por un deseo brutal es atraída por otra de la misma naturaleza, como hay inarmonía en sus respectivas vibraciones, cada una tiene un efecto desintegrante sobre la otra. Y así. En vez de amalgamarse el mal con el mal, se destruyen mutuamente y de esta manera el Mal se conserva en el mundo dentro de límites razonables. Cuando comprendemos el efecto de estas dos fuerzas en su acción, comprendemos también la máxima oculta que dice : "una mentira es a la vez asesino y suicida en el Mundo del Deseo". 


Todo cuanto sucede en el Mundo Físico se refleja en todos los otros reinos de la Naturaleza y, como hemos visto, crea una forma apropiada en el Mundo del Deseo. Cuando se hace un relato exacto de un suceso, se produce otra forma (en el Mundo del Deseo) exactamente igual a la primera. Entonces una atrae a la otra, se juntan y se fortifican mutuamente. Sin embargo, si se da una versión distinta o falsa, se produce una forma diferente antagónica de la primera o verdadera. Como se relacionan con el mismo asunto, se unen; pero, como sus vibraciones son diferentes, obran la una sobre la otra con mutuo impulso destructivo. Por lo tanto el mal y las mentiras maliciosas pueden destruir lo que es bueno si son aquellas bastante fuertes y repetidas a menudo. Pero recíprocamente: tratando de buscar en el mal, el bien, con el tiempo lo malo se transmutará en bueno. Si la forma que se construye para disminuir el mal es débil, no tendrá efecto alguno, y será destruido por la forma maligna; pero si es fuerte y se repite frecuentemente, su acción destruirá el mal y lo substituirá por el bien. Este resultado, si se comprende bien, no se produce luchando contra el mal negándolo, o mintiendo, sino buscando el bien. El ocultista científico practica rápidamente el principio de buscar el bien en todas las cosas, porque sabe la fuerza que este principio tiene para anular el mal. 


Se cuenta algo de Cristo que ilustra este punto. Una vez, paseando con sus discípulos, pasaron junto al cadáver de un perro en putrefacción. Los discípulos se volvieron con disgusto, comentando el nauseabundo espectáculo, pero Cristo miró el cadáver y dijo: "Las perlas no son tan blancas como sus dientes" . El quiso buscar lo bueno en aquello, porque el sabía el beneficioso efecto que eso produciría en el Mundo del Deseo al darle expresión. 


La Región más baja del Mundo del Deseo se llama la "Región de la Pasión y del Deseo Sensual". La segunda se denomina "Región de la Impresionabilidad". Aquí el efecto de las fuerzas gemelas de Atracción y Repulsión está a veces equilibrado. Esta es una región neutral y, por lo tanto, todas nuestras impresiones formadas por materia de esa Región son neutrales. Únicamente cuando los dos sentimientos mellizos que encontraremos en la cuarta región se ponen en juego, aquellas fuerzas gemelas comienzan a obrar. La simple impresión o percepción de algo, es en sí mismo completamente independiente y separada del sentimiento que engendra. Las impresiones son neutrales y son una actividad de la segunda Región del Mundo del Deseo, en la que se forman las imágenes mentales por medio de las fuerzas de los sentidos perceptores del cuerpo vital del hombre. 


En la tercera Región del Mundo del Deseo, la fuerza de Atracción, integrante y constructora, sobrepasa a la fuerza de repulsión con su tendencia destructiva. Si comprendemos que la esencia de esta fuerza de Repulsión es la auto aserción, el repeler o arroja r afuera a los demás para acomodarse, comprenderemos fácilmente que abre el camino a los deseos para otras cosas, así que la substancia de la tercera Región del Mundo del Deseo está especialmente dominada por la fuerza de Atracción hacia otras cosas, pero de una manera egoísta, y, por lo tanto, es la Región de los Deseos. 


La Región de los Deseos groseros puede compararse a los sólidos en el Mundo Físico; la Región de la Impresionabilidad a los fluidos y la Región fluctuante y de naturaleza evanescente de los Deseos puede compararse con la porción gaseosa del Mundo Físico. Estas tres regiones suministran la substancia para las formas destinadas para la experiencia, el crecimiento anímico y la evolución , eliminando, además, las destructivas y reteniendo los materiales que pueden emplearse para el progreso. 


La cuarta Región del Mundo del Deseo es la "Región del Sentimiento". De él surgen los sentimientos concernientes a las formas ya descritas; y de los sentimientos engendrados por ellas depende la vida que tengan para nosotros y también el efecto que sobre nosotros ejercerán. El que los objetos o ideas sean buenos o malos no tiene importancia en este estado. Es nuestro sentimiento de Interés o Indiferencia el factor determinante del destino de tal objeto o idea. 


