humana compasión y amor

”el
propósito de la vida no es felicidad sino experiencia"…


Ningún hombre ama a Dios si aborrece a sus semejantes,
Quien pisotea el corazón o el alma de su hermano;
Quien busca encadenar, nublar o ensombrecer la mente
Con miedos del infierno, no ha percibido nuestra meta.
Dios nos envió todas las religiones benditas
Y Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida,
Para dar descanso al de pesada carga
Y paz para el dolor, el pecado y la lucha.
Contemplad al Espíritu Universal que ha llegado
A todas las iglesias, no a una solamente;
En la mañana de Pentecostés una lengua de fuego
Rodeando a cada apóstol como un halo brilló.
Desde entonces como buitres famélicos y voraces,
Hemos combatido a menudo por un nombre sin sentido,
Y buscado dogmas, edictos o credos,
Para enviarnos los unos a los otros a la hoguera.
¿Está Cristo dividido entonces? ¿Fue Pedro o Pablo,
Para salvar al mundo, clavado al madero?
Si no, ¿por qué, entonces, tales divisiones?
El amor de Cristo abarca tanto a vosotros como a mí.
Su puro dulcísimo amor no está confinado
Por credos que segregan y levantan una muralla.
Su amor envuelve y abraza a toda la humanidad,
No importa lo que nosotros nos llamemos de Él.
Entonces, ¿por qué no aceptar Su palabra?
¿Por qué sostenemos credos que nos separan?
Sólo una cosa importa ser oída;
Que el amor fraterno llene todos los corazones.
Sólo hay una cosa que el mundo necesita saber,
Sólo hay un bálsamo para todos los dolores humanos,
Sólo hay un camino que conduce hacia los ciclos,
Este camino es: humana compasión y amor.
--Max Heindel

ver vídeo: CREDO o CRISTO

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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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CONCEPTO ROSACRUZ DEL COSMOS

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Max Heindel

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jueves, 30 de junio de 2011

Peligros del Hipnotismo




The Rosicrucian Fellowship
Folleto Nº 25


Peligros del Hipnotismo

Dominar a las demás por el poder de la voluntad es un ataque mental, mucho más reprensible que un asalto o ataque en el plano físico de acción. A este asalto mental se le llama "hipnotismo" y está calificado en sus efectos, lo mismo que el asalto en el mundo físico. Un hombre fuerte puede dar una palmadita amistosa para hacer que otro haga su voluntad o puede darle un golpe que lo deje inconsciente. El vendedor hipnotista administra exactamente la fuerza necesaria para hacer que el cliente compre o adquiera algo que no necesita, o que no está al alcance de sus medios, y se ilusiona a si mismo diciéndose que es un negocio legítimo.


Malo y despreciable como es esto, no es, por lo menos, tan malo como los efectos posteriores que produce la práctica de sumir a los "sujetos" en sueño hipnótico. La enormidad de este crimen puede apreciarse únicamente cuando se puede ver el efecto sobre los cuerpos invisibles del sujeto.

Una característica de los cuerpos invisibles del hombre es que operan bajo el impulso de la Voluntad. Todo impulso que viene de Adentro tiene su origen en la voluntad del hombre mismo, mientras que los incentivos para la acción surgen de fuentes Externas, comúnmente llamadas "circunstancias" las que tienen su origen en la Voluntad ajena. La diferencia entre el hombre de carácter fuerte, bueno o malo, y el HOMBRE DEBIL, estriba en que el primero está impulsado POR SU PROPIA VOLUNTAD, actuando desde adentro, lo que le permite hacer sus cosas como él mismo determina sin tener en cuenta las circunstancias.

Por otro lado, el débil, que no tiene voluntad, es el juguete inerme de las circunstancias, dominado por la voluntad de los demás, náufrago en el mar tempestuoso de la vida.


Ninguna persona de voluntad fuerte puede ser dominada por un hipnotizador en tal extensión que llegue a dominarse y los que mantienen una actitud mental positiva no pueden ser dominados. De ahí que a la confiada víctima se le diga primeramente que se ponga en actitud perfectamente negativa y que quiera dormir. Los pases del hipnotizador se dirigen entonces hacia la cabeza, golpeando la cabeza del cuerpo vital y arrancándola de la física, de tal manera que cuelgue como un collar de gruesos rodillos en torno del cuello, como si fuera un cuello arrugado.