Si el sentimiento que nos produce la impresión de un objeto o de una idea es de interés, tiene el mismo efecto sobre esa impresión que la luz solar sobre la planta. Esa idea crecerá y florecerá en nuestras vidas. Si por otro lado, el sentimiento producido por una percepción es de Indiferencia, se marchitará como una planta puesta en un sótano obscuro. 


Así que desde esta Región Central del Mundo del Deseo viene el incentivo para la acción o la decisión para refrenarla, porque esto último es también una acción a los ojos del ocultista, y en el presente estado de nuestro desarrollo los dos sentimientos gemelos, Interés e Indiferencia, suministran el incentivo para la acción y son los resortes que mueven al mundo. En un estado ulterior de desarrollo, esos sentimientos cesarán de existir. Entonces, el factor determinante de la acción será el deber. 


El Interés provoca las fuerzas de Atracción o Repulsión. La Indiferencia simplemente marchita el objeto o idea contra el cual se dirige, por lo menos en lo que concierne a nuestra relación con ellos. 


Si nuestro interés por un objeto o por una idea genera Repulsión, nos hace, naturalmente, eliminar de nuestras vidas toda conexión con tal objeto o idea que provocó la repulsión. Pero existe una gran diferencia entre la acción de la Fuerza de Repulsión y el simple sentimiento de Indiferencia. Quizás una ilustración haga más clara la actuación de esos dos Sentimientos mellizos y de esas dos fuerzas gemelas. 


Supongamos tres hombre que van por un camino y se encuentran con un perro enfermo, todo cubierto de llagas, sufriendo intensamente de dolor y sed. Esto es, por supuesto, evidente para los tres hombres; sus sentidos se lo dicen. Ahora viene el Sentimiento. Dos de dichos hombres se "interesan" por el animal, pero en el tercero se produce un sentimiento de "Indiferencia". Sigue de largo y abandona al perro a su destino. Los otros dos se detienen; ambos están interesados pero de diferente manera. El interés del uno es de simpatía y de socorro, impeliéndolo a ayudar al pobre animal, a calmar su dolor y sanarlo. En él el sentimiento de interés ha despertado la fuerza de Atracción. El otro hombre se interesa de distinta manera. No ve más que un espectáculo repugnante que lo revuelve, y desea desembarazarse y desembarazar al mundo de él lo más pronto posible. Aconseja matar al animal y enterrarlo. En este, el interés genera la fuerza destructiva de Repulsión. 


Cuando el sentimiento de interés despierta la fuerza de Atracción, y cuando esta se dirige hacia objetos y deseos inferiores, éstos obran en las regiones inferiores del Mundo del Deseo, donde las fuerzas reactivas de Repulsión operan en la forma indicada. De la batalla que se entabla entre ambas fuerzas gemelas - Atracción y Repulsión - resultan todos los incidentes de dolor y sufrimiento del obrar erróneo y de los esfuerzos mal dirigidos, intencionales o no. 


Bien podemos ver, pues, cuan importante es el sentimiento que nos produce cualquier cosa, porque de ello depende la naturaleza de la atmósfera que creamos para nosotros mismos. Si amamos el bien resguardaremos y nutriremos, cual ángeles custodios, todo lo que es bueno en torno nuestro; y si sucede lo contrario poblaremos nuestro sendero con creaciones demoníacas creadas por nosotros mismos. 


Los nombres de las tres Regiones superiores del Mundo del Deseo son : la "Región de la Vida Anímica" , la "Región de la Luz Anímica" y la "Región del Poder Anímico". En estas regiones habitan el arte, el altruismo, la filantropía y todas las actividades superiores de la vida del alma. Cuando imaginamos estas Regiones como irradiando las cualidades indicadas por sus nombres en las tres Regiones Inferiores, comprenderemos correctamente las actividades superiores e inferiores. El Poder anímico , sin embargo, puede emplearse durante algún tiempo con propósitos maléficos, así como puede emplearse para el bien, pero eventualmente la fuerza de Repulsión destruye el vicio y la fuerza de atracción edifica la virtud sobre sus desoladas ruinas. Todas las cosas, como fin último, trabajan juntas para el bien. 


Los mundos Físico y del Deseo, no están separados uno del otro por el espacio. Están tan bien "unidos" como las manos y los pies. No es necesario moverse para ir del uno al otro, ni para ir de una Región a la próxima. De igual manera que los sólidos, líquidos y gases se encuentran juntos en nuestros cuerpos, interpenetrándose unos a otros, así también están las diferentes Regiones del Mundo del Deseo, dentro de nosotros mismos. Podemos comparar nuevamente las líneas de fuerza que los cristales de hielo forman en el agua, con las causas invisibles que se originan en el Mundo del Deseo y que aparecen en el Mundo Físico y nos dan el incentivo para la acción, en cualquier dirección que sea. 


El Mundo del Deseo con sus habitantes innumerables compenetra el Mundo Físico - como las lineas de fuerza del agua - , invisibles, pero presentes por doquier y potentes como causas de todo lo del Mundo Físico.

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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