De esta manera se corta la conexión entre el Ego y el cuerpo denso como en el sueño y los vehículos superiores se retiran. Pero ahora hay una condición distinta a la del estado de sueño. La cabeza del cuerpo vital no está en su debido lugar, envolviendo y compenetrando la cabeza física de la víctima. Está ahora interpenetrada por el éter del cuerpo vital del hipnotizador y de esta manera éste tiene poder sobre su víctima.


Si sabemos lo que significa "interceptar una línea" tendremos la clave de la relación entre el hipnotizador y su víctima por lo menos en cierto grado. Si un hombre tiene un teléfono privado directo desde su casa a su oficina y alguien hace una conexión entre las dos casas, podrá interceptar los mensajes, enterarse de los asuntos del hombre de negocios, expedir órdenes, etc. El hipnotizador hace algo semejante. Intercepta la línea de comunicación entre el Ego y el cuerpo denso de su víctima interponiendo parte de sí mismo en la línea, y en virtud de ello puede obligar al Ego a salir al mundo invisible y a obtener allí cualquier información que desee, en lo posible; o puede hacer que el cuerpo denso del sujeto haga locuras o ejecute actos criminales, de acuerdo con los deseos del hipnotizador.

Pero no es esto lo peor del hipnotismo. El mayor peligro y más grave para la víctima está en el hecho de que una vez que parte del cuerpo vital del hipnotizador ha sido introducido en el de aquélla, ya no puede arrojarlo completamente al despertar. Una pequeña parte del mismo permanece y forma un núcleo mediante el cual el hipnotizador puede obtener nuevamente ingreso y subyugar a su víctima más fácilmente la segunda vez, y en cada ocasión se agrega algo más a ese núcleo, y así la víctima va quedando gradualmente impotente y desamparada, dirigida por la voluntad de su dominador e independientemente de la distancia, hasta que la muerte del uno o del otro acaba con toda conexión. Este residuo del cuerpo vital del hipnotizador es también el almacén de las órdenes que deben ejecutarse en el futuro, implicando la realización de ciertos actos en determinado día y hora, Cuando llega el momento requerido, ese impulso obra en la misma forma que el resorte de un reloj despertador, y la víctima debe realizar la orden, aunque sea el asesinato, sin saber que está influenciada por otro. Al morir el hipnotizador, todas sus víctimas se libertan y ninguna sugestión subsiguiente podrá ya influenciarlas.

Se arguye algunas veces que el hipnotizador emplea su fuerza benéficamente para curar al bebedor y otros vicios, y se admite fácilmente que desde ese simple punto de vista material así debe ser. Pero desde el punto de vista de la "ciencias oculta" está lejos de ser así. Como todos los demás deseos, la sed de licores está en el cuerpo de deseos y es deber del Ego dominarlo por su propio poder de voluntad. Por eso está en la escuela de experiencia que se llama vida, y nadie puede hacer ese crecimiento moral por él, así como nadie puede digerir las comidas por otro. La naturaleza no tiene necesidad de que se le corrija; cada uno debe resolver sus propios problemas y dominar sus propios defectos mediante la propia voluntad. Por lo tanto, si el hipnotizador mejora el cuerpo del deseos de un borracho, el Ego en el borracho tendrá que aprender sus lecciones en una vida futura si muere antes que el hipnotista. Si el hipnotista muere primero, el hombre volverá inevitablemente a tomar de nuevo, pues entonces la parte del cuerpo vital del hipnotista que tuvo el deseo malo refrenado, gravitará de regreso a su curso normal y la acción se anula. El único camino para dominar un vicio permanentemente es su propia voluntad. El hombre que usa su poder mental indignamente es el peor de los humanos; así como el más dañoso criminal de su clase.

El más engañoso de todos los males es aquel hecho sobre el plano mental de acción, donde un hombre bajo la apariencia de perfecta respetabilidad, a menudo bajo el manto de la benevolencia, puede marchitar la vida de otros, plegar sus voluntades a sus propios fines, y no obstante aparecer como irreprochable y hasta ser visto como un amigo y benefactor por su víctima.


Su transgresión es a menudo castigada durante la misma vida en la cual se comete, pero frecuentemente en las vidas posteriores, encuentra su expiación, en idiotez congénita. El crimen de determinados hipnotistas es, en el hecho, una fase del "Pecado Contra el Espíritu Santo." El mal espiritual del hipnotismo bien puede decirse que es el mayor crimen sobre la tierra y el mayor peligro para la sociedad.


